PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

miércoles, 28 de diciembre de 2022

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «SAGRADA FAMILIA» (30 DE DICIEMBRE DE 2022) CICLO “A”


Sagrada familia 2022

28 DICIEMBRE 2022 | POR 

Queridas y queridos hermanos:

Hoy miro mi familia.

Tengo un proyecto familiar
que quiero vivir en ella,
compartido con
quienes la forman.

Un proyecto de comunión
que haga de mi familia
una iglesia doméstica.

Un proyecto
parecido a otros
y diverso también,
como los que
cada mes aparecen
en la revista
Noticias Obreras
mostrando otra vida
familiar posible.

Agradezco
a Dios hoy
en la oración
mi vida familiar.

Acojo
como un don
mi familia.

Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y

Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.



Del evangelio según
san Mateo 2,13-15.19-23.
«Toma al niño
y a su madre
y huye a Egipto».

Viviendo el matrimonio y la familia
cada vez más desde el amor.

Es el Espíritu quien nos enseña a amar
«como Cristo ama a su Iglesia»:
sólo el amor puede dar vida,
consistencia y cohesión
al matrimonio y la familia.

Entre el amor de pareja,
el amor a los hijos y
el amor que se concreta
en el compromiso por construir
una sociedad más fraterna
existe una estrecha unidad,
son dimensiones de un único amor.

 

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https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2022/12/Sagrada-Familia-2022.pdf 


«ORAR CON LA IGLESIA»

TIEMPO DE NAVIDAD (Ciclo ‘A’) Octava de Navidad
Del 30 y 31de diciembre de 2022.


LA SAGRADA FAMILIA

Octava de Navidad (6º Día).
San Félix I, papa.
30 de diciembre de 2022 (Viernes).

Fiesta de la Sagrada Familia, Jesús, María y José, desde la que se proponen santísimos ejemplos a las familias cristianas y se invocan los auxilios oportunos (elog. del Martirologio Romano).

La Sagrada Familia es modelo de virtudes domésticas y de unión en el amor (Co).  Con ella comenzó a existir la familia como Iglesia doméstica, en la que se evangeliza y se practica la vida cristiana.  La primera lectura nos recuerda que hay que honrar a los padres.  La segunda lectura nos recuerda la vida de familia vivida en el Señor, con el amor como ceñidor de la unidad consumada, aun en medio de los problemas y dificultades de la vida: así, en la huida a Egipto que nos presenta el Evangelio, la Sagrada Familia permaneció unida, cumpliendo en todo la voluntad de Dios.


Del Evangelio de san Mateo 2,13-15.19-23.
“Coge al niño y a su madre y huye a Egipto”.

El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: -"Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".  José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes.  Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret.  Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

COMENTARIO

La familia de Nazaret aceptó la voluntad de Dios en sus vidas y vivieron el espíritu de amor que confiere paz, aun en medio de dificultades y preocupaciones.  El gran mensaje de los cristianos hoy al mundo es que debemos ser reverentes, obedientes, generosos y respetuosos con los padres, como Jesús lo fue.  Y eso se alcanza si, como Él, se crece en edad y gracia ante Dios.  La familia, hoy, debe levantar los ojos a Dios con serenidad y esperanza; y la luz que iluminó el camino de la familia de Nazaret, también iluminará el camino de nuestras familias.

ORACIÓN

Señor Jesús nacido en el seno de una familia enséñanos a ser felices en este tiempo y en esta tierra que son nuestros.  Enséñanos a valorar nuestra familia, a ser felices con el perdón, con la paz, ser felices compartiendo, enséñanos a ser felices con la justicia, sin ella no hay humanidad; ser felices con la ternura, es el único sol necesario para nuestras noches y días, ser felices porque Tú has nacido en una familia como la nuestra.  Por tu bondad guarda y defiende nuestra familia de toda adversidad que veamos en ella un camino de felicidad plena y que no olvide Señor que Tú te has hecho de nuestra familia humana.


Octava de Navidad (7º Día).
San Silvestre I, papa,
31 de diciembre de 2022 (Sábado).

Del Evangelio de san Juan 1,1-18.

La Palabra se hizo carne”.

En el principio ya existía la Palabra.  La Palabra en el principio estaba junto a Dios.  En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.  La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.  La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre.  Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: Gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

COMENTARIO

Este evangelio nos explica el sentido teológico de la Navidad, al hablarnos del misterio del Dios eterno y creador, que se hace visible y habita entre nosotros.  Designa a la segunda persona de la Santísima Trinidad con el nombre de Palabra que, al venir al mundo, se nos comunica de un modo real e inteligible.  Además, como Palabra de Dios que es, nos salva y nos trasciende, a la vez que, como palabra encarnada, indica proximidad y presencia fraternal.  Como palabra debe ser escuchada, recibida, participada, para que así, en cada uno de nosotros, se realice el plan maravilloso de Dios, que es la salvación; llegar a ser en plenitud hijos de Dios.

ORACIÓN

Habla Señor, Tú que tienes palabras de luz, de amor, de vida eterna.  Señor, hazte presente en mi vida para transformar mis oídos sordos al llamamiento del Evangelio; que mis oídos no se cierren al grito del hambre y la miseria; que sepa escuchar la llamada de quienes esperan mi amor.  Señor, hazte presente en mi vida para transformarme de arriba abajo y para que nazca en mí el Evangelio.  Que tu Palabra me haga nacer como Hijo de Dios. Amén.  Que tu Palabra me haga nacer como Hijo de Dios. Amén.

LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN

1.      Hago silencio, exterior e interior.

Estoy en la presencia del Señor

Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.

2.      Petición:

«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad.  Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».

3.      Palabra de Dios:

Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia.  Me fijo bien en todos los detalles.

4.      Ante la Palabra leída:

Ø  ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).

Ø  ¿Qué me dice a mí, personalmente? (Meditación).

Ø  Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).

Ø  ¡Quiero identificarme contigo, Señor!.  ¿Qué hacer?.

(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).

5.      Oración:

Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta al texto evangélico.  Al final puede añadirse la siguiente:

«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado.  Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».



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