4º Domingo de Adviento. Navidad (24 diciembre)
Nos recuerda María
que los cristianos
y cristianas,
que tú y que yo,
hacemos posible
hacer visible
al Dios de Jesús;
que aceptar
su proyecto,
que aceptar
el Reino de Dios
como Misión,
como proyecto de vida
es hacer a Dios
transparente
en nuestra
historia.
Del evangelio según
san Lucas 1,26-38:
«Concebirás en tu vientre
y darás a luz un hijo».
Dios
siempre está eligiendo
donde nadie espera
que lo haga.
El enviado de Dios, el ángel,
se dirige a una joven, virgen,
en situación peculiar,
desposada pero no casada,
en tierra de nadie,
ni de su familia ni de su esposo…
una mujer sencilla,
que representa al pueblo humilde,
sin relieve social alguno, pero fiel.
Elige un lugar
y una doncella
donde nadie iría
para un proyecto
tan importante.
Nos
recuerda María que
los cristianos y cristianas,
que tú y que yo, hacemos posible
hacer visible al Dios de Jesús;
que aceptar su proyecto,
que aceptar el Reino de Dios
como Misión,
como proyecto de vida
es hacer a Dios transparente
en nuestra historia.
Dejar a Dios que anide
en nuestras entrañas
es dar la posibilidad de que
sus sueños de Padre,
para esta historia nuestra,
sean una Buena Noticia
sobre todo para quienes
están alejados,
o son víