PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

miércoles, 12 de febrero de 2020

«DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA»: Celebración de la EUCARISTÍA. Domingo, 8 de marzo. A las 11:00 horas. En San Fernando, Parroquia de San Servando y San Germán (Avda. Ponce de León 10)


EUCARISTÍA

Dónde: En San Fernando (Cádiz). Parroquia de
San Servando y San Germán
(Avda. Ponce de León 10)

Día: Domingo, 8 de MARZO de 2020

Hora: A las 11:00 de la mañana


¡¡ASISTE Y PARTICIPA!!


Asunto: «DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA (8 de marzo)»


Estimado/a amigo/a:


Recibe un saludo muy cordial del Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera de Cádiz y Ceuta.


Que tenemos el gusto de hacerle partícipe del manifiesto elaborado por la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), con motivo de la convocatoria del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.  Con nuestra campaña de sensibilización y de movilización en redes sociales y medios de comunicación, con la participación en las manifestaciones convocadas en todo el país.


Asimismo, hacerle partícipe e invitarle a la celebración de la Eucaristía, que con este motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.  Tendrá lugar en San Fernando (Cádiz) en la Parroquia de San Servando y San Germán (Avda. Ponce de León 10), el domingo 8 de marzo, a las 11:00 horas, con la comunidad parroquial.  Tras la celebración, en el atrio del templo, se dará lectura al comunicado elaborado por los Movimientos Apostólicos para la Pastoral Obrera.


Un saludo afectuoso,


Eugenio Díaz Melero
Director del Secretariado Diocesano
de Pastoral Obrera del Obispado de
CADIZ Y CEUTA





MENSAJE DEL MMTC CON MOTIVO DEL 8 DE MARZO,
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER


La violencia contra las mujeres y las niñas se produce en todo el mundo. Si bien es verdad que varios países la condenan enérgicamente, una gran parte de la población mundial sigue considerándola "normal". Sin embargo, esta violencia además de socavar la integridad de la mujer, reduce su acceso a los servicios y recursos esenciales.
Nos sentimos agradecidos de los muchos hombres y mujeres que siguen, valientemente, abogando por la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas. Toda iniciativa de apoyo es digna de elogio y sus efectos se sentirán, a través de Cristo, en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia.
El MMTC con motivo del 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) declara que estamos dispuestos a hacer frente a cualquier intento de excusar, encubrir o justificar la violencia. Declaramos que esta violencia es una ofensa contra Dios, la humanidad y la tierra.
Nuestra lucha es trabajar por la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas en sus diferentes formas (sexual, religiosa, psicológica, ...) y promover su dignidad.
No debemos seguir tapándonos los oídos ante estos gritos de desesperación, ni sofocarlos guardando silencio o encerrándolos entre las cuatro paredes del hogar por orgullo, por miedo, por honor, por seguridad... porque la violencia contra las mujeres y las niñas es un pecado.
Todo acto de violencia contra las mujeres y las niñas en la Iglesia ofende al cuerpo de Cristo e impide que sea fundamentalmente una comunidad de mujeres y hombres.
El Papa Francisco, en la primera homilía del año, 1 de enero de 2020, desde el balcón de la Plaza de San Pedro en el Vaticano, habló largo y tendido sobre la violencia contra las mujeres. "Las mujeres son fuente de vida. Sin embargo, se les ofende, golpea, viola y empuja a la prostitución y a suprimir la vida que llevan dentro", dijo.
Su Santidad describió la violencia contra la mujer como "profanación" y denunció el "consumismo" y la "pornografía" que, según él, cosifican el género femenino.
El Sumo Pontífice también subrayó que "el renacimiento de la humanidad comenzó con las mujeres" antes de añadir: "Es a través de la forma en que tratamos el cuerpo femenino que comprendemos nuestro nivel de humanidad. Este cuerpo debe ser liberado del consumismo, debe ser respetado y honrado. Es la carne más noble del mundo, concibió y dio a luz al Amor que nos salvó".
Como movimiento (MMTC), llamado a liberar a los oprimidos, nuestro deber es comprometernos con la liberación de las personas, con la celebración de la plenitud de la vida y la lucha contra la cultura de la violencia.
Ya no tendremos que tratar los problemas de las mujeres como algo "al margen". Como MMTC, necesitamos unir esfuerzos con otros movimientos sociales y de Iglesia para analizar las motivaciones de la violencia humana, la razón por la que las mujeres no pueden romper el círculo vicioso de la violencia y reflexionar sobre cómo ponerle fin.
"Dios creó al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó,
creó al hombre y a la mujer.
Dios los bendijo" Gen 1,27-28b.
Cada celebración del 8 de marzo debe ser un desafío para cada uno de nosotros. Por eso nos levantamos hoy para decir juntos:

"¡NO a cualquier forma de violencia
contra las mujeres y las niñas!».
Mensaje elaborado por la Coordinación Nacional del MTC - Malí






VIVIR HUMANAMENTE ES MUCHO MÁS QUE SOBREVIVIR, por José Antonio Hernández Guerrero




Vivir humanamente es
mucho más que sobrevivir




Para vivir humanamente no podemos conformarnos con alargar la vida añadiendo minutos a los minutos sino que, además, hemos de trabajar para construir el edificio de una existencia digna, de un yo más completo y de un nosotros más hermanados; hemos de llenar nuestro tiempo de valores y nuestro espacio de alicientes plenos y gratificantes. Sí, me refiero a esos tiempos y a esos espacios que ocupan nuestros cuerpos y que necesitan nuestros espíritus; saciar las hambres hondas que, asintomáticas, no siempre las notamos. No deberíamos recorrer nuestra existencia sin haber vivido. Además de "sobrevivir" o "supervivir", debemos "vivir". Sólo estudiar, trabajar, descansar, leer, escribir, luchar, ganar o perder, no es vivir.


Algunos se especializan tanto en una sola cara de la vida, que se olvidan de otras dimensiones que son esenciales. La vida humana, frente a la de las plantas y a la de los animales, se caracteriza por su multiplicidad de dimensiones y por su variedad de aspectos y, sobre todo, por su potencialidad. Vivir humanamente es sentir con todos los sentidos y con todos los sentimientos: con la vista, con el oído, con el olfato, con el gusto y con el tacto; es amar, esperar, temer y soñar. Reducirla a una sola dimensión es empobrecerla, mutilarla y, a veces, sacrificarla por completo.


La vida humana es más que los datos que figuran en el Documento Nacional de Identidad: los apellidos, el lugar de nacimiento, el domicilio, la edad, el estado civil o la profesión, por sí solas, no confieren calidad personal ni proporcionan bienestar. Los que, creyéndose unos privilegiados, no saborean los momentos de "bienestar" y de "bienvivir", están muertos en vida, porque no son nadie aunque sean algo: más que seres humanos son recursos humanos, que no tienen cara sino sólo brazos para trabajar. Permíteme -querido amigo, querida amiga-, por favor, que, por una vez me ponga sentencioso: "la vida humana es demasiado importante y demasiado breve como para esperar los grandes acontecimientos para vivirla: o la vivimos en plenitud cada uno de los instantes o no vivimos la vida".



José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. También nos envía reseñas sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología. Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.


ACTUALIDAD DE LA DIÓCESIS:
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