PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

jueves, 17 de diciembre de 2020

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO» (20 DE DICIEMBRE DE 2020)
CICLO “B”

4º Domingo de Adviento (20 de diciembre de 2020)

17 DICIEMBRE 2020 | POR 

Queridas hermanas y hermanos:

En la vida hacemos muchos viajes.

Unos como turistas por
la superficie de la vida,
y otros hondamente vitales;
de esperanza y solidaridad,
que ponen a punto de luz
nuestra vida.

No es necesario recorrer muchos kilómetros
para hacer estos viajes existenciales
que nos llevan al encuentro vivido
con quienes nos necesitan.

A veces basta levantar
los ojos del ordenador,
asomarte a la ventana,
salir al rellano
de la escalera,
cruzar la calle,
darte una vuelta
por el barrio,
coger el autobús,
llegarte a la parroquia
o la asociación,
ir al sindicato,
acudir a la manifestación,
o mirar a tus compañeras de trabajo…
aunque últimamente hayamos
de hacerlo enmascarados.

Recuerda tus últimos
viajes vitales,
tus encuentros
(vuelve a pasarlos por el corazón)
¿a quién te llevaron a servir?

Hasta mañana en el altar.

¡A cuidarse para cuidar!

Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y

Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.



San Lucas 1,26-38.-
«Hágase en mí
según tu palabra».

Accede a más oraciones aquí.
https://www.hoac.es/que-hacemos/espiritualidad/orar-desde-el-mundo-obrero/

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https://www.hoac.es/2020/12/17/4o-domingo-de-adviento-20-de-diciembre-de-2020/ 

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«ORAR CON LA IGLESIA»

TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’) 4ª Semana de Adviento
Del 20 al 24 de diciembre de 2020.

TIEMPO DE NAVIDAD (Ciclo ‘B’) Octava de Navidad
25 y 26 de diciembre de 2020.


TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’)
Domingo, 4ª Semana de Adviento.
20
de diciembre de 2020.

 

El misterio de la encarnación del Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo en el seno de María, la Virgen (Ev.), es el centro de la liturgia de hoy.  El Hijo de Dios se hace hombre para que, por su pasión y cruz, alcancemos la gloria de la resurrección (cf. 1.ª orac.).  En Jesucristo se cumplirán las promesas hechas por Dios a David, cuyo «reino se mantendrá siempre firme ante el Señor» (1 lect. y Ev.).  En la misa, el Espíritu Santo, de manera análoga a cuando fecundó con su poder las entrañas de María, viene sobre el pan y el vino y los hace Cuerpo y Sangre del Señor (cf. orac. sobre las ofrendas).

 

Del Evangelio según san Lucas 1,26-38.
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”

El ángel Gabriel dijo a María: -"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".  "No temas, porque has encontrado gracia ante Dios.  Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”.  Y María dijo al ángel: -"¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?".  El ángel le contestó: -"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios”.  María contestó: -"Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra". 

COMENTARIO

La fortaleza de Dios se manifiesta en la pobreza y sencillez de las criaturas.  Solamente pide: la generosidad y la humilde acogida a sus acciones.  El Espíritu descenderá sobre María y la fuerza del Altísimo la cubrirá con su sombra.  Sólo necesita que alguien diga "aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra", para que realice verdaderos milagros.  En estos días muy próximos a la Navidad, preparemos nuestro corazón para decirle al Señor lo que María dijo: "Hágase en mí según tu palabra". 

ORACIÓN

Queremos salir a los caminos de la vida Señor, y ver que tu vuelves, que vuelves como la nieve en Navidad, como el pájaro al nido.  Queremos ver en ti al profeta, al mensajero de Dios, que viene para que vestir nuestro mundo de esperanza, llenar nuestra vida de sentido.  Que en la esperanza cierta de tu venida Señor, alabemos a Dios y le bendigamos, y que en nuestras vidas no se frustren los proyectos de Dios.  Que te acojamos Señor, como María diciendo: Hágase en mí según tu palabra. 


TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’)
4ª Semana de Adviento.
Lunes, 21
de diciembre de 2020.

 

Del Evangelio según san Lucas 1,39-45.

“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”

María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.  En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.  Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: -"¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!  ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?  En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.  Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá". 

COMENTARIO

Quienes tenemos fe y, por tanto, tenemos a Dios en el corazón, somos dichosos y felices porque se cumple lo que lo que Dios ha prometido.  Ante la cercanía de la Navidad la alegría tiene que inundar nuestra vida como le pasó a Isabel y Juan Bautista.  Quien espera a Cristo, quien lo lleva en su vida por la fe, tiene que disfrutar de la vida que Dios concede a quien cree en él.  "Dichosa tú, feliz tú, que has creído.  En estos días tenemos que decirle a Jesús que venga a nuestros corazones y que, curando nuestro proceder incorrecto, nos inunde de la alegría de su presencia.  Así se lo pedimos hoy. 

