OBJETIVOS
DE LAS JORNADAS
q Tratar
de situarnos, comprender y reflexionar sobre cuál es la realidad actual del
mundo obrero.
q
Concretar algunas propuestas, desde una
pastoral obrera, para el compromiso con los empobrecidos del mundo obrero.
DESTINATARIOS
Dichas Jornadas están
destinadas a sacerdotes, religiosos/as, seminaristas, miembros de los distintos
grupos y asociaciones de las parroquias y de la Diócesis, militantes de los
movimientos,… A todas aquellas personas
que están preocupadas o sufren en sus propias carnes los problemas de
pertenecer al mundo del trabajo y quieran dar una respuesta desde la fe y los
criterios evangélicos.
PONENTE
Las ponencias estarán dirigidas por D. Fernando Carlos Díaz Abajo. Director del Departamento de
Pastoral Obrera de C.E.E.
DESARROLLO
10:30 Acogida.
11:45 Oración.
11:00 Presentación.
11:15 1ª Ponencia:
“Cambio de modelo social y nueva configuración del trabajo
humano. El individualismo como principio
de la vida social”.
11:45 Dialogo.
12:00 Descanso.
12:30 2ª Ponencia:
“Parroquia, evangelización y Mundo Obrero”.
13:15 Dialogo.
13:45 Oración Final.
14:00 Almuerzo compartido.
(Llevar comida para compartir)
Si falta el trabajo la
dignidad humana está herida, nos ha recordado en diversas ocasiones el Papa Francisco. También que la dignidad humana queda
especialmente dañada por las condiciones de trabajo que imperan. Por eso sigue siendo necesaria esa cruzada en
favor del trabajo decente que lanzó Juan
Pablo II con ocasión del jubileo de los trabajadores (mayo 2010) y que
recogiera Benedicto XVI en Caritas in veritate, 63.
NOTA DE PRENSA DE LAS VIII JORNADAS DIOCESANAS DE PASTORAL OBRERA:
“PARROQUIA, EVANGELIZACIÓN
Y MUNDO OBRERO”
“PARROQUIA, EVANGELIZACIÓN
Y MUNDO OBRERO”
El secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, integrado por los movimientos HOAC, JOC, Equipos de Pastoral Obrera (EPPOS) y religiosas en barrio, celebró el pasado sábado 21, en la Parroquia Ntra. Sra. de Loreto de Cádiz, las VIII Jornadas diocesanas de Pastoral Obrera, bajo el título: “Parroquia, Evangelización y Mundo Obrero” .
Fernando Díaz Abajo, director del Departamento de Pastoral Obrera de la CEAS y consiliario de la HOAC, desarrolló dos ponencias. En la primera, trató el cambio de modelo que se viene produciendo en la sociedad, que ha configurado un nuevo tipo de trabajo más deshumanizado y el predominio del individualismo en las relaciones sociales. Destacó, en esta nueva situación, algunos indicadores de las diversas rupturas generadas en todos los niveles de la vida y actividad humanas: en el trabajo, rompiendo la sociedad del empleo y alterando la vida de las familias; la ruptura de la función económica al servicio del máximo beneficio de unas minorías y la ruptura política, dirigida hoy a que las personas se adapten al mercado. En definitiva, una fractura que ha atravesado también los derechos, la democracia, la justicia, los fundamentos culturales, las ideologías, las religiones y las mismas clases trabajadoras, provocando un verdadero problema antropológico, ya que el desplome de principios y valores ha instrumentalizado al ser humano convirtiéndolo en objeto fácil de expulsión del mercado de trabajo y del sistema social.
Frente al desolador panorama descrito, Fernando Díaz, resaltó en la segunda ponencia, con el mismo título que en las Jornadas, la necesidad de afrontar los aspectos negativos de este cambio de era o civilización con una coherencia entre el trabajo y la naturaleza humana, conceptuando el trabajo como un don, humanizando el quehacer, más allá del empleo, creando un nuevo paradigma que hermane la fraternidad y la justicia, poniendo a los empobrecidos en el centro de una economía de vida y no de muerte, basada en el amor de Dios. Para esta tarea es necesaria una cultura cristiana, una nueva comprensión de ser Iglesia, de la misma Iglesia, inspirada en la comunión y no en el individualismo, en la esperanza y no en el desaliento y el pesimismo.
El ponente abogó, pues, por una pastoral obrera de toda la Iglesia, encarnada en la realidad de los pobres y del mundo obrero, compasiva, de escucha, transformadora y profética, que abra caminos de humanización.
Dijo a continuación que la pastoral obrera no sólo ha de llevarse a cabo en los ambientes y mediaciones, ámbitos de actuación de los movimientos, sino también en parroquias abiertas, acogedoras, donde sea posible el proyecto de encarnación y humanización de Jesús de Nazaret en las realidades más próximas a la parroquia.
Con motivo de las Jornadas recientemente celebradas, el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera quiere manifestar finalmente su inquietud por la situación de paro, precariedad, pobreza y exclusión social de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, expresando su solidaridad con los colectivos de parados de la provincia y más concretamente con Magdalena y Merche que llevan treinta días acampadas en la puerta del Ayuntamiento de Puerto Real, reclamando un puesto de trabajo, sin que las instituciones públicas y privadas solucionen su problema.
Terminamos con unas palabras del Papa Francisco que resumen la preocupación de este Secretariado ante la situación del mundo obrero y la vida social. “Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar” (E.G. 53.)
Fernando Díaz Abajo, director del Departamento de Pastoral Obrera de la CEAS y consiliario de la HOAC, desarrolló dos ponencias. En la primera, trató el cambio de modelo que se viene produciendo en la sociedad, que ha configurado un nuevo tipo de trabajo más deshumanizado y el predominio del individualismo en las relaciones sociales. Destacó, en esta nueva situación, algunos indicadores de las diversas rupturas generadas en todos los niveles de la vida y actividad humanas: en el trabajo, rompiendo la sociedad del empleo y alterando la vida de las familias; la ruptura de la función económica al servicio del máximo beneficio de unas minorías y la ruptura política, dirigida hoy a que las personas se adapten al mercado. En definitiva, una fractura que ha atravesado también los derechos, la democracia, la justicia, los fundamentos culturales, las ideologías, las religiones y las mismas clases trabajadoras, provocando un verdadero problema antropológico, ya que el desplome de principios y valores ha instrumentalizado al ser humano convirtiéndolo en objeto fácil de expulsión del mercado de trabajo y del sistema social.
Frente al desolador panorama descrito, Fernando Díaz, resaltó en la segunda ponencia, con el mismo título que en las Jornadas, la necesidad de afrontar los aspectos negativos de este cambio de era o civilización con una coherencia entre el trabajo y la naturaleza humana, conceptuando el trabajo como un don, humanizando el quehacer, más allá del empleo, creando un nuevo paradigma que hermane la fraternidad y la justicia, poniendo a los empobrecidos en el centro de una economía de vida y no de muerte, basada en el amor de Dios. Para esta tarea es necesaria una cultura cristiana, una nueva comprensión de ser Iglesia, de la misma Iglesia, inspirada en la comunión y no en el individualismo, en la esperanza y no en el desaliento y el pesimismo.
El ponente abogó, pues, por una pastoral obrera de toda la Iglesia, encarnada en la realidad de los pobres y del mundo obrero, compasiva, de escucha, transformadora y profética, que abra caminos de humanización.
Dijo a continuación que la pastoral obrera no sólo ha de llevarse a cabo en los ambientes y mediaciones, ámbitos de actuación de los movimientos, sino también en parroquias abiertas, acogedoras, donde sea posible el proyecto de encarnación y humanización de Jesús de Nazaret en las realidades más próximas a la parroquia.
Con motivo de las Jornadas recientemente celebradas, el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera quiere manifestar finalmente su inquietud por la situación de paro, precariedad, pobreza y exclusión social de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, expresando su solidaridad con los colectivos de parados de la provincia y más concretamente con Magdalena y Merche que llevan treinta días acampadas en la puerta del Ayuntamiento de Puerto Real, reclamando un puesto de trabajo, sin que las instituciones públicas y privadas solucionen su problema.
