TIEMPO ORDINARIO (Ciclo A)
32ª Semana del T.O.
Sábado, 14 de noviembre de 2020.
Del Evangelio de san Lucas 18,1-8
Jesús, para explicar
a los discípulos
cómo tenían
que orar siempre
sin desanimarse,
les propuso
esta parábola:
—«Había un juez
que se decía:
Aunque
ni temo a Dios
ni me importan
los hombres,
como esa viuda
con su insistencia
me está fastidiando,
le haré justicia,
no vaya a acabar
pegándome
en la cara».
El Señor añadió:
—«Fijaos en lo que
dice el juez injusto;
pues Dios,
¿no hará justicia
a sus elegidos
que le gritan
día y noche?,
¿o les dará largas?
Os digo que
les hará justicia
sin tardar.
Pero cuando venga
el Hijo del hombre,
¿encontrará
esta fe en la tierra?»
COMENTARIO
Se debe orar
con insistencia
y pidiendo la justicia
del Reino de Dios,
y ésta oración
tiene la garantía
de ser escuchada
por Dios.
Toda oración
perseverante
lleva al
conocimiento
del propio yo
y del poder y
la bondad de Dios.
Queda el problema
de la tardanza,
de lo mucho que Dios
se hace esperar.
Esta impresión
es ocasión de duda
y desconfianza.
Para Jesús
es incuestionable
que Dios terminará
por escucharnos…
y hará justicia
sin tardar.
En medio de las dificultades
de la lucha por la vida
existe el peligro permanente
de debilitamiento en la fe.
¿Cómo prepararse
para estar siempre
en forma?
Jesús recomienda
la oración confiada,
la fidelidad y
la perseverancia.
OREMOS
«Me pongo en
tus manos Señor
y te ofrezco este día:
El trabajo, el ocio, la comida,
las tareas y decisiones;
las cosas corrientes de cada día:
El esfuerzo, las alegrías, las penas;
me pongo en tus manos Padre,
acompaña todos mis pasos,
hazme hijo y hermano,
acrecienta mi fe.
Se Señor
que Tú siempre
me escuchas.
Acrecienta mi fe,
la confianza en Ti,
la fidelidad,
la perseverancia.
Que en la oración,
que en mi
diálogo contigo,
sepa escucharte,
me conozca mejor
y conozca tu poder
y tu bondad.
Me pongo en
tus manos Señor
y te ofrezco este día».
Capítulo primero:
LAS SOMBRAS DE
UN MUNDO CERRADO
Las
pandemias y otros
flagelos de la historia
32. Es verdad que una tragedia global
como la pandemia de Covid-19
despertó durante un tiempo
la consciencia de ser
una comunidad mundial
que navega en una misma barca,
donde el mal de uno
perjudica a todos.
Recordamos que
nadie se salva solo,
que únicamente
es posible salvarse juntos.
Por eso dije que
«la tempestad desenmascara
nuestra vulnerabilidad
y deja al descubierto
esas falsas y
superfluas seguridades
con las que habíamos
construido
nuestras agendas,
nuestros proyectos,
rutinas y prioridades. […]
Con la tempestad,
se cayó el maquillaje
de esos estereotipos
con los que disfrazábamos
nuestros egos
siempre pretenciosos
de querer aparentar;
y dejó al descubierto,
una vez más,
esa bendita
pertenencia común
de la que no podemos
ni queremos evadirnos;
esa pertenencia
de hermanos»[31].
TWITTER DEL PAPA FRANCISCO:
«La generosidad
que sostiene al débil,
consuela al afligido,
alivia los sufrimientos,
devuelve la dignidad
a los privados de ella,
es una condición
para una vida
plenamente humana.
#DíaMundialdelosPobres
Tender
la mano hace descubrir,
en primer lugar, a quien lo hace,
que dentro de nosotros existe
la capacidad de realizar gestos
que dan sentido a la vida.
#DíaMundialdelosPobres».
https://twitter.com/Pontifex_es
REZA: Ante esta pandemia del corona-virus:
reflexiona, ora, reza, se solidario, respetuoso y
RESPONSABLE con la salud propia y la
de los demás.
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA…!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.
ORAR CON LA IGLESIA: sábado, 14 noviembre
2020
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