PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

sábado, 30 de julio de 2022

«VIDA NUEVA» Revista Núm. 3.281 del 30 de julio al 05 de agosto 2022: «'Mea culpa' definitivo a los indígenas canadienses».

500 años con Íñigo, el Peregrino

Por Josep Lluís Iriberri, SJ

En 1521 una bala de cañón rompe la pierna de quien solo 66 años después de su muerte será reconocido como san Ignacio de Loyola. Con 31 años, Íñigo aprende a poner orden en su vida. ¿Quién era este hombre? ¿Qué vivió en sus primeros tiempos como peregrino? ¿Qué puede aportar a nuestro siglo XXI una vida de hace 500 años? Aprovechamos este 2022 para aproximarnos a aquel joven que cambió de vida.


PARA MÁS INFORMACIÓN: PULSAR

https://www.vidanuevadigital.com/sumario/revista-3281/

http://www4.teenvio.com/v4/public/estadisticas/lee/sm_ppc/680/6469/f5738eaa9f96ad47f59c4fd63f0fc830/

59. Francisco en Canadá; lo que hay detrás.
https://www.ivoox.com/59-francisco-canada-lo-hay-detras-audios-mp3_rf_90418355_1.html



ORAR EN EL MUNDO OBRERO «XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO» (31 DE JULIO DE 2022)
CICLO “C”


18º Domingo del Tiempo Ordinario C • 31 julio 2022

28 JULIO 2022 | POR FERNANDO C. DÍAZ

Los becerros de oro,
los ídolos del dinero
que nos someten son
de muy variados tamaños;
no se trata solo
de grandes corporaciones,
de mecanismos transnacionales,
porque también
la idolatría del dinero
se instala en nosotros,
en nuestro día a día,
en nuestras pequeñas codicias,
en el uso cotidiano de nuestros bienes…

Lo que es idéntico en todos los casos
es la deshumanización que producen.



Del evangelio según
san Lucas 12,13-21.
«Guardaos de toda clase de codicia».


https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2022/07/18o-Domingo-TO-C.pdf

 

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«ORAR CON LA IGLESIA»

18ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘C’)
Del 31 de julio al 06 de agosto de 2022.


Domingo 18º del Tiempo Ordinario.
San Ignacio de Loyola, Presbítero.
Fundador de la Compañía de Jesús.
31 de julio de 2022.

¿En qué tenemos puesta nuestra seguridad?  ¿Qué pensamos que es la fuente de nuestra felicidad?: ¿el dinero, las propiedades, los placeres de este mundo, la fama, el poder…?  Las lecturas de hoy nos responden a estas preguntas.  «¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?…  ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!».  El Evangelio nos llama a no atesorar bienes de este mundo sino a hacernos ricos ante Dios: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia.  Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».  En la misma línea la 2ª lectura. nos recuerda que, habiendo resucitado con Cristo, debemos buscar los bienes de arriba, donde está Cristo.  Nos haremos ricos ante Dios compartiendo lo que tengamos con nuestros hermanos más pobres y necesitados.  Y solo en Cristo, pan de vida, saciaremos nuestra hambre y nuestra sed (cf. antífona de la comunión).


- Eclesiastés (
Qohéleth) 1,2;2,21-23: ¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?

- Salmo 89: R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

- Colosenses 3,1-5.9-11: Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo.

Del Evangelio de san Lucas 12,13-21.
“Lo que has acumulado, ¿de quién será?”.

Jesús les propuso una parábola: -"Un hombre rico tuvo una gran cosecha.  Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré?  No tengo donde almacenar la cosecha.  Y se dijo: Derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha.  Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.  Pero Dios le dijo: Necio, esta noche te van a exigir la vida.  Lo que has acumulado, ¿de quién será?  Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios".

COMENTARIO

Jesús en el Evangelio, nos hace una llamada a ser sensatos en nuestros afanes y saber luchar por los bienes que no perecen.  Solamente quien confía en Dios y se “hace rico ante Él” quedará colmado de consuelo y felicidad.  Hemos de trabajar por el pan de cada día; pero debemos hacernos ricos ante Dios que es lo que tiene valor permanente e imperecedero.  El Evangelio no condena los valores humanos ni los bienes materiales.  Lo que sí condena es hacer de ellos el centro de la vida.  El Señor no regatea las cuatro monedas que podamos gastar en una fiesta o en unas merecidas vacaciones, pero sí nos advierte sobre nuestros criterios y modos de pensar acerca de los bienes y el modo de conseguirlos y compartirlos.  A veces se pretende llenar el vacío interior con la posesión de cosas.  Y es una equivocación.  Por ello, el Señor nos invita a que nos afanemos y trabajemos para ser “ricos ante Dios”.

