PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

martes, 26 de mayo de 2009

REFLEXIÓN SOBRE LAS ELECCIONES EUROPEAS


¡¡POR LA EUROPA SOCIAL, LA JUSTICIA Y LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS!!


Entre el 4 y el 7 de Junio (fecha de las elecciones en nuestro país) los aproximadamente 375 millones de ciudadanos europeos con derecho a voto, de los 27 países miembros de la Unión Europea, estamos llamados a las Elecciones al Parlamento Europeo para el que elegiremos a 736 diputados (según el vigente Tratado de Niza), de los cuales los españoles elegimos a 50. Este número de diputados se puede ver ampliado hasta 751 en 2010, si se ratifica el Tratado de Lisboa, con lo que España elegiría 4 más.


El Parlamento actual cuenta con una mayoría conservadora constituida alrededor del Partido Popular Europeo (grupo en el que se integran tanto el PP como CiU) y que cuenta con 278 diputados y otros grupos entre los que destaca la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa, que cuenta con otros 104; frente a la minoría progresista liderada por el Grupo Socialista Europeo, con 216 y otros grupos como Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde (donde se integra IU) con 41. En España en las últimas Elecciones al Parlamento Europeo del 2004 el PSOE obtuvo 25 diputados, el PP 24, IU 2 y el bloque nacionalista otros 2.


Estas Elecciones se celebran en plena crisis económica mundial, que lejos de ser una más de las crisis a las que nos tiene acostumbrados el sistema, es mucho más profunda, y pone en cuestión toda una forma de concebir el crecimiento económico, de organizar la vida social y de la orientación ética de nuestra sociedad. Por eso se trata de unas elecciones en las que deberíamos prestar gran atención a todo lo que puede significar un avance o un retroceso en la ineludible necesidad de profundizar en la defensa de los derechos de las personas, de la justicia social, de los valores que nos humanizan y de un modelo social que facilite una vida digna y la lucha contra el empobrecimiento de que son víctimas tantos miles de millones de hermanos y hermanas nuestros.


Presentamos esta reflexión sobre las Elecciones Europeas guiados por el afán de justicia y solidaridad a favor de las personas, colectivos y pueblos empobrecidos. Con ello, queremos, con Cristo y como Él, anunciar la Buena Noticia a los pobres (Lc 4, 18)


El problema de la participación

Como movimiento de militantes obreros cristianos consideramos que un proceso como el de la construcción europea tiene un importante valor desde la perspectiva de la configuración de un amplio espacio de colaboración, cooperación y solidaridad entre los países, que puede orientarse hacia la construcción de una mayor conciencia y vivencia de la vocación de las personas y los pueblos a la fraternidad y la búsqueda conjunta del bien común, elemento esencial y central de toda comunidad política que pretenda estar al servicio de las personas. Sin embargo, tenemos un problema importante de participación, implicación y conciencia de la importancia que puede tener un proceso como el de la construcción europea, que se refleja también en las elecciones al Parlamento Europeo.


A pesar de que, según indican todos los sondeos, los ciudadanos somos cada día más conscientes de nuestra pertenencia a Europa y de que muchas decisiones importantes para nuestro modelo social, nuestros servicios y sobre todo nuestra economía, se toman en el ámbito de la Unión Europea las previsiones de participación en estos comicios lejos de ir al alza van a la baja.


Ya en las Elecciones de 2004 y en otros comicios anteriores hay un dato que destaca de manera sobresaliente sobre los demás: el alto grado de abstención, que en el 2004 fue en nuestro país del 54,86% frente al sólo 45% que ejerció su derecho al voto.


En el último barómetro del parlamento europeo, de este mismo año 2009, solo un 34% de los ciudadanos europeos manifiesta su intención de ir a votar —los españoles estamos por debajo de esta media y nos quedamos en un 27%—. Lo que parece indicar una tendencia al aumento de la abstención en las elecciones de Junio.


Este mismo sondeo indica una bajada en la confianza que los ciudadanos tenemos en relación con las instituciones europeas y que va bajando lenta pero progresivamente, situándose sólo en el 45% el número de ciudadanos que dice confiar en una institución como el Parlamento Europeo.


Tal y como hemos venido reflejando en anteriores reflexiones sobre otros procesos electorales, hay elementos comunes que pueden explicar en parte esta tendencia al aumento de la apatía, el desinterés y lo que es peor, la desconfianza, de los ciudadanos hacia lo político; como son la bipolarización partidista, la tendencia en el debate político más a la descalificación del contrario que a la defensa o exposición de la propia propuesta, el uso y abuso de técnicas de marketing y publicidad que dificultan la percepción de las propuestas reales, la opacidad del funcionamiento interno de los partidos y/o la «profesionalización» de la «carrera política», el retroceso de instrumentos de participación e información ciudadana. En definitiva, el predominio de un modelo político que convierte a los ciudadanos más en objetos que en sujetos de la vida política y que aleja la acción política de la vida cotidiana de las personas.


A estas razones habría que añadir, en el caso singular de este proceso electoral, que los ciudadanos seguimos percibiendo con demasiada lejanía las instituciones europeas; no acabamos de percibir su importancia, nos sentimos muy poco miembros de una comunidad más amplia que es la UE. Asimismo es claro que en esta Europa de los 27 pesan mucho más los Estados que las instituciones europeas, y así las deliberaciones y equilibrios que se producen en el Consejo (donde están los gobiernos nacionales) determinan en gran parte el trabajo de la Comisión y/o del Parlamento. Esta situación de relativa primacía de los Estados miembro sobre las instituciones europeas hace que el proceso de configuración de esta nueva realidad supranacional que debe ser la UE, para conseguir políticas comunes y compartidas en sus aspectos fundamentales —economía, derechos sociales, empleo, seguridad y defensa, relaciones exteriores— esté siendo un proceso lento y lleno de incertidumbres, que favorece poco una percepción clara de su necesidad y operatividad por parte del ciudadano.


En cualquier caso son muy preocupantes estos niveles populares de desconfianza y de desinterés por el proceso de construcción de la Unión Europea y por lo tanto constituye un reto de primera importancia analizar sus causas y aumentar el nivel de información, cercanía y compromiso de las instituciones nacionales y comunitarias hacía los ciudadanos.


En el caso particular de España, mucho nos tememos que como en anteriores comicios electorales, Municipales y Autonómicas de 2007 y Generales de 2008, la bipolarización entre PP y PSOE lo invada todo y diluya cualquier otra perspectiva más plural y que, también de nuevo, la simplificación del debate político al «conmigo o contra mí» vuelva a impedir a los ciudadanos poder percibir nítidamente las diferentes propuestas que se le plantean, incluso las que pretenden defender estos dos grandes partidos.


Asimismo que, como pasó en las Municipales de hace dos años, este proceso se convierta en una especie de anticipo o primarias de las próximas elecciones generales (a pesar de que sólo hace un año que se celebraron las anteriores), para revalidar la confianza o no respecto a las políticas nacionales de estos dos grandes partidos. O dicho de otra manera, que todo el debate se haga en clave nacional y alrededor de quién es o no el «culpable» de la actual situación de crisis económica.


Creemos que, con sus luces y sus sombras, el proceso de construcción europea ha tenido y está teniendo elementos positivos, como los fondos de cohesión europeos, la mejora de infraestructuras, el progreso económico, la consolidación y el reconocimiento de derechos sociales, la estabilidad política…, aunque también importantes déficits en la construcción política y en avances sociales, por ejemplo, que avanza mucho más lentamente que la configuración del mercado común o la política monetaria. Lo que realmente debería debatirse es esta situación de la Unión Europea.


Por lo que otro reto que nos plantean estas elecciones es el de ayudar, en la medida de lo posible, a que los ciudadanos puedan tener una percepción clara de cuáles son las propuestas programáticas que los diversos grupos políticos van a defender en el nuevo Parlamento Europeo. Esta reflexión intenta contribuir, desde nuestra modesta aportación, a esta clarificación.


¿Qué nos jugamos en estas Elecciones? Los trabajadores en la UE

Por lo que se refiere a los contenidos de las propuestas políticas, consideramos que debemos prestar especial atención a valorarlas desde la perspectiva de, en primer lugar, lo que suponen para el respeto y el reconocimiento efectivo de la dignidad de las personas, lo que se traduce y concreta en la promoción de los derechos y las responsabilidades sociales de las personas. En segundo lugar, lo que suponen para la promoción del bien común, es decir, para la creación de las mejores condiciones sociales posibles en este momento para que las personas, familias y grupos sociales puedan desarrollar una vida digna, subordinando para ello los intereses particulares al interés general y, sobre todo, dando prioridad a las necesidades y derechos de los empobrecidos. Y, en tercer lugar, como reconocimiento real de la dignidad de las personas y de la voluntad de buscar el bien común, lo que suponen para la solidaridad con los empobrecidos, la lucha contra el empobrecimiento como objetivo fundamental y central, y el avance de la justicia en la vida social.


Estas Elecciones, como ya hemos dicho, tienen lugar en plena crisis económica mundial, que ha puesto en evidencia al propio modelo económico y social, así como la necesidad de controles sociales y políticos sobre el mercado y de manera especial de nuevas regulaciones del sistema financiero también de carácter global, más allá de los controles nacionales. Pero, más aún, la necesidad de subordinar el modelo económico al desarrollo social.


Es evidente también que en estos momentos hay voces que, aun compartiendo que el origen de esta crisis está en la desmesura de la ambición y el descontrol del sistema financiero, quieren aprovechar la ocasión para provocar un recorte de los derechos sociales poniendo sobre la mesa la supuesta necesidad de reformar, introduciendo aún mayor flexibilidad y precariedad, las actuales condiciones laborales, las prestaciones sociales. Y frente a ellas, otras voces que entienden que hay una necesidad de aumentar las coberturas sociales para paliar los efectos de esta crisis sobre los sectores más empobrecidos que no son responsables de la crisis, consolidar los derechos laborales, aumentar la intervención pública en los procesos económicos sobre todo aumentando el control sobre el sistema financiero a todos los niveles y apostando por modelos económicos que pongan el acento en la formación, en i+d+i (investigación, desarrollo e innovación) en alternativas energéticas más compatibles con el medio ambiente.


Con esta situación de fondo y desde la perspectiva que hemos planteado, en nuestra opinión los asuntos de mayor calado a los que deberían responder las propuestas de los partidos en estas Elecciones al Parlamento Europeo son las siguientes:


1.º Economía–Modelo Social Europeo–Estado del Bienestar y defensa del Medio Ambiente–La lucha contra la pobreza

En la determinación de políticas comunes, en éste, como en otros aspectos que señalaremos a continuación, van a ser muy importantes los avances que se puedan ir dando en la configuración de una auténtica y completa unión política europea, que aumente la capacidad de intervención tanto del Parlamento como de la Comisión, frente a las cumbres de Jefes de Estado y del Consejo Europeo. A mayor unión política, mayor peso a la hora de determinar salidas globales a la crisis o influencia en las decisiones de cumbres como las del G-20 en la dirección de nuestro modelo social europeo.


Nadie parece discutir que la salida de esta crisis, en Europa, pasa por apostar por un modelo económico más competitivo y sostenible social y ecológicamente, pero basando el aumento de competitividad en la Formación (itinerarios profesionales a nivel europeo), la Educación (lucha contra el fracaso escolar), en la apuesta por la i+d+i aumentando de manera considerable la inversión tanto pública como privada, en un cambio de modelo en los sistemas de transporte, en un nuevo modelo energético con inversión en nuevos sistemas de energía menos contaminantes y respetuosos con el medio ambiente; asimismo con una política medio ambiental que combata de manera decidida el cambio climático. Y por supuesto con una apuesta decidida por reformas profundas y control público del sistema financiero. Y también por la subordinación del modelo económico a fines sociales. El debate está en si los Estados Europeos serán capaces de ponerse de acuerdo en un Plan de Choque contra la crisis compartido por todos.


Para los sindicatos y para el conjunto de los trabajadores europeos, parece claro que esta salida que se plantea a la crisis debe hacerse, en cualquier caso, desde el respeto a los derechos sociales, laborales y políticas de igualdad, en el aumento de las coberturas de desempleo, en unos servicios públicos de calidad y accesibles a los ciudadanos, todo ello en el marco de un nuevo Pacto Social a nivel europeo con participación de los sindicatos. Es más, esos derechos sociales y laborales deben ser un pilar fundamental del propio modelo económico europeo. En ese sentido, es fundamental dar mayor prioridad y centralidad a la lucha contra la pobreza y la exclusión social en los países de la Unión Europea, aspecto en el que es decisiva la apuesta por un trabajo digno y la lucha contra la precariedad laboral y el desempleo.


2.º Políticas de cohesión–Presupuesto comunitario y armonización fiscal

En casi todos los territorios de España sabemos de la experiencia positiva que han supuesto las políticas de cohesión, fondos de inversión europeos en infraestructuras de todo tipo, para el crecimiento de nuestros pueblos y ciudades. Hemos venido siendo receptores netos de estas ayudas que nos han permitido estar cerca y en algún caso por encima de las medias europeas. La ampliación a 25 y después a 27 con la incorporación sucesiva, primero de países del Este y en la última ampliación de Bulgaria y Rumanía, países con menos renta que la nuestra, hace más necesario que nunca el aumento de los fondos de cohesión lo que pasaría por una apuesta decidida por la ampliación del Presupuesto comunitario (en estos momentos alrededor del 1% del PIB europeo) y el mantenimiento con las reformas necesarias de instrumentos como la PAC (política agraria común) y otros.


Asimismo para aumentar esta cohesión interna e ir igualando por tanto la prestación de servicios y la calidad de los mismos en todo el ámbito de la UE se hace cada vez más necesario un proceso de armonización fiscal, igualando la capacidad impositiva de todos los Estados al menos a lo que sería la media actual entre todos los países. Porque sin recursos públicos es imposible profundizar en políticas de redistribución, en la lucha contra la pobreza y en mayor justicia social, tanto en ayudas directas como con la mejora de servicios públicos de carácter básico como la Educación o la Sanidad.


3.º Apostar por una cultura europea basada en valores compartidos, políticas de igualdad y libertades.
Política común de inmigración


Estamos convencidos que debe ser objetivo común compartido por todos conseguir que la UE sea un espacio de vida en común donde los valores de referencia sean la justicia, la libertad, la igualdad de oportunidades, la preservación del medioambiente, los derechos sociales y laborales y el pleno respeto por las opciones ideológicas y religiosas de cada cual. Pues bien desde esta perspectiva cultural y política creemos que hay que valorar las diferentes propuestas que se nos planteen en materia de políticas de igualdad hombre-mujer, de discapacidad y/o de origen racial o étnico. Y, en general, sobre el reconocimiento, respeto y promoción de los derechos humanos como fundamento de la convivencia social.


Desde esta perspectiva es fundamental una política común en materia de inmigración, mucho más justa y humana que la actual, que esté basada en políticas de acogimiento y respeto de todos los derechos de ciudadanía de los nuevos vecinos, que persiga no a las víctimas sino a las mafias que se enriquecen alrededor de estos flujos de necesidad y que busque políticas de solidaridad y de encuentro con las economías de origen para ayudar en su desarrollo, para conseguir que los flujos de emigrantes tengan su origen en una opción personal y no en la imperiosa necesidad de supervivencia. En este sentido son también decisivas las políticas laborales basadas en el igual reconocimiento de derechos de los trabajadores inmigrantes y las políticas de servicios públicos en igualdad de condiciones para todos.


4.º Política exterior común y apuesta por un desarrollo integral y por la solidaridad internacional

Como hemos planteado en otros aspectos, nadie cuestiona la necesidad de que la Unión Europea cuente con una política exterior común, que le permita tener una sola voz frente a otras potencias regionales como EEUU, Rusia, China, etc. Pero es evidente también que sigue siendo un objetivo y un deseo más que una realidad, a pesar de los avances que se hayan podido dar en este campo.


Con el cambio de presidencia en los EEUU y la llegada de Obama a la Casa Blanca se abre un nuevo ciclo en las relaciones internaciones, ya que parece que esta nueva administración americana apuesta por el multilateralismo con todas las posibilidades de dialogo que esta nueva postura comporta. En este contexto, la Unión Europea debe apostar decididamente por la promoción del diálogo internacional, el reforzamiento de los espacios de cooperación, la solución pacífica a los conflictos y la desmilitarización y desarme de nuestro mundo, el respeto de la diversidad cultural, y el impulso práctico del desarrollo integral de los pueblos.


Parece claro, por tanto, que hay que apostar de manera decidida por avanzar en una política exterior común de la Unión Europea, para que nuestro modelo europeo pueda tener interlocución y poder suficiente para garantizar una voz propia en relación con la salida de la crisis, las política de defensa más allá de la OTAN, las relaciones con América Latina y África, así como con China y Asia y de una manera relevante con el mundo islámico a través de iniciativas como la del «diálogo de civilizaciones» o la resolución positiva de la ampliación de la Unión Europea a un estado de mayoría islamista como es Turquía.


Asimismo, ahora más que nunca, y precisamente por el impacto que la crisis está teniendo en los países más pobres, hay que garantizar y promover una mayor aportación a fondos de solidaridad y ayuda al desarrollo y una mayor determinación en la UE por potenciar estas políticas de solidaridad. Y, sobre todo, apostar por las necesarias reformas en el comercio internacional concretamente una política agrícola europea que no perjudique la producción y comercio agrícola del Tercer Mundo , en las políticas de cooperación, en la gestión de la deuda externa, para caminar hacia un modelo de relaciones internacionales que ayude a caminar hacia la superación de la actual situación de dependencia y de enriquecimiento de unos a costa del empobrecimiento de otros.


