31º Domingo del TO
29 octubre 2025 | Por Jorge Hernández
Es
verdad que cuando era niño le decía a mi madre que no quería ser
santo porque eso de la corona tenía que doler cuando me la pusieran…
(hubo mucho cachondeo en algo que para mí era serio… “a ver mi
niño dile a la tía porque no quieres ser santo”… ).
No
está de moda eso de ser santo, y la concepción clásica de santidad
me repatea un poco, pero después de leer la exhortación del Papa
Francisco sobre la santidad (Gaudete et exultate) tengo que reconocer
que me resulta retadora la propuesta, por una parte las
bienaventuranzas como camino y el juicio final como “la prueba del
algodón”, o, como dice el Papa Francisco “gran protocolo” –en
el fondo ya se nos da las preguntas y respuestas del examen final–
Mateo 25 “tuve hambre y me dieron de comer…).
Con
dos peligros que enumera al principio una santidad descarnada o una
santidad autosuficiente… hay una nueva tendencia ya copiada del
mundo medieval, santidad personal, individualista (ya Francisco decía
que no nos salvamos solos o solas) y por otra parte llena de actos de
piedad donde “la adoración” se convierte en la estrella de la
piedad y vuelve a plantearse una religiosidad para la otra vida…
santidad para ganar un final triunfal… o santidad que lo que busca
es sentirme bien, y disfrutar de emociones que sólo tienen que ver
con uno…
Las
bienaventuranzas son camino para el hoy, para la cotidianeidad, la
santidad requiere de adoración ¡claro que sí! pero del Jesús que
es pan partido, roto, dado, vida derramada; sí, contemplar su
presencia eucarística, pero también su presencia real en las
personas empobrecidas y en la vida comunitaria (¿Cómo hacer
adoración ahí?)… y eso nos hace santos y santas en la
cotidianeidad…
Tengo
que reconocer que me lo pone más difícil, pero también es verdad,
que me resulta más retador y apasionante, y también más ecléctico
y terrenal, alcanzable para quienes no son creyentes como nosotras o
nosotros. Pero también –y perdonen mi atrevimiento o “butade”–
también es más divertido… esa santidad nos hace más humanos, más
normales y más libres… Por lo tanto, consideremos nuestro PPVM de
militante de la HOAC camino de santidad… si no lo hacemos así, no
hemos entendido que la única forma que tenemos de buscar y hacer la
voluntad del Padre es discernir en el grupo, equipo… mi proyecto de
vida (PPVM) y vivirlo como llamada del Señor a la santidad. Un
abrazo y hasta mañana en el altar Jorge
PD:
recomiendo una lectura relajada de la Gaudete et exultate (GE) Sobre
el llamado a la santidad en el mundo actual. Adjunto link:
https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.html
«El
mundo tiene necesidad
de personas santas como
una ciudad
con peste
necesita de médicos”
(Simone Weil)
Del
Evangelio de
san Mateo 5,1-12a:
«Estad
alegres y contentos,
porque vuestra recompensa
será grande
en el cielo».
Celebrar
el «Día de Todos los Santos» es hablar de luz, de alegría, de no
tener miedo, de sentirnos protegidos por Dios, es hablar de
esperanza.
Que
los cristianos, en este ‘Halloween’, no seamos monstruos que
generan miedos y jugamos con él, sino ángeles, mensajeros de la
luz, de la vida, de la paz y la alegría… que acompañamos,
contagiamos, transformamos y visibilizamos que la santidad es posible
y «en una sana y permanente insatisfacción» (GE 99).
¿Te
has propuesto la santidad
como estilo de vida?
¿Cómo reaccionas a esta palabra?
Salgamos de la mediocridad
al reto de ser santa, ser santo.
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