ORACIÓN

Nos alimentamos de lo fácil: De antojos, de apariencias, de ganas de tener, de comodidad, de modas, de seguridades frágiles, de nosotros mismos y no de Ti. Señor, ten piedad.  Nos olvidamos de tu Palabra: De tu buena noticia, del mandamiento del amor, de la entrega y el servicio, de poner nuestra confianza en Ti, de proseguir tu causa, de cantar tus maravillas, de conversar con los hermanos. Cristo, ten piedad.  Cargamos soledades estériles, cruces inútiles, miedos que nos paralizan, inseguridades caprichosas, insatisfacciones constantes, deseos huecos, ramas sin fruto. Señor, ten piedad.  Señor que hoy tu seas lo primero en mi vida.


Lunes de la 18ª Semana T. Ordinario.
San Alfonso María de Ligorio,
obispo y doctor de la Iglesia.

01 de agosto de 2022.

Del Evangelio de san Mateo 14,13-21.

“Alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición
y dio los panes a los discípulos;
los discípulos se los dieron a la gente”.

Los discípulos le dijeron a Jesús: -“despide a la multitud para que vayan y se compren de comer”.  Jesús les replicó: -“dadles vosotros de comer”.  Ellos le replicaron: -“Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces”.  Les dijo: -“Traédmelos”.  Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.  Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras.  Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

COMENTARIO

Ante la necesidad de la gente, el mandato del Señor a sus discípulos fue: En vez de despedirlos, dadles vosotros de comer.  ¿Es que podían ellos y podemos hoy nosotros multiplicar el pan para los pobres por arte de magia o de fe?.  En todo caso, a lo que ciertamente no podemos renunciar es a multiplicar el amor y la fraternidad entre los hombres-mujeres mediante el compartir lo que hay, como se hizo con los cinco panes y los dos peces.  Ante el hambre y la pobreza de nuestro entorno, nuestra solidaridad ha de impulsarnos, como a Jesús, a una acción eficaz en las múltiples formas de compromiso que despierta el amor creativo.  Multiplicar hoy el pan para los pobres presupone el milagro de amar.

ORACIÓN

Jesús, fuente inagotable de vida, amor y paz.  Gracias por continuar ofreciéndote en la Eucaristía que une y alimenta.  Hazme penetrar en el sentido profundo de tu entrega para que aprenda a entregarme del todo y sin reservas.  Cámbiame el corazón.  Haz que se parezca al tuyo, para que esté pendiente de las necesidades de los/as hermanos/as.  Déjame, Señor, entender esta plegaria: «Dadles vosotros de comer»; esta plegaria que tú nos diriges a través de tantos/as hermanos/as, sedientos y fatigados por el duro camino de la vida.  Que entienda me estás pidiendo mayor entrega.  Que hoy Señor sepa compartir con los necesitados.


Martes de la 18ª Semana T. Ordinario.
Nuestra Señora de los Ángeles de Porciúncula.
02 de agosto de 2022.

Del Evangelio de san Mateo 14,22-36.
“Mándame ir a Ti andando sobre el agua”.

Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaron a la otra orilla.  La barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas.  De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua.  Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.  Jesús les dijo enseguida: -"¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!  Pedro le contestó: -"Señor, si eres Tú, mándame ir hacia Ti andando sobre el agua".  Él le dijo: -"Ven".  Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: -"Señor, sálvame".  En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: -"¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?”.

COMENTARIO

El reconocimiento de Jesús es un eterno problema de fe.  Algunos le han negado su divinidad, otros la humanidad.  La gran afirmación central de nuestra fe consiste en afirmar, bajo la moción del Espíritu Santo, que Jesús es el Señor.  Pedro prototipo de la fe pide la prueba de ir a Jesús caminando sobre el agua.  Mientras avanza sobre las olas se debilita la fe y recibe un reproche.  Es el reproche que dirige Jesús amorosamente a todos los creyentes: -“¿Por qué tenéis tan poca fe?”.  En esos momentos hay que hacer silencio interior para escuchar la voz que increpa ante el peligro: ¿Por qué teméis?  "Yo he vencido al mundo".