Por último es muy importante también valorar en qué orden de prioridad se establecen estas políticas, a veces falsamente compartidas por parte de cada partido, ya que no es lo mismo poner el acento, por ejemplo, en políticas de control de fronteras respecto a la inmigración o en políticas comunes de acogimiento y dialogo con los países de origen de estos inmigrantes. O considerar que «también» hay que luchar contra la exclusión social, por los derechos laborales…, que hacer de estos elementos un eje central de la política económica.


Un llamamiento a la participación y al compromiso

Como trabajadores cristianos comprometidos en la vida pública queremos recordar que tanto nuestros sindicatos, a través del manifiesto de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) «Que se oiga la voz de la Europa Social», como nuestros Obispos, a través de la Declaración de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) «Construir una mejor casa Europea», nos instan a que participemos en este proceso y a que lo hagamos nuestro.


Reproducimos a continuación ambas declaraciones, porque consideramos que pueden ayudarnos a todos a comprender mejor la importancia de estas elecciones al Parlamento Europeo y lo que debe orientar nuestra implicación y nuestro compromiso en el proceso de construcción europea. Apostando por defender y promover todas aquellas propuestas que vayan en la dirección de profundizar el reconocimiento práctico y efectivo de la dignidad y de los derechos de todas las personas, de la justicia en la vida social, de crecer en la solidaridad con los empobrecidos, de fomentar la solidaridad internacional hacia la constitución de una verdadera comunidad de personas, de promover la paz, el respeto a la naturaleza y la convivencia humana desde la diversidad.


En un mundo globalizado, en el marco de una crisis como la actual que está provocando tanto dolor y sufrimiento injustos, consideramos que es necesario fortalecer y profundizar un modelo social mucho más justo y solidario como al que aspiramos en la Unión Europea, frente a otros modelos más agresivos y menos respetuosos con los derechos de las personas y con el medio ambiente. Por eso es importante apostar en estas elecciones europeas por la participación y el compromiso y que los cristianos estemos dispuestos y deseosos de contribuir a la satisfacción de estas aspiraciones.
MANIFIESTO DE LA CONFEDERACIÓN EUROPEA DE SINDICATOS

¡Que se oiga la voz de la Europa Social!

1. Las elecciones europeas de junio 2009 conciernen a todos los trabajadores en Europa. Europa ha adoptado más de 60 leyes sociales en beneficio de los trabajadores, sobre todo en cuestiones como salud y seguridad, igualdad, transferencia de empresas e información y consulta. El último avance se refiere al acceso a derechos iguales para los trabajadores de empresas de trabajo temporal y el fortalecimiento de los comités de empresa europeos.


2. Europa puede ser también una amenaza. Las recientes decisiones del Tribunal de Justicia Europeo (TJCE) sobre la libre circulación de servicios han perjudicado a los derechos sindicales fundamentales en lo referido a negociaciones colectivas y huelgas.


3. El Parlamento europeo puede marcar la diferencia. De hecho, ha apoyado a los sindicatos europeos para que fracase la directiva Bolkestein sobre los servicios, la desregulación del trabajo en los puertos y el debilitamiento de la directiva sobre tiempo de trabajo.


4. Los trabajadores deberían pues utilizar su derecho democrático de votar y además movilizar a los candidatos sobre los grandes desafíos que se exponen a continuación.


5. Este es nuestro manifiesto, en el que reclamamos:

• Medidas destinadas a reforzar los derechos de los trabajadores y de los sindicatos mediante la adopción de un Protocolo de progreso social y una revisión de la directiva sobre desplazamiento para corregir las sentencias recientes del TJCE (Laval, Viking, Rüffert, Luxemburgo).

Estas medidas son esenciales para el restablecimiento de nuestros derechos fundamentales sobre la libre circulación de la mano de obra y los servicios. Los candidatos que rechacen esto no merecen el apoyo de los sindicatos.


• Un nuevo Pacto social en la crisis económica, con la plena participación de los sindicatos y de los trabajadores, con el objetivo del pleno empleo, empleos de calidad, mejores salarios y mejores pensiones, estados del bienestar más fuertes, cotizaciones más elevadas, desarrollo sostenible y una fuerte regulación de los mercados financieros —los trabajadores no deben pagar el precio de la incompetencia de los banqueros.

Una política social europea más fuerte y una política fiscal coordinada para poner en marcha una Unión europea social.


• Un acuerdo justo sobre tiempo de trabajo, que proteja a los trabajadores de las largas horas de trabajo, que salvaguarde el papel específico de las negociaciones colectivas en la organización del tiempo de trabajo, y que garantice a todos los trabajadores el derecho de poder conciliar el trabajo y la vida familiar.


• Mayor protección contra el aumento del trabajo precario y a favor de los trabajadores que tienen empleos precarios, ofreciéndoles una mejor cobertura gracias al derecho laboral y a la seguridad social, y el paso hacia empleos de calidad.


• Una nueva estrategia sindical europea basada en la innovación, la investigación y desarrollo, la educación y formación, y el desarrollo sostenible. Queremos garantizar un paso rápido y justo hacia una economía con un baja proporción de carbono, con un impuesto al carbono para las importaciones provenientes de los países industrializados que no respeten las tasas de emisión de carbono de la UE y otras normas medioambientales.


• Una nueva iniciativa sobre la igualdad de oportunidades, destinada a luchar contra la persistente discriminación, en particular la diferencia salarial, y a garantizar que las medidas contra la crisis también beneficien a las mujeres.


• Mejor protección e igualdad de trato para los trabajadores migrantes y móviles y un fuerte compromiso contra el racismo, el nacionalismo y la xenofobia.


• El respeto de los servicios públicos y una mejor protección estatutaria de las inversiones y de los empleos de calidad.


DECLARACIÓN DE LOS OBISPOS
DE LA COMISIÓN DE LOS EPISCOPADOS DE LA COMUNIDAD EUROPEA

Construir una mejor Casa Europea



Las elecciones europeas: una oportunidad para construir
una Europa mejor


Después de 64 años de desarrollo pacífico, y a los 20 años de la caída del Telón de Acero, que puso término a la división del continente, el proceso de integración europea merece ser apreciado, a pesar de algunas lagunas. Por este motivo, los Obispos de la COMECE apoyamos y promovemos la Unión Europea como proyecto de esperanza para todos sus ciudadanos.


Incluso en este tiempo de incertidumbres debidas a la crisis financiera y económica, la Unión Europea ha demostrado que es una casa segura que se esfuerza por preservar la estabilidad y la solidaridad entre sus miembros. Hoy, en 2009, la Unión Europea tiene la capacidad y los medios para responder a los retos más urgentes y apremiantes de nuestro tiempo.


Participando en la elección del Parlamento Europeo, todos los ciudadanos tienen la posibilidad de contribuir al desarrollo y a la mejora de la Unión Europea.


La participación en las elecciones: un derecho
y una responsabilidad


La Iglesia católica ha apoyado desde el principio el proyecto de integración europea y continúa apoyándolo hoy. Todo cristiano tiene, no solamente el derecho, sino también la responsabilidad de comprometerse activamente en este proyecto ejerciendo su derecho de voto.


La participación de los cristianos es esencial para redescubrir el «alma de Europa» que es vital para responder a las necesidades fundamentales de la persona humana y para el servicio del bien común.


El Parlamento Europeo, a través de sus poderes y sus competencias (que serán todavía reforzadas cuando concluya el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa), debe contribuir a responder a estas aspiraciones y objetivos.


Lo que esperan los cristianos del Parlamento Europeo

Los principios fundamentales de toda sociedad son la dignidad humana, la promoción del bien común. Por este motivo, estos principios deben encontrarse en el corazón mismo de todas las políticas de la Unión Europea.


Teniendo en cuenta el importante papel desempeñado por el Parlamento Europeo, esperamos de sus miembros que participen y contribuyan activamente en lo siguiente:


Respetar la vida humana de la concepción a la muerte natural, como parte integrante de las legislaciones, programas y políticas de la Unión Europea en su conjunto.


Apoyar a la familia fundada sobre el matrimonio, —entendido como la unión entre un hombre y una mujer— como unidad básica de la sociedad.


Promover los derechos sociales de los trabajadores procurándoles condiciones de trabajo respetuosas de su salud, de su seguridad y de su dignidad.


Promover una gobernanza económica fundada en valores éticos dirigida a un desarrollo humano duradero, en el seno de la Unión Europea y a nivel mundial.


Promover la justicia en las relaciones de la Unión Europea con los países en vía de desarrollo mediante una asistencia financiera y unas relaciones innovadoras.


Demostrar la solidaridad mediante la elaboración de políticas de ayuda para con los más débiles y más necesitados en nuestra sociedades (en particular, los discapacitados, los que demandan asilo, los inmigrantes).


Proteger la Creación mediante la lucha contra el cambio climático y animando a tener un estilo de vida basado en la moderación.


Promover la paz en el mundo mediante una política exterior de la Unión Europea coordenada y coherente.


