PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

martes, 7 de febrero de 2012

NOTICIAS OBRERAS: Febrero 2012 | Nº 1.532:
«EL TRABAJO, CENTRO DE LA ÉTICA ECONÓMICA»

Núm. 1.532 [01-02-12 / 29-02-12]

«Las sucesivas reformas laborales
ni han creado empleo
ni lo han hecho más decente.
Al contrario, han precarizado
cada vez más el empleo y
han empobrecido a muchas
familias trabajadoras»



El trabajo, centro de la ética económica

Tenemos sobre la mesa otra reforma laboral.  Una vez más se dice que es necesaria para afrontar la situación económica y crear empleo.  ¿Cuántas veces hemos oído ese mismo argumento que siempre se ha demostrado falso?  Las sucesivas reformas laborales ni han creado empleo ni lo han hecho más decente.  Al contrario, han precarizado cada vez más el empleo y han empobrecido a muchas familias trabajadoras.  Porque, como la actual, han partido del mismo mal planteamiento: pretender adaptar las condiciones de trabajo y la vida laboral de las personas a las exigencias de «la economía» para incrementar la rentabilidad del trabajo y aumentar los beneficios.  Pero esa no es la solución, es el problema.

Se habla de «la economía» como si fuera un sujeto.  Pero no lo es.  Sujetos son las personas, los grupos sociales, las instituciones…, que toman decisiones y orientan el funcionamiento de la economía.  Hablar de «la economía» como sujeto es una forma de encubrir la realidad, de ocultar intereses, de eludir responsabilidades, presentándola como algo natural o inexorable a lo que no hay más remedio que adaptarse.  Pero la economía, como todo lo que es resultado de decisiones y acciones humanas, tiene un carácter ético, es moral o inmoral, humana o inhumana, según cómo se oriente.  Y este es el meollo de la cuestión: «La economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento, no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona» (Benedicto XVI, «Caritas in veritate», 45).

Pero, ¿qué es una ética amiga de la persona en la vida económica?, ¿qué es lo que hace que el funcionamiento de la economía sea ético?  En la Iglesia pensamos que la clave está en que la persona sea, de verdad, sujeto y fin de la economía, que ésta se oriente al servicio de las necesidades humanas, que esté sometida a fines sociales de justicia.  Para ello es esencial la forma en que es tratado el trabajo.  El respeto a la dignidad del trabajo, vinculado a la dignidad de la persona, es criterio central de la ética en la economía.  Por eso, son principios básicos de humanidad para el funcionamiento de la economía:

1º.- Reconocer que el trabajo no es una cosa, una mercancía, sino una realidad unida al mismo ser de la persona: «El primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, su sujeto (…): el trabajo está en función del hombre y no el hombre en función del trabajo» (Juan Pablo II, «Laborem exercens», 6).

2º.- Respetar la prioridad del trabajo sobre todos los demás elementos de la economía.  El trabajo es mucho más que un valor económico, pero es también el primer y mayor valor económico: «El trabajo humano (…) es muy superior a los restantes elementos de la vida económica, pues estos últimos no tienen otro papel que el de instrumentos» (Concilio Vaticano II, «Gaudium et spes» 67).

3º.- Organizar siempre el trabajo en función de la persona, porque es la economía la que debe adaptarse a las necesidades de las personas y no al revés: «El conjunto del proceso de producción debe, pues, adaptarse a las necesidades de la persona» (GS, 67).

4º.- Reconocer y hacer realidad en el funcionamiento de la economía los derechos de los trabajadores y sus familias: «Cuando se trata de determinar una política laboral correcta desde el punto de vista ético (…) tal política es correcta cuando los derechos objetivos del hombre del trabajo son plenamente respetados (…) La realización de los derechos del hombre del trabajo no puede estar condenada a constituir solamente un derivado de los sistemas económicos, los cuales (…) se dejen guiar sobre todo por el criterio del máximo beneficio.  Al contrario, es precisamente la consideración de los derechos objetivos del hombre del trabajo (…) lo que debe constituir el criterio adecuado y fundamental para la formación de toda la economía» (LE, 17).

