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martes, 13 de agosto de 2024

¡ADIÓS AL PADRE D. ANTONIO TROYA MAGALLANES! ¡POR SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES!


¡ADIÓS AL PADRE D. ANTONIO TROYA MAGALLANES!
¡POR SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES!


Con gran tristeza recibimos la noticia del fallecimiento de nuestro querido padre y pastor Antonio Troya Magallanes.


Hoy (13 de agosto 2024) tenemos que compartir la triste noticia del fallecimiento del P. Antonio Troya. En principio, el funeral será a las 17,00 aquí en la Prioral. Y presidido por el Vicario General, el P. Oscar González.


Esta tarde (13 de agosto), aunque está aún por confirmar, se trasladará su cuerpo al Tanatorio de Puerto Real. Ya os confirmo cualquier novedad.


CONFIRMADO: El velatorio es en el Tanatorio de Puerto Real, y el funeral mañana 14 de agosto en la Iglesia de San Sebastián de Puerto Real, a las 17 horas.  El cuerpo presente de Antonio, lo trasladan a la Parroquia San Sebastián a las 4 de la tarde mañana 14 de agosto.

Aleluya, el buen Padre ha llamado al cura sencillo que era Antonio Troya, fue amigo del los obreros, de la HOAC. Un abrazo en nuestro Señor Jesús.





Fallece el sacerdote Antonio Troya Magallanes,
a los 96 años, 
por José Antonio Hernández Guerrero




En Puerto Real, donde era hijo adoptivo y donde fue párroco de las diferentes parroquias durante quince años (1970 – 1985) acompañado de un equipo de varios sacerdotes, ha fallecido a los 96 años Antonio Troya. Era uno de esos creyentes que, por la coherencia de sus ideas, de sus palabras, de sus actitudes y de sus comportamientos, se inscriben en la tradición más evangélica de la historia de la Iglesia. En las palabras pronunciadas en la entrega del título de Hijo Adoptivo dijo, pronunciando cada palabra con singular énfasis, “Yo amo a Jesús de Nazaret, soy su discípulo, y quien me ha dado a Jesús ha sido su Iglesia”. Después, en varias ocasiones, nos fue explicando sus esfuerzos por reducir la fe a su médula más íntima y despojar de las adherencias que, con el paso del tiempo, se habían ido acumulando.


A sus amigos, compañeros y feligreses nos llamaba la atención su obstinada fidelidad al fondo de los evangelios, y, sobre todo, su capacidad para armonizar, en una sorprendente síntesis vital, las dos sendas que, a veces, se presentan como paralelas o, incluso, como divergentes: la contemplación y la acción. Su reflexión le empujaba al compromiso y su sentido de la trascendencia proporcionaba consistencia a su sensibilidad social. Aunque era respetuoso con la tradición, la interpretaba desde las claves que le suministraba la perspectiva actual. Poseía una fina sensibilidad para captar los signos de los tiempos y las condiciones de los lugares en los que, con su voz, hacía resonar la Palabra del Evangelio. Era consciente de la época y del lugar en que vivía y de las luchas que libraban conciudadanos en las diarias batallas de la subsistencia, de la inmigración, del paro, de la droga y de la marginación.


Antonio Troya era uno de los exégetas que, a mi juicio, mejor han calado en el fondo de los mensajes evangélicos y uno de los que lo exponían con mayor sencillez y lo explicaban con mayor claridad. Gracias a la observación reflexiva de la realidad y a la lectura evangélica de los sucesos cotidianos, iluminaba sus actividades con una perspicaz lucidez y, al mismo tiempo, las impregnaba de un intenso realismo. Su austeridad personal o, en otras palabras, su pobreza evangélica -paradójicamente rica y enriquecedora-constituía una llamada a la conciencia moral y una interpelación para todos los que, ansiosamente, sólo luchan por acumular bienes materiales. Su manera sencilla de vivir esa radical renuncia le proporcionaba una libertad y una credibilidad superiores a las que prestan las ínfulas presuntuosas y los títulos honoríficos. Era un servidor de sus hermanos que predicaba el perdón, la generosidad y la solidaridad.


Ha fallecido un hombre frágil de cuerpo y robusto de espíritu, modesto y compasivo, carente de afán de poder y de riquezas: un sacerdote en el que se concentraban los valores estrictamente cristianos. Que descanse en paz.


El velatorio es en el Tanatorio de Puerto Real, y el funeral mañana 14 de agosto en la Iglesia de San Sebastián de Puerto Real, a las 17 horas.