Iluminados y guiados por la enseñanza de Cristo, los cristianos están dispuestos y deseosos de contribuir a la satisfacción de estas aspiraciones, en el espíritu de la declaración de Su Santidad el Papa Juan Pablo II:


«La inspiración cristiana puede transformar la integración política, cultural y económica en una convivencia en la cual todos los europeos se sientan en su propia casa» (Ecclesia in Europa, 121).


Alfonso XI, 4, 4.º • 28014 Madrid
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lunes, 25 de mayo de 2009

FRANCISCO CÁRDENAS, HASTA AHORA RESPONSABLE PROVINCIAL DEL METAL DE CC.OO.

Fuente: DIARIO DE CÁDIZ
Autor: Fernando Rufo / Cádiz 25.05.2009


"Hubo presión de la Junta para firmar el acuerdo de Delphi"

El sindicalista cree que habrá conflicto cuando acabe el cobro del desempleo


Más relajado, aunque sin dejar de lado el sindicato. Así se confiesa Francisco Cárdenas, hasta ahora responsable provincial del Metal de Comisiones Obreras, cargo que ha dejado en manos de su compañero Jesús Serrano. Entró en el sindicato como responsable de acción sindical en el año 1995, (aunque ya se afilió en 1993). En el año 2000 se hizo cargo de la secretaría general del Metal, hasta ahora. A modo de balance, Cárdenas repasa los asuntos más complicados a los que se ha enfrentado, y no se corta.


-¿Por qué deja ahora la secretaría del Metal de CCOO en Cádiz?

-Entiendo que dos mandatos es el periodo natural que debe estar alguien en un cargo. Más tiempo hace que se adquieran vicios que no favorecen ni a uno mismo ni a la causa a la que sirve. Y esto vale para cualquier ámbito.


-Hay quien dice que el carnaval le ha podido más que el Metal...

-A mi el tema del carnaval me da muchísimo coraje que tenga tanta trascendencia en Cádiz. En una ciudad con un 29% de paro, que ocupe tanto espacio en los medios el carnaval, que entiendo que sea importante... Nos tenemos que replantear eso los gaditanos. Yo estoy seguro de que si en esta entrevista digo que no vuelvo a presentarme a la Asociación de autores, ocuparía una página entera en el periódico. Eso denota una cierta enfermedad en esta ciudad que tenemos que ver cómo se cura. No es lógico en una ciudad con los problemas que tiene.


-Un sindicalista decía, en alusión a la manifestación del primero de mayo, se preguntaba con cierto desencanto dónde estaban los 150.000 parados de Cádiz...

-También hay que hacer autocrítica, quizás no somos capaces de conectar con el colectivo de los desempleados, pero sí es cierto que en este tipo de actos se comprueba que falta un componente social que es el más afectado. De hecho, estas movilizaciones la siguen haciendo las personas que trabajan, lo que llama la atención.


-¿Quizás es porque los parados no se fían de los sindicatos?

-Es posible, o quizás es porque están desencantados con el sistema en general, ya sean sindicatos, clase política o administraciones.


-¿Cuál es el periodo más duro que recuerda como sindicalista, astilleros, Delphi?

-Ambos. La reconversión naval y Delphi. Este último, además de por mi cargo, porque me afectó personalmente.


-¿Se implicó especialmente con el colectivo de eventuales?

-Me impliqué especialmente con el colectivo de la industria auxiliar. Con el colectivo de eventuales, me da la impresión que fue una de las patas que se quedó fuera del acuerdo, quizás por las prisas y quizás por cierta presión por parte de la administración, y sé que esto puede levantar resquemor, pero lo pienso.


-¿Qué tipo de presión?

-Había cierta prisa por firmar y me da la impresión de que fue por estar en periodo electoral.


-Si lo de Delphi hubiera ocurrido hoy, ¿habría sido distinto?

-No se hubieran alcanzado este tipo de acuerdos, no por las elecciones, sino por la crisis en la que estamos. No digo que nos utilizaran pero sí me da la impresión de que se pecó de cierta ingenuidad. Hay que recordar que hablaron de ocho empresas y que hoy no hay nadie recolocado. Tampoco es justo que se hable de discriminación positiva hacia el colectivo de Delphi, porque nuestro primer objetivo, que mantenemos, es que haya una fábrica donde estuvo Delphi; tuvimos la misma indemnización que cualquier trabajador despedido en este país y pagamos los impuestos religiosamente de esa indemnización. Por otra parte, a la Junta y al Gobierno central, que fueron los que se comprometieron a través de Chaves y Zapatero, se les están agotando los plazos.


-¿Cómo va a acabar esto?

-El colectivo mayoritario acaba el desempleo el mes que viene y la Junta va a tener que poner en marcha el famoso contador a cero, si se puede poner, porque otra prisa más a la hora de firmar el acuerdo fue esa. Al parecer, ahora hay múltiples inconvenientes que al principio no hubo. Y si no se van a dar va a haber conflictividad casi con toda seguridad, porque es un colectivo que sigue organizado y a la gente no se le olvida ni una sola de las promesas.


-Y satisfacciones, también habrá tenido alguna...

-Evidentemente, las empresas del Metal de la provincia han dado un salto cualitativo y cuantitativo importante. Hay un buen número, pero sí es verdad que la mayoría de esas empresas, al menos las vinculadas al sector naval, funcionan algunas como simples intermediarias de mano de obra, algunas no tenían ni local físico, ni oficina. Hay casos en que la oficina era la casa del empresario. También hay otras muy decentes, muy dignas.


-Ahora llega Alestis. ¿Cómo ve lo que está ocurriendo con la antigua EADS-CASA de El Puerto (hoy CBC-Airbus Military)?.

-Desde aquí quiero lanzar un mensaje a los compañeros del CBC. Es fundamental que tengamos un centro que genere valor añadido porque si no es así, esta provincia dejará de tener peso específico en la aeronáutica y no lo podemos perder, es fundamental. Me parecería de una mezquindad absoluta cambiar Alestis por el CBC. Si a alguien se le está ocurriendo utilizar el tema de Alestis a cambio de no perder empleos, se está equivocando.


-¿Qué mensaje le mandaría al parado de esta provincia?

-Que se tienen que organizar. Hay más de 150.000 parados, es el colectivo de mayor número, pero se tienen que ver. Es difícil comenzar a organizarse, pero el día que lo hagan será de forma espontánea y llegará un día en que exploten. De aquí a 10 meses, cuando la gente empiece a agotar las prestaciones lo empezaremos a ver. Por último, un mensaje de ánimo a todos los trabajadores del Metal a los que he estado representando. Es un colectivo que ha peleado mucho en esta provincia, muy digno y muy sufrido.


miércoles, 20 de mayo de 2009

PENSIONES: ¿A QUÉ PREGUNTAS HAY QUE RESPONDER?

Editorial de Noticias Obreras
Núm. 1.480 [16-05-09 / 31-05-09]

http://www.hoac.es/pdf/Noticias%20Obreras/2%20mayo/editorial.pdf


Deberían estar callados y avergonzados, porque pedir perdón es demasiado para quienes se cubren con la aureola del saber y de la ciencia, y los utilizan para explicar lo que los poderosos quieren oír.


Deberían estar callados y avergonzados todos los expertos que en la década de los noventa vaticinaron el colapso total de nuestro sistema de protección social, especialmente de nuestro sistema de pensiones. Y deberían estar callados y avergonzados porque no han acertado ni una de sus catastrofistas previsiones. Eso sí, consiguieron que un buen número de incautos atemorizados suscribieran un plan de pensiones que ahora ha estallado junto con toda la burbuja financiera causante de la crisis que padecemos.


Pero no, como si no hubiera pasado nada, siguen insistiendo en sus agoreras previsiones: en el año 2060, dicen, tendremos un grave problema con las pensiones. ¡Serán burros! ¿Cómo se atreven a vaticinar a cincuenta años vista cuando se han equivocado de un año para otro?


Una de las cosas que la actual crisis ha vuelto a poner de manifiesto es que la economía es una cosa demasiado seria para dejarla en manos de los economistas. La economía es política, es juego de intereses, es optar entre muchas variables y posibilidades, pero sobre todo, la economía mide el grado de humanización de una sociedad, su escala de valores, su talla moral. Por ello es muy importante formular bien las preguntas a las que debe dar respuesta.


Decir que el sistema es inviable y necesita reducir y recortar derechos y ampliar obligaciones no es científico, es una opción ideológica; como lo es el preguntarse ¿qué debemos hacer para que todos los jubilados puedan disfrutar de una pensión digna hoy, mañana y siempre? La ciencia económica nos dirá el cómo responder a la pregunta formulada, pero la pregunta no depende de la ciencia, depende de la moral, de los objetivos que nos fijemos como comunidad moral a la que debería resultarle imposible vivir soportando el despilfarro de unos y la miseria de otros.


