31º Domingo del Tiempo Ordinario C
• 30 octubre 2022
Queridas
hermanas y hermanos:
Estar con Dios no es
un mero acto piadoso;
sí es sincero
levanta nuestra piel
y nos vuelve del revés,
no nos deja tranquilos.
La oración nos revuelve
y nos lleva a encontrar
consecuencias imprevisibles.
Cuando parece que todo
está dicho y marcado
sobre nuestra vida,
entonces puede
suceder lo imprevisto,
lo novedoso:
se rompen los límites,
el horizonte se amplía
y el camino es
totalmente nuevo.
El camino que
nos pone a los pies
de las personas
empobrecidas
para compartir
la misma vida,
y avanzar
empujados
por la misma
esperanza.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
Del evangelio según
san Lucas 19,1-10.
«El Hijo del hombre
ha venido a buscar y salvar
lo que estaba perdido».
La misma mirada de Jesús a Zaqueo,
capaz de transformar su existencia.
Es la misma mirada con que Jesucristo
nos mira a cada una y cada uno de nosotros,
y la mirada misericordiosa
con que estamos convocados
a la tarea de acompañar
la vida de las personas.
Acoger esa mirada nos salva,
nos perdona, nos transforma,
nos hace hijos e hijas
constructores de fraternidad.
Tenemos, como
Zaqueo,
la necesidad de dejarnos
mirar por Dios,
de encontrarnos
con esa mirada
que nos abaja
y nos salva.
Jesús sigue pasando
por nuestra vida
del mismo modo que iba
atravesando la ciudad.
¿Dónde tengo que
situarme vitalmente,
para encontrarme
con su mirada,
para acoger
su salvación?.
Procuro concretar
las llamadas de la oración
en mi proyecto de vida.
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31ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘C’)
Del 30 de octubre al 05 de noviembre de 2022.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico
en piedad (cf. sal. resp.). La
misericordia del Señor es tema fundamental de la liturgia de hoy. Esa misericordia es fruto del amor que Dios
tiene a todos los seres. Corrige poco a
poco a los que pecan y les recuerda su pecado para que se conviertan y crean en
Él. El Ev. es un ejemplo concreto que
demuestra que el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba
perdido. De Jesús parte la iniciativa de
hospedarse en casa de Zaqueo, jefe de publicanos y rico, que a raíz de eso se
convirtió. Así nosotros, como testigos
de la misericordia, no podemos despreciar a nadie por sus pecados, ni estar
encerrados en las sacristías, sino que tenemos que salir a acercarnos a los
alejados para que se conviertan al Señor.
- Sabiduría 11,22-12,2: Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres.
- Salmo 144: R./ Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
- 2ª Tesalonicenses 1,11-2,2: Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él.
Del Evangelio de san
Lucas 19,1-10.
“El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.
Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, y se subió a una higuera, porque tenía que pasar por allí. Jesús, levantó los ojos y dijo: -"Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". Él lo recibió muy contento; y dijo al Señor: -"Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más". Jesús le contestó: -"Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".
COMENTARIO
Zaqueo se reconoce injusto y pecador, pero tiene el coraje de acercarse a Jesús para corregir sus errores. En medio de nuestros problemas (personales, ambientales, familiares) debemos facilitar el encuentro con Jesús. Es su presencia la que ofrecerá luz a nuestras preocupaciones y perdón a nuestros pecados. Porque Jesús se hospeda y se queda en los corazones y en las familias en las que hay amor, fraternidad, paz; aunque haya también problemas, como los que tenía Zaqueo. No era feliz Zaqueo a pesar de ser rico y tener influencias y poder. Solamente cuando se encontró con el Señor saboreó la felicidad y la paz que el dinero no le proporcionaba.
ORACIÓN
Señor, Tú que has provocado en Zaqueo sinceros deseos de conocerte, ayúdame a seguir su ejemplo por encima de dificultades y limitaciones. Que el gozo del encuentro Contigo, abra mi corazón, mi casa y mis bienes, que transforme lo que soy y lo que tengo y ponga mayor empeño en mi servicio y entrega a mis hermanos. Señor quiero acogerte en mi casa, en mi vida, quiero que me des la paz y salves lo que en mí está perdido.
Del Evangelio de san
Lucas 14,12-14.
“No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados”.
En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado: -"Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos".
COMENTARIO
Si hacemos una fiesta e invitamos a quienes no pueden responder con otra, será el Señor quien recompensará nuestra buena obra. Los santos, han llevado a la práctica este consejo de Jesús. Se volcaron en los pobres y desheredados. Por eso Dios les recompensó su modo de obrar. Se hicieron ricos por sus atenciones con los pobres. Veneramos a todos los santos que ejercieron su apostolado entre nosotros o sus reliquias reposan aquí. Unidos a ellos damos gracias a Dios.
