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sábado, 19 de abril de 2025

«PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS DE NAZARET» (Sexta Parte), por José Manuel Carrascosa Freire.




«Pasión y muerte de Jesús de Nazaret» (VI Parte).



13.- La Resurrección.

“El primer día de la semana, al rayar el Alba, las mujeres volvieron al sepulcro con los aromas que habían preparado, y encontraron la piedra del sepulcro corrida a un lado. Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Estaban aún perplejas cuando dos hombres se presentaron ante ellas con vestidos deslumbrantes. Llenas de miedo hicieron una profunda reverencia. Ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recordad lo que os dijo cuando estaba en Galilea. Que el Hijo del hombre debía ser entregado en manos de pecadores, que iban a crucificarlo y que resucitaría al tercer día.


Ellas se acordaron de esas palabras y, al volver del sepulcro lo anunciaron todo esto a los once y a todos los demás. Fueron María Magdalena, Juana, María la de Santiago y las demás mujeres que estaban con ellas…, pero estos pensaron que se trataba de un delirio, y no la creyeron. Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro. Al asomarse, sólo vio los lienzos, y regresó a casa admirado por lo sucedido" (Lucas 1,12)


La posición de los lienzos con que se había cubierto el cuerpo de Cristo parece que tiene que ver con una tradición judía referida a las comidas de los señores y que cuando éste se sentaba a la mesa los criados se apartaban de la vista del señor hasta que terminaba la comida, entonces, el señor cogía la servilleta se limpiaba las manos y la barba, arrojando la servilleta arrugada como señal de que ya había terminado la comida y que los criados ya podían recoger la mesa, yendo los criados hacia la mesa, antes no. Esto podría indicar lo de las sabanas que cubrían el cuerpo tiradas sobre el suelo. Sin embargo, cuando el señor aún no había terminado de comer y que volvería más tarde, se levantaba y doblaba bien la servilleta poniéndola sobre la mesa. Referido al sudario puesto bien doblado sobre la piedra, podría significar: "volveré". Este detalle de doblar bien la servilleta es lo se hace tras la Eucaristía, en que se dobla bien el corporal tras limpiarse la patena y el cáliz, cubriéndose estos con el mismo.


¿El cuerpo de Jesús fue robado? Esta circunstancia históricamente es improbable. Se dan una serie de hechos que demuestran que no fue así: no pudieron robarlo los que lo mataron, estos habían pagado a la guardia para que custodiaran el sepulcro para impedirlo, aunque producida la resurrección para desprestigiar este suceso de la resurrección de Jesús difundiendo que los discípulos de Jesús robaron su cuerpo; no, no lo robaron sus discípulos, ¿con el estado se animó, miedo, sufrimiento, angustia iban ellos a robar el cuerpo y anunciar una falsedad? Además, eso iba en contra de las enseñanzas de Jesús; tampoco lo robaron unos ladrones, ¿para qué lo iban hacer y se iban a poner a desmortajar el cuerpo con el riesgo de que los guardias lo sorprendieran? Lo lógico hubiera sido, cargar con el cuerpo y marcharse de allí rápidamente, recordemos que los lienzos del cuerpo se quedaron allí en el sepulcro. Por lo tanto, el cuerpo de Jesús salió del sepulcro por sus propios pies, es decir vivo.


También hay un detalle muy importante y es que con las apariciones ante las mujeres como primeros testigos de su resurrección es que Jesús nuevamente rompía todos los esquemas preestablecidos por la Ley y las costumbres judías como es presentarse a unas mujeres, las cuales eran lo último de la sociedad judía.


En el Evangelio de Juan se apunta algún detalle más:

"El primer día de la semana María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quién tanto quería Jesús, y le dijo: se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo ha puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo como este corría más que Pedro se adelantó y llegó primero al sepulcro y asomándose, vio las vendas en el suelo, pero no entró. Llegó también Pedro detrás de él y entró en el sepulcro vio las vendas en el suelo y el sudario con el que habían cubierto la cabeza no por el suelo, sino sobre la piedra bien doblado".



14.- María Magdalena.

María de Magdala fue una joven de un pueblo de pescadores de Galilea. Ella tenía el oficio de partera por lo que era marginada que, cuando se entera que un tal Jesús predica por aquella zona va a escucharlo, convirtiéndose en seguidora suya. La Resurrección de Jesús resalta el papel de ésta, por ser una de las mujeres que contó que el maestro no estaba en el sepulcro. Pero antes ya realizaba labores de ayuda en la intendencia de Jesús y de sus discípulos en la predicación en Galilea.


Los Evangelios de Marcos, Mateo y Juan, la sitúan en el lugar de la crucifixión junto con María la madre de Jesús, el apóstol Juan y otras mujeres. La identidad de María Magdalena como María de Betania y la “mujer quién fue una pecadora", fue establecida por el Papa Gregorio I en el año 591. Tras la resurrección de Jesús, María Magdalena continuó difundiendo la palabra junto a otros apóstoles. Según la tradición oriental, Magdalena acompañó a Juan a Éfeso, donde murió y fue enterrada.


