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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.


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jueves, 15 de septiembre de 2022

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO» (18 DE SEPTIEMBRE DE 2022) CICLO “C”


25º Domingo del Tiempo Ordinario C
18 septiembre 2022

15 SEPTIEMBRE 2022 | POR 

Queridas hermanas y hermanos:

De nuevo al comienzo
de este curso tan significativo
en el que nuestra
Asamblea General
marca el ritmo
de nuestra
vida comunitaria
retomamos
los envíos semanales
del “Orar en el mundo obrero”.

Y lo hacemos con un evangelio
cuya invitación nos lleva siempre
a trastocar las prioridades,
optando por servir a Dios
en quienes realmente necesitan
de nuestro amor responsable
y de nuestro cuidado:
las víctimas del sistema,
los empobrecidos,
quienes pueden asegurarnos
-no en vano son
sacramento de Dios-
el ser recibido
“en las moradas eternas”.

Recordemos que
“cuanto hicisteis
a uno de estos pequeños,
a mí me lo hicisteis”.

Pues, bienvenidos de nuevo
a este encuentro semanal.

Un abrazo en Cristo Obrero y,
¡hasta mañana en el altar!.

Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y

Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.



Del evangelio según
san Lucas 16,1-13.
«No podéis servir
a Dios y al dinero».

Es el camino de la compasión y la justicia,
de la fraternidad y el cuidado,
de la entrega de la propia vida por amor
lo que nos humaniza y humaniza
la existencia de las personas empobrecidas.

Ese cuidado lo ejercemos con
nuestras prácticas personales de vida eucarística,
con la vida expresada en la pobreza, humildad y sacrificio
con las que construimos comunión de vida, de bienes y de acción.

 

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«ORAR CON LA IGLESIA»

25ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘C’)
Del 18 al 24 de septiembre de 2022.


Domingo 25º del Tiempo Ordinario
San José de Cupertino, presbítero de la Orden
de Hermanos Menores Conventuales.
18 de septiembre de 2022.

La liturgia de este domingo se centra en el amor a Dios y al prójimo (cf. 1ª orac.).  No podemos anteponer nada al amor de Dios y a su servicio.  El dinero es incompatible con el servicio a Dios porque es un falso ídolo al que, sin darnos cuenta, le rendimos pleitesía (cf. Ev.).  Anclados en él, nos incapacitamos para amar a los más pobres, a quienes con frecuencia explotamos e intentamos comprar para nuestros intereses (cf. 1ª lect.).  La única salida que tenemos es ganarnos amigos con el dinero injusto, haciendo limosnas o invirtiendo, por ejemplo, en obras sociales, para que nos reciban en las moradas eternas (Ev.).  La 2ª lect. nos llama a pedir por todos los hombres a Dios, que quiere que todos se salven.  La oración de los fieles es un buen momento para ello.


- Amós 8,4-7:
 Contra los que «compran por dinero al pobre».

- Salmo 112: R./ Alabad al Señor, que alza al pobre.

- 1ª Timoteo 2,1-8: Que se hagan oraciones por toda la humanidad a Dios, que quiere que todos los hombres se salven.

Del Evangelio de san Lucas 16,1-13.
“No podéis servir a Dios y al dinero”.

Dijo Jesús: -"Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.  Entonces lo llamó y le dijo: ‘Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido’.  El administrador se puso a echar sus cálculos: ‘¿Qué voy a hacer?’  Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi amo?’.  Éste respondió: ‘Cien barriles de aceite’.  Él le dijo: ‘Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta’.  Luego dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’.  Él contestó: ‘Cien fanegas de trigo’.  Le dijo: ‘Aquí está tu recibo, escribe ochenta’.  Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido.  Ningún siervo puede servir a dos amos.  No podéis servir a Dios y al dinero".

