PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

viernes, 21 de agosto de 2009

Trabajando en la XII Asamblea Gral. de la HOAC




La semana pasada estuve cuatro días en Madrid en la Universidad Complutense, ya que tenía lugar la XII Asamblea General de la HOAC, la Hermandad Obrera de Acción Católica (del 13 al 16 deagosto de 2009). Quienes me conocéis, sabéis que no soy una persona creyente de ninguna religión, pero una amiga que conozco desde que llegué a Béjar, me ha informado mucho de las actividades de la HOAC y en muchas cosas coincidimos en los objetivos sociales y políticos, aunque no tengamos las mismas creencias. Este año ella me propuso que me acercase a echar una mano porque ella no iba a poder venir y esa es la razón de este viaje.

Llegué la noche antes a la residencia, la Benito Pérez Galdós, que está muy bien, porque es nueva, confortable, de diseño, etc. He tenido un compañero de habitación de Castellón, muy agradable y cordial, como toda la gente que he conocido estos días.

La HOAC celebra las asambleas generales cada seis años. La inauguración es un acto muy especial porque se hace un homenaje a todas las personas que sufren en la sociedad y en el mundo del trabajo.

Luego vinieron las reuniones en las que se fue trabajando por sectores los distinos temas: familia y educación, inmigración, dignidad en el trabajo, siniestralidad laboral, etc.

Mis labores fueron más de coordinación y apoyo en muchas facetas, fuera de las salas, alguna vez contando votos, ayudando al puesto de libros, echando una mano en el comedor a que las más de 700 personas se dieran prisa y pudiéramos comer todos en un par de horas -yo casi siempre, al final-. Parece una bobada, pero sólo en ese puesto tuve ocasión de verme las caras con todo el mundo cada vez que hubo una comida o cena. El ambiente fue siempre muy cordial y hasta cómico a pesar de los calores, el cansancio y las colas.

El viernes por la noche no hubo cena allí porque tuvimos la tarde libre y nos fuimos a Madrid de turismo. Me uní a un grupo de Córdoba y después vimos a muchos otros grupos. Cada “manada humana” llenaba un autobús y quedaba poquito espacio para más gente.

La capital del reino me pareció, como otras veces, una ciudad de provincias, pero grande Quienes me conocéis, sabéis que me gusta más Barcelona porque tiene una estructura, espíritu, carácter y funcionalidad más europea. Pero, como las comparaciones simples son odiosas, pienso que de ambas se puede sacar muchas cosas buenas (y es lo que hago cada vez que voy a cualquiera de las dos).

El sábado fue un día intenso porque volvíamos al trabajo en pleno, las decenas de personas aportando ideas y las votaciones. Todo ello no evitó que se llegase a un acuerdo. Por la noche, una gala divertidísima presentada de manera exquisita -mil veces mejor que las galas de entregas de premios de la tele-, con parodias, teatro, humor a raudales, versiones de canciones tradicionales y modernas, raps, coros de todo tipo, ironía y alusiones a la actualidad nacional fue el broche final a un día lleno de emociones.

El domingo fue un día de despedida de la Comisión Permanente anterior y bienvenida a la nueva, de buenos deseos, como las Palabras al viento que escribimos en unos pedazos de tela, como sugerían los que vinieron de León y colgamos a la entrada de la facultad. Y hubo muchas emociones contenidas y otras desatadas y un deseo: que estos seis años trabajemos todos y todas para seguir mejorando el mundo con nuestras ideas, nuestra palabra y nuestras acciones, y no importa cuál sea la religión o si no tenemos creencias religiosas -como yo-, ya que la ética, la buena voluntad y el sentido común no tienen límites ni fronteras…



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