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viernes, 9 de septiembre de 2022

LA LUCHA POR LA JUSTICIA EN EL TRABAJO DESDE LA FE CRISTIANA, por José Manuel Carrascosa Freire




La lucha por la justicia en el trabajo
desde la fe cristiana.




Una mirada a Jesús el Obrero de Nazaret, a María madre de Jesús y ama de casa, a S. José Obrero, padre y maestro en la vida y en el trabajo de Jesús. Y, ver en ellos sus ejemplos y amor por el trabajo digno y con justicia, como causa para la liberación de tantas personas que sufren por la opresión de los que ostentan el poder y la riqueza. Para ello he seleccionado algún texto para ampliar nuestra mirada de fe en la recreación, en nuestras vidas personales, comunitarias, laborales, sociales, políticas y ecologista que Dios, Padre nos ofrece.


En los tiempos modernos el mismo papa San Juan XXIII en una homilía de la Ascensión de 1.960 afirmó que tras la ruptura del velo del Templo de Jerusalén una vez muerto Jesucristo, tras un terremoto se abrieron las tumbas y los muertos andaban por La ciudad, entre ellos estaba San José que ascendió en cuerpo al cielo, esto es lo que dijo el Papa Juan:

“La Ascensión de Jesús corresponde, pues, a los muertos del Antiguo Testamento, los más próximos a Jesús. Nombramos a los más íntimos en su vida, Juan el Bautista, el Precursor, y José de Nazaret, su padre custodio. La Ascensión corresponde a ellos, así piadosamente lo creemos…” (S. Juan XXIII).


Esto es un hecho bastante creíble, según el texto de Mateo 27,51-53 “Y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron. Salieron del cementerio luego de la resurrección de Jesús, y entraron en la santa ciudad de Jerusalén y se aparecieron a mucha gente" de entre todos los resucitados ese día, que fueron muchos, es lógico que entre ellos uno fuera el padre de Jesús, José el carpintero. Al Papa S. Juan XXIII, también se unió a otros Santos que afirmaron eso, cómo: San Bernardino de Siena, San Francisco de Sales, San Jorge …


“San José, como cabeza de familia, dedica la mayor parte de su vida al trabajo manual con él logra el sustento necesario para Jesús y María. Él pone de relieve cómo el simple trabajo de un artesano es elevado a instrumento de sustento de Dios, con el fin de establecer un paralelismo con el trabajo de los obreros y de los pobres. El trabajo no sólo no es algo vergonzoso, sino que es factor de perfeccionamiento para el hombre.


Es de destacar la estrecha unión entre el trabajo de S. José y el de su Hijo. Éste es el contexto existencial que ha de tener el trabajo de los obreros: la inserción con Cristo, donde adquiere todo su valor y significado y entra a formar parte en la obra de la redención. Por voluntad de Cristo el trabajo del hombre debe asociarse a su obra redentora, debe contribuir a extender los frutos de la redención, es uno de los medios más ordinarios y eficaces que tienen la mayoría de los hombres de colaborar en su propia salvación.


El Hijo de Dios al asumir la naturaleza humana quiso nacer y vivir durante su vida terrena en una familia. Ésta es presentada como paradigma de vida y de virtudes a imitar entre las que destaca la laboriosidad, la sobriedad, la austeridad de vida, la perseverancia y cumplimiento del deber, el espíritu de servicio... que se integran en una vida de trabajo honrado. El trabajo constituye una actividad esencial en la Familia de Nazaret y en esta actividad de Cristo el trabajador cristiano encuentra el mayor acicate para estimar y valorar su trabajo y convertirlo en uno de los medios excelentes para «la salud de su alma”.


San José como padre de la Sagrada Familia tuvo que sufrir la dureza del trabajo, la persecución, la migración, como hoy la realizan miles de personas, en especial en los continentes africanos, Sudamericano y el Asia más próximo. El papa Francisco lo presenta también como a aquellos trabajadores cuya labor silenciosa en este tiempo de pandemia vírica luchan, se esfuerzan para que la humanidad salga adelante. Sanitarios, limpiadores, transportistas, investigadores científicos, funcionarios públicos que, como San José pasan desapercibido, aunque constantes y discretos, pero esenciales en los tiempos de dificultades. (Patris cordi" del Papa Francisco. José Beltrán, revista Vida Nueva, año 2020).


En el mundo actual, tras esta pandemia vírica tan mortal, ya no será igual la vida de los ciudadanos, ni tampoco de estos profesionales, cuyo trabajo tanto se ha precarizado, en el que muchos perdieron la vida en aras de la profesión dedicada en el servicio hacia nuestros hermanos enfermos. Con el añadido en el caso de los sanitarios de suplir a las familias en el acompañamiento de sus enfermos, en despedirlos cuando la vida se les fueron. ¿Se podrá pagar tanto esfuerzo y dolor pasado de estas personas, como consecuencia del dolor sufrido por los enfermos COVID?. Esta dolorosa e inolvidable realidad nos exige como obreros y cómo cristianos una posición de atenta mirada y compromiso por quienes son servidores públicos de la sanidad, la educación, los servicios sociales, etc. Y verlos prioritariamente sobre las empresas que realizan está función por simples intereses económicos, los cuales merman la calidad de los derechos de los ciudadanos y el trabajo de sus profesionales.


José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».


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