COMENTARIO

La preocupación por el dinero hace que olvidemos a Dios y a los hombres-mujeres, la preocupación desmesurada por las cosas materiales hace imposible la confianza en Dios y la esperanza en su providencia de Padre.  El dinero es la causa: de discordias, enfrentamientos, intranquilidades personales, injusticias, corrupción social, odios y sufrimientos.  Hoy nos dice Jesús tajantemente que no se puede servir a dos señores.  Eso significa que: Quien está dominado por el afán de riquezas, quien tiene puesto su corazón en el dinero ¡no es cristiano!, ¡no es discípulo suyo!  Insiste en que nos hagamos ricos ante Dios.

ORACIÓN

Señor, ayúdanos a no rendir culto al dinero; enséñanos la astucia y lucidez de invertir nuestros bienes, tus bienes en los pobres y necesitados, para que a su tiempo nos abran las moradas eternas de tu casa.  Haznos comprender que con dinero se compra la diversión, pero no la alegría.  Con dinero se compra una casa, pero no un hogar.  Con dinero se compran tranquilizantes pero no paz.  Con dinero se pueden tener cosas pero solo amando a las personas podemos ser felices.  No puedes servir a Dios y al dinero.


Lunes de la 25ª Semana T. Ordinario
San Jenaro, obispo y mártir.
19 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 8,16-18.
“El candil se pone en el candelero para que los que entran tengan luz”.

Dijo Jesús a la gente: -“Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz.  Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.  A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”.

COMENTARIO

La luz es para iluminar; por eso es absurdo y antinatural el ocultarla.  Y el cristiano debe ser luz para los demás, como lo es Cristo.  La fe en Cristo es nuestra propia luz personal.  Cada uno de nosotros tiene su propio historial de la luz, desde el cirio bautismal que se encendió al comienzo de nuestra vida cristiana hasta la definitiva luz pascual, pasando por la vivencia diaria de nuestra identidad y compromiso cristianos, expresados en cada uno de los sacramentos que acompañan nuestro peregrinar por la vida.  Vive de la luz.

ORACIÓN

Hazme partícipe de tu luz Señor, la luz de la alegría que disipe las sombras de la tristeza; la luz de la vida que alumbre las sombras de muerte.  La luz de la fe que de resplandor a toda mi existencia.  Tu luz Señor dame tu luz para que no camine en tinieblas de alcohol, de incomprensiones, enfados, injusticias, envidias o rencores.  Que viviendo en comunidad la luz del Evangelio Tú seas la luz de las naciones, tu luz alumbre a todo hombre-mujer y el que te siga tenga la luz de la vida.  Hazme partícipe de la luz de la fe, la luz de la vida; de tu luz Señor.


Martes de la 25ª Semana T. Ordinario
San Andrés Kim Taegon, presbítero,
san Pablo Chong Hasang y Compañeros Mártires.
20 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 8,19-21.

Vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.  Entonces lo avisaron: -"Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte".  Él les contestó: -"Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra".

COMENTARIO

Jesús manifiesta que lo que nos hace miembros de la familia de Dios es: “La escucha de la Palabra de Dios y su cumplimiento”.  Quien acoge su Palabra y se esfuerza, para llevarla a la práctica, ése es miembro “de la familia de Dios”.  Ese es ¡hijo de Dios!  El creyente es el que se deja llevar por el Espíritu, afirmaba san Pablo.  Pero no se es hijo de Dios sin una verdadera regeneración.  Tal es el sentido del Bautismo que hace que en el hombre-mujer se inserte una vida nueva.  La filiación divina no es una moral sublime, sino una vida nueva.

ORACIÓN

Enséñanos Señor cómo ser familia de Dios.  Enséñanos a escuchar tus palabras, danos coraje para cumplir tu palabra, para ponerla por obra.  Qué ilusión, Señor, ser tu hermano, ser incluso tu madre ¡qué increíble!  Y que ilusionante poder hacer lo que hacen las madres; que la vida de Cristo se pueda plantar en mí y pueda ir creciendo en mí.  Enséñanos Señor cómo ser familia de Dios.