Resulta, además, que casi todas las propuestas parecen sustentarse en una situación de un empleo estable y de por vida que ya no existe. Lo que tenemos es un empleo precario, alternado con periodos de desempleo, al que se accede a una edad tardía y se pierde a una edad temprana. Esto implica que para muchos va a resultar imposible acumular los años de cotización necesarios para acceder a una pensión.


Los caminos de la historia van a otro lado, apuntan hacia la Renta Básica, hacia el derecho de todos a percibir lo necesario para vivir, un derecho subjetivo que no necesita de ningún mérito por parte del que lo recibe. Se acabó el cuento del trabajo, es la hora del cuento de la comunión, un bello cuento que narra la historia de un pueblo que retornó a los caminos que había abandonado, los caminos del bien y la justicia; los caminos de la igualdad, los caminos que llevan a la casa común donde sólo hay una gran mesa a la que todos tienen derecho a sentarse y a compartir. Este cuento está empezando a escribirse, no sabemos el camino que debemos recorrer, pero sí sabemos su final: el pueblo, el nuevo pueblo, da gracias a Dios por haberle mostrado el camino del amor y de la comunión.


EDITORIAL
Publicado en NOTICIAS OBRERAS:
Núm. 1.480 [16-5-09 / 31-5-09] pág. 5



OTROS TEMAS DE INTERÉS EN ESTE NÚMERO:

Apuesta por la Renta Básica Ciudadana: «En tiempos de crisis, soluciones para la gente» Federico Mayor Zaragoza

Santiago Cortés, amenazado de desahucio: «Hay que hacer públicos nuestros problemas, porque si no luchamos no vamos a tener oportunidades» José Luis Palacios

Tema de la quincena: «La comunidad internacional y el derecho al desarrollo»
Comisión Permanente de la HOAC
En unos momentos como los que vivimos de crisis económica que, como siempre, golpea especialmente a los ya empobrecidos, es quizá cuando se ve con más claridad la urgencia de replantear el modelo de sociedad que hemos construido. Una dimensión fundamental de ese replanteamiento es el de la comunidad internacional.


Entrevista a Fernando C. Díaz Abajo, Pastoral Obrera: «Hemos de ser una Iglesia mucho más identificada con las víctimas» Redacción






martes, 19 de mayo de 2009

Un mundo sin trabajo.

Fuentes: ECUPRES - Blog "Desde mí misma"
Autora: Susana Merino. Buenos Aires.

Hace ya más de cuarenta años que André Gorz, el filósofo austro-francés especialista en la problemática del trabajo, manifestaba: “El trabajo tenderá a ser un bien cada vez más escaso en el futuro” y no parece descaminado advertir que su afirmación está convirtiéndose ya en una profecía autocumplida.


Son muchos los síntomas que vienen anunciándonos el derrumbe de nuestro conocido sistema de interdependencia capital-laboral bajo el impulso combinado del avance tecnológico y de la financierización económica.


Un mundo sin trabajo, algo que siempre desveló al capitalismo: obtener lucro sin necesidad de tener que lidiar con la incomodidad de pagar salarios y de tener que soportar quejas y reclamos sindicales. Un mundo que ha encontrado un formidable aliado en la tecnología, pero que amenaza a la humanidad a nivel mundial y que nos obligará a replantearnos política y socialmente nuevas formas de convivencia y de supervivencia.


Nadie puede permanecer indiferente a estos nuevos desafíos ni llamarse a engaño con las falsas promesas que desde el poder aseguran que la crisis del desempleo logrará revertirse en más o menos tiempo. No sin razón hace ya algo más de una década viene planteándose la necesidad de establecer un salario básico universal cuyo más lejano antecedente data de fines del siglo XVIII y reconoce en Tomas Paine su primer ideólogo, a partir de lo que él mismo llamara Justicia Agraria
[1].


Con cuanta mayor razón deberá compensarse en el futuro a quienes por no haber podido acceder a la educación, a la calificación técnica necesaria o al desarrollo de sus propias capacidades pudieran quedar al margen del circuito productivo, teniendo en cuenta que todo este proceso de reducción de las oportunidades laborales no se produce en sociedades económicamente justas sino que se verá agravado por las enormes carencias y desigualdades educacionales existentes y crecientes e incidirá radicalmente en la situación de las poblaciones actualmente marginadas.


Cabe señalar que en ese mundo futuro, pero no demasiado lejano, el circuito productivo no estará referido solamente a lo elaborado fabril o industrialmente, base casi excluyente hoy de nuestra economía, sino que se incrementará como casi insensiblemente ya lo está haciendo la producción artística, plástica, musical, literaria, teatral, etc. por lo que el estímulo y el desarrollo de la creatividad serán fundamentales.


El otro ámbito, un territorio que actualmente se superpone o compite en gran parte tratando de imponerse, en ciertos sectores de la sociedad, al del trabajo y en el que seguramente se desarrollarán nuevas opciones, es el del ocio o del también llamado “tiempo libre” sobre el que ya existen, análisis, estudios y predicciones no necesariamente considerados como un derecho del conjunto de la sociedad sino como nuevas esferas de lucro y de beneficios excluyentes como no podría ser de otro modo mientras se mantenga la actual orientación socioeconómica del planeta.


Hace algunos meses se reunió en Francia, organizada por el Ministerio Francés del Empleo y la Solidaridad y el Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, una conferencia de expertos de alto nivel procedentes de diversos países. Su propósito era analizar los cambios observados en los campos de competencia de los asistentes, predecir las futuras tendencias. elaborar propuestas encaminadas a orientar los aspectos sociales y económicos y formular políticas destinadas a abordar los retos de la globalización y de la transformación tecnológica.


Entre sus considerandos estimaban que “puesto que la globalización y la transformación tecnológica parecen irreversibles, las instituciones y las políticas pueden modificarse con el fin de promover la prosperidad económica, la flexibilidad y la seguridad en los ajustes de la economía, así como un grado de igualdad que garantice la cohesión social”.


Nada nuevo bajo el sol, es decir la misma y única preocupación de siempre por asegurar la prosperidad de la “economía”, en modo alguno el destino de la gente ni la solución de los problemas que el sistema de libre mercado + la tecnología + la financierización han provocado, ya que la mención de la palabra igualdad se halla sin duda dirigida a garantizar el status quo social en beneficio exclusivo del propio empresariado.


Ulrico Beck, periodista de El País, de España, expresaba en referencia a la imposibilidad de asegurar el pleno empleo “se puede decir que estamos contemplando el final de la sociedad de pleno empleo en el sentido clásico y que fuera inscripto como principio básico de la política tras la segunda guerra mundial en las constituciones de las sociedades europeas y de la OCDE” y agregaba “El principio hasta ahora válido de que la ocupación se basaba en una seguridad relativa y en una previsibilidad a largo plazo pertenece al pasado”


Nadie sabe muy bien cuales son los saberes que hay que cultivar o desarrollar para poder soñar con entrar en el menguante circuito laboral mientras el estado da manotones de ahogado tratando de mantener a flote algunos sectores en vías de desaparición mediante subvenciones y ayudas que solo contribuyen a mantener artificialmente un sistema decadente que lleva su propia autodestrucción en las entrañas.


Europa lo sabe desde que en los países de la OCDE los salarios son una parte cada vez menor de la renta nacional y es dable imaginar que ninguna concepción política que no contemple al ser humano como eje de sus objetivos no debería poder prosperar en el futuro.


Pero por el momento, como anticipaba Gorz
[2], las grandes empresas preferirán concentrar el trabajo en unos pocos convirtiéndolos, en una pequeña élite, en lugar de repartirlo entre una mayor cantidad de empleados no porque estos tengan aptitudes superiores a las de los demás sino porque es económicamente más ventajoso y genera en los asalariados una sensación de privilegio y de pertenencia que elimina el antagonismo capital-trabajo, trasladándolo “hacia los trabajadores periféricos, desplazados y sin empleo” y agrega “cuanto menos trabajo hay para todos más tiende a aumentar la dureza del trabajo para cada uno” y más bajo es el nivel de remuneraciones incitando a los activos a trabajar más horas para aumentar sus ingresos.


Y habrá que sumarle la generalizada tendencia a “externalizar” la mayor cantidad de trabajos posibles a través de contratos transitorios, con prestatarios de servic¡os independientes a quienes no cubren los derechos laborales, ni sociales y que estarán expuestos a los avatares coyunturales y comerciales del momento, modalidades ya existentes: el “outsourcing” y el “crowdsourcing” para los que, por el momento, no han sido acuñados, en castellano, vocablos equivalentes.


De este modo el tradicional trabajo asalariado deja de funcionar con continuidad laboral transformándose en un “postsalariado” en el que, por lo tanto, la continuidad vital se hallará también comprometida.