¿Para cuándo una reforma de la economía que busque hacer realidad estos principios de humanidad?

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Editorial del número 1.532 de Noticias Obreras.

EDITORIAL
Publicado en NOTICIAS OBRERAS:
Núm. 1532 [01-02-12 / 29-02-12] pág. 5
 








Noticias Obreras febrero:
“Familia, trabajo y fiesta”
| Por Olga
Noticias Obreras febrero: “Familia, trabajo y fiesta”
La familia, el trabajo y la fiesta son realidades que necesitan analizarse a la luz del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Es lo que hace Juan Francisco Garrido en el tema del mes del nuevo número de Noticias Obreras.

Laboral | Sin conocer los términos de la última reforma laboral, Daniel Lacalle comenta los efectos de las anteriores y las aspiraciones de partida de los negociadores.

Política | Desde distintos ámbitos, se pide una reforma de la ley electoral. Analizamos las ventajas e inconvenientes de la actual regulación.

Entrevista | Rafael Fuertes, de la Fundación Más Familia, explica cómo trabaja esta entidad para ayudar a las empresas a ser “familiarmente responsables”.

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Experiencia | Ramiro Vega, militante de la HOAC de Sant Boi, participa en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de sus ciudad, una lucha de “David contra Goliat”.

Además, hablamos de otros temas.

La emisión de la película sobre Vicente Enrique Tarancón le sirve a Jesús Espeja para reflexionar sobre la “dimensión política de la caridad”.

El sacerdote José Moreno Losada plantea las claves que se deben reinterpretar para que las parroquias recobren su dinamismo evangelizador.

Y, en la sección de LIBROS, Rafael Díaz-Salazar comenta “Espiritualidad para voluntarios” y “Humanización y voluntariado“, de Joaquín García Roca y Luis Aranguren, respectivamente.

Como tema destacado y con motivo del aniversario de la muerte de Guillermo Rovirosa reproducimos algunos de sus escritos sobre el amor y la justicia.

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«IMPLICARNOS EN LA LUCHA
POR LA JUSTICIA SOCIAL»
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
6ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
(12 febrero 2012)


Dibujos de Cerezo



ORAR EN EL MUNDO OBRERO

Ciclo “B”  (2011-2012) 

6ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

(12 febrero 2012)


Un Dios que discrimina es falso;
y una ley discriminatoria es injusta.

La ley que no tiene piedad de la miseria del
hombre es pura ideología y ha de ser erradicada.

La marginación siempre es producto
de la injusticia humana;
Dios nada tiene que ver con ella,
por más que una falsa religión
le quiere colgar el muerto,
y a veces lo consiga.


VER:
Una mujer en paro,
casada y con dos hijas menores
ha ofrecido su casa a
una familia guineana
con cinco hijos,
que ha sido desahuciada
por el impago de la hipoteca.

 
Mamadou Diallo,
en paro desde hace dos años,
su mujer Aissatou y sus cinco hijos
-el menor de ellos de tan solo un mes-
recibieron hace unas semanas
una orden de desahucio del banco
en la que les indicaban que
el 18 de enero se procedería
al desalojo de su casa de Parla (Madrid)
por los impagos que
venían acumulándose
desde hace un año y medio.

“Estamos en una mala situación,
si nos echan tendremos que ir a la calle
porque no tenemos aquí familia
que nos pueda ayudar”,
ha explicado Mamadou.