San Mateo, Apóstol, Evangelista
Miércoles de la 25ª Semana T. Ordinario.
21 de septiembre de 2022.

Fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista, llamado antes Leví, que, al ser invitado por Jesús para seguirle, dejó su oficio de publicano o recaudador de impuestos y, elegido entre los apóstoles, escribió un evangelio en que se proclama principalmente que Jesucristo es hijo de David, hijo de Abrahán, con lo que, de este modo, se da plenitud al Antiguo Testamento (elog. del Martirologio Romano).

Del Evangelio de san Mateo 9,9-13.
“Sígueme.  Él se levantó y lo siguió”.

 

Vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -“Sígueme”.  Él se levantó y lo siguió.  Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.  Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: -“¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?”.  Jesús lo oyó y dijo: -“No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.  Aprended lo que significa misericordia quiero y no sacrificios: que no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores”.

 

COMENTARIO

Jesús elige a Mateo, un recaudador de impuestos al servicio de Roma, la potencia ocupante.  Como todos los publicanos, con mala fama entre el pueblo.  Jesús le da un voto de confianza, sin pedirle confesiones públicas de conversión.  Mateo le sigue con presteza, dejándolo todo, y le ofrece en su casa una buena comida, a la que también invita a otros publicanos, con escándalo de los “buenos”.  Ahí Jesús expresa la finalidad de su misión: -“No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores”.  Jesús convierte a Mateo de “publicano” en “apóstol”.  Así era Jesús, comprensivo, tolerante.  Jesús le dio un margen de confianza y éste respondió plenamente.  ¿Cuál es tu respuesta ante la llamada de Jesús?

 

ORACIÓN

Mi vocación eres Tú, Señor, sólo Tú.  En Ti todo tiene sentido; sin Ti todo es vacío.  Señor, tú conoces mejor que nadie mis contradicciones, mis mezquindades, mi desconfianza y mi pecado.  Pero viendo a tu apóstol Mateo, sé que has venido a llamar a los pecadores; por eso Señor quiero hacer fiesta por Ti y por tu manera de ser; hacer fiesta porque me invitas a la vida plena y a la salvación; hacer fiesta porque hoy sé que se puede creer en el regalo de tu amor.  Con tu apóstol Mateo quiero anunciar a todos esta Buena Noticia.  Tu Evangelio.


Jueves de la 25ª Semana T. Ordinario.
Santos Mauricio, Exuperio, Cándido, Víctor
y compañeros de la Legión Tebea,
mártires.
22 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 9,7-9.

“A Juan lo mandé decapitar yo.
¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?”.

El virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.  Herodes se decía: -"A Juan lo mandé decapitar yo.  ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?.  Y tenía ganas de verlo.

COMENTARIO

Jesús aparecía como un gran profeta.  Así lo entendieron el pueblo sencillo, sus discípulos, los curados por Él e incluso sus enemigos declarados.  Lo que le definía era su anuncio del reino de Dios, los signos de sus curaciones y milagros que avalaban la buena nueva de la presencia de ese Reino, su dedicación a los pobres, su invitación a la conversión y sobre todo, su propia vida.  Pero para todos era y es la pregunta ¿Quién es Jesús?  ¿Quién es este de quien oímos tales cosas?.

ORACIÓN

Jesús, Tú que curaste a los ciegos; ilumínanos, Señor para que comprendamos quién eres Tú.  Jesús, Tú que limpiaste a los leprosos, límpianos de pecado y veremos que Tú no eres ni Juan ni Elías.  Jesús, tú que diste voz y oído a sordomudos, escúchanos, sánanos, purifícanos.  Tú que bendecías a los niños bendícenos.  Tú que diste a los muertos nueva vida reanímanos para que confesemos quién eres Tú Jesús.


Viernes de la 25ª Semana T. Ordinario.
San Pío de Pietrelcina, Presbítero de la Orden
de los Hermanos Menores Capuchinos
.
23 de septiembre de 2022.

