PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

jueves, 14 de septiembre de 2023

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO» (17 DE SEPTIEMBRE DE 2023) CICLO “A”


24º Domingo del Tiempo Ordinario (17 septiembre)

14 SEPTIEMBRE 2023 | POR 

Nos colocamos
en la presencia del Señor,
delante de nuestra
fuente de vida
y dejamos que su luz
descanse en mí.

¿Qué imágenes se nos presentan
de nuestra vida cotidiana:
relaciones familiares, personales,
en nuestro ambiente, en la HOAC,
en la lucha social política, sindical,
en los espacios estructurales
en los que estamos:
la palabra «perdón»?

Hagamos silencio…
y contemplemos el relato,
entremos dentro de él
y buscamos nuestro rincón,
nuestro lugar.



Del evangelio según
san Mateo 18,21-35:

«No te digo que perdones hasta siete veces,
sino hasta setenta veces siete».

En el ADN del cristianismo
está el «nosotros y nosotras»,
nuestra fe no es algo
que yo me cuezo con Dios
y Dios conmigo.

La comunidad es clave
y fundamental para Jesús
y en el Evangelio
van apareciendo cosas concretas
que rompen la vida de comunidad
o que sirven para construirla.

La semana pasada hablaba
de la corrección fraterna,
en esta se nos plantea el perdón.

Estos tiempos difíciles para,
quienes somos creyentes,
es momento de transparentar
este rostro de Jesús
y nos convirtamos en
sanadores de las heridas
del odio y la venganza
que hay en nuestra sociedad.

Oramos en silencio,
pedimos el don,
la gracia de saber perdonar
y transmitir el perdón,
y de dejarnos perdonar
por el Dios de la ternura y misericordia,
que sea toda una experiencia
de su amor incondicional.

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https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2023/09/24o-Domingo-TO.pdf 


«ORAR CON LA IGLESIA»

24ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘A’)
Del 17 al 23 de septiembre de 2023.


Domingo 24º del Tiempo Ordinario.
San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia,
miembro de la Compañía de Jesús.
17 de septiembre de 2023.

El perdón de las ofensas centra la liturgia de la Palabra de hoy.  Así en la primera lectura: «Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados».  Y el Evangelio nos dice: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete».  El perdón que pidamos a Dios está ligado al perdón que demos a los demás.  Así, en el padrenuestro diremos: «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden».  De esa manera, perdonando, imitaremos y viviremos en nuestra vida la inapreciable misericordia de Dios (Sal resp).  En la celebración de la eucaristía Cristo sigue derramando su Sangre para el perdón de nuestros pecados.

- Siracida (Eclesiástico) 27,33-28.9: Perdona la ofensa a tu prójimo,
y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas.

- Salmo 102: R./ El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia.

- Rom 14,7-9En la vida y en la muerte somos del Señor.

Del Evangelio de san Mateo 18,21-35.

“No te digo que le perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.

Se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: -"Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?.  ¿Hasta siete veces?".  Jesús le contesta: -"No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete".  Con una parábola de un siervo que se negó a perdonar la deuda a un compañero dijo: -"¡Siervo malvado!.  Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste.  ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?.  Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.  Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

COMENTARIO

Jesús dice que el perdón evangélico no ha de estar sometido a tarifas ni medidas.  El principio básico del perdón está puesto por Jesús: Quien ha experimentado la misericordia de Dios con un perdón total y reiterado, no puede andar calculando las fronteras del perdón y de la acogida al hermano/a.  Y este principio evangélico ha de ser la base de la actuación de la comunidad cristiana y de cada uno/a de sus miembros.  Lo que Jesús dice contrasta con lo que nosotros/as hacemos o vemos hacer en muchas ocasiones: No me voy a rebajar tantas veces...; no cederé en mis derechos un ápice...; que lo haga él primero...; que sepa lo que es negarle la palabra, el saludo, la ayuda...  Porque Dios te ha perdonado, perdona de corazón a tu hermano/a.

ORACIÓN

Dios que perdonas y haces fiesta en el cielo cada vez que un hombre-mujer se arrepiente.  Sigue siendo, Señor, en cada noche, el Padre en vela que ama, perdona y siempre espera con los brazos abiertos.  Que yo viendo tu actuar sepa perdonar a mi hermano/a cada vez que me ofenda, y que no olvide que el perdón al hermano/a es condición indispensable para pedir que Tú me perdones Padre.  Que sepa perdonar al que me ofendió y que lo haga con gozo para vivir en paz.  Que recuerde que el perdón nos convoca a fiesta y alegría, a la tarea de amar.


Lunes de la 24ª Semana T. Ordinario.
San José de Cupertino, presbítero de la Orden
de Hermanos Menores Conventuales.
18 de septiembre de 2023.

Del Evangelio de san Lucas 7,1-10.
“Ni en Israel he encontrado tanta fe”.

Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho.  Envió unos amigos a decirle a Jesús: -"Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente.  Dilo de palabra, y mi criado quedará sano.  Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: ‘Ve’, y va; al otro: ‘Ven’, y viene; y a mi criado: ‘Haz esto’, y lo hace". Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía dijo: -"Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe".  Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

COMENTARIO

Un pagano, un hombre de bien y de paz, sin prejuicios raciales o sociales.  Representa al “buen pagano” que ha aceptado a Dios en la medida en que Dios se le ha revelado.  Es respetuoso con las costumbres de los judíos, cuya simpatía se ha ganado.  En su criado ve algo más que un instrumento de servicio y acude a Jesús, de quien arranca la curación que pide y un elogio en que no pensaba.  La oración “yo no soy digno” es un sincero autoconocimiento que llega a esta conclusión: Jesús es muy diferente y no tengo derecho a utilizarle en beneficio mío.  Pero confío en su bondad y en el poder de su palabra.  La honradez natural es el mejor preámbulo de la fe.

ORACIÓN

Querido Dios grande y bueno ayúdame a creer en tu amor sin medida, ayúdame a confiar plenamente en Ti.  Dame Señor una fe profunda, una mirada limpia y una conciencia recta.  Señor no soy digno, pero Tú eres misericordioso, no soy digno pero Tú eres compasivo, no soy digno Señor pero di una palabra y mi alma quedará limpia.  Creo en ti Señor, y quiero crecer en confianza en ti quiero poner toda mi vida en tus manos Señor.  Con fe quiero poner toda mi vida en tus manos Señor.


Martes de la 24ª Semana T. Ordinario.
San Jenaro, obispo y mártir.
19 de septiembre de 2023.

Del Evangelio de san Lucas 7,11-17.
“¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!”.

Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.  Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.  Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: -"No llores".  Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: -"¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!".  El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.

COMENTARIO

El Señor sigue dando la vida a todos los que confían en Él y tienen fe en su Palabra: “Yo soy el Camino y la Vida”.  Quien no acepta la invitación de Jesús, vive triste o se pierde viviendo “muerto”.  Quien acepta la invitación de Jesús vive alegre y vive “la verdadera vida”.  Para todos Jesús ofrece su mensaje hoy: “¡A ti te lo digo: Levántate!”.  Cuando aceptes este mensaje, como lo hizo el joven del Evangelio, ¡volverás a la vida!; ¡saborearás lo que es vivir!.

ORACIÓN

Ante mis infidelidades y pecados que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.  Ante mis desánimos y frustraciones que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.  Ante mis faltas de fe y esperanza que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.  Para que crezca en la fe que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.  Para recibir tu perdón que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.  Para recibir tu abrazo de Padre que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.  Para recibir tu abrazo de Padre que escuche tu voz Señor: A ti te lo digo: Levántate.


Miércoles de la 24ª Semana T. Ordinario.
San Andrés Kim Taegon, presbítero,
san Pablo Chong Hasang y Compañeros Mártires.
20 de septiembre de 2023.

Del Evangelio de san Lucas 7,31-35.
“Tocamos y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis”.

Dijo el Señor: -“¿A quién se parecen los hombres de esta generación?.  Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: ‘Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis’.  Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores’.  Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón”.

COMENTARIO

Jesús trae un mensaje y ofrece una Buena Noticia que no es bien recibida por quienes esperan un Mesías hecho a su medida.  Jesús ofrece la alegría del perdón, la Salvación que no aceptamos a veces, porque esperamos otros modos de actuar de Dios.  Pero los caminos de Dios no son nuestros caminos.  Solamente quien se deja llevar de la "sabiduría divina" acierta en su elección.

ORACIÓN

Ven, luz verdadera.  Ven, sabiduría divina, misterio escondido.  Ven, felicidad sin fin.  Ven, luz sin declive, esperanza infalible de los que deben ser salvados.  Ven, resurrección de los muertos.  Ven, mi soplo y mi vida.  Ven, consuelo de mi alma, mi alegría, mi gloria, mi gozo sin fin.  Que te reciba Señor tal y como eres con tus modos de actuar y de hacerte presente.  Ven y dame la sencillez de aceptarte como mi salvador.  Amén.


San Mateo, Apóstol, Evangelista.
Jueves de la 24ª Semana T. Ordinario.
21 de septiembre de 2023.

Fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista, llamado antes Leví, que, al ser invitado por Jesús para seguirle, dejó su oficio de publicano o recaudador de impuestos y, elegido entre los apóstoles, escribió un evangelio en que se proclama principalmente que Jesucristo es hijo de David, hijo de Abrahán, con lo que, de este modo, se da plenitud al Antiguo Testamento (elog. del Martirologio Romano).

Del Evangelio de san Mateo 9,9-13.
“Sígueme. Él se levantó y lo siguió”.