Tras escuchar la historia
en los medios de comunicación
Cecilia Rivas, vecina de
Utebo (Zaragoza),
ha decidido darle
un techo a esta familia.
“Me sentí mal,
me dio pena y
mi corazón me dijo que
tenía que hacer algo”,
ha comentado.
“Mientras se arregla la situación”
Cecilia, que tiene dos hijas
de 17 y 10 años,
ha señalado que su familia
tampoco está en una
“buena situación económica”
puesto que ella está en el paro
y su marido mantiene “como puede”
su empresa de montaje de andamios.
“Yo doy una solución momentánea,
pueden estar en mi casa
unos días o semanas mientras
se arregla su situación”,
ha indicado.

Mamadou llegó hace
doce años a España,
donde trabajó tanto en el campo
como en la construcción
hasta que con la llegada de la crisis
se quedó sin trabajo y
con un piso que pagar.
Llevan ya varios meses sin gas
porque, dicen, no pueden afrontar
todas las facturas y los gastos
de los cinco hijos con los 426 euros
que percibe como subsidio.
"Tenemos cuatro hijos y un bebé
y es muy grande el gasto
en pañales y leche",
ha apuntado Mamadou.

La plataforma 'Stop Desahucios'
ha animado a la gente a que
se solidarice con la familia Diallo
el 18 de enero en su domicilio,
con el fin de que el banco renegocie
las condiciones de la hipoteca.


REFLEXIONAMOS:

¡La salvación de los empobrecidos
está en que los seres humanos
seamos de verdad «humanos»!
Los de corazón de carne, como Cecilia,
reaccionan con misericordia entrañable
ante la necesidad del prójimo y
ofrecen lo poco o mucho que pueden hacer
(ver la parábola del Samaritano: Lc 10,25-37).

Cecilia oyó que su corazón de carne
le decía que tenía que hacer algo.

Los cristianos, miembros del Cuerpo de Cristo,
sabemos que nuestro viejo corazón de piedra
fue sustituido por el corazón de carne de Jesús.
¿Lo sabemos?
Ante la realidad de crisis que nos envuelve
¿escuchamos en nuestro interior
la voz de Jesús que nos llama
a actuar como él a favor de
nuestros hermanos empobrecidos?
¡Bienaventurado el que
lo pueda afirmar con verdad!

No basta como cristianos
dejarnos llevar por
nuestro corazón de carne,
como Cecilia,
y hacer lo que podamos individualmente.
Nosotros estamos llamados a
dejarnos llevar como comunidad,
como iglesia,
por el corazón de Jesús
y realizar las posibilidades del Reino
con la fuerza del Espíritu
que habita en nuestro corazón creyente.

Los cristianos, la HOAC, junto con
todas las Cecilias del mundo,
estamos llamados a cambiar
las estructuras de pecado
(como son las instituciones del
capitalismo fenerista actual:
banca usurera, empresa de amos y siervos,
propiedad sólo para unos cuantos…)
con nuestro compromiso social y político.

Repasemos sin prisas,
en un momento de esta semana,
nuestro Proyecto Evangelizador.
Pongamos la mano en nuestro corazón
y sintamos sus latidos…
discernamos entre los nuestros
y los que provienen del corazón de Jesús…


ORACIÓN (P. Loidi con retoques)

Jesús, «habla», que te escuchamos,
y dinos lo que es ser mujer, ser hombre:
por qué podemos vivir con entereza y exigirla,
ser dueños y señores, a pesar de la explotación y la pobreza,
encender los ojos y mirar de frente, no al suelo, como esclavos.

Jesús, «habla» y dinos lo que es ser hermanas y hermanos:
por qué podemos amar y construir solidaridad,
a pesar del individualismo, la corrupción y la injusticia,
abrir la mano y ofrecerla, no cerrarla como los bancos.

Jesús, «habla» y dinos lo que es tener dignidad
como imágenes e hijos de Dios:
por qué podemos dar la cara por «nuestros» derechos
a pesar del paro, el hambre y la manipulación,
organizarnos y luchar por nuestros hermanos, como tú.

