PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

martes, 8 de julio de 2014

ORAR EN EL MUNDO OBRERO:
«SALIÓ EL SEMBRADOR...»
DOMINGO XV DEL T. O. (13 julio 2014) Ciclo “A”

VER:

(El Papa) dirigiéndose
a uno de los trabajadores
en paro, ha dicho:

“Tú has hablado de dignidad.
No tener trabajo
no es solo no tener
lo necesario para vivir, no.

Nosotros podemos comer todos los días:
vamos a Cáritas, vamos a una asociación,
a un club, a dónde sea, y nos dan de comer.

Pero ese no es el problema.

El problema grave
es no poder llevar
el pan a casa.

¡No llevar el pan a casa
nos roba la dignidad!
Tenemos que defender
nuestra dignidad”.



Dibujos de Cerezo



ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Ciclo “A”  (2013-2014)

DOMINGO XV DEL T. O.
(13 julio 2014)

Que uno vea y oiga no supone
que uno entienda (cf. v. 13),
pero son parte integrante:
«ojos que ven» y «oídos que oyen»
son el fundamento para que
pueda surgir el entender.






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13 de julio de 2014
15º domingo Tiempo ordinario (A)

Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
La lluvia hace germinar la tierra.

Salmo 64, 10. 11. 12-13. 14 (R.: Lc 8, 8)
La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-23
La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-23
Salió el sembrador a sembrar.

La Palabra germina en el corazón disponible.
Por la palabra los hombres se comunican a un triple nivel:
expresa ideas, opiniones, experiencias; el que habla se autocomunica
y espera respuesta por parte de su interlocutor.
La Palabra de Dios comunica los secretos divinos
ocultos en el misterio de Dios.
La Palabra es siempre eficaz, poderosa y realiza lo que se propone.
Se la considera como la lluvia o la semilla (1 lect.).
A veces no se escucha la Palabra porque los oídos están cerrados.
Se escucha la Palabra e inmediatamente se olvida su contenido.
La mayoría la escuchan y responden.
La palabra de Dios exige al hombre disponibilidad y colaboración
para que pueda fructificar en su corazón  (Ev).
Los trabajos de ahora no deben descorazonar
sino estimular a esperar el premio de la gloria (2. lect.).
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