17º Domingo del Tiempo Ordinario (28 julio 2019)
Queridas
hermanas y hermanos,
Esta
semana alzamos los ojos a Dios,
Padre y Madre, y le pedimos:
Padre y Madre, y le pedimos:
Señor,
enséñanos a orar.
Nuestro
consiliario General
presenta así el Orar de la semana:
presenta así el Orar de la semana:
“Necesitamos
orar.
No es
posible vivir nuestra fe cristiana
y nuestra vocación humana sin orar.
y nuestra vocación humana sin orar.
Y a orar
solo
se puede aprender
desde la necesidad,
desde el descubrimiento
del amor de Dios
en nuestra vida.
se puede aprender
desde la necesidad,
desde el descubrimiento
del amor de Dios
en nuestra vida.
Es la
primera característica de la fe:
se hace orante.
se hace orante.
La
primera de nuestras necesidades espirituales
para realizar nuestro proyecto de vida militante.
para realizar nuestro proyecto de vida militante.
Orar no
es rezar, no es decir muchas cosas.
Santa
Teresa decía que orar es tratar de amistad
estando muchas veces tratando a solas
con quien sabemos que nos ama.
estando muchas veces tratando a solas
con quien sabemos que nos ama.
Es lo
que hacía Jesús
de manera habitual
a lo largo de su vida.
de manera habitual
a lo largo de su vida.
Es lo
que enseña a sus discípulos.
Dios no
es una conquista, sino un regalo,
pero has de buscarlo para hallarle,
has de pedir para recibir,
has de llamar para encontrar
la puerta abierta.
pero has de buscarlo para hallarle,
has de pedir para recibir,
has de llamar para encontrar
la puerta abierta.
Solo
podemos orar
desde el amor
y la confianza.
desde el amor
y la confianza.
Nunca
desde la cabeza,
aunque oremos la vida.
aunque oremos la vida.
Siempre
desde el corazón”.
Un
abrazo en Cristo Obrero y
¡Hasta mañana en el altar!
¡Hasta mañana en el altar!
Mª Carmen Perea
Responsable de Organización
y Vida comunitaria
Responsable de Organización
y Vida comunitaria
https://www.hoac.es/2019/07/25/17o-domingo-del-tiempo-ordinario-28-julio-2019/
San
Lucas 11,1-13:
«Pedid y se os dará:
“Señor, enséñanos a orar”».
«Pedid y se os dará:
“Señor, enséñanos a orar”».
Une, en tu oración, tu vida
a la de tantos hermanos
y hermanas de trabajo
a quienes quieres
acompañar
para que descubran
que Dios les ama.
a la de tantos hermanos
y hermanas de trabajo
a quienes quieres
acompañar
para que descubran
que Dios les ama.
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