Fallece el sacerdote Antonio Troya Magallanes, a los 96 años – Diocesis de Cadiz y Ceuta (obispadocadizyceuta.es)

https://www.obispadocadizyceuta.es/2024/08/13/fallece-el-sacerdote-antonio-troya-magallanes-a-los-96-anos/


Puerto Real despide con cariño a Antonio Troya, hijo adoptivo y párroco durante 15 años - Puerto Real Hoy

https://www.puertorealhoy.es/puerto-real-despide-con-carino-a-antonio-troya-hijo-adoptivo-y-parroco-durante-15-anos/

OBITUARIO A ANTONIO TROYA PUBLICADO POR
JUANLU BOY GAVIÑO EN 'FACEBOOK' 

Desde hace algunos días tenía en cierta manera conocimientos de su delicado estado de salud, pues así me lo indicaban precisamente desde donde pasó sus últimos años de Vida, compartiendo y viviéndolo en la Residencia de Mayores "Joaquina de Vedruna", en la población donde gran parte de su Ministerio Sacerdotal ofreció durante tantos años un servicio Pastoral al frente de la Prioral de San Sebastián Mártir de Puerto Real.
El Padre Troya Magallanes llegó hasta Puerto Real en años precisamente difíciles y complicados, por aquellos entonces coincide entre otras muchas circunstancias con la Reforma Litúrgica del Vaticano Segundo, todo ello unido a un sin fin de despropósitos, inconvenientes para poder llevar a cabo tantas iniciativas, ideas, programas para seguir avanzando en una Evangelización por aquellos tiempos, lo que no cabe duda es que fue por muchísimas adversidades un Sacerdote Valiente, desafiando tempestades que junto a otros compañeros en el Ministerio por aquellos momentos le acompañaron y así ayudaron sin dejarlo solo en momentos algunos, fueron muchos aquellos compañeros verdaderos inseparables que así quisieron acompañarlos, muchos a buen seguro de los nuestros lo recordaran sin quizás necesidad para citarlos a Todos y cada uno de Ellos.
Indudablemente fue un hombre de bien como todo ser humano ante todo con las limitaciones para todos/as que la propia Vida nos ofrece, con Él compartí muchas vivencias en la fe cristiana, sin descartar por si puesto discusiones en momentos puntuales, pero aún puedo decir simplemente a forma de anécdotas guardo con cierto recelo, Convocatorias, Actas de Aquellos Consejos Pastorales en la Parroquia de San Sebastián, yo siendo evidentemente por aquellos entonces muy joven, representando al Grupo de Jóvenes de mi hermandad.
Hoy parte Padre Troya para otros horizontes, esos que con tu vida en la Tierra te ganaste para la bien aventurada del Padre Celestial, hasta hace pocos meses tus homilías las cuales me consta difundidas y guardabas con recelo seguirán teniendo al menos cierta respuesta entre los Que aquí nos quedamos para entre otros menesteres al menos algo ir sembrando
(q.e.p.d.) Rvdo. Padre.
Que Nuestra Señora siempre bajo sus distintas advocaciones interceda por Siempre ante el Padre Celestial.-

 
PORQUE TÚ ME HICISTE MEJOR PERSONA

Porque tú me hiciste mejor Persona
Siempre me contabas con una bella sonrisa lo guapa y lo buena que yo te parecía de pequeña cuando venias a visitarme con la abuela María y me encontrabas relajada y entretenida jugando en mi cunita.

Disfrutaba las vacaciones junto a ti y tu mama los veranos plácidos en las Mogarizas donde yo ya empezaba a crecer y aprender mis primeras lecciones de ti.

Porque tú me hiciste mejor Persona
Este lugar sagrado, tu casa por tantos años la visité tantas veces porque tu estabas aquí, porque yo en mi poca sabiduría infantil pensaba que este lugar era tuyo y me permita entrar y salir de el a mi antojo, buscarte en la sacristía y hacerte travesuras que tú me reprendías con mucho amor y paciencia.

Porque tú me hiciste mejor Persona
Así comenzaron mis primeras experiencias de vida contigo, así comencé a admirarte. Iba creciendo mi cuerpo y mi admiración por ti a la vez.

Observando como te entregabas a los demás con carácter y vocación.

Porque tú me hiciste mejor Persona
Mi mamá que es tu prima a la que tu familia acogió en vuestra casa desde muy pequeña al quedarse huérfana de padres, te siente como un hermano y así os habéis tratado siempre.