San Pío de Pietralcina (Francisco) Forgione, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, que en el convento de San Giovanni Rotondo, en Apulia, se dedicó a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación de los penitentes, mostrando una atención particular hacia los pobres y necesitados, terminando en este día su peregrinación terrena y configurándose con Cristo crucificado (1968) (elog. del Martirologio Romano).

Del Evangelio de san Lucas 9,18-22.
“Tú eres el Mesías de Dios.  El Hijo del hombre tiene que padecer mucho”.

Jesús les preguntó a sus discípulos: -"¿Quién dice la gente que soy yo?".  Ellos contestaron: -"Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas".  Él les preguntó: -"Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?".  Pedro tomó la palabra y dijo: -"El Mesías de Dios".  Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.  Y añadió: -"El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día".

 

COMENTARIO

El Señor manifiesta que “el siervo de Dios” ha de sufrir y el que siga su camino ha de ser capaz de afrontar el sufrimiento y la cruz que Él mismo ha de padecer.  Dicho con otras palabras: Tenemos que estar dispuestos a afrontar esas mordeduras que continuamente nos da el egoísmo, la pereza, la envidia, el sufrimiento, el afán de riqueza y bienestar, la dificultad de perdonar, de ayudar, de ofrecer una mano amiga...  Es como ir muriendo a nuestro yo, es sembrar el grano de trigo.  Después de cierto tiempo germinará en cosecha de resurrección.  Es con nuestras obras y no solo con nuestras palabras como tenemos que hacer frente a la pregunta del Señor: -“¿Quién decís que soy yo para vosotros?”.

 

ORACIÓN

Se Señor que desde el sufrimiento de la vida limpiamente aceptado es como tengo que responder a la pregunta que me haces: ¿Quién dices que soy yo para ti?.  Y también a mí me cuesta responder que desde el sufrimiento compartido contigo veo que eres el Ungido por Dios para traer la Salvación.  Señor sabes que cada vez que sufro me pregunto: ¿Pero es esto lo que Dios quiere?.  ¿Es que no se puede evitar tanto sufrimiento?.  Señor que hoy sepa mirar a Cristo en medio de sus sufrimientos y que mi vida dé cuenta de que Jesús es el Ungido por Dios, que Él es mi Salvador.


Sábado de la 25ª Semana T. Ordinario
Nuestra Señora de la Merced (Mercè).
24 de septiembre de 2022.

La Virgen María bajo la advocación de la Merced, o en plural: Nuestra Señora de las Mercedes, indica la abundancia incontable de sus gracias. ¡Hermosa advocación y hermoso nombre el de Mercedes!, familiarmente Merche.

Del Evangelio de san Lucas 9,43b-45.

“Al Hijo del hombre lo van a entregar.
Les daba miedo preguntarle sobre el asunto”.

Entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: -“Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres”.  Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no cogían el sentido.  Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

COMENTARIO

Jesús no se presentó ni actuó como un levita o sacerdote judío, ni como un rabino más de escuela, ni como un jefe de sinagoga, ni, menos aún, como un político.  Lo suyo fue el profetismo itinerante, el servicio de la palabra anunciando el Reino, testimoniando la verdad y denunciando una religión corrompida por los maestros judíos.  Tenemos que meternos bien en la cabeza que por anunciar este mensaje le llevaron a la Cruz; y tenemos que meternos bien en la cabeza que el sentido de la Cruz es la Salvación.

ORACIÓN

Haznos dóciles, Señor, acogedores de tus planes, abiertos a lo imprevisible de los mismos, tan imprevisibles como para nosotros es la cruz, a pesar de tus anuncios.  Ante tu cruz, lo único que puedo hacer es agradecer tu gran amor.  Que aprenda a ver en la cruz la fuente de vida.  Tú nos has mostrado que el camino de Dios, el camino de la fidelidad, de la justicia, del amor, es el único camino que da vida.  Y por eso has muerto en la cruz.  Señor, concédeme entender el lenguaje de la entrega, el lenguaje de la cruz.