María Magdalena es un personaje bíblico fascinante que la iglesia católica de los primeros años del cristianismo estigmatizó como prostituta arrepentida sin serlo, a pesar de que no había prueba sobre ello, esto quizá debido a los celos de los apóstoles, no olvidemos el rol que a las mujeres se le había concedido, tanto en la tradición como en la religión. Estaban marginadas, sus vidas nada valía más que para casarse y dar hijos a su esposo, pero a Magdalena no se le conocía esposo, a pesar de qué tenía una buena posición económica que le permitió ayudar a Jesús y a los apóstoles en la misión por Israel. Pero esa sociedad patriarcal no iba a permitir la carismática espiritual como lideresa que la distinguiese de los apóstoles masculinos.


Tras la muerte de Jesús de Nazaret los apóstoles se encontraban desorientados y tristes, pero María Magdalena los serena. En el evangelio apócrifo de María Magdalena datado entre el año 30-180 d.C. Pedro le dice a María Magdalena: “hermana, nosotros sabemos que El Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no hemos escuchado. María responde: lo que está escondido para vosotros os lo anunciare…” Pedro y Andrés que no creyeron que tuviese una visión de Jesús se enfadaron con ella y Mateo salió en defensa de ella, diciéndole a Pedro: (Sánchez Tostado. “María Magdalena, la mujer que pudo cambiar la historia”)

“Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo discutiendo contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si El Salvador la hizo digna, ¿Quién eres tú para rechazarla?


“Bien es cierto que El Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y revistémonos del hombre perfecto partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos el Evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que nos dijo Él”


“El relato de Juan contiene elementos históricos… que va mostrando cómo la comunidad de los discípulos fue tomando conciencia de la Resurrección del maestro. En este proceso de toma de conciencia parece que la primacía estuvo en las mujeres, en especial en María Magdalena, que fue llamada apóstol de los apóstoles en la antigüedad.


Los textos apuntan que es la Magdalena quien comenzó a tomar conciencia de la existencia de un misterio en la muerte de Jesús y guio a los apóstoles para que también tomaran conciencia de ese misterio. Las figuras de Pedro y de Juan, tienen un carácter altamente simbólico. Juan representa a la iglesia carismática, Pedro a la iglesia institucional. En el orden experimental es la de Juan la que tiene primacía (es la que más corre, es quien llega antes al sepulcro y de quien se afirma, ve y cree), en el orden social es Pedro quien tiene la primacía, por ello, deja Juan que entre primero al sepulcro, parece que es una muestra de reconocimiento y respeto social de su primacía institucional. Ambas dimensiones son necesarias en la iglesia, los carismáticos que mantienen viva la experiencia y los que ejercen la labor institucional necesaria para poder percibir y transmitir el mensaje de generación en generación en medio de una sociedad hostil. Cuando la institución persigue a los carismáticos pierden la visión y enferma, cuando los carismáticos no respeta la labor de la institución, pierden la humildad y enferman de individualismo”
1 (José A. Sánchez Mosquera).


Esta posición de la Iglesia sobre María Magdalena ha cambiado en la actualidad, sin embargo aún no se acepta su evangelio apócrifo por el liderazgo que tenía entre los apóstoles, muchos años de infundio sobre quien fue tan amada por Cristo, y llegó el momento en que se reconoce en ella el papel tan importante que tuvo la mujer en el seguimiento de Jesús de Nazaret en aquellos primeros años del cristianismo y que, a pesar del patriarcado en la Iglesia, cómo fruta ya madura fue aceptada María Magdalena en la Iglesia como Santa. El papa Francisco, elevó la celebración litúrgica de Santa María Magdalena a la categoría de fiesta, equiparándola a la de los apóstoles. Esto significa que la memoria de María Magdalena, que se celebra el 22 de julio, ahora tiene el mismo nivel de importancia que la de los apóstoles. Además, el Papa Francisco la denominó "apóstol de los apóstoles", un título que ya le había sido dado por Tomás de Aquino en el siglo XIII. 


Algo excepcional, como una gran explosión, aconteció tras el aparente fracaso absoluto por la muerte en la cruz de Jesús. Pensemos que con la muerte el alma abandona el cuerpo, consecuentemente al resucitar Jesús el alma de Éste vuelve a Él, puesto que Jesús procedía del Padre, durante estos tres días estaría con el Padre. Creo que solo así sería posible entender que Jesús descendió a los infiernos, cómo podemos leer en el Credo de los Apóstoles. Entiendo que el infierno se refiere al lugar que esperan las almas de los justos. Entre ellos: Abraham, Isaac, Jacob, etc. También se encontrarían su padre, José el carpintero, el cual durante toda su vida lo alimentó, cuidó, educó como persona, como trabajador, en la fe del pueblo judío. Bien merecido lo tenía José estar con su hijo en el Reino de los cielos.