 

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -"Sígueme".  Él se levantó y lo siguió.  Jesús dijo: -"No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.  Andad, aprended lo que significa ‘misericordia quiero y no sacrificios’: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

 

COMENTARIO

El que no tiene la mirada limpia ve maldad en todo lo que hacen los demás.  Un buen ejemplo es el duro comentario ante la conducta de Jesús con los pecadores y en concreto con el aduanero Leví.  Jesús no admite divisiones.  Él no rechaza al rico por ser rico, ni canoniza el simple hecho de ser pobre.  Él exige algo más en el corazón: Una disposición de apertura real a la riqueza que nos viene de Dios.  Jesús es para todos.  Y quiere salvar a todo el hombre-mujer, es decir, llevar a plenitud las capacidades que Él ha puesto en la naturaleza con orientación a la plenitud final.  También los pecadores son aptos para el Reino de Dios.  Y nunca es tarde para entrar en él.  Es muy significativo que Jesús se llame “médico”.  Función del médico es proteger la vida, y aliviar el dolor.

 

ORACIÓN

Soy pecador, Señor, ¿por qué me llamas a mí?.  Soy pecador pero quiero escuchar tu voz que me dice: Sígueme.  Y quiero hacer fiesta por esta invitación.  Hacer fiesta por Ti, Señor que invitas a los pecadores.  Quiero levantarme de mis comodidades, de mis indolencias, de mis rutinas y como enfermo acudir a Ti que eres la salud, vivir contigo que eres la vida.  Aprender de Ti misericordia que no has venido a llamar a los justos sino a los pecadores.  Soy pecador, Señor, pero quiero escuchar tu voz que me dice: Sígueme.


Viernes de la 24ª Semana T. Ordinario.
Santos Mauricio, Exuperio, Cándido, Víctor
y compañeros de la Legión Tebea,
mártires.
22 de septiembre de 2023.

Del Evangelio de san Lucas 8,1-3.
Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes”.

Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

COMENTARIO

Era extraño el proceder de Jesús ya que en aquella sociedad se tenía en muy segundo plano a la mujer y los maestros no las admitían en su compañía.  Para Jesús no hay distinción entre esclavos y libres, hombres y mujeres, judíos o paganos.  “Quien acoge mi palabra, ése es mi madre, mi hermano y mi hermana”.  Jesús, el Señor, rompe con la tradición de relegar a la mujer y no solamente deja que le acompañen sino que ellas van a ser las primeras y más directas testigos de su muerte y resurrección.

ORACIÓN

Dios Padre que nos llamas a seguir a Jesús; que su ejemplo sea para nosotros el fundamento de una comunión de hombres y mujeres que sabemos compartir la vida en igualdad de derechos y deberes.  Que desde la igual dignidad de cada ser humano, sepamos respetar y vivir las diferencias en el enriquecimiento mutuo.  Que todos seamos testigos del Evangelio que proclamó tu Hijo. Amén.


Sábado de la 24ª Semana T. Ordinario.
San Pío de Pietrelcina, Presbítero de la Orden
de los Hermanos Menores Capuchinos
.
23 de septiembre de 2023.

Del Evangelio de san Lucas 8,4-15.

“Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra,
la guardan y dan fruto perseverando”.

Entonces les dijo esta parábola: -"Salió el sembrador a sembrar su semilla.  Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.  Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad.  Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.  El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto el ciento por uno".

COMENTARIO

¿Qué clase de tierra soy yo?.  Quizás de los del borde del camino que escuchan, pero viven en la superficialidad, no cultivan la palabra.  Quizás mi terreno es pedregoso: Al escucharla, recibo la palabra con alegría, pero en el momento de la prueba fallo.  Quizás escucho pero me dejo arrastrar por la vida.  Hazme tierra buena, persona con un corazón noble y generoso para escuchar la palabra, guardarla y dar fruto perseverando.

ORACIÓN

Que alegría Señor, escuchar tu Palabra de salvación... pero que en la prueba no te falle Señor.  Que los afanes de la vida, las prisas, el buscar otro coche, un vestido nuevo... no ahoguen tu palabra de amor y vida.  Que el dinero, los manjares, la comodidad, los placeres no asfixien tu palabra de gracia y perdón.  Que tu palabra madure en la reflexión y contemplación de la vida de Jesús.  Que tu bondad me conceda Señor un corazón bueno, noble y generoso que sepa guardar tu palabra y dar fruto en la perseverancia.  Que tu bondad me conceda Señor un corazón bueno, que sepa guardar tu palabra.


LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN

1.      Hago silencio, exterior e interior.

Estoy en la presencia del Señor:

Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.

2.      Petición:

«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad.  Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».

3.      Palabra de Dios:

Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia.  Me fijo bien en todos los detalles.

4.      Ante la Palabra leída:

Ø  ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).

Ø  ¿Qué me dice a mí, personalmente? (Meditación).

Ø  Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).

Ø  ¡Quiero identificarme contigo, Señor!.  ¿Qué hacer?.

(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).

5.      Oración:

Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta al texto evangélico.  Al final puede añadirse la siguiente:

«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado.  Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».