Asunción de la Virgen • 15 agosto 2021
Queridas hermanas y hermanos:
Pediremos a nuestra Madre,
la Virgen Santísima,
que interceda por nosotros
para que nos decidamos
a vivir estas verdades.
Para ello la invocaremos
poniendo en nuestros labios
y meditando en nuestro corazón
las arrebatadoras palabras
que Ella pronunció cuando
el Verbo Encarnado y Ella
eran como un solo ser indivisible.
Las maravillosas
estrofas
del «Magníficat»
han de ser
para nosotros,
además,
el fundamento de
nuestra acción
apostólica y social.
¡Ese «Magníficat» al que
nuestro egoísmo anticristiano
ha relegado tantos años
a los rincones del olvido!
Un fuerte abrazo
en Cristo Obrero.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
San Lucas 1,39-56:
«Proclama mi alma
la grandeza del Señor».
Mi
proyecto de vida se sustenta,
como la vida de María
en la escucha de la palabra
y la acogida de
la voluntad de Dios para mí.
Una voluntad
que he de discernir,
orar y acoger para vivir.
¿Qué pasos he de dar
para crecer vitalmente
en esa experiencia
creyente?
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ASUNCIÓN
DE LA VIRGEN
20ª Semana del
Tiempo Ordinario (Ciclo
‘B’)
Del 15 al 21 de agosto de 2021.
ASUNCIÓN DE LA VIRGEN
Domingo 20º del
Tiempo Ordinario
15 de agosto de 2021.
Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María,
Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, consumado el curso de su vida en
la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos. Esta verdad de fe, recibida de la tradición
de la Iglesia, fue definida solemnemente por el papa Pío XII en 1950 (elog. del
Martirologio Romano).
La Virgen Inmaculada, terminado el curso de su vida en la
tierra, fue llevada a la gloria del cielo, para ser conformada más plenamente a
su Hijo, el Señor, vencedor del pecado y de la muerte. La Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo
y alma al cielo, constituye una participación singular en la resurrección de su
Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos (cf. 2
lect., CEC 966). La Madre de Jesús,
glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y comienzo de la
Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También en este mundo, hasta que llegue el
día del Señor, brilla ante el pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza
cierta y de consuelo (LG 68).
- Ap 11,19a;
12,1-6a.10ab. Una mujer vestida del sol, y
la luna bajo sus pies.
- Salmo 44.
R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con
oro de Ofir.
- 1 Cor 15,20-27a.
Primero Cristo, como
primicia; después todos los que son de Cristo.
Del Evangelio de san
Lucas 1,39-56.
“El Poderoso ha hecho obras grandes en mí; enaltece a los humildes”
María dijo: -"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: Su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: Dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia para siempre".
COMENTARIO
La Virgen María nos invita en su festividad a participar en su cántico de agradecimiento a Dios, que la ha salvado porque ha mirado la humillación de su esclava, ella nos ayuda, anima, nos da fuerza y seguridad. Ella no habla sólo de la mirada de Dios sobre la humillación de su esclava, sino de enaltecer a todos los humildes. No debemos imaginar un cielo que nada tenga que ver con la tierra. Tampoco una tierra que nada tenga que ver con el cielo. Cuando rezamos: “Venga a nosotros tu reino”, expresamos un reino que se inicia aquí, que llegará a su plenitud al fin de los tiempos. Tomemos en serio las cosas de la tierra y las del cielo. Las de la tierra: Si no, no se hubiera encarnado Cristo. Las del cielo: Ya que no podemos olvidar a dónde nos dirigimos. Sé fiel a Cristo. Sé persona de esperanza.
ORACIÓN
Nos unimos a la oración de María que dice: Estoy loca de alegría por Él que es mi Salvador. Se ha fijado en mí, su humilde esclava, pues mirad, desde ahora me felicitarán todas las gentes, porque lo que ha hecho en mi es algo impresionante. Él es poderoso, es santo, y su misericordia de generación en generación se derrama sobre sus fieles. En la vida de los hombres-mujeres interviene con fuerza, deshace los planes de los soberbios y engrandece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes, a los ricos los despide con el corazón vacío. Se preocupa de sus fieles y lo que prometió desde antiguo lo cumple siempre con misericordia.