ORACIÓN

¿Por qué teméis hombres de poca fe?  Es cierto que hay días en que se nos nubla el cielo y se ennegrece el horizonte de la vida.  Porque la situación me supera, porque los míos se impacientan, porque esto no tiene pinta de mejorar... y de pronto oigo tu voz Señor: No temas Soy Yo.  Señor si la enfermedad me aprieta que escuche: Animo Yo estoy contigo.  Si creo que no me quedan fuerzas, si me siento triste que escuche: Animo yo estoy contigo.  Si la fe se oscurece, si la cruz me hunde que escuche con fe: Animo Yo estoy contigo.  Señor que hoy escuche con fe: Animo Yo estoy contigo.


Miércoles de la 18ª Semana T. Ordinario.
Santa Lidia de Tiatira, bautizada por San Pablo.
03 de agosto de 2022.

Del Evangelio de san Mateo 15,21-28.
“Mujer, qué grande es tu fe”.

Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón.  Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: -“Ten compasión de mí, Señor.  Hijo de David.  Mi hija tiene un demonio muy malo”.  Él no le respondió nada.  Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: -“Atiéndela, que viene detrás gritando”.  Él les contestó: -“Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”.  Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: -“Señor, socórreme”.  Él le contestó: -“No está bien echar a los perros el pan de los hijos”.  Pero ella repuso: -“Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”.  Jesús le respondió: -“Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas”.  En aquel momento quedó durada su hija.

COMENTARIO

Al ir a los territorios de Tiro y Sidón.  Jesús no tenía intención de hacer milagros.  Tampoco de predicar o de actuar en público.  Por eso, evita intervenir con la mujer Cananea, a pesar de la presión de los discípulos.  Sin embargo, Jesús, al final “se rinde” a la Cananea.  Y la razón ha sido la fuerza de la fe de esa mujer gentil.  Para el Señor –hay también otros relatos evangélicos que lo afirman– la fe viva y constante de un creyente es irresistible, y cuando se expresa como oración y súplica puede cambiar el curso de los acontecimientos.

ORACIÓN

Señor dirige mi vida, ilumina mi camino, en la fortaleza del Evangelio, permanece a mi lado, alégrame en mis trabajos, hazme generoso con mis hermanos-hermanas, para que todo lo que hoy haga sea a tu mayor gloria.  Hazme vivir de fe, de esperanza y de amor... pero hoy te pido sobre todo no tener miedo; no temer al fracaso, a las injusticias, a ponerme Señor de tu parte.  Robustéceme en mis debilidades, acrecienta mi confianza en Ti; hazme recordar siempre que Dios es mi Padre.


Jueves de la 18ª Semana T. Ordinario.
San Juan Bautista María Vianney, Cura de Ars
Patrono de los párrocos.
04 de agosto de 2022.

Del Evangelio de san Mateo 16,13-23.
“Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos”.

 

Jesús preguntó a sus discípulos: -"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?".  Simón Pedro dijo: -"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".  Jesús le respondió: -“Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás.  Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.  Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".

 

COMENTARIO

¿Qué significa para nosotros Jesús de Nazaret?; ¿en qué cambia nuestra vida respecto a otros que no le reconocen como Salvador?; ¿cuál es nuestro testimonio de fe ante su persona y su mensaje?  También hoy nuestro testimonio de fe cristiana es crucial, como lo fue entonces.  Ante la respuesta que le da Pedro, Jesús le confiere los “símbolos” de la autoridad del reino mesiánico: Le constituye en “piedra” sobre la que edificará su Iglesia; le promete las “llaves” del Reino; le concede el poder de “atar y desatar”.  También hoy Cristo sigue edificando su Iglesia sobre los sucesores de Pedro y también hoy sigue vigente en la Iglesia el poder de atar y desatar que Cristo le confirió.  ¿Crees esto?.