Finalmente la visión de Gorz, que hago mía, no es catastrófica sino casi optimista en la medida en que como él mismo plantea seamos capaces de admitir que cada uno de nosotros “es un desempleado en potencia, un subempleado en potencia, precario, temporario” y que al instalarse como conciencia común se transforme de condición impuesta en “un modo de vida elegido, deseable (…) fuerza de nuevas culturas, libertades y socialidades para que pueda convertirse en el derecho para todos de elegir discontinuidades de su trabajo sin sufrir discontinuidad en el ingreso”


Se trata en suma de introducir cambios enraizados en la idea de que el trabajo remunerado no puede seguir condicionando nuestra vida, de que es necesario desterrar la tradicional convicción de que debe ocupar el lugar central de nuestro pensamiento, como nos lo ha venido inculcando la cultura del sometimiento, para dar a lugar a una nueva manera de pensar, a un imaginario que como dice Vivian Forrester (
[3]) restituya a “nuestras vidas su verdadero sentido: sencillamente el de la vida, la dignidad, los derechos. Ya es tiempo de sustraerlos de los caprichos de quienes los engañan” y dar lugar a una concepción que en el futuro tenga al ser humano como exclusivo destinatario de las actividades socioeconómicas, culturales y políticas del planeta.


Resulta poco menos que indudable que la humanidad no puede seguir subordinada al arbitrio del lucro, de la ambición, de los mezquinos y excluyentes intereses, que la están arrastrando a un destino fatalmente suicida.+ (PE)


[1] Paine propone crear (con las eventuales retenciones) un fondo nacional que permita entregar a cada persona al cumplir los 21 años, 15 libras esterlinas como compensación parcial por la pérdida de su herencia natural y la suma de 10 libras anuales de por vida a todos los mayores de 50 años debido a que el valor añadido por el cultivo, cuando se pasó del ciclo pastoril-recolector al agrícola, se convirtió en propiedad de quienes lo produjeron, lo compraron o lo heredaron. Multiplicando su valor y desheredando a todos los que fueron excluidos de la propiedad de la tierra


[2] Gorz, André: Miserias del presente, riqueza de lo posible”, Paidós, Buenos Aires

[3] Forrester, Viviane: El horror económico, Fondo de Cultura económica, 2006



martes, 12 de mayo de 2009

Curas obreros: Cuarenta y cinco años de testimonio (1963-2008)

Fuentes:
HERDER Editorial
Religión Digital
Blog de Juan Cejudo
ECLESALIA,


Autores:
CENTENO, José - DIEZ MAESTRO, Luis -
PÉREZ PINILLOS, Julio
del Colectivo de Curas Obreros, curasobreros@hotmail.comESPAÑA.






SÍNTESIS»»

La existencia de una Iglesia militante en las filas de oposición al franquismo representó una cierta seguridad para muchos españoles: la Transición no degeneraría en enfrentamiento militar. La presencia de curas obreros, jóvenes seminaristas enrolados a movimientos sindicales y secularizados en los movimientos sociales como Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC) o Acción Católica Obrera (ACO) fue un excelente antídoto contra el anticlericalismo de la clase obrera que venía evidenciándose desde principios del siglo XX.

Este libro recoge los testimonios de curas que resumen en su persona la vida de Jesús al servicio del Reino de Dios. Y es que sin esta presencia cristiana en los movimientos obreros, políticos y sociales, el proceso de descristianización de la nueva sociedad española habría sido mucho mayor.

Una generación que junto con el movimiento renovador del Vaticano II, aportan mayor credibilidad a la Iglesia y contribuyen al futuro del cristianismo.



Los curas obreros reivindican su lugar en favor de los desheredados
De la misa al tajo

El sacerdote obrero Julio Pérez Pinillos reivindicó hoy su lugar en favor de los desheredados y destacó que su trabajo actualmente se centra con los nuevos marginados y lejos de las fábricas. Pérez Pinillos hizo esta afirmación durante la presentación del libro "Curas obreros", del que es autor junto con José Centeno García y Luis Díez Maestro, también sacerdotes.

Este sacerdote, casado con Emilia Robles, destacó que quiere seguir siendo "testimonio lúcido, honesto y respetuoso en nombre de Jesús de Nazaret al servicio de la cultura de hoy".

"Somos minoría, pero vale la pena", sentenció Pérez Pinillos, que concluyó que "yo estoy donde están los desheredados", que en estos tiempos de crisis "demandan una presencia de acogida".

Por su parte, José Centeno indicó que en España hay actualmente 150 curas obreros, de los que el 24% están casados.

Además, subrayó que su trabajo cuenta con el apoyo de una parte de la Iglesia y de algunos obispos, entre ellos, Alberto Iniesta y Nicolás Castellano.

"Curas obreros", de la editorial Herder, recoge el testimonio de 29 de estos sacerdotes que narran su experiencia a fin de ofrecer información sobre esta realidad de la Iglesia española, que apareció en España en 1964.

Por su parte, el editor Raimund Herder subrayó la importancia de conocer el testimonio de estos curas obreros en un momento de crisis económica mundial.




HE LEÍDO UN LIBRO INTERESANTE: " CURAS OBREROS". Juan Cejudo

Acaba de salir a la venta, editado por Herder.

Ahí está el testimonio de muchos de los curas obreros de España. Lógicamente no están todos. Bastantes a los que se les invitó para que contaran su experiencia declinaron de hacerlo. Pero algunos de nosotros hemos querido aportar nuestro granito de arena contando lo que ha sido y es para nosotros casi toda una vida.

En mi caso, desde que con 24 años, aún de seminarista, tuviéramos nuestro bautizo en el Mundo Obrero en la Fábrica de San Carlos en San Fernando (Cádiz) hasta ahora, ya jubilado, pues han pasado unos cuantos años.

El libro está prologado por Pedro Carasa, Catedrático de Historia contemporánea en la Universidad de Valladolid.

A continuación van las historias, breves, de 28 de nosotros. No conozco a todos los que escriben, pero sí a algunos: Deme Orte, de Valencia, compañero también de Moceop y de CCP, Diamantino García (Sevilla), fallecido en 1.995, Estéban Tabares (Sevilla), Javier Fajardo (Cádiz), Juan Cejudo (Cádiz), Julio Pérez Pinillos (Madrid) también compañero de Moceop, Luís Pernia (Málaga), Mariano Gamo (Madrid), V. Martín (Barcelona)…

El Epílogo es de Julio Loys, catedrático del Instituto de Pastoral de Madrid.

Merece la pena leerlo para tomar conciencia del aporte significativo que supuso y supone el Movimiento de Curas Obreros en España a la Sociedad y a la Iglesia.

Y en mi opinión, sin duda, es también una referencia que sigue siendo perfectamente válida y necesaria para los curas de hoy en los tiempos de hoy.

El libro ha salido ya a la venta y se puede encontrar en las principales librerías.

Si algunos estáis interesados en adquirirlo, me lo podéis decir
(e-mail:
jucecalomatic591@gmail.com)
porque tengo algunos ejemplares (no muchos) que puedo vender a precio de coste (14 euros + gastos de envío). Lógicamente el precio en librerías será otro.

Esto es lo que pone la contraportada del libro:

“La existencia de una Iglesia militante en las filas de la oposición al franquismo representó una cierta seguridad para muchos españoles: la Transición no degeneraría en enfrentamiento militar. La presencia de curas obreros, jóvenes seminaristas enrolados a movimientos sindicales y secularizados en los movimientos sociales como Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC) o Acción Católica Obrera( ACO) fue un excelente antídoto contra el anticlericalismo de la clase obrera que venía evidenciándose desde principios del siglo XX.

Este libro recoge los testimonios de curas que resumen en su persona la vida de Jesús al servicio del Reino de Dios. Y es que sin esta presencia cristiana en los movimientos obreros, políticos y sociales, el proceso de descristianización de la nueva sociedad española habría sido mucho mayor.
Una generación que junto con el movimiento renovador del Vaticano II, aportan mayor credibilidad a la Iglesia y contribuyen al futuro del cristianismo”


Cádiz 3 de Mayo de 2.009

Publicado por Juan Cejudo en 12:19



encarnación

Veintinueve sacerdotes han relatado en un libro su vida como trabajadores. El primero se integró en el mundo obrero hace cuarenta y cinco años.

Pretendieron hacer presente la liberación del evangelio en una sociedad cuyas características fueron entonces la falta de libertades y la alianza del catolicismo con la dictadura.

Son historias de vida de curas obreros en diversos ambientes y profesiones: desde obreros metalúrgicos, de la construcción o del campo hasta camioneros, enfermeros, educadores sociales, taxistas, camilleros, libreros o agentes de ventas. Sus compromisos están en los sindicatos, en la política, en asociaciones de vecinos, movimientos sociales con discapacitados, inmigrantes, empresas de reinserción social o el tercer mundo, con la mira de no permanecer en el paternalismo sino de forzar cambios estructurales en la sociedad. Al mismo tiempo colaboran en parroquias, comunidades cristianas o movimientos apostólicos obreros.

Los Curas Obreros manifiestan con radicalidad que la Iglesia ha de ser fiel a la causa de la liberación de los oprimidos impulsada por Jesús en la historia, mediante el anuncio del Reino de Dios y la encarnación en la cultura de cada época y de cada grupo social, en especial en los más desfavorecidos.

