PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

lunes, 11 de febrero de 2019

BUCEAR EN EL MISTERIO DE LA VIDA ESPIRITUAL, por José Antonio Hernández Guerrero




Bucear en el misterio de la vida espiritual.



No albergo la menor duda de que, en la situación actual de descristianización de la sociedad, es prioritario transmitir mensajes evangelizadores en los que expliquemos los contenidos fundamentales de las enseñanzas de Jesús de Nazaret y los compromisos personales, familiares y sociales que su seguimiento nos exige. Pero también reconozco la conveniencia saludable de profundizar, al mismo tiempo y en la medida de lo posible, en el interior de nosotros mismos para descubrir esas raíces íntimas que han de alimentar el crecimiento trascendente de la vida espiritual. Estoy convencido de que bucear en el misterio de la vida espiritual es una práctica urgente y beneficiosa cuyo aprendizaje no es posible sólo con el auxilio de la ciencia, de la tecnología, de la filosofía, de la psicología ni siquiera de la teología.


La doctora Antonietta Potente, Hermana Dominica de Santo Tomás de Aquino, nos ofrece una eficaz ayuda con su libro titulado «Como pez que está en el mar», en el que, de forma rigurosa, profunda y, al mismo tiempo, clara y amena, nos resume los frutos de sus experiencias, de sus análisis y de sus conversaciones con otras personas que experimentan sus mismas inquietudes e idénticas vivencias.


De manera especial me ha llamado la atención la agudeza con la que penetra en los procesos de “conversión” de los hombres y de las mujeres que, procedentes de distantes orígenes sociales, culturales y religiosos, han seguido unos caminos convergentes hacia el descubrimiento de ese espacio común de “convivencia” en el que vivir “en la verdad de la diferencia, en la bellísima pertenencia de los unos para los otros, de las unas para las otras”. Otro acierto, a mi juicio importante, es el lenguaje dialogal que utiliza con el fin de hacernos comprensibles sus reflexiones y agradables sus comentarios. Partiendo del texto en el que san Pablo afirma que “nuestro conocimiento es imperfecto e imperfecta es nuestra profecía” (1 Cor 13,12) la autora establece varios diálogos con interlocutores tan diferentes como un “hermano” boliviano, varias amigas -una veronesa y otra veneciana- e, incluso, con una musulmana. En estas conversaciones nos detalla los rasgos esenciales de la mística, una experiencia humana honda que ella caracteriza como un largo viaje interior, como un recorrido de transformación y de iniciáticas salidas de nosotros mismos, para encontrarnos cerca del corazón del universo.


Me han resultado especialmente clarificadoras las comparaciones que ella establece entre el proceso de la mística y los viajes que realizan los investigadores, por ejemplo, al interior de las plantas, de los animales y de los seres humanos, teniendo en cuenta que, como la autora afirma “la mística es la intensidad de la vida o, mejor, la Vida que subyace detrás de la vida; igual que la raíz de las plantas”. Y es que -ésta es una de sus conclusiones- las mística es, entre otras cosas, la experiencia del caminar profundo de cada uno de nosotros, cuando nos sentimos humanos y divinos al mismo tiempo, así como “cuidar el jardín” (cf. Gén 2,8). Son atinadas, en mi opinión, las exégesis que hace de textos bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, las citas del Islam e, incluso, sus comentarios sobre escritos filosóficos.



José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. Actualmente, nos envía también una reseña semanal sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología. Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.


[«Como el pez que está en el agua.
La mística, lugar de encuentro».
Antonietta Potente
Madrid, Paulinas, 2018]