Lunes de la 20ª Semana T. Ordinario
San Esteban de
Hungría. San Roque
16 de agosto de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 19,16-22.
así tendrás un tesoro en el cielo”
Se acercó uno a Jesús y le preguntó: - “¿Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?”. Jesús le contestó: “Guarda los mandamientos. No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo". El muchacho le dijo: -"Todo eso lo he cumplido ¿Qué me falta?". Jesús le contestó: -"Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego vente conmigo". Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.
COMENTARIO
El joven se presenta como un alma inquieta, es joven y rico. Pero todo ello no le impide ser consciente de la insatisfacción, de percibir que hay un vacío en su vida que debería estar lleno. Por eso llega a Jesús con una pregunta que es la pregunta fundamental: -“¿Qué debo hacer?”. Jesús dice que los mandamientos son necesarios para entrar en la vida eterna. Cumplidos con fidelidad ellos bastan. No se puede someter a revisión la voluntad de Dios. O se cree, y entonces se acepta el decálogo, o no se cree, y entonces asume cada uno su propio camino y riesgo.
ORACIÓN
Feliz la persona que oye la llamada de Jesús. No estará vacío por dentro, vivirá sin sobresaltos, no temblará ante el futuro. Ni el dinero, ni las ansias de riquezas, ni el odio, ni el orgullo minarán su Espíritu. Su gozo es cumplir los mandamientos del Señor, en ellos encuentra vida y plenitud. Señor, ayúdame a llegar hasta el final, haz que NO se me pegue el corazón al dinero y que sepa compartirlo con los pobres. Señor quiero estar contigo; quiero que Tú seas mi gran tesoro, mi cielo. Señor quiero estar contigo; quiero que Tú seas mi gran tesoro, mi cielo.
Martes de la 20ª Semana T. Ordinario
Santa Clara de la
Cruz, virgen de la Orden
de los Eremitas de San Agustín
17 de agosto de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 19,23-30.
que a un rico entrar en el reino de Dios”
Dijo
Jesús a sus discípulos: -"Os aseguro que difícilmente entrará un rico en
el reino de los cielos. Lo repito: Más
fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en
el reino de Dios". Al oírlo, los
discípulos dijeron espantados: -"Entonces, ¿quién puede salvarse?". Jesús se les quedó mirando y les dijo: -"Para
los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo".
COMENTARIO
Jesús
manifiesta que el Reino “no se gana” como se gana el dinero, sino que se
“recibe” por el amor gratuito de Dios. Por
eso también los ricos pueden entrar en el Reino si no están apegados a la
riqueza. Al que lo deja todo y le sigue
a Jesús; ¿qué le va a tocar? Escúchalo
de labios de Jesús: El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o
madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida
eterna.
ORACIÓN
Tu Señor rechazaste el poder de las riquezas y proclamaste dichosos a los pobres que te siguen. Vuelve a nosotros tu mirada porque son muchos los bienes que nos impiden seguirte. No dejes que el dinero nos esclavice, ni permitas que se pegue nuestro corazón a los bienes de este mundo. Que por Ti y por el Evangelio seamos capaces de dejar casa y hermanos bienes y sentimientos para alcanzar la salvación y la vida eterna. Gracias Señor por regalarnos cien veces más de lo que por Ti dejamos y por darnos la vida eterna.
Miércoles de la 20ª Semana T. Ordinario
San Alberto Hurtado Cruchaga,
presbítero de la Compañía de Jesús.
18 de agosto de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 20,1-16.
“¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”
Dijo Jesús: -“El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, salió de nuevo hacia mediodía y al caer la tarde y les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido’. Cuando oscureció el dueño dijo al capataz: ‘Llama a los jornaleros y págales el jornal’. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno”.
COMENTARIO
La llamada del Señor produce en todos el mismo efecto: La Salvación. La recompensa de Dios es un “don”, un regalo igual para todos un “regalo” del Señor y no el fruto de sus esfuerzos personales. Desde el punto de vista de los “méritos”, estamos ante una aparente “injusticia” de Dios. Pero escucha la respuesta del Señor: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos".
ORACIÓN
Señor Tú que nos invitas a trabajar en tu reino recompénsanos no según nuestros méritos sino según la medida de tu misericordia. No permitas que midamos tus obras según nuestros criterios humanos, ni aceptes que juzguemos tu bondad desde nuestras envidias. Haznos comprender que la Salvación es un don tuyo para todos los hombres y mujeres. Bendito seas Padre porque a todos das según los cálculos de tu amor. Bendito seas Padre por el don de la Salvación.
