4º Domingo de Adviento (24 diciembre)
En este Adviento corto he de hacer un esfuerzo de contención para no correr. Aún es Adviento. Esta noche será otra cosa, pero este domingo se me pide mantener esa actitud de espera, de conversión, de camino, de alegría contenida, de horizonte… que me permite acoger la propuesta de Dios Padre-Madre.
Para disponerme, leo, medito: Y, sobre todo, los lugares de trabajo serán un lugar donde naturalmente brotará la alegría –en oposición a las actuales factorías, que más tienen de presidio que de lugar para hombres libres y dignos– y donde a nadie le será difícil considerarlos como a un templo, donde se alaba a dios (Rovirosa, OC.T, III. 212).
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