 

ORACIÓN

Tú, eres mi alegría, Tú eres mi vida eterna, Tú eres mi paciencia, grande y admirable Señor; Tú eres mi Dios.  Tú eres mi fortaleza, Tú eres mi esperanza, eres mi amigo ideal que nunca falla en su fidelidad y nunca me rechaza.  Concédeme Señor pensar como Tú pensabas, sentir como Tú sentías, actuar como Tú actuabas, hablar como Tú hablabas, soñar como Tú soñabas y amar como Tú amas te lo pido a Ti mi Señor, mi Dios, a quien quiero sentir y amar presente y vivo en la iglesia.  Tú eres Señor mi camino y mi luz, la causa de mi alegría, la razón de mi existir, el sentido de mi vida.


Viernes de la 18ª Semana T. Ordinario.
Dedicación de la Basílica de Santa María Mayor en Roma.
05 de agosto de 2022.

Del Evangelio de san Mateo 16,24-28.
“¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su vida?”.

Dijo Jesús a sus discípulos: -"El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.  Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.  ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?.  ¿O qué podrá dar para recobrarla?.  Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.  Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad".

COMENTARIO

Jesús invita a tomar la actitud del auténtico discípulo/a: Seguir al maestro en el camino que éste ha de recorrer.  El discípulo/a incondicional de Jesús es quien abandona su propia vida para centrarla en la de Jesús.  Por eso tiene que "negarse a sí mismo", "cargar con su cruz", "estar dispuesto a perder la vida"...  La invitación que hace a llevar su cruz, indica la actitud que ha de tener un discípulo ante el maestro que ha sido rechazado y perseguido.  El Señor estará cerca para fortalecernos y darnos su paz.  Por eso aunque pierda la vida que me ofrece la sociedad en la que vivo, yo llevo dentro tu Palabra, que me asegura que en el Señor encontraré una nueva vida.

ORACIÓN

Señor, enséñame que ser discípulo/a, es aceptar tu llamada, dejar todo y ponerse en camino, tras tus pasos Señor.  Ser discípulo/a es construir la fidelidad al Señor cada día, al tomar la cruz de la coherencia y seguir sus huellas, sin descanso, por el camino que nos va revelando.  Ser discípulo/a es aprender de Jesús, tenerlo como maestro, buscarlo como referencia para nuestras decisiones.  Ser discípulo/a es mirar la vida como lo hizo Jesús, y ver con la mirada del Evangelio.  Ser discípulo/a es construir comunidad de seguidores.  Ser discípulo/a es construir la fidelidad al Señor cada día, al tomar la cruz.


Transfiguración del Señor.
Sábado de la 18ª Semana T. Ordinario.
06 de agosto de 2022.

Fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que Jesucristo, el Unigénito, el amado del Eterno Padre, manifestó su gloria ante los santos apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para mostrar nuestra admirable transformación por la gracia en la humildad de nuestra naturaleza asumida por Él, dando a conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre, y que, corrompida en Adán, fue renovada por Cristo (elog. del Martirologio Romano).

Del Evangelio de san Lucas 9,28b-36.
“Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió”.

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar.  Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías.  Dijo Pedro a Jesús: -“Maestro, bueno es estarnos aquí.  Vamos a hacer tres tiendas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías, sin saber lo que decía.  Y vino una voz desde la nube, que decía: -“Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle”.  Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo.  Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

COMENTARIO

Jesús subió a las alturas del monte para orar a Dios y allí “se transformó” ofreciéndose como luz y resplandor a sus discípulos.  Después bajó para compartir su vida con los hombres-mujeres.  El rostro de Jesús en el Tabor nos hace mirar nuestro propio rostro y ver qué signos presentamos. Frecuentemente vemos (y ofrecemos) rostros duros, violentos, tristes o airados, que hacen pensar a los demás si de verdad se encuentran ante un seguidor del Evangelio.  No dejamos, por desgracia, asomar suficientemente nuestra paz, la alegría de la fe, la bondad de corazón que se debe traducir en la vida cotidiana.  Hoy se nos invita a retirarnos del alboroto diario, para disfrutar de la cercanía de Dios.

ORACIÓN

Señor enséñame: Que si no hay escucha, no hay transformación.  Enséñame que soy hijo, y amado como tal; que Tú estás transfigurándote y transfigurándonos; que en el monte (en la intimidad) te encontraré; que en Cristo está todo lo que Papá Dios me tiene que decir; que en Cristo, Dios se ha puesto de mi parte; que tu reino transfigura: al hombre-mujer en hijo de Dios; el tiempo en eternidad; la creación en Cielo; el prójimo en hermano.  Señor que hoy escuche de tus labios que soy un hijo muy querido.