El nacionalcatolicismo de los primeros años fue superado por el modelo de Iglesia, comunidad de comunidades, pueblo de Dios e Iglesia de los pobres, del Vaticano II. Ello supuso una renovación eclesial al servicio del mundo moderno como nunca se había dado anteriormente.

Con la desaparición del Papa Bueno y Pablo VI el conservadurismo fue progresivamente cerrando la apertura conciliar para regresar en los últimos treinta años a una iglesia pre-conciliar y clerical, aliada con los países del norte y contraria al espíritu de Jesús.

Este modesto libro quiere contribuir, junto a otras publicaciones de movimientos de sacerdotes y cristianos de base, a una Iglesia más democrática, profética, liberadora y comunitaria.

Confiamos en que la fuerza del Espíritu de Jesús de Nazaret haga posible una Iglesia, donde hombres y mujeres, satisfechos y pobres, intelectuales y trabajadores, nacionales y emigrantes, eclesiásticos y laicos, caminemos hacia una igualdad en dignidad, en derechos y obligaciones.

Un historiador, Pedro Carasa, de la Universidad de Valladolid, analiza el significado histórico de los curas obreros en España y un teólogo, Julio Lois, interpreta en el epílogo las intuiciones pastorales y teológicas de los curas obreros para el momento actual. Notas a pie de página y al final un glosario de nombres de organizaciones e instituciones ayudan a contextualizar los hechos que se narran. Se añaden diez páginas de bibliografía sobre la historia, teología y publicaciones de curas obreros.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

11/05/2009 09:39 Autor: ecleSALia.net



viernes, 8 de mayo de 2009

«¿QUIÉN DEFIENDE A LOS PARADOS?»

Fuente: pepecarrascosa

Con este titulo, el pasado día 3 de mayo, sacaba pecho un imprevisto defensor de los parados, un señor miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly.

Mi primera intención fue mandar una carta al director, pero las veinte líneas máximas que podía escribir, frente a la media página que él utilizaba me hizo desistir de tal idea, la envío a pesar de todo y la publico en mi blog para que también se conozca mi opinión.

El viejo dicho de: “lobo con piel de cordero”, quedaba bien manifestado en la opinión del Sr. Francisco J. Ferraro.

Son muchas las opiniones que distintas personas han escrito sobre la crisis y sobre las victimas de esta, pero ninguna de ellas me ha parecido tan manipuladora como esta.

Este artículo tan arropado de una pretendida defensa de los parados no es tal, veamos algunos puntos de dicho artículo:

En su primer punto el señor Francisco J. hace una ligera exposición de los datos del paro, digo que es ligera su exposición de los datos porque son escasos para hacernos ver que el paro no afecta a todas las autonomías, regiones o provincias por igual, y que en esta provincia de Cádiz con independencia de todos los gobiernos, tanto los de la dictadura como los de la democracia condenaron a Cádiz a ser la gran perdedora en la creación de empleo y por lo tanto de riqueza.

Sirva como ejemplo la época en que para acallar conflictos entre los trabajadores del País Vasco se llevaban producción prevista para los Astilleros de nuestra Bahía a Astilleros vascos, con la consiguiente pérdida de empleo en Cádiz.

En este punto se pregunta ¿porqué no se unen los parados para defender sus intereses?, su pregunta pudiera ser lógica de no ser que lo que pretende es motivar, sugerir crear conciencia sobre una unidad entre los parados al margen de las organizaciones sociales de tipo reivindicativa y por lo tanto fácilmente manipulable.

Es cierto que los sindicatos son los defensores naturales, es cierto también que hoy algunos de estos sólo representan a trabajadores con empleo estable y en grandes empresas, ya sean públicas o privadas, aunque también es cierto que a estos les pasa lo mismo que le pasa a buena parte de la prensa, está sometida a los intereses económicos imperantes.

Usted pregunta: ¿qué pasaría si los desempleados se organizasen de forma autónoma?, yo como desempleado que soy se lo voy a decir: ojalá así fuera, organizarse autónomamente, pero no como usted y otros voceros del neoliberalismo pretende, sumisos, dependientes, insolidarios, sin ideologías ni creencias, fáciles marionetas al servicio de la codicia y la ambición de empresarios sin escrúpulos para que nos den una migajas de sus beneficios.


No, ese tipo de organización no nos interesas, queremos una organización que crea en la utopía de que el trabajo es un derecho de todos los hombres y de todas las mujeres y no caridad que el sistema imperante reparte cómo, cuándo y a quién le interesa a sus beneficios económicos.

Ahora llego al meollo de lo que usted quiere transmitir en el artículo, con su propuesta que es la misma que se está dando desde los organismos financieros y empresariales.

Flexibilidad, flexibilidad y más flexibilidad y que tal como lo expone no es otra cosa que enfrentar a ocupados estables con ocupados precarios y con parados, para así extender las largas colas de demandantes de empleo a los que pagar cómo, cuándo y cuánto les de la gana a los empresarios.

Para más INRI de este tendencioso artículo y que es la intención última del mismo, desviar la atención del verdadero culpable de los previsibles cinco millones de parados que no es otro que el sistema económico neoliberal, ese sistema que nos prometió la felicidad y la riqueza para todos y que sin embargo lo que ha hecho es meter la mano en la caja arruinando a millones de ciudadanos, trabajadores y empresarios honestos, el neoliberalismo moral y éticamente ha fracasado y no lo aceptáis.

Esto es lo que pretende su artículo, engañarnos sobre la autoría de la crisis.

Los gobiernos sólo son otros títeres del neoliberalismo, como el sistema educativo, como algunos sindicatos, como mucha prensa…

Si, sois aliados, lo que pasa es que a muchos como usted les interesa un cambio más a la derecha del actual gobierno, que además, si que ha sido un ingenuo, pero en otro sentido, por creerse que con la inyección de dinero de todos los españoles que ha realizado a la banca española iba a contar con su apoyo.

La realidad ha sido muy distinta, no ha paliado la crisis, no ha servido de nada nuestro sacrificio.

Un verdadero gobierno de todos los españoles bebería haber nacionalizado, expropiado la banca y a todas aquellas grandes empresas que no sean capaces de mantener la producción y el empleo, el tipo de gobierno que a usted le gusta e interesa nos conduciría aun más a una mayor pobreza de los trabajadores, y sinceramente, si tenemos que ser aun más pobres, ¿es así cómo se defiende a los parados?

No gracias no necesito su tipo de defensa.

Por otra parte, hace un tiempo se decía que la recesión económica que hubo en los Estados Unidos por la tercera década del pasado siglo, provocó que ricos empresarios, banqueros… se suicidaran.

Yo no he leído que ha ninguno de los ricos actuales la crisis los haya conducido al suicidio, (que no es mi deseo) pero eso sería sintomático para creernos que la crisis la pagan también ellos.

Pepe Carrascosa










Fuente: DIARIO DE CÁDIZ
Autor: Fco. J. Ferraro
Actualizado 03.05.2009 - 01:00

LOS últimos datos de la Encuesta de Población Activa, que elevan a más de cuatro millones los parados en España, han causado preocupación en el país. Y el problema no acaba ahí, pues las previsiones de crecimiento del PIB para este año del FMI (-3%) y la profundización de la recesión estimada por el Banco de España (descenso del 1,8% del PIB en el primer trimestre) auguran que podríamos alcanzar la cifra de cinco millones de desempleados en un plazo no muy lejano, de los que más de un millón serían andaluces. Ante este drama social la pregunta que da título a este artículo no debe resultar ociosa pues, aunque toda la sociedad esté sensibilizada con la situación de los parados y el Gobierno asegure las prestaciones por desempleo, no deja de sorprender que un colectivo tan numeroso y perjudicado por la crisis no se organice para la defensa de sus intereses, como lo hacen centenares de colectivos con problemas comunes, desde las víctimas del terrorismo, a los afectados por estafas financieras o por enfermedades singulares.

Los sindicatos mantienen que son los defensores naturales de los parados, pero a los que representan fundamentalmente son a los trabajadores ocupados y, entre estos, a los ocupados con contratos indefinidos, por lo que, en el mejor de los casos, en los sindicatos conviven intereses diferentes, ya que los trabajadores con contratos indefinidos tienen como interés legítimo aumentar sus retribuciones y dificultar el despido, mientras que si los costes laborales y de despidos fuesen menores los parados tendrían más posibilidades de encontrar trabajo, tanto porque estimularía la creación de empleo por los menores costes laborales y su menor rigidez, como porque los parados podrían competir con los que ahora están disfrutando de un empleo estable y bien remunerado.