Terminamos con unas palabras del Papa Francisco que resumen la preocupación de este Secretariado ante la situación del mundo obrero y la vida social. “Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar” (E.G. 53.)
SECRETARIADO DIOCESANO
DE PASTORAL OBRERA.
APUNTES DE LA OCTAVA JORNADA
DE PASTORAL OBRERA DIOCESANA
DE PASTORAL OBRERA DIOCESANA
Tras veinte años de la "Pastoral
Obrera de Toda la Iglesia" (POTI) se confirman los pronósticos que
entonces se vislumbraban, más aun, la situación está peor de lo que se predijo
entonces.
Hoy la nueva situación reclama nuestra respuesta,
se hace necesario ir a la raíz evangélica de lo que está pasando.
se hace necesario ir a la raíz evangélica de lo que está pasando.
Dice el Papa Francisco en Evangelii
gaudium 52,53:
"...no
podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive
precariamente el día a día, con consecuencias funestas, algunas patologías van
en aumento, el miedo y la desesperación se apodera del corazón de numerosas
personas..., la falta de respeto y la violencia crece... hay que luchar para
vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad...
Así
como el mandamiento de no matar pone un límite claro para asegurar el valor de
la vida humana, hoy tenemos que decir "no a una economía de exclusión y la
iniquidad". Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de
frio un anciano en situación de calle y que si sea noticia una caída de dos
punto en la bolsa...
Hacen
falta andar nuevos caminos para la comunión para el ser y vivir de las personas
y que estas vivan con dignidad"
La nueva situación ha puesto en primer plano la raíz antropológica del
problema generado en torno al trabajo humano. Se ha cambiado el sentido del trabajo para así
cambiar a la sociedad y con ello cambiar a la persona. Se han derribado los pilares de la sociedad
que vivíamos para incrementar la rentabilidad del ser humano. Con ello se ha deshumanizado al ser humano
hasta convertirlo en un producto más, que es sustituible, que es flexible, que
es prescindible.
Pero cuando prescindimos de la
persona, cuando la hacemos flexible se hace presente la amoralidad del
individualismo, se cambia la esencia de lo que es el ser humano que se utiliza
para usar y tirar, la persona se convierte en un desecho.
El gran problema que hoy
vivimos en la sociedad antes descrita no es la riqueza existente como argumento
que se nos presenta para cambiar a la persona a objeto de producción y consumo,
el problema es cómo se reparte la riqueza existente.
Algunos indicadores de la nueva situación:
El cambio del modelo social y la
nueva configuración del trabajo humano:
● Ruptura del trabajo
asalariado y de la sociedad ocupada. Se ha roto la sociedad en la que el trabajo
humanizaba, ya la economía no necesita al trabajador, ahora ésta quiere a los
emprendedores a trabajadores autónomos con los que establecer relaciones
mercantiles y que estos produzcan por sí mismo o a través de terceros los
bienes que la economía necesita.
Se está dando una reducción
cada vez mayor de los salarios, ya no se buscan empleos bien remunerado, los
empleos ya no van unidos a los derechos laborales se trabaja por cualquier
salario, en cualquier horario, ya no cuenta la carrera profesional elegida, las
consecuencias para la familia, para la cultura, para la actividad sindical,
para el tiempo libre, para la espiritualidad. Toda la vida humana queda sometida a la
economía.
● Se ha pervertido los
fines de la economía. Las inversiones ya no se utilizan para la creación de
empleo, la economía productiva ya no es la creadora de riqueza, esta ha sido sustituida
por la economía especulativa.
● El actual modelo
político ha sido reducido a la gestión de los escasos recursos de que
dispone los Estados. Estos ya no tienen
el fin del cambio y transformación de la sociedad, se les ha quitado el papel
que desarrollaban en la función social, a la democracia se la ha vaciado de
contenido.
