Editorial de Noticias Obreras
Núm. 1.497 [01-02-10 / 15-02-10]
http://www.hoac.es/pdf/Noticias%20Obreras/1ª%20febrero/editorial.pdf
«Haití no ha sido arrasado por el terremoto,
lo ha sido por la pobreza y la injusticia acumulada».
Dicen que Haití es un «Estado fallido», pero esto es una forma de encubrir el verdadero problema. Haití no es un Estado fallido, tiene una Constitución, un presidente, una asamblea nacional, elecciones periódicas, etc. Haití tiene todo lo que un Estado debe tener, todo menos recursos, es un país empobrecido, el más empobrecido de toda América y de los más empobrecidos del mundo.
Haití no ha sido arrasado por el terremoto, lo ha sido por la pobreza y la injusticia acumulada tras muchos años de colonización. Los hospitales no han desaparecido con el terremoto, no había hospitales; el hambre no es producida por el terremoto, antes de él, el 70% de la población no tenía dinero para comprar arroz y se alimentaba con una galleta hecha de barro, –sí, barro– sal y manteca, el hambre es anterior al terremoto; las carreteras no han desaparecido con el terremoto, no había carreteras; las muertes sí, desgraciadamente han sido provocadas por el terremoto y aterra ver montones de seres humanos destrozados, pero la esperanza de vida de los haitianos es de 57 años y la mortalidad infantil de las más altas del mundo, lo que supone la muerte sistemática de centenares de miles de personas sin necesidad de ninguna catástrofe.
Si los edificios y viviendas hubieran sido construidos como lo son en nuestras ciudades, no estaríamos ante el desastre que se ha producido, lo que nos lleva a decir que las muertes no las ha provocado la naturaleza, ha sido nuestro sistema de producción y consumo, el sistema neoliberal capitalista administrado por la derecha o por la izquierda que, con nuestro consentimiento, nos ha convertido en satisfechos productores consumidores y nos ha dotado de unos gobernantes que hacen lo imposible para no defraudarnos.
Respecto al despliegue realizado para ayudar a estos hermanos nuestros, ¿qué decir? ¿Podemos darnos por satisfechos con la ayuda que le estamos prestando? ¿Es suficiente? Lo primero que deberíamos haber hecho los ciudadanos, la comunidad política y el gobierno, es pedirle perdón al pueblo de Haití, y no lo hemos hecho. Pedir perdón significa asumir responsabilidades, pero uno de los mecanismos introducidos por nuestra cultura es el de la irresponsabilidad personal y colectiva, nadie es responsable de nada porque todo se debe a un problema físico, político, económico, estratégico…, etc. que escapa a nuestra voluntad. Pero esto es radicalmente falso, somos responsables y tenemos que asumir nuestra responsabilidad como personas libres y conscientes, como sociedad civil y como comunidad política. Quizás esto es lo que quiso decir Monseñor Munilla y no la barbaridad que dijo, pues la relación entre pecado personal y pecado estructural que formulara Juan Pablo II aparece como la principal causante de la situación que padece Haití.
Pedir perdón significa también comprometerse a cambiar, a poner las condiciones para que no haya más «Haitíes», a reconocer la responsabilidad política en la redistribución de la riqueza, «por tanto, se debe tener presente que separar la gestión económica, a la que correspondería únicamente producir riqueza, de la actividad política, que tendría el papel de conseguir la justicia mediante la redistribución, es causa de graves desequilibrios» («Caritas in veritate», núm. 36). Tan graves, que han provocado centenares de miles de muertos en un momento, más los que siguen muriendo cada día en cualquier lugar del mundo víctimas de la injusticia, y de nuestra pasividad.
Valorar el trabajo de todas las personas que están ayudando a nuestros hermanos de Haití, pero la ayuda no es suficiente, sobre todo si la comparamos con el despliegue realizado para invadir a Irak sin razón que lo justificara. Haití necesita cien veces más recursos que los utilizados, y los hay. ■
EDITORIAL
Publicado en NOTICIAS OBRERAS:
Núm. 1.497 [01-02-10 / 15-02-10] pág. 5
http://www.hoac.es/pdf/Noticias%20Obreras/1ª%20febrero/editorial.pdf
OTROS TEMAS DE INTERÉS PUBLICADOS EN ESTE NÚMERO:
• Laboral: El 75 por ciento de los trabajadores sufre estrés: «Los riesgos psicosociales decisivos para la salud laboral», por UGT. Debido sobre todo a unas deficientes condiciones ambientales de trabajo; el 31% han visto empeorar su salud.
• Tema de la quincena: «Si quieres promover la paz, protege la creación» Benedicto XVI, muy oportunamente nos h recordado, con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, la relación entre la paz y el medio ambiente.
