29º Domingo TO • 17 octubre 2021
Queridos hermanos y hermanas:
Queremos reconocimiento,
pero lo queremos, en el fondo,
al estilo de este mundo;
queremos que nos cuelguen
las medallas que creemos merecer.
¡Qué poco tiene que ver
esta manera de pensar
con la de Jesús!
¡Qué poco tiene que ver
esta manera de trabajar
con la de Jesús!
y, en el fondo,
¡qué poco tiene que ver
esta manera de ser y vivir
con la de Jesús!
El reconocimiento
que Jesús nos ofrece
pasa por el servicio
sin condiciones
y sin límites;
pasa por la entrega
de la propia vida
por amor.
Ese es el cáliz
que hemos
de beber.
Nada hay nada
que pudiéramos
usar como excusa,
como límite,
desde el encuentro
con Jesús,
para entregar
nuestra vida.
El amor fraterno
sólo puede ser gratuito,
nunca puede ser un pago
por lo que otro realice
ni un anticipo por
lo que esperamos que haga.
Por eso es posible
amar a los enemigos.
Esta misma gratuidad
nos lleva a amar
y aceptar el viento,
el sol o las nubes,
aunque no se sometan
a nuestro control.
Por eso podemos hablar de
una fraternidad universal. (FT 228).
Un abrazo en Cristo obrero y
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
https://www.hoac.es/2021/10/14/29o-domingo-to-17-octubre-2021/
San Marcos 10,35-45:
«El que quiera ser el primero,
sea esclavo de todos».
Mi
proyecto de vida
es el instrumento
mediante el que voy
configurando
una Vida Trinitaria,
una vida de santidad
expresada en la entrega
de la vida por amor
en lo que soy
y lo que hago.
¿Qué pasos necesito ir dando
para crecer en esta Vida?
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«ORAR CON LA IGLESIA»
29ª Semana del
Tiempo Ordinario (Ciclo
‘B’)
Del 17 al 23 de octubre de 2021.
Domingo 29º del Tiempo Ordinario.
San Ignacio de
Antioquía, obispo y mártir.
17 de octubre de 2021.
«Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo
esperamos de ti» (sal. resp.). Esta
misericordia de Dios nos vino, como nos anunció el profeta Isaías, por medio
del siervo «que justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos»
(1 lect.). Esa profecía se cumple
plenamente en nuestro Señor Jesucristo, «probado en todo, como nosotros, menos
en el pecado» (2 lect.), pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido,
sino a servir y dar su vida en rescate por muchos». Desde ahí tenemos que estar dispuestos a
compartir los sufrimientos de Cristo para la salvación del mundo, haciéndonos
servidores de los demás (Ev.).
- Isa 53,10-11. Al
entregar su vida como expiación, verá su descendencia,
prolongará sus años.
- Salmo 32. R/.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
- Heb 4,14-16. Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia.
Del Evangelio de san
Marcos 10,35-45.
“El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por todos”.
Jesús, reuniendo a los doce, les dijo: -“Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.
COMENTARIO
Jesús se ve obligado, una vez más, a reiterar que en la comunidad cristiana ha de prevalecer "el servicio" en quien quiera ser el primero. La comunidad cristiana tendrá una autoridad fundada en el servicio y no en el poder. Jesús tiene que insistir en que los primeros puestos en el Reino se consiguen pasando por la cruz; el que aspire a los primeros puestos debe ponerse al servicio de los hermanos. Es el ejemplo que Jesús nos da: "Porque no he venido a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate por todos".
ORACIÓN
Vivimos en un mundo Señor en el que lo normal es tiranizar y oprimir los grandes a los pequeños, cada cual a su prójimo. Buscamos los puestos de honor y que nos sirvan. Quiero grabar en mi corazón tus palabras: "Entre vosotros nada de eso". Haz que tu Iglesia sea una comunidad de servicio y amor. En esta comunidad Señor, te doy mi fe, mi alegría, mi ternura, mi confianza, mi esperanza poniéndola al servicio de los demás.
SAN LUCAS EVANGELISTA
Lunes de la 29ª Semana
T. Ordinario.
18 de octubre de 2021.
Fiesta de san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació
en Antioquía de familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero
carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden,
cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo, en el libro de los Hechos de los
Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida
de Pablo a la ciudad de Roma (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Lucas 10,1-9.
“La mies es abundante y los obreros pocos”.
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir Él. Y les decía: -“La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz en esta casa, y decid: Está cerca de vosotros el Reino de Dios”.
COMENTARIO
Jesús envía a los discípulos con la misión de preparar el Reino. Si no hay preparación de la tierra, la semilla cae en vano y se pierde. Los mensajeros deben dar testimonio de vida concorde con el mensaje que anuncian. Evangelizar es proponer. Es difundir la luz, dar razones evangélicas, corroborar con la vida la credibilidad de lo que se anuncia. Es anunciar la paz, la paz de Dios que libera de prejuicios y dispone el corazón para recibir el Reino. Es vivir la paz que lleva a la reconciliación con Dios y a la fraternidad humana. Misionar es comprometerse con la gente. Es partir sin provisiones, sin seguros contra nada; llevando sólo una confianza ilimitada en la providencia del Padre.
ORACIÓN
Me envías Señor por el mundo a proclamar a todos tu amor inmenso. A anunciar tu paz y tu cercanía a los hombres-mujeres. Me envías siendo pobre para ser testigo de la riqueza de tu vida. Me siento honrado Señor, porque me envías a sembrar esperanza. Gracias porque me envías a ser Evangelio, testigo de tu muerte y resurrección cierta. Fiado de tu palabra voy sin dinero tan solo con tu fuerza. Tu amor inmenso escuchado en la oración, lo proclamaré en la vida, viviré de tu amor esperaré el fruto de tu cosecha. Me pongo en camino Señor para anunciar la alegría de tu Reino.
Martes de la 29ª Semana T. Ordinario.
SAN PEDRO DE
ALCÁNTARA, presbítero,
SANTOS JUAN DE BRÉBEUF e ISAAC JOGUES,
presbíteros, y compañeros, mártires,
SAN PABLO DE LA CRUZ, presbítero,
19 de octubre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 12,35-38.
“Dichosos los
criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela”.
Dijo Jesús a sus discípulos: -“Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas; vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: Os seguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y les irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos”.
COMENTARIO
La exhortación a la vigilancia nos invita a estar en disposición de oír la voz de Dios para seguirle en cada instante. Hay que estar con el corazón abierto para escuchar, reconocer, aceptar. No sabemos cómo ni a dónde. Lo que importa es oír y obedecer con prontitud al imperativo “sígueme”. Ceñida la cintura, las lámparas encendidas, oído expectante para cuando se abra la puerta. Así celebraban los hebreos su pascua, actitud de espera ante el paso del Señor. Y Él llama dichosos a los que velan de esta forma en lucha contra lo que encadena, ata, distrae o entorpece la marcha, porque el Señor será su recompensa: Los hará sentarse a la mesa del festín para servirle Él mismo el gozo inacabable. Dichosos los criados a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela.
ORACIÓN
Te alabo, te bendigo, te glorifico Dios y Señor mío porque en Cristo te has hecho mi siervo, qué increíble, hacerte tu mi siervo… Dame Señor afán por servir a mis semejantes, dame la alegría de servirte a ti Señor. Quiero que mi vida sea un servicio de amor, de bondad de dulzura, que mi vida pareciéndose a la de Jesús sea una entrega constante en el servicio a los demás. Que nunca olvide Señor que servir es atender a los demás en sus necesidades desde una posición baja y humilde. Que las cualidades del siervo sean Señor mis cualidades: La obediencia, la humildad, el no sentirme nunca superior a los demás… Dame Señor afán por servir a mis semejantes, dame la alegría de servirte a ti Señor.
Miércoles de la 29ª
Semana T. Ordinario.
Santa Irene de Tancor. San Honorio, abad
20 de octubre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 12,39-48.
“Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá”.
Dijo
Jesús: -“Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón,
no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo
vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo
del hombre. ¿Quién es el administrador
fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que
les reparta la ración a sus horas? Dichoso
el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos
sus bienes”.
COMENTARIO
Jesús
nos hace hoy una llamada a la vigilancia activa en la espera del Señor: “Os
digo a todos: vigilad”. Pero “vigilar”
no es solamente “estar atentos a su venida”, sino que exige cumplir con la
tarea que cada uno tiene encomendada, como siervos amigos del Señor. No podemos quedarnos sentados a la puerta de
casa esperando su venida. Tampoco
podemos estar “mirando al cielo” para descubrir las señales sorprendentes que
indiquen la venida futura del Señor. Es
necesario estar atentos y vigilantes, sin “dormirnos en los laureles”.
ORACIÓN
Señor reanima nuestra fe para el día en que vengas. Tú que vienes cada vez que la esperanza nos despierta. Tú que vienes cada vez que escuchamos tu palabra en la proclamación de la Buena Noticia; Tú que vienes cada vez que descubrimos tu presencia en el hermano. Haz que estas venidas, me preparen para la gran venida gloriosa del Salvador Jesucristo y que esta venida Señor me encuentre velando. Señor reanima nuestra fe para el día en que vengas.
Jueves de la 29ª Semana
T. Ordinario.
Santa Laura Montoya, virgen, fundó la
Congregación
de las Hermanas Misioneras.
21 de
octubre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 12,49-53.
“No he venido a traer paz, sino
división”.
Dijo Jesús: -"He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: Tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
COMENTARIO
La lectura evangélica nos manifiesta las dificultades, divisiones y enfrentamientos que se producen a causa de la fe en Jesucristo. Es cierto que, entonces como hoy, ese enfrentamiento, latente o abierto, existe. Seguir a Jesús requiere una opción personal consciente y responsable. Y ese seguimiento entraña una guerra permanente con los criterios del mundo que nos rodea. Cuando se acepta el Evangelio de Jesús y se va encarnando en la vida de cada día, se realiza una conversión personal que es fuente de oposición en quienes no han llegado a hacer suya esa opción y esa conversión. De ahí la división entre los hombres-mujeres, puesto que todos deben tomar partido ante Jesús. No cabe neutralidad.
ORACIÓN
Señor Jesús ante quien no podemos permanecer neutrales ni indiferentes, prende en nosotros el fuego de la fidelidad a tu mensaje para que vivamos en consonancia con el Evangelio. Que el fuego del Espíritu me purifique, de la mediocridad, del egoísmo, de la injusticia. Prende en nosotros el fuego de la fe, la llama de tu amor que nos haga arder con el fuego del Espíritu, hasta que purificados de todo pecado participemos de la resurrección gloriosa de Cristo.
Viernes de la 29ª Semana T. Ordinario.
SAN JUAN PABLO
II, papa,
22 de octubre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 12,54-59.
“Sabéis interpretar el aspecto de la tierra
y del cielo,
pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?”.
Decía
Jesús a la gente: -“Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en
seguida: ‘Chaparrón tenemos’, y así sucede. Cuando sopla el sur decís: ‘Va a hacer
bochorno’, y lo hace. Hipócritas: Si
sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis
interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no
sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?”.
COMENTARIO
Hoy
vemos la ofuscación de la gente que rodeaba a Jesús para no llegar a comprender
los “signos” del Reino que Él les ofrecía. No llegaban a descifrar su profundidad y su
sentido. Jesús dice en el evangelio de
hoy: Vosotros que sabéis interpretar todos estos signos naturales, no sois
capaces de interpretar los signos del Reino. El perdón, la misericordia, la justicia, la
acogida a los pobres, son signos de que el Reino ha llegado a vosotros. Y vosotros no lo llegáis a descifrar. Es necesario, avivar la fe y dar acogida a lo
que esos signos ofrecen: El Reino de Dios presente entre nosotros.
ORACIÓN
Señor, fe, sí, dame fe para ver los signos de tu presencia en mi vida; que me dé cuenta que Tú no estás en caminos de injusticia de violencia de insolidaridad. Que vea que Tú estás en los caminos que humanizan la vida de los hombres-mujeres: En los caminos de solidaridad, de justicia, de perdón, de fraternidad, de reconciliación, de humildad. Dame una mirada limpia, la sabiduría interior que necesito para interpretar los signos de los tiempos que descubren la presencia de tu Reino. Señor, fe, sí, dame fe para ver los signos de tu presencia en mi vida.
Sábado de la 29ª Semana T. Ordinario
SAN JUAN DE
CAPISTRANO, presbítero,
23 de octubre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 13,1-9.
“Si no os convertís, todos pereceréis de la
misma manera”.
Se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: -“¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo”. Y les dijo esta parábola: -“Uno tenía una higuera y dijo al viñador: Ya ves: Tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. Pero el viñador contestó: Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.
COMENTARIO
Los fariseos consideraban toda desgracia como castigos de Dios. Pero Jesús advierte que las desgracias no son castigos de Dios, sino advertencias y avisos para inclinarnos hacia la conversión al Señor. Desde que el mundo es mundo han existido muertes violentas entre los hombres-mujeres. Jesús llama la atención sobre ello. Y está diciendo que debemos convertirnos a Dios para que no matemos la fraternidad entre nosotros. El Señor no solamente nos invita a la conversión, sino que promete su ayuda para llevarla a buen término. La ayuda de Dios no nos faltará para que nuestra vida de sus frutos.
ORACIÓN
Mira Señor en que mundo vivimos: Injusticias,
muertes violentas, terrorismos, enfados familiares, disgustos... ayúdame Señor
para que viendo este mundo me preocupe de convertirme a la fraternidad, a la
paz, a la armonía; que me convierta a Ti Señor.
Pero también en nuestro mundo hay mucha bondad mucho deseo de vivir en
fraternidad mucho deseo de justicia. Haz
Señor que por tu misericordia nuestra vida fructifique según los dones de tu
Espíritu. Haz Señor que por tu misericordia nuestra vida fructifique.
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