PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

lunes, 6 de noviembre de 2023

«EL POBRE LÁZARO Y EL RICO EPULÓN»,
por José Manuel Carrascosa Freire.




«El Pobre Lázaro y el rico Epulón».



Esta mañana me he parado en la parábola del “El Pobre Lázaro y el rico Epulón”, que sigue siendo terriblemente actual en nuestro mundo, con los muchos ‘Lazaros’ y con los ‘Epulones’ que desprecian a los pobres:

“Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino finísimo, y cada día celebraba espléndidos banquetes. Un pobre, en cambio llamado Lázaro, yacía sentado a su puerta, cubierto de llagas., deseando saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros acercándose le lamian sus llagas.

Sucedió que, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; (con esta expresión se indica el estado en que se encontraban las almas de los Santos antes de la Resurrección de Cristo), murió también el rico y fue sepultado. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantado sus ojos vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno; gritando dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas.

Contestó Abraham: Hijo, acuérdate de que tu recibiste bienes durante tu vida y Lázaro en cambio, males, ahora pues, aquél es consolado y tu atormentado. Además de todo esto, entre vosotros y nosotros hay interpuesto un gran abismo. De modo que los que quieren atravesar de aquí a vosotros, no pueden; ni pueden pasar de ahí a nosotros. Y dijo: te ruego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos. Pero replico Abraham: Tienen a Moisés y a los Profetas.

¡Que los oigan! Él dijo: no, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán. Y le dijo: si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se convencerán, aunque uno de los muertos resucite” (Lc 16,19-31).


Esta parábola, hace referencia a las desigualdades existentes en el mundo y a la necesidad de una justa distribución de las riquezas, así como la solidaridad y la caridad cristiana para los que menos tienen.


El que se apega a los bienes materiales, como el rico, será despojado de todo después de la muerte. Sin embargo, Jesús propone tener la vista puesta en el cielo, nuestra auténtica patria y nuestro fin. Aún hoy existen muchos Lázaros que se ven obligados a mendigar, que son desahuciados de sus casas, que pierden sus trabajos o lo hacen de manera precaria, que han de huir de su tierra, que es huir de la pobreza extrema por causas de regímenes dictatoriales o por guerras inhumanas como la de Ucrania, pisoteada esta por el Epulón Putin, o la de Gaza en la que los palestinos están siendo masacrados por el Epulón Netanyahu.


Curiosamente las tierras por la que Jesús recorrió, parte de su pueblo el hebreo, están asesinando al pueblo palestino ante la pasividad de los países ricos occidentales, que ni las migajas de sus riquezas llegue a los Lázaros de estas tierras, mientras ellos los poderosos se revisten de tanques, misiles y otras armas tan terribles como sus corazones. Mientras que, estas personas acaparan bienes que fueron creados por Dios para toda la humanidad, unas personas que fuerzan a otras a vivir indignamente a causa de su pobreza y de sus muertes intencionadas frutos de odios históricos.



José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».


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