ORACIÓN

Acepta con paz los acontecimientos de la historia, no te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por su porvenir más o menos sombrío.  Quiere lo que Dios quiere.  Ofrécele en medio de las inquietudes y dificultades, el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios de su providencia.  Confía en ese Dios que te quiere sin medida, recíbele en Jesús que trae la fuerza de su amor y alegría.  Vive feliz y alegre.  Te lo suplico.  Vive en paz. 


TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’)
4ª Semana de Adviento.
Martes, 22
de diciembre de 2020.

 

Del Evangelio según san Lucas 1,46-56.

“El Poderoso ha hecho obras grandes en mí”.

María dijo: -“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.  Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: Su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.  Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.  Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia por siempre”. 

COMENTARIO

María canta al Señor.  Canta lo que vive.  María reconoce que lo que ha pasado en ella no es algo aislado.  Dios no empieza hoy en tu vida ni en la historia del mundo.  Dios, para ser acogido, necesita ser reconocido en las obras que ha hecho y sigue haciendo.  Sin ojos para contemplar las huellas de Dios en nuestra historia, Dios no puede existir en el corazón de nadie.  ¿De qué sirve acercarse a confesar a Dios en un pesebre si no lo reconocemos también en casa, en la calle, en el trabajo, en las noticias de todos los días...? 

ORACIÓN

Madre: Enséñanos a proclamar la obra de Dios en nuestra vida.  Madre de todas nuestras esperas, tú que sentiste encarnarse en tu seno la Esperanza de tu pueblo, la Salvación de Dios, protege nuestras maternidades y paternidades biológicas y espirituales.  Madre de todas nuestras esperanzas, tú que acogiste la fuerza del Espíritu para dar carne a las promesas de Dios, concédenos encarnar el Amor, signo del Reino de Dios, en todos los gestos de nuestras vidas. 


TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’)
4ª Semana de Adviento.
Miércoles, 23 de diciembre de 2020.

 

Del Evangelio según san Lucas 1,57-66.-

“El nacimiento de Juan Bautista”

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo.  Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.  A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.  La madre intervino diciendo: -"¡No!  Se va a llamar Juan".  Le replicaron: -"Ninguno de tus parientes se llama así".  Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase.  Él pidió una tablilla y escribió: -"Juan es su nombre".  Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: -"¿Qué va a ser este niño?".  Porque la mano del Señor estaba con él. 

COMENTARIO

Con Juan nace un mundo nuevo un mundo de gracia como lo anuncia el propio nombre de Juan.  El anunciará una gran misericordia; señalará al que viene para anunciar a su pueblo la salvación.  El nacimiento de Juan nos abre hacia el porvenir.  Juan será el precursor de la gracia llamando a los hombres a superarse para ir al encuentro de Dios.  La venida del Señor no será para destruir sino para alcanzar la reconciliación que ahora se encuentra rota.  Jesús cumple la misión de salvar y redimir todo lo que estaba perdido.  No viene a destruir el mundo, sino a que el mundo se salve por él.  Abramos el corazón a la venida del Señor y pidámosle nos ayude a aceptarla con fe y confianza. 

ORACIÓN

Bendito seas Dios mío, que te compadeces y renuevas todas las cosas.  Concédeme llegar a la fiesta de la Navidad como quien llega a un esperado nacimiento que lleva en sí la aurora de un futuro nuevo.  Señor te doy las gracias con todos los profetas, que esperaron el día de tu venida.  Te doy las gracias con Juan Bautista, que señaló al cordero de Dios y preparó en el desierto el camino de tu venida.  En comunión con la Iglesia, de todos los tiempos, te alabó por tú inmenso amor.  En comunión con la iglesia de todos los tiempos, te alabó por tú inmenso amor. 


TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’)
4ª Semana de Adviento.
Jueves, 24 de diciembre de 2020.

 

Del Evangelio según san Lucas 1,67-79.

“Nos visitará el Sol que nace de lo alto”.

Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: -"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.  Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres.  Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. 

COMENTARIO

El himno de Zacarías es una acción de gracias porque Dios ha cumplido su promesa: ha visitado y redimido a su pueblo.  Zacarías ha sido liberado de su mutismo anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados y nos pide que le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.  Alégrate goza y celebra que "Dios se acordó de su pueblo y envió al Redentor".  ¡Feliz Nochebuena! 

ORACIÓN

Cristo Jesús, eres la salvación que nos libras de nuestros enemigos; eres el cumplimiento de la misericordia de Dios.  Líbranos de temor, arráncanos de la mano de los enemigos, para que le sirvamos a Dios con santidad y justicia, todos nuestros días.  Cristo Jesús, sigue anunciando a tu pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.  Concédeme Señor preparar tus caminos, guía mis pasos por los caminos de tu paz.  Bendito seas padre de bondad porque en Cristo nos visitas y redimes.  ¡Feliz Noche Buena! 



TIEMPO DE NAVIDAD (Ciclo ‘B’)
Octava de Navidad: Nochebuena y Navidad
Viernes, 25 de diciembre de 2020.