Ella hoy no está capacitada para un Hasta luego primo como ella hubiese querido darte pero tú sabías cuanto os queríais y yo lo confirmo. Y Vengo en su nombre Y también darte las gracias.

Las gracias por las llamadas a casa cada día para saber de su estado.

Las gracias por tu esfuerzo de ir a despedirte de ella a pesar de tu impedimento para caminar y existir una barrera arquitectónica entre vosotros.

Porque tú me hiciste mejor Persona
Que en los años que hemos coincidido en este mundo nunca te vi un mal gesto, una palabra fea ni un comentario negativo hacia nadie.

Que siempre me recibías con una sonrisa cuando te visitaba y ensaltabas lo guapa que yo te parecía

Yo... Te respondía:

Guapo Tú

Que te quiero mucho

Y te sonrojabas

Porque tú me hiciste mejor persona
Desconocía la información de tu partida y no he podido despedirme de ti como yo hubiese deseado.

Realidad que me tiene desconcertada y muy dolorida pero tus recuerdos y ejemplos de vida me ayudará para transformarlo en positivo y acordarme de ti con una sonrisa permanente en mi rostro.

Dios te bendiga y te acoja en su gloria como tú lo acogiste a Él en tu corazón.

Porque tú, tú nos has echo a todos los que se han cruzado en tu camino mejor Persona.

Gracias tito. Te quiero


Isabel María Cárdenas,
sobrina de Antonio Troya






Antonio Troya Magallanes, nace en San Fernando (Cádiz), el 28 de diciembre del año 1927, un cura al que a muchos nos ha alegrado conocer y a los que a muchos nos ha dejado una gran huella de humanidad. Fiel defensor del Concilio Vaticano II, su labor pastoral y su compromiso evangélico y social chocó con una sociedad autoritaria y caciquil. Y parte a la Casa del Padre el 13 de agosto de 2024, a los 96 años.





Fallece el sacerdote Antonio Troya Magallanes, a los 96 años (diariodecadiz.es)








Acabo de recibir la noticia de la muerte del Padre Antonio Troya Magallanes. Tuve la suerte de conocerle, fue Párroco de San Paulino aquí en Barbate. Un cura con olor a oveja, comprometido con los pobres, con todo tipo de pobreza, con tantas pobreza de nuestra sociedad. Su actividad inagotable, su cercanía, su mensaje social en una iglesia diocesana en estos momentos tan perdida de sus objetivos. Era muy mayor dirán algunos, y es cierto, pero no menos cierto es que su pérdida es grande. En estos momentos estamos muy necesitados de calidad humana y evangélica. Recuerdo con mucho cariño aquella tarde con Juan Piña en San Fernando, hablando del devenir de nuestra Diócesis, de la juventud y de vuestras experiencias. Descansa en paz Antonio, ya en la presencia del Padre. (Paqui Amores)
Presencia del Evangelio que deja una huella profunda en los que han vivido a su lado. Hasta sus últimos días en la residencia Vedruna de Puerto Real, una vida de entrega. El abrazo de Dios Padre ha sido fuerte y 'apretao'. Descanse en paz. (Mame Baturone Dominguez)
Antonio Troya, el llamado " cura rojo" nos ha dejado. Toda una generación de curas obreros y comprometidos con la realidad social y las situaciones de precariedad y pobreza se ha ido, pero nos han dejado el ejemplo inequívoco de que el Evangelio de Jesús Nazaret solo se puede vivir plenamente desde el compromiso con el prójimo, especialmente con los más pobres y vulnerables. (Paco González Álvarez)
Él se llevó el afecto y reconocimiento de los que lo conocieron, a la vez que el dejó una huella como persona, como sacerdote imborrable, por lo que será recibido con todo el amor por el Creador. Descanse en Paz. Que el Señor le dé el descanso eterno. (Manuel Pinedo Mota)
Un gran hombre, siempre al servicio de los que lo necesitaban. Merece un agradecido recuerdo. (Manuel Ruiz Martínez)
De mi relación con él guardo un recuerdo imborrable. Descanse en paz. (Juan José Iglesias Rodríguez)
D.E.P., y que Dios lo acoja en su gloria. Gran sacerdote y gran persona. (Eduardo Gutiérrez Ramírez)
Descanse en la paz del Señor. Este gran sacerdote me dio la Primera Comunión. Lo echaré mucho de menos. (Francisco Javier Cerezo Benitez)
Hoy el mundo sonríe un poco menos, un cura obrero y grande, ojalá sientas todo el cariño que has originado. DEP. (Andres Sainz Fernandez)
Una gran pérdida, lo siento mucho. Le recuerdo con mucho cariño y admiración. (Bárbara Shunyi)
Lo recuerdo de pequeña cuando estaba en Medina durante nuestras catequesis. D.E.P. (Ana Sánchez Gonzalez)
Lo recordaremos siempre estuvo de sacerdote en Medina fue una muy buena persona... (Juani Gomez Marchante)
No tuve la oportunidad de relacionarme con el, Pero se lo querido que ha sido para muchísimos Puertorealeñ@s, por algo será!!! Padre Troya, Descansa en Paz. Y a ti Isabel María, mi más sentido Pésame!!! Has escrito un relato precioso, has conseguido emocionarme!!! DEP. El Padre Troya. (Tirso Calvo Manso)