Con este nuevo modelo se ha
prescindido de todo tipo de derechos y libertades, ahora bien, el Estado se ha
reforzado en su papel coercitivo para mantener su control de la población y
extender el pensamiento único (una cultura en la que se vive con la idea de que
las cosas no pueden ser de otra forma, lo contrario conduce al abismo (este
mensaje es el que se traslada a la población en las últimas elecciones andaluza
y que seguirán en las próximas), esta cultura en la que el fin es consumir para
ser feliz. Todo esto conduce a una
crisis de la moral en la que todo da igual, las personas, los valores están supeditados
a intereses personales y que en nada tiene que incidir en los derechos y deseos
de las demás personas.
● Las ideologías se han
adaptado al mercado flexibilizando las distintas ofertas que éstas
presentan, con aspectos de las mismas presentada a la carta. Estas ofertas también ha llegado a la Iglesia,
no damos la primacía del amor a los otros, a los pobres, se cuentan las
actividades de las parroquias por: ¿cuántos Bautizos se han realizados? ¿cuántas primeras comuniones hemos impartidos? ¿cuántas confirmaciones? no cuenta a cuantos
pobres nos acercamos, acogemos. Produciéndose
contradicciones, en estos tiempos en que los niños de catequesis muchos son los
mismos hijos de los padres que acuden a caritas por ayudas, se les da una
formación catequética que anuncia que Jesús es vida. Sin embargo ellos no tienen la vida que se les
anuncia.
● Se han roto las distintas clases sociales, la clase Obrera
está altamente fragmentada (parados, precarios, excluidos, empleo estable); la
clase media ha sido trágicamente mermada, aquí se produce un gran aumento de la
brecha entre los que pasan a ser pobres y los que pasan a ser ricos, el
sindicalismo tiene grandes dificultades para cumplir sus fines, pues la
actividad sindical solo se produce entre los que tienen empleo estable. En definitiva una contradicción entre dos
antropología: La individualista y la de Comunión.
Recuperar el verdadero sentido del trabajo humano
(Por una economía de Comunión)
Se hace necesario desvincular
trabajo y empleo, hemos de realizar el reparto de la riqueza, necesitamos un
nuevo paradigma, ante esta situación que vivimos, nuevas actitudes para
revertirla, ser imaginativos en las iniciativas para un mundo nuevo,
iniciativas de Solidaridad, de Fraternidad con los empobrecidos.
Se hace necesario para ello una
economía para la vida, sin renunciar a la lucha por la justicia, se está dando
el olvido de los pobres, una lucha que se ha de realizar con la acción
política.
Los empobrecidos para nosotros
los cristianos necesitan que carguemos con ellos, pero nosotros los necesitamos
a ellos para recomponer la justicia y el amor.
Tenemos un gran reto, convertir en cultura el Evangelio,
para ello hemos de recrear los valores que parten de Jesucristo en
contraposición con el poseer, con el economicismo.
Desde hace mucho tiempo se
reclama la autonomía de la política sobre la religión y aunque eso ha de ser
así en un Estado laico, sin embargo la política no ha conseguido la priorización
de los pobres en la acción política, más bien a aumentado la distancia entre
los pobres y los ricos, no se ve hoy en la sociedad que el empobrecido sea el
proyecto de vida y de realización de la sociedad.
Nosotros tenemos que generar
una acción eclesial para llevar el clamor del pueblo a nuestras vidas, pero no
debemos abandonar el ser personas de oración en el mundo obrero, y esto lo
hemos de hacer siendo místico en la acción.
La Pastoral que se hace
necesaria ha de ser una Pastoral Obrera,
profética y transformadora,
de Encarnación en la utopía del Evangelio
que se haya escondida en las aguas de Dios para crear espacios de encuentro, de
acogida con los pobres, acompañarlos e ir un poco más adelante,
ser testigo de Jesucristo devolviendo la
esperanza a los pobres descubriendo en ellos la encarnación de Dios en sus vidas mostrando a la gente lo que somos
y hacemos,
recuperar el Reino de Dios en las
comunidades, adaptar la formación religiosa y eclesial a los empobrecidos.
Apuntes tomado por Pepe Carrascosa.,
Presidente diocesano de la HOAC
que nos envía Pepe Carrascosa.
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