 

NOCHEBUENA

 

En medio de la noche nació Cristo, la luz del mundo, la gracia de Dios para todos los hombres.  Y esta primera venida en la humildad del pesebre es una llamada a vivir sobria, justa y piadosamente, aguardando la dicha que esperamos: su segunda venida, «la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo» (2 lect.).  El Hijo de Dios, al asumir la naturaleza humana, nos ha unido a la naturaleza divina de modo admirable (cf. orac. sobre las ofrendas).  Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.  Que haya sitio para él en nuestro corazón.  Viviendo santamente, podremos llegar un día a la perfecta comunión con Cristo en la gloria (cf. orac. después de la comunión).

 

Del Evangelio según san Lucas 2,1-14.

“Hoy os ha nacido un Salvador”.

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio…  También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta.  Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.  En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.  Apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». 

COMENTARIO

La liturgia de esta noche nos presenta las coordenadas histórico-teológicas del nacimiento de Jesús y el cumplimiento de las promesas.  Un triple anuncio: El profeta Isaías anuncia el nacimiento de un niño que es consejero y príncipe de la paz.  La noticia suscita un cántico de alegría (Is 9,1-3.5-6).  El ángel del Señor anuncia a los pastores el nacimiento del Salvador y un coro angélico canta: "Gloria a Dios en el cielo..." (Lc 2,1-14).  Pablo anuncia y explica el significado de la manifestación de la gracia de Dios y exhorta a los cristianos a hacer el bien (Tit 2,11-14)
 

ORACIÓN

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor.  Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar.  Gracias por las personas que trabajan con nosotros.  Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el Nacimiento de tu Hijo.  Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza.  Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.  Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad.  Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar. 


NAVIDAD

El Verbo, el Hijo de Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros (Ev.).  Es el niño que ha nacido, compartiendo nuestra condición humana, para que podamos compartir su condición divina (cf. 1.ª orac.).  Es la salvación de nuestro Dios que todos verán (cf. 1 lect. y sal. resp.).  Dios nos ha hablado por medio de su Hijo (2 lect.).  A partir de ahora será ese Verbo de Dios el que tendremos que recibir y escuchar llenos de fe y así podremos ser en verdad hijos de Dios.  En la eucaristía el Salvador sigue comunicándonos su vida divina y abriéndonos el camino para participar del don de su inmortalidad (cf. orac. después de la comunión).

 

Del Evangelio según san Juan 1,1-18.

“La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”

En principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.  En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.  Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.  Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.  Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.  Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. 

COMENTARIO

El Salvador nace en Belén.  Y la Palabra de Dios nos invita a vivir con gozo este acontecimiento.  El Salvador de la humanidad será, simplemente, un niño, hijo de la joven María y del carpintero José.  Pero será el Hijo de Dios que traerá consigo la paz para los hombres de buena voluntad.  El evangelista san Juan afirma que quienes le reciben son hijos de Dios.  Hoy podemos cantar con razón: Gloria a Dios en las alturas porque hay más paz en muchos corazones. 

ORACIÓN

Te diré mi amor, rey mío, con una mirada suave, te lo diré contemplando tu cuerpo nacido entre pajas, te lo diré adorando tu carne; te lo diré con mis besos, te lo diré con el amor de tu Madre y con la fe más profunda de que soy capaz: bendito seas porque has venido en esta carne; bendito seas.  Bendito seas por venir a poner paz en tanta guerra, calor donde hay tanto frío, bendito seas por venir a plantar el cielo en la tierra.  Bendito seas niño Dios por venir a salvarme bendito seas mi redentor.  Por tu nacimiento Jesús: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el señor. 


SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR,
TIEMPO DE NAVIDAD
(Ciclo ‘B’)
Octava de Navidad.
Sábado, 26 de diciembre de 2020.

 

 

Fiesta de san Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores (elog. del Martirologio Romano).


Del Evangelio según san Mateo 10,17-22.

“No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre”

Dijo Jesús a sus apóstoles: -“No os fieis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.  Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: En su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. 

COMENTARIO

En el evangelio hemos leído palabras que nos hablan de entregar, acusar, odiar, perseguir.  Parece que este porvenir, que Cristo predice a sus seguidores, suena mal al lado de los villancicos, que nos hablan de paz y de alegría.  La fidelidad a Cristo, una fidelidad constante, puede traernos esas consecuencias.  Así le ocurrió a san Esteban, el primer creyente que murió mártir por declarar que Jesucristo era Dios.  Tenemos que estar dispuestos a aceptarlas y saber que el Espíritu Santo nos asistirá de un modo especial y que "el que persevere hasta el final, se salvará".  Saber esto es también un motivo de fiesta y de alegría. 

ORACIÓN

Señor Jesucristo, nacido en Belén, que concediste a tu primer mártir Esteban seguir tu ejemplo.  Concédenos que, como él, sepamos perdonar a nuestros enemigos, y rogar por los que nos maltratan.  Tú, glorioso mártir San Esteban que por proclamar tu amor a Cristo en la tierra te fuiste a acompañarlo a Él en el cielo. Haz que seamos muchos, muchísimos los que con nuestras palabras y buenas obras nos declaremos amigos y seguidores de Jesús en esta vida y seamos sus compañeros en el gozo eterno del Paraíso.  Amén.