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Antonio Troya Magallanes, su perfil como sacerdote a través de sus homilías:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6299157.pdf

Antonio Troya Magallanes, nombrado “hijo adoptivo de Puerto Real”:
https://www.puertorealhoy.es/antonio-troya-maruja-mey-seran-nombrados-nuevos-hijos-adoptivos-puerto-real

Antonio Troya Magallanes, perfil sacerdotal (Pág. 23), por JAHG:
http://www.obispadocadizyceuta.es/wp-content/uploads/2003/07/BOO2541-Julio-Agosto-2003.pdf


Antonio Troya Magallanes, 2 octubre 1976

Antonio Troya Magallanes, 2 octubre 1976


EN SOLITARIO SOMOS NADA, por José Antonio Hernández Guerrero




En solitario somos nada.



El escritor y poeta Pedro Sevilla nos confiesa que ha escrito en El amor es ahora, un pequeño y bello libro sobre el amor para sentirse acompañado y querido porque -nos declara- en solitario somos nada, porque sólo somos cuando alguien nos saca de la invisibilidad mirándonos con sus ojos, para reconocernos y, por eso, él necesita ser mirado y autentificado. Le da miedo estar solo porque él sabe bien que es entonces cuando la muerte puede arrebatarlo. Por eso teme las noches, ese recordatorio diario de la muerte porque “la oscuridad es un águila negra que baja a buscarme a la alcoba”.


El amor, la meta y el camino, la lección y el aprendizaje, el problema y la solución de la vida humana, es la explicación de su afán de leer y de su compromiso de escribir. Pedro parte del supuesto de que el origen de su impulso a amar está en su interpretación del término coloquial “mamá” como origen vital, aunque no sea etimológico, del que se derivan otras palabras con análogos significados como, por ejemplo, “amistad”, esa relación cordial que él establece con su madre, la destinataria principal de esta obra que él le escribe, sin miedo y sin frenos, para que ella se sienta amada.


Si el amor es una tarea que exige el adecuado proceso de aprendizaje, es también un trabajo para disponer la vida porque “cuando todo está en orden” le regresa la alegría, el amor a la vida que no es otra cosa que la asunción de sí mismo… de ese yo que tiene sus mejores momentos cuando sufre, cuando se acerca a lo sagrado, aunque nunca desdeña la verdad de la alegría, la luz de la esperanza.


Reconoce, sin embargo, que sus impulsos están determinados por la fragilidad del destinatario. Es entonces y ahí donde él descubre que el amor, el contenido y la razón de la vida humana, vive sus mejores momentos cuando se dirige a quienes sufren -“prosa picada por el dolor”- que pretende transmitir un mensaje de amor en la que cuenta toda una vida cuando la muerte ha regresado una vez más a su casa.


Si en su El pueblo, ya sabéis Pedro nos contaba aquella niñez “sensual y carnal”, en la que, gracias a las enfermedades, se suspendía su “biografía” y era feliz muriendo provisionalmente, ahora nos relata cómo el fallecimiento de su hermano menor, el Alzheimer de su madre y sus propias, diferentes y graves enfermedades -el cáncer y la leucemia- le van robando su pasado y saqueando la biografía. Es cuando se siente empujado a iniciar unas memorias adultas, escritas desde la duda y la angustia y con la intención de “desenterrar a los muertos con el azadón embotado y torpe de las palabras”.


Su escritura seguirá siendo un prolongado ejercicio literario para recordar, más que los hechos, los sentimientos, los temores y los odios, ayudado por las fotos de aquel joven soñador “sin las cicatrices del futuro”.



José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. Nos suele enviar también una reseña semanal sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología. Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.

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