¿Qué pasaría si los desempleados se organizasen de forma autónoma? Algunos temerán que pudiesen ser una fuente de inestabilidad social, pero los parados no son terroristas ni personas insensatas y, si bien podría ser previsible que presionasen a los gobiernos por la creación de empleo público o para aumentar el tiempo de percepción del subsidio de desempleo, también es imaginable que sus intereses y reivindicaciones favoreciesen un mejor funcionamiento del mercado de trabajo. Tal vez estuviesen en desacuerdo con las reivindicaciones de aumentos salariales de los empleados con contratos fijos en el actual contexto de austeridad; tal vez exigiesen reformar el sistema formación profesional para los desempleados haciéndolo más funcional a las necesidades de empleo y vinculándolo más con la inserción laboral; tal vez los parados con elevada cualificación no comprenderían por qué personas con menor formación siguen ocupando puestos de trabajo que ellos pueden desarrollar mejor y al que estarían dispuestos a acceder con salarios menores; tal vez estarían en desacuerdo con las prerrogativas de los interinos en las oposiciones a funcionarios; tal vez no les hiciese muy felices saber que a lo máximo que pueden aspirar es a un contrato temporal con escasa seguridad y cobertura frente a los que se encuentran protegidos por un contrato indefinido (en el último trimestre no ha disminuido el número de ocupados con contrato indefinido, mientras que disminuyó en más de medio millón el de los ocupados con contratos temporales).

Tal vez, por tanto, los desempleados caerían en la cuenta de que la dualidad existente en el mercado de trabajo entre insiders (ocupados con contratos indefinidos) y outsiders (contratados temporales y parados) no les favorece, y que la asimetría entre ambos colectivos es profundamente injusta, y compartirían con instituciones y analistas de todo signo la necesidad de una reforma del mercado de trabajo que supere esa dualidad, como viene siendo reclamada de forma insistente por el FMI, la OCDE, la Comisión Europea y la generalidad de los analistas económicos, manifestación de la cual es la propuesta de reactivación laboral en España elaborada por prestigiosos economistas académicos de todo el país.

Frente a ello, un Gobierno abrumado por el paro y el deterioro de la situación económica, y con una creciente debilidad parlamentaria, se ha enrocado en un discurso a la defensiva esgrimiendo una salida de la crisis sin recortes sociales (¿hay un recorte social peor que el aumento del paro?) con el que trata de asegurar la estabilidad del voto socialista. En este contexto, los sindicatos radicalizan su discurso en defensa del statu quo, oponiéndose a cualquier reforma del mercado de trabajo en orden a su mayor flexibilidad y ruptura de la dualidad, mientras que siguen exigiendo aumentos salariales para funcionarios y otros empleados estables cuando el resto del país (empresarios, autónomos, accionistas, propietarios y parados) ve disminuir su renta y riqueza.

jueves, 7 de mayo de 2009

UNA OPORTUNIDAD HISTÓRICA (nn.oo. 1479)




Cuando escribimos estas líneas, el gobierno está estudiando la posibilidad de ampliar un año la percepción del subsidio de desempleo, ante el destrozo humano y social que la crisis está provocando. Nos parece una medida acertada, pero insuficiente; porque hay oportunidades históricas que debemos aprovechar para dar un salto hacia la humanización de todo y de todos.



La oportunidad surge porque la ambición y el egoísmo de unos pocos han roto la relación entre trabajo productivo y riqueza; han conseguido ganar dinero rápido y fácil comprando y vendiendo dinero, papeles, oportunidades, intangibles…, toda una gran mentira que ha estallado provocando víctimas humanas. Quien esté persuadido de que es posible reconducir esta situación se equivoca, porque la necesidad de incrementar los beneficios permanentemente ‑como pecado estructural‑ y la ambición de tener más y más ‑como pecado personal‑ harán aflorar nuevas formas de ganar dinero rápido y fácil; nuevas formas de romper la relación entre trabajo productivo y riqueza; nuevas formas de ingeniería financiera, que es el eufemismo que utilizan para no decir robo legalizado.


Al romperse la relación entre trabajo productivo y riqueza, se ha roto también la relación entre empleo productivo y salario, entre empleo y condiciones de vida; y no lo ha hecho de manera coyuntural, lo ha hecho como producto inevitable de la confluencia entre el pecado estructural y personal que han generado la crisis; y como éstos no van a remitir, tampoco lo hará la ruptura entre empleo productivo y salario. Debemos de acostumbrarnos, pues, a convivir con multitudes que van a carecer de algún medio de vida de manera estable.


Lo que ocurre es que una sociedad así no es gobernable, no es humana, no es moral, no es aceptable. Pero tampoco lo es una sociedad subsidiada, una sociedad desempleada, una sociedad en la que se percibe lo necesario para vivir sin aportar nada a cambio, una sociedad con derechos pero sin deberes.


La oportunidad consiste en restablecer la relación entre empleo productivo y medios de subsistencia, pero un empleo productivo para la comunidad, no para un particular; un empleo productivo generador de riqueza para todos, no para la apropiación individual; un empleo productivo que puede surgir de la iniciativa privada, de la pública o de ambas, pero que no tiene como finalidad el enriquecimiento individual.


¿Y qué motivación pueden tener para crear empleo, los unos, y para trabajar, los otros? Sólo puede haber una motivación: El amor, experimentar que se ha acabado la lucha de unos contra otros y que hemos pasado a la lucha de todos por todos, especialmente por aquellos que peor lo pasan.


La Iglesia podemos prestar un servicio inestimable ofreciendo el patrimonio de nuestra doctrina social, según el estilo de diálogo de Jesucristo: que «habla a los hombres como amigos» (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 13) y «proponer a todos los hombres un humanismo a la altura del designio de amor de Dios sobre la historia, un humanismo integral y solidario, que pueda animar un nuevo orden social, económico y político, fundado sobre la dignidad y la libertad de toda persona humana, que se actúa en la paz, la justicia y la solidaridad». (CDSI, 19)


Se nos abre un gran horizonte, una gran oportunidad para compartir lo que tenemos; para la formación y la educación del nuevo ser humano, que todas las instituciones y asociaciones deben fomentar con profundidad y seriedad. Oportunidad que nos exige cambiar, que nos da miedo, que no sabemos cómo hacerlo, pero que está ahí, esperando nuestra llegada. En la Iglesia le llamamos conversión. ■


EDITORIAL
Publicado en NOTICIAS OBRERAS:
Núm. 1.479 [1-5-09 / 15-5-09] pág. 5


Tema de la Quincena: Espiritualidad del cristiano en la práctica social y política.






miércoles, 6 de mayo de 2009

BLOG DE «CRISTIANISMO Y JUSTICIA»

Fuente: Blog de Cristianismo y Justicia


«Cristianismo y Justicia» abre un nuevo espacio de diálogo y de opinión..


Como ya sabréis, Cristianismo y Justicia tiene tres objetivos principales:

a) La reflexión de la fe desde la práctica por la justicia;

b) La participación en la dinámica social que trabaja por un mundo más humano, mediante el diálogo interdisciplinario y el análisis de la función de la fe dentro esta dinámica social; y

c) El diálogo crítico con la cultura, desde una opción clara por la causa de los pobres.


Y eso, como decimos en nuestra misma presentación, lo hacemos mediante un trabajo a dos niveles:

  • investigación, reflexión interdisciplinaria y seminarios internos, que hacemos a través de nuestro Equipo, formado por un buen número de personas que hacen su ‘voluntariado intelectual’ en CIJ aportando su tiempo, saber y pasión…

  • difusión mediante cursos, mesas redondas, conferencias, publicaciones de cuadernos y libros y página web.

Pues bien, este nuevo espacio (el Blog de CiJ) quiere ser un lugar que facilite tres cosas:

  1. que nuestra reflexión y las opiniones de las personas de nuestro Equipo puedan reaccionar de manera más ágil a las interpelaciones de nuestro mundo en su día a día.

  2. que sea un espacio abierto, participativo, de diálogo constructivo, donde podamos hacer buenas aportaciones para un mundo más justo, un mundo más “como Dios sueña”.

  3. que facilite nuestra vocación, como Centro, de establecer puentes. Como decía nuestra última Congregación General de los jesuitas: “es preciso que prestemos oídos a todos y construyamos puentes entre comunidades con todas las personas de buena voluntad” (CG 35 D3 n.22). ¡Ojalá lo sepamos hacer desde aquí!

Estamos muy ilusionados con la apertura de este espacio que esperamos que ayude a Cristianisme i Justícia en esta tarea de trabajar, desde la reflexión comprometida (que “nos invita a mirar el mundo desde la perspectiva de los pobres y marginados” [CG 35 D3 n. 27]) a trabajar por un mundo más justo y comprometido.

Muchas gracias por adelantado,

Llorenç Puig sj

Director de Cristianisme i Justícia



http://www.fespinal.com/espinal/llib/es160.pdf

Ante la muerte se nos amontonan las preguntas.

Una primera pregunta sería:
¿dónde “están” los seres queridos que la muerte nos ha arrebatado?

Una segunda pregunta:
¿dónde “estaremos” nosotros cuando nos pase lo mismo?

Preguntas de difícil respuesta que nos dejan en la incertidumbre y en la angustia.

Este cuaderno pretende reflexionar sobre el anhelo o la búsqueda que estas preguntas han despertado en el interior de la teología cristiana.