• Entrevista: Eduardo de la Hera autor del libro «El fuego en la montaña, siete conversos para nuestro tiempo»: Incluye a Guillermo Rovirosa, primer promotor de la HOAC. «Rovirosa, después de su conversión, jamás traicionó ni a Cristo ni a los trabajadores», por José Luis Palacios
• Noticias de la HOAC: La HOAC responde a la crisis «Propuestas para cambiar de modelo». Los militantes de la HOAC ofrecen sus propuestas ante la crisis y su compromiso de denuncia pública y atención a las víctimas económicas.
Haití no ha sido arrasado por el terremoto, lo ha sido por la pobreza y la injusticia acumulada tras muchos años de colonización. Los hospitales no han desaparecido con el terremoto, no había hospitales; el hambre no es producida por el terremoto, antes de él, el 70% de la población no tenía dinero para comprar arroz y se alimentaba con una galleta hecha de barro, –sí, barro– sal y manteca, el hambre es anterior al terremoto; las carreteras no han desaparecido con el terremoto, no había carreteras; las muertes sí, desgraciadamente han sido provocadas por el terremoto y aterra ver montones de seres humanos destrozados, pero la esperanza de vida de los haitianos es de 57 años y la mortalidad infantil de las más altas del mundo, lo que supone la muerte sistemática de centenares de miles de personas sin necesidad de ninguna catástrofe.
Si los edificios y viviendas hubieran sido construidos como lo son en nuestras ciudades, no estaríamos ante el desastre que se ha producido, lo que nos lleva a decir que las muertes no las ha provocado la naturaleza, ha sido nuestro sistema de producción y consumo, el sistema neoliberal capitalista administrado por la derecha o por la izquierda que, con nuestro consentimiento, nos ha convertido en satisfechos productores consumidores y nos ha dotado de unos gobernantes que hacen lo imposible para no defraudarnos.
Respecto al despliegue realizado para ayudar a estos hermanos nuestros, ¿qué decir? ¿Podemos darnos por satisfechos con la ayuda que le estamos prestando? ¿Es suficiente? Lo primero que deberíamos haber hecho los ciudadanos, la comunidad política y el gobierno, es pedirle perdón al pueblo de Haití, y no lo hemos hecho. Pedir perdón significa asumir responsabilidades, pero uno de los mecanismos introducidos por nuestra cultura es el de la irresponsabilidad personal y colectiva, nadie es responsable de nada porque todo se debe a un problema físico, político, económico, estratégico…, etc. que escapa a nuestra voluntad. Pero esto es radicalmente falso, somos responsables y tenemos que asumir nuestra responsabilidad como personas libres y conscientes, como sociedad civil y como comunidad política. Quizás esto es lo que quiso decir Monseñor Munilla y no la barbaridad que dijo, pues la relación entre pecado personal y pecado estructural que formulara Juan Pablo II aparece como la principal causante de la situación que padece Haití.
Pedir perdón significa también comprometerse a cambiar, a poner las condiciones para que no haya más «Haitíes», a reconocer la responsabilidad política en la redistribución de la riqueza, «por tanto, se debe tener presente que separar la gestión económica, a la que correspondería únicamente producir riqueza, de la actividad política, que tendría el papel de conseguir la justicia mediante la redistribución, es causa de graves desequilibrios» («Caritas in veritate», núm. 36). Tan graves, que han provocado centenares de miles de muertos en un momento, más los que siguen muriendo cada día en cualquier lugar del mundo víctimas de la injusticia, y de nuestra pasividad.
Valorar el trabajo de todas las personas que están ayudando a nuestros hermanos de Haití, pero la ayuda no es suficiente, sobre todo si la comparamos con el despliegue realizado para invadir a Irak sin razón que lo justificara. Haití necesita cien veces más recursos que los utilizados, y los hay. ■
EDITORIAL
Publicado en NOTICIAS OBRERAS:
Núm. 1.497 [01-02-10 / 15-02-10] pág. 5
http://www.hoac.es/pdf/Noticias%20Obreras/1ª%20febrero/editorial.pdf
OTROS TEMAS DE INTERÉS PUBLICADOS EN ESTE NÚMERO:
• Laboral: El 75 por ciento de los trabajadores sufre estrés: «Los riesgos psicosociales decisivos para la salud laboral», por UGT. Debido sobre todo a unas deficientes condiciones ambientales de trabajo; el 31% han visto empeorar su salud.
• Tema de la quincena: «Si quieres promover la paz, protege la creación» Benedicto XVI, muy oportunamente nos h recordado, con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, la relación entre la paz y el medio ambiente.
• Entrevista: Eduardo de la Hera autor del libro «El fuego en la montaña, siete conversos para nuestro tiempo»: Incluye a Guillermo Rovirosa, primer promotor de la HOAC. «Rovirosa, después de su conversión, jamás traicionó ni a Cristo ni a los trabajadores», por José Luis Palacios
• Noticias de la HOAC: La HOAC responde a la crisis «Propuestas para cambiar de modelo». Los militantes de la HOAC ofrecen sus propuestas ante la crisis y su compromiso de denuncia pública y atención a las víctimas económicas.