Jesús, «habla» porque la injusticia nos aprieta el cuello.
El desempleo hiere.
El hambre mata.
La productividad sin respiro dobla las espaldas.
Los que valen menos no interesan.
Los que no pueden se hunden.
El consumo nos tiene presos.
Los ídolos nos aplastan.
Las ceremonias nos distraen de
la «liturgia existencial» de cada día.

Tú que nos llamaste a ser mensajeros de la Buena Noticia
y sabes lo que es ser persona, hermano, hijo de Dios,
calienta nuestro corazón,
abre nuestras manos y mueve nuestros pies,
para construir un mundo distinto,
de hijos de Dios y hermanos tuyos.
Jesús «habla» a nuestro corazón.
¡Necesitamos oír de nuevo tu Evangelio!

EVANGELIO (Mc 1,40-45)



«Se le acerca un leproso,
suplicándole de rodillas:

“Si quieres, puedes limpiarme”.

Compadecido,
extendió la mano y lo tocó diciendo:

“Quiero: queda limpio”.

La lepra se le quitó inmediatamente
y quedó limpio.

Lo regañó y lo sacó
afuera en seguida,
diciéndole:

“¡Mira, no le digas
nada a nadie!

En cambio,
ve a que te examine el sacerdote
y ofrece por tu purificación
lo que prescribió Moisés
como prueba contra ellos”.

Él, cuando salió,
se puso a proclamar
y a divulgar el mensaje a más y mejor;

en consecuencia, [Jesús]
no podía ya entrar
manifiestamente en ninguna ciudad;

se quedaba fuera, en despoblado,
pero acudían a él de todas partes
».


Pequeña explicación

El leproso es el primer enfermo
que se acerca a Jesús
por iniciativa propia.
Según la mentalidad religiosa de entonces,
“el leproso era impuro por su enfermedad,
que desde el punto de vista religioso,
lo excluía del acceso a Dios y, en consecuencia,
del pueblo elegido (Lv 13,45s).
Era asimismo transmisor de impureza,
lo mismo a personas que a objetos.
El leproso quedaba fuera de la sociedad,
temerosa de verse físicamente contagiada
y religiosamente contaminada.
Estaba obligado a avisar a gritos
de su estado de impureza,
para que nadie se acercase a él,
y tenía que vivir en descampado
(Levítico 13,45s).
Era en cierto modo un maldito,
un castigado por Dios.
[¿Quiénes son los “malditos” hoy
para nuestra sociedad actual?]

¿Cómo es posible que
“aquella religión tradicional”
produjera una marginación
tan inhumana e intolerable?
Cuidado nosotros con las posibles
marginaciones inhumanas actuales:
homosexuales, mujeres…
Fijémonos en la actuación de Jesús.

Jesús conoce la multitud de gente excluida
de la sinagoga por la doctrina oficial.
El leproso aparece aquí como el prototipo
de toda marginación religiosa,
que en aquella sociedad era
la marginación absoluta.
En este caso se trata de un marginado
que expresa su deseo de salir de
su miseria y marginación.
Este marginado ha tenido que
vencer el temor a infringir la ley
para acercarse a Jesús.
Su actitud humilde e insistente
manifiesta su absoluta confianza
en el poder de Jesús,
que equipara al de Dios
(“Si quieres, puedes limpiarme”).
¡Así tipifica Mc la reacción de
los marginados a la proclamación de Jesús:
ante él los desechados recuperan
la confianza en su liberación!
¡Qué llamada para nosotros!

No se encuentra en toda
la perícopa el verbo «curar»,
que pondría el acento en
el aspecto físico de la lepra,
sino «limpiar/purificar»,
que subraya el aspecto religioso.
Lo que interesa ante todo al leproso es
conseguir su relación con
un Dios que lo rechaza.