15.- Los discípulos abandonan Jerusalén o se han escondido.

Los discípulos, algunos ya se habían dispersados, otros volvieron a sus casas, como le pasó a los de Emaús, otros se quedaron en Jerusalén junto a María la Madre de Jesús y también las otras mujeres. El tercer día es el que culmina la reflexión tras la que se levantan los reunidos, cómo sucedió al 3° día de la Creación en el cual de la tierra brotó la hierba:

“Brotó de la tierra vegetales: plantas con semillas de su especie y árboles frutales que dan frutos con semillas de su especie. Y vio Dios que era bueno” (Gén 1,1).


Jesús ya, durante su vida pública anunció su muerte, como también su Resurrección, ello lo encontramos en (Mc 9,31-32) después de la confesión de Pedro en Cesárea de Filipo, un tiempo en que Jesús comenzó a enseñar a sus discípulos.

“les decía que el Hijo del Hombre habría de sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y los escribas, que él sería matado y que resultaría al tercer día”.


Lo hizo otra vez, mientras cruzaba Galilea, tras la curación del epiléptico endemoniado.

“Enseñaba a sus discípulos, y les decía: ‘El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres, y le mataran; más muerto Él, resucitará al tercer día"


El tercer anuncio lo hace cuando iba camino de Jerusalén:

“Miren que subimos a Jerusalén y el Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de Él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán y al tercer día resucitara”. (Mt 10,33-34)


En Juan lo podemos ver en (Jn 2,19-22), cuando se dirige a los judíos diciéndoles refiriéndose a su cuerpo:

“El templo sería derruido y reconstruido en tres días”.


También en el mismo Evangelio cuando le dice a Marta:

“Yo soy la Resurrección, el que cree en Mí, aunque muera vivirá, y todo el que cree en Mí, no morirá eternamente".


En la Revelación divina se nos dice que con la Resurrección de Jesús queda afectada la Creación entera, tanto en lo material, como en lo humano, con una participación en la libertad de la gloria de los hijos de Dios:

“La Creación entera gime y sufre con dolores de parto hasta el momento presente. Y no solo ella, sino que nosotros que tenemos ya las primicias del Espíritu, también gemimos en nuestro interior aguardando la adopción de hijos, la redención de nuestro cuerpo". (Romano 8,22-23)


Si con Cristo se alcanza el Nuevo Adán, también en Cristo se recapitula toda la Creación.


Muchos aún se preguntan por qué la pobreza es el símbolo supremo de todos los sufrimientos (el hambre, los embargos, los desahucios, la indigencia, la exclusión), pues todos ellos son consecuencias de la pobreza. Esto es símbolo de la acción del hombre y de sus estructuras de pecado, un sufrimiento no provocado por la naturaleza, y por lo que tanto clamamos al cielo ante la falta de Dios a nuestros pesares. Sin embargo, los sufrimientos producidos por los hombres rara vez damos respuestas con nuestra acción, sino que reclamamos que Dios actúe. El porqué del hambre, el COVID 19, provocando este último la paralización, el terror de la mayor parte del mundo, sintiéndonos indefensos y sin comprender por qué nos sucede esta fatalidad, mientras otras fatalidades que se producen en otros continentes de manera constante y, que parece no existir en nuestras conciencias.


Pero Jesús que murió por vivir como había vivido, fue resucitado por Dios como prueba de justicia para todos los que esta les fue arrebatada. La Resurrección es también prueba de perdón, pues, a pesar de nuestras maldades Dios no nos abandona, ya, desde que Él se arrepintió de haber creado al hombre:

Dijo Dios:
“exterminaré de la superficie de la tierra al hombre que he creado hombres y animales, reptiles y aves del cielo, todo lo exterminaré, pues me pesa haberlo hecho".
(Génesis 6,7)


Más tarde se arrepintió de ello y se reconcilió con nosotros por la Resurrección de su Hijo, esta señal nos muestra que las injusticias que recibimos o realizamos no tienen la última palabra. La resurrección es la reivindicación de las víctimas.


La fe cristiana se nos muestra como la causa de los hombres y mujeres, de los derechos de las personas. Las personas más conscientes de la humanidad se plantean en muchas ocasiones que, por mucho que hagamos por un mundo mejor, lo habremos hecho a costa de los que se quedaron en el camino y que ellos no verán. ¿Se les hace justicia con ello? Para todos ellos es también la reivindicación para resarcirse de las injusticias con la Resurrección.


El cristianismo tuvo que predicar la Resurrección en el mundo judío coetáneo con Jesús, con sus innumerables leyes religiosa, en el imperio romano politeísta, en la cultura helenista con la filosofía platónica. Y, también tiene que predicar la Resurrección de Jesús en el mundo actual, con su cultura racionalista, teniendo presente qué, en todas estas culturas no se acepta que el cuerpo sea cárcel del alma.


“Y al tercer día resucitó”. ALELUYA ALELUYA.
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN




José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza‑marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».