PÁGINAS COMPLEMENTARIAS

viernes, 30 de agosto de 2024

EL AMOR ES LA CLAVE SUPREMA, por José Antonio Hernández Guerrero




El amor es la clave suprema.



Las experiencias que nos proporciona el amor, ese hecho que, como nos dice Iris Murdoch (1919 -1999), nos descubre que “alguien o algo diferente a nosotros existe” -que es real y que es valioso- debería ser, a mi juicio, la clave suprema para interpretar el sentido humano de nuestras vidas. Frente a las narraciones superficiales de las novelas rosas y en contra de las definiciones tópicas de algunos románticos, otros escritores actuales como, por ejemplo, Esteban Torre (1934), David Pujante (1953), Marisa Calero (1956), Pedro Sevilla (1959), Pepa Caro (1961) o José Mateos (1962), y los miembros del Club de Letras que escriben en la revista Speculum, con sus versos, con sus relatos y con análisis críticos, nos muestran sus convicciones de que el amor es el motor para crear belleza y para construir el bienestar personal, familiar, social y político o, en resumen, para creer y para crear un mundo humano.


Si analizamos nuestras experiencias diarias descubrimos que el amor está presente en nuestras actividades, en nuestros proyectos y en nuestros recuerdos, y que también es –debería ser- el motor de nuestros impulsos y de nuestros gestos por muy superficiales que, a simple vista, nos parezcan. El rastro del amor está –debería estar- presente en los actos cotidianos como, por ejemplo, cuando intentamos comprender los comportamientos automáticos complacientes o las reacciones agresivas de nuestros conciudadanos. Podemos identificarlo en nuestra contemplación de los paisajes o en nuestras miradas a las personas con las que nos cruzamos por la calle.


En mi opinión, el amor –en cualquiera de sus versiones- debería constituir la base permanente de los diferentes comportamientos éticos, sociales y políticos, y, por supuesto, la clave de las creaciones artísticas y poéticas. Estoy convencido de que, además, podría ser el mejor criterio para evaluar nuestras propias creencias ideológicas, sociales y religiosas. Creo que podría –debería- ser la pauta fundamental para interpretar el verdadero significado de esas palabras que repetimos de manera automática en nuestros juicios sobre los comportamientos humanos como, por ejemplo, justicia, solidaridad, beneficencia, afecto o, incluso, caridad.


Sigo pensando que el pensamiento realmente amoroso sigue siendo revolucionario y que, en algunos casos, es inédito a pesar de muchos de los hábitos, pancartas, escudos o insignias que lucimos y, por supuesto, a pesar de los versos que, a veces, componemos. Estoy convencido, sin embargo, de que, para creer y, sobre todo, para crear, es imprescindible amar.



José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. Nos suele enviar también una reseña semanal sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología. Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.

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ORAR EN EL MUNDO OBRERO «22º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO» (01 DE SEPTIEMBRE DE 2024) ● CICLO “B”


22º Domingo del Tiempo Ordinario

29 agosto 2024 | Por 

Volvemos con nuestro amigo Marcos,
al que habíamos interrumpido
con el capítulo seis de Juan,
y que es el evangelista
que nos ha mostrado a Jesús
durante casi todo este ciclo B.


¿Dónde está nuestro corazón
en todo aquello que hacemos
relacionado con Dios?.



Del Evangelio de
san M
arcos 7,1-8.14-15.21-23:

«Dejan a un lado el mandamiento de Dios
para aferrarse a preceptos humanos».

Cuidar los detalles
para facilitar el ENCUENTRO,
un encuentro que se hace
con el corazón
don de Dios Padre es el centro
y nos vincula en la fraternidad
y nos invita a la solidaridad,
a la mirada deferente,
especial «al huérfano y a la viuda»
como decía Santiago
en la segunda lectura,
es la mirada a las personas
consideradas últimas,
a las no importantes,
a las que sufren.


Vamos, este fin de semana,

a preparar el corazón

para el encuentro.


 Dejemos que Dios entre,

que entre el sentido de la fraternidad,

que el Espíritu nos contagie y,

si todo eso entra,

saldrá lo mejor para que facilitemos,

en nuestra comunidad,

el encuentro con el Padre

y con los hermanos y hermanas.

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https://www.hoac.es/2024/08/29/22o-domingo-del-tiempo-ordinario/





«ORAR CON LA IGLESIA»
VEINTIDOS SEMANA DEL T.O. (Ciclo ‘B’).
Del
01 al 07 de septiembre de 2024.


https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html