¿Qué hace Jesús?
«Conmovido,
extendió la mano y lo tocó…»
La actitud que guía el querer
y la actividad de Jesús
es un amor tierno
igual al del Padre
(“se conmovió”),
que no puede soportar
la vista de la miseria humana.
El amor expresado en
“conmoverse”
pasa a la acción
al “extender la mano”.
La finalidad del gesto es “tocar”:
Jesús, que posee
la “autoridad” divina,
niega con su gesto que
Dios excluya de su favor al leproso,
es decir, invalida el fundamento
teológico de la impureza.
Al mismo tiempo
hace presente
la acción divina
que saca de la opresión
a los marginados.

En lugar de rechazar
al marginado leproso,
Jesús completa
el acercamiento iniciado por aquél:
extiende la mano y lo toca.
Estos dos acercamientos significan lo siguiente:
Cualquier ley que impone una marginación,
aunque se presente como divina,
no expresa el ser ni la voluntad de Dios
.
Un Dios que discrimina es falso;
y una ley discriminatoria es injusta.
La ley que no tiene piedad
de la miseria del hombre
es pura ideología y ha de ser erradicada.
Jesús, al contrario,
es verdadero Dios:
se conmueve ante la miseria,
acepta al marginado,
y pone su bien
por encima de
leyes humanas y “divinas”
(que nunca serán tales si marginan).
La marginación siempre es
producto de la injusticia humana;
Dios nada tiene que ver con ella,
por más que una falsa religión
le quiere colgar el muerto,
y a veces lo consiga.

Excluyamos para siempre
la idea de que Dios excluye
de su amor a algún hombre,
cualquiera que sea su condición.
El rechazo por parte de Dios
no ha existido nunca.
Dios no es causante
de ninguna marginación;
ahora bien,
no podemos decir lo mismo
de la institución religiosa.
Pero el evangelio de hoy
deja las cosas claras como el mediodía:
«Dios no margina a nadie».
¡Lo triste es ver a muchos marginados
que han interiorizado contra sí mismos
esta falsa ideología:
“somos culpables de esta marginación”!

La ley de Moisés imponía
interminables prescripciones
sobre la integración de
un leproso curado,
mostrando un Dios meticuloso,
exigente y difícil de contentar.
Esta ley reflejaba solamente
el egoísmo y la dureza
de la sociedad judía,
que temía y apartaba
de sí al leproso.
Era la prueba perenne
contra una sociedad
que no ayudaba al marginado
ni se interesaba por él,
demostrando así que
no conocía a Dios ni de lejos.
Una sociedad así
es inaceptable
para el Dios de Jesús.
¿Y nuestra sociedad?

El leproso «se puso a proclamar
y a divulgar el mensaje más y mejor».
La experiencia del amor de Dios,
del que pensaba estar excluido,
causa en el hombre una alegría tal
que no puede contenerla.
El hombre se convierte en
anunciador no del mero hecho sucedido,
sino del mensaje contenido en él:
Dios no es como se lo habían presentado,
él no discrimina entre los hombres,
ofrece a todos su amor
y llama a todos a su Reino.

La auto-marginación de Jesús
al involucrarse con los marginados
provoca que acudan a él
marginados de todas partes.
La marginación que sufre Jesús
les asegura que está con ellos.
¿Nos quejaremos, pues,
si somos marginados
por cualquiera de
los poderes de este mundo:
económico, político,
cultural, social, religioso?
¡Feliz marginación
la que nos identifique con los pobres!
SALMO DE LAMENTACIÓN

¡Ay de los que traman la injusticia
y planean legalizar la opresión!
Lo piensan y lo hacen, porque tienen el poder,
y endurecen aun más lo que dictan los mercados,
como suelen hacer los prepotentes.

Desean una reforma laboral y la imponen,
recortes en lo público y lo hacen.
Quitan de los débiles para pagar a usureros…
¿Quién se lo impide? ¿Quién alza su voz?

Sabedlo, el Señor alza su voz,
y va a tramar un “mal” contra esa gente,
−malos tiempos les vienen sin remedio−,
pues «alienta a su pueblo contra ellos
y no piensa soportar más atropellos».