Jueves de la 20ª Semana T. Ordinario
San Juan Eudes, presbítero.
San Ezequiel Moreno Díaz, obispo.
19 de agosto de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 22,1-14.
“A todos los que encontréis, convidadlos a la boda”
Jesús habló en parábolas diciendo: -"El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda". Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos.
COMENTARIO
Jesús siempre nos habla de que el Reino es gozo y alegría. Es una continua fiesta para quien lo quiere recibir. "Quien rechaza su invitación, no se sentará a su mesa como amigo". El hombre "sin el vestido de conversión, sin el deseo de aceptar lo que significa sentarse a la mesa del Señor, sin poner de su parte lo mínimo que se exige para la fiesta", no es digno de estar en el banquete que se le ofrece de modo tan gratuito. Hay que ir revistiéndose de la misma vida de Cristo; es el vestido apropiado para disfrutar del banquete en el Reino.
ORACIÓN
Bendito seas Padre por invitarnos al banquete en
el que tu Hijo se nos regala como alimento. Concédenos ir revestidos de la dignidad de
cristianos; de las actitudes y los gestos de Jesús; de su dulzura y bondad, de
su actitud de servicio y de su misericordia.
Haz que ya desde ahora buenos y malos aceptemos tu invitación y los
afanes de la vida no nos apartan de la fiesta del banquete eterno. Haz Señor que un día podamos sentarnos en la mesa eterna de tu reino.
Viernes de la 20ª Semana T. Ordinario
San Bernardo de
Claraval,
Abad y Doctor de la Iglesia.
20 de agosto de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 22,34-40.
“Amarás al
Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo”
Los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: -"Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?". Él le dijo: -“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas".
COMENTARIO
Para los fariseos y "maestros" de la ley, todos los preceptos tienen el mismo valor ya que, por ellos, se alcanza la salvación. La pregunta que le hacen es importante por la confusión que reinaba ante los seiscientos trece preceptos (365 prohibiciones y 248 mandatos positivos) que los expertos habían sacado de la Ley. Cualquier incumplimiento de alguno de ellos, significaba una inobservancia de la Alianza. Para Jesús en este mandamiento de "amor a Dios y al prójimo" tienen su origen y su resumen todas las enseñanzas de la ley y de los profetas. Para el creyente el Señor establece el camino fundamental para alcanzar su liberación: El camino del "amar a Dios con toda el alma y al prójimo como a sí mismo".
ORACIÓN
Señor, te damos gracias porque eres amor. Porque nos has hecho tan semejantes a Ti que hasta podemos amar. Gracias, por ser algo más que instinto; gracias, por el misterio del amor. Gracias por mis amistades. Gracias, porque amando has dado sentido a nuestro dolor y a nuestra espera. Gracias, Señor, porque un acto de amor es un chispazo definitivo del corazón de Dios. Señor que no estropeemos el amor con nuestro egoísmo. Jesucristo, enséñanos a amar totalmente, hasta la última consecuencia; y no dejes que se envejezca nuestro corazón. Jesucristo, enséñanos a amar hasta la última consecuencia; y no dejes que se envejezca nuestro corazón.
Sábado de la 20ª Semana T. Ordinario
San Pío X, papa.
21 de agosto de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 23,1-12.
“Ellos, no hacen lo que dicen”
Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: -“En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: Haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: Alargan las filacterias; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros”.
COMENTARIO
La autoridad no puede ser un medio para buscar el propio interés, sino un instrumento para servir a los hermanos. La comunidad cristiana no se funda en títulos y en honores, sino en la fraternidad, que nace del hecho de tener un Padre común y de seguir a Jesús. Todos vamos embarcados en la misma nave y debemos ayudarnos para llegar, felizmente, a la Casa del Padre. Así nos lo dice Jesús: ‘Vosotros, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo’.
ORACIÓN
Dios y Padre nuestro, Tú nos has dado a Jesús como maestro de vida; que su obediencia sea para nosotros un modelo, y su misericordia la fuerza que nos hace obrar. Ayúdanos a cumplir lo que nos dicen los que hablan en tu Nombre, aunque su conducta nos sea la más honesta. No dejes que impongamos cargas a los demás, sino que estemos dispuestos siempre a colaborar y que siempre Señor vivamos desde la humildad y no desde la arrogancia. Gracias Padre porque nos has dado a Jesús como maestro de vida.
Iglesia y Mundo Obrero – 75 años de encuentro
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