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2º Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia
Tocamos por curiosidad, tocamos por sentir texturas, tocamos para acariciar; y tocamos para acercarnos, reconocer, evidenciar, asegurarnos que algo que es misterioso, increíble, poco evidente… está ahí: “yo lo vi y lo toqué” … Yo, que Tomás, hubiera dicho lo mismo: esa moto no me la venden a mí: ¡si no toco llaga no me van a convencer! Para él la muerte era evidente y el fracaso más evidente todavía, se sentía engañado y el amigo de las promesas y sueños, el líder del grupo y para el pueblo: ¡colgado de una cruz!, y recordaba lo que decía la biblia “maldito el que cuelga en el madero” (Dt 21,23)
Y tocó… ¡claro que tocó! y resucitó también él.
Tocar es importante, Dios tocó también, tocó humanidad; Dios, en Jesús toca carne y “aprendió” (Heb 5,8); Tomás aprendió la lección y gracias a él nosotras y nosotros nos toca tocar donde Él dijo que estaba (Mt 25,35-46)… nos lo ha puesto difícil… pero tocando tenemos que recordar “dichosas las personas que creen sin haber visto”. Que el Espíritu nos conceda creer sin ver, pero de lo que no nos vamos a librar es de “tocar”… Sólo así se activa la misericordia, la com-pasión, que nos hace como Dios.
Sentir con el mundo obrero, encarnación.
Y un profundo agradecimiento al Papa Francisco, ha sido un auténtico regalo para la Iglesia… Él era de los que necesitaba tocar y lo hizo hasta el último momento, lo último que tocó fueron las llagas de las personas presas. Un abrazo y hasta mañana en el altar, Jorge
Del
Evangelio de
san Juan 20,19-31:
«A los ocho días, llegó Jesús».
«Acerca
tu dedo y comprueba mis manos;
acerca tu mano y métela en mi
costado»
Desde el sepulcro vacío de Jerusalén llega hasta nosotros el sorprendente anuncio: Jesús, el Crucificado, «no está aquí, ha resucitado» (Lc 24,6). No está en la tumba, ¡es el viviente!». «El amor venció al odio. La luz venció a las tinieblas. La verdad venció a la mentira. El perdón venció a la venganza. El mal no ha desaparecido de nuestra historia, permanecerá hasta el final, pero ya no tiene dominio, ya no tiene poder sobre quien acoge la gracia de este día» (Papa Francisco en el Urbi et Orbi 2025).
La
resurrección de Jesús es esperanza para toda la humanidad, para los
que perdieron la vida, para los que la han dado.
La
resurrección de Jesús es la justicia de Dios, en un mundo injusto…
La
resurrección de Jesús es presente y futuro para todos y todas,
sobre todo, para las víctimas.
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[Oraciones de y para la semana]
«SEGUNDA
SEMANA DE PASCUA».
Del 27de
abril al
03 de mayo
de 2025.
https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