ORACIÓN
Señor, danos santos. Personas libres y plenamente generosas, que hagan brillar la justicia. Personas fraternas, atentas a toda miseria y serviciales ante todo infortunio, personas llenas de amor por Ti. Personas a las que no sabría mirar sin verte, a las que no podría escuchar sin oírte. Personas que arranquen el materialismo del mundo, invadiéndolo de tu presencia. Señor con todas las personas que han sido y son testigos de tu santidad, te decimos gracias.
Solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la
gloria. En el gozo único de esta
festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la
memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo
de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la
visión eterna de la divina Majestad (elog. del Martirologio Romano).
La celebración de hoy nos recuerda que todos estamos llamados a
la santidad, a gozar un día plenamente del cielo con la muchedumbre inmensa que
nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas (1ª
lect.). Hacia esa Jerusalén celeste nos
encaminamos alegres, guiados por la fe y contemplando a los que ya están allí,
encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad (cf. Pf.). Allí esperamos ver a Dios tal cual es porque
entonces seremos semejantes a él (2ª lect.).
El Ev. nos presenta la vivencia de las Bienaventuranzas como camino
concreto de santidad y termina diciéndonos que, en medio de los insultos o
persecuciones por la fe, estemos alegres y contentos porque nuestra recompensa
será grande en el cielo. La eucaristía
es la mesa de la Iglesia peregrina que nos anticipa ya el banquete del reino de
los cielos (orac. después de la comunión).
- Apocalipsis 7,2-4.9-14.
Vi una muchedumbre inmensa,
que nadie podría contar,
de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.
- Salmo 23. R/. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
- 1ª Juan 3,1-3. Veremos a Dios tal cual es.
Del Evangelio de san
Mateo 5,1-12a.
“Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será
grande en el cielo”.
Jesús
subió a la montaña, y se puso a hablar, enseñándoles: -“Dichosos los pobres en
el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán
consolados. Dichosos los sufridos,
porque ellos heredarán la tierra. Dichosos
los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia. Dichosos los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos
de Dios. Dichosos los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
COMENTARIO
Bienaventuranza,
es felicitar y desear felicidad a otro. La
vida, ejemplo y conducta de Jesús son, la clave más auténtica de interpretación
de las bienaventuranzas. Son la norma
suprema de conducta para el cristiano. Hoy
la Iglesia celebra a quienes vivieron las bienaventuranzas. Son también para ti. Te garantizan una gran recompensa. Pero no olvides que en este mundo la
bienaventuranza va envuelta a veces en persecución. Escucha: Dichosos vosotros cuando os insulten
y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra
recompensa será grande en el cielo.
ORACIÓN
Felices los que tienen necesidad de Dios; los que viven desprendidos de sus bienes terrenales. Felices de los que ponen al servicio del prójimo lo mejor de sus riquezas. Felices los que siguen creyendo que Dios es Padre. Felices los que creen que el prójimo es siempre su hermano. Felices los que luchan por lograr un mundo mejor. Felices los que saben devolver bien por mal. Felices los que con paciencia soportan los límites de su prójimo. Felices porque de ellos es el reino de los cielos.
Conmemoración de todos los fieles difuntos. La santa Madre
Iglesia, después de su solicitud para celebrar con las debidas alabanzas la
dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor
en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y
duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio
del mundo, cuya fe solo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha de
pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la
felicidad eterna (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Juan 14,1-6.
“En la casa
de mi Padre hay muchas estancias”.
Dijo Jesús a sus discípulos: -“No perdáis la calma: Creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, y me voy a prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino”. Tomás le dice: -“Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le responde: -“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”.
COMENTARIO
Todos queremos vivir. Vivir más. Vivir mejor. Hoy y siempre. No se trata de ser un “vividor” ni de “ir tirando de la vida”. Se trata de descubrir cuál es la manera más acertada, más humana y más plena de enfrentarse a una existencia que se nos presenta con frecuencia oscura y enigmática. Ser cristiano es, ante todo, creer en Jesús. Lo verdaderamente decisivo en la experiencia cristiana es el encuentro con Cristo. Ir descubriendo por experiencia personal, toda la fuerza, la luz, la alegría, la vida que podemos recibir de Él. Poder decir desde la propia experiencia que Jesús es “el camino, la verdad y la vida”. Cristo es la culminación de la vida porque en Él está la resurrección, la superación de la muerte.