Tu pueblo somos nosotros, Señor,
a quienes llenas de fuerza con tu Aliento,
y explicas en secreto el evangelio.

Tras el oro mamón van los pudientes…
tu pueblo, contigo, Jesús,
a servir a los de abajo, tu pobre pueblo,
¡los santos inocentes!


PLANTILLA PARA ORAR LA VIDA

Un VER Marginal:
En Madrid,
al contrario que en los pueblos,
veo a gente sin casa,
dormir en tierra,
a la intemperie,
hablar solos,
con aspecto “descuidado”,
pidiendo limosna,
sin nada que hacer…
transeúntes de los que
aparto el rostro…


JUZGAR:
Sé que lo esencial y lo nuevo
introducido por Jesús,
a quien quiero seguir
como discípulo,
es el amor incondicional.
Un amor del que nadie
queda excluido,
ni los enemigos,
pues Dios ama a todos,
hasta los “ingratos y los malos”
(Lc 6,35).
Mi amor deja de ser
verdadero si no amo
a los vulnerables,
los despreciados y
los invisibles
.
Encuadrarme en
el marco de la ley,
de lo establecido,
me aparta
irremisiblemente del amor.
Jesús vino a despertarme
de la siesta ética,
del vivir tranquilo
cumpliendo mis deberes
cívicos y religiosos.
Me incita a estar
atento al presente
acontecido y a
ser creativo.
El Reino se instaura cuando
se tiene esta actitud amorosa
y absolutamente abierta
y acogedora.

¿Qué hacer?
Un día
«Pedro y Juan
subían al Templo
a la hora nona,
hora de oración.
Y había un hombre,
cojo desde el seno de su madre,
al cual llevaban
y ponían cada día
a la puerta del templo
llamada Hermosa,
para pedir limosna
a los que entraban en el Templo.
El cual, viendo a Pedro y Juan
que iban a entrar en el Templo,
pedía le diesen limosna.
Fijando su mirada en él
Pedro a una con Juan, le dijo:
Míranos.
Él estaba atento a ellos,
aguardando recibir algo de ellos.
Más dijo Pedro:
Plata y oro no tengo,
mas lo que tengo
eso te doy
:
En el nombre de
Jesucristo nazareno,
ponte a andar.
Y cogiéndolo de
la mano derecha,
lo levantó;
y en el mismo instante
se le consolidaron
las plantas de los pies y los tobillos;
y de un salto se puso en pie
y echó a andar
y entró con ellos
en el Templo,
andando y saltando
y alabando a Dios…»
(Hech 3,1-8).


ACTUAR:
Tampoco yo
tengo «plata y oro»,
-aunque debo colaborar más
aportando
una parte de mi dinero
a Caritas y a otras entidades
que trabajan por los últimos, etc.-;
pero «lo que tengo,
eso he de dar»:
Gracias a Jesús tengo capacidad,
-aunque, ¡ay!,
demasiadas veces no se vea−,
para implicarme en la lucha por la justicia social,
por el reparto equitativo de las riquezas,
por la evangelización de
los empobrecidos del mundo obrero…

Este es mí renovado ofrecimiento hoy,
una vez más, Jesús.
En concreto me comprometo a .........




-           Lectura del libro del Levítico 13,1-2. 44-46:
El leproso tendrá su morada fuera del campamento.

-           Salmo 31,1-2. 5. 11 (J.: cf. 7):
Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
-                     
-           Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10,31-11,1:
R/.
Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
-                     
-           Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,40-45:
La lepra se le quitó, y quedó limpio.

Jesús rescata a los marginados.
La ley mosaica marginaba de la vida comunitaria y social
al leproso porque lo consideraba impuro y pecador (1 lect.).
Jesús cura al leproso, lo rescata de la marginación
y lo integra en la vida comunitaria del pueblo (Ev.).
El apóstol exhorta al cristiano a buscar siempre
la gloria de Dios, siguiendo el ejemplo de Cristo (2 lect.).