ORACIÓN
Señor, mantén viva mi esperanza ante la realidad de la muerte, para que sepa esperar el sol sin ocaso, el día sin noche, la luz sin tinieblas, el fuego que renueva el amor, la resurrección que hace nueva la vida. Cristo, Tú eres mi esperanza de vida nueva, en tus manos pongo a todos los seres queridos que ya han pasado por la muerte, recíbelos con amor en tu casa. Porque eres misericordioso da también el perdón y la resurrección a los que mueren en las guerras o víctimas del odio. Señor a todos los difuntos dales el descanso eterno y que brille para ellos la luz perpetua. Amén.
Del Evangelio de san
Lucas 15,1-10.
“Habrá alegría en el cielo por un solo
pecador que se convierta”.
Jesús les dijo esta parábola: -"Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ‘¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido’. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta".
COMENTARIO
Las parábolas del perdón ponen paz en el corazón y llenan de alegría a todos los que han hecho la experiencia del perdón de Dios, que es al mismo tiempo experiencia de su amor. Hacer la experiencia del amor de Dios es tomar conciencia de lo que uno ha sido y lo que está llamado a ser, de que en Dios está la vida y también la fuente de la dicha. En Dios encuentra su plenitud nuestro propio ser. Es también comprender y aceptar que Dios ama primero: Por eso va en busca de lo perdido o espera paciente a las puertas de la casa. La llamada del Señor a la conversión no es amenaza sino invitación a la fiesta.
ORACIÓN
Dios de ternura y misericordia que la tierra y el cielo se alegren porque Tú te alegras de acogerme cuando estoy perdido. Padre de paciencia infinita, Tú me buscas y me invitas al gozo del reencuentro. Bendito seas Pastor y Guía de mi vida. Haz que me atreva a creer en tu benevolencia. Que acepte la dicha de ir sobre tus hombros. Que diga sí a la invitación que me haces a convertirme, que es invitación a la fiesta del perdón y el amor. Dios de ternura y misericordia haz que me atreva a creer en tu benevolencia.
Del Evangelio de san
Lucas 16,1-8.
que los hijos de la luz”.
Dijo Jesús: -“Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: ‘Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido’. El administrador se puso a echar sus cálculos: ‘¿Qué voy a hacer?. Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, encuentre quien me reciba en su casa. Fue llamando a los deudores de su amo, y dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi amo?’. Este respondió: ‘Cien barriles de aceite’. Él le dijo: ‘Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta’. Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”.
COMENTARIO
El amo no aprueba la gestión de su mayordomo, pues lo está despidiendo por fraude, sino que alaba su previsión del futuro queriendo granjearse amigos para los tiempos malos que se le avecinan. Aquí se fundamenta la reflexión de Jesús: ‘Los hijos de la luz, deben imitar la agudeza, astucia y previsión que en sus negocios ponen los hijos de este mundo’. No es la corrupción y la falta de honradez lo que se pone de modelo, sino la sagacidad.
ORACIÓN
Hazme Señor un experto previsor en asuntos de Evangelio, de justicia, de fraternidad, de convivencia, de Reino de Dios. Quiero prever el futuro, asegurar el futuro, forjando mi corazón con los hilos del Evangelio y los lazos de la convivencia fraterna. Tú mismo Señor llena los vacíos de mi tarea. Haz que viva como hijo de la luz. Recuérdame que la obra de mis manos te pertenece que soy solo administrador de tus bienes. No te olvides de recordármelo, Señor. Amén.
Del Evangelio de san
Lucas 16,9-15.
“Si
no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?”.
Decía Jesús: -“Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar, el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, lo vuestro, ¿quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: No podéis servir a Dios y al dinero”.
COMENTARIO
Hoy Jesús nos hace una invitación a la honradez y sabia inversión del dinero mediante el empleo altruista y religioso del mismo. Vivid la fidelidad cotidiana, y Dios os dará lo que vale de veras: El Reino. El que adora al Dios verdadero y ama a sus hermanos no puede hacer de la riqueza la meta de su vida. Si el dinero y los bienes no nos valen para “ganar amigos” poniéndolos al servicio de los demás, se convierten en un ídolo incompatible con Dios.
ORACIÓN
Te pido Señor que defiendas al pobre y el oprimido frente a nuestro dinero injusto que los oprime. Hazme persona de fiar en el dinero y en mi responsabilidad frente al hermano. Te pido que no se vuelvan atrás aquellos que han elegido compartir tu pobreza y la de sus hermanos. Te pido por los que saben poner su dinero al servicio de los demás. Mi oración es para que nos libres de buscarte donde Tú no estás: En la fuerza orgullosa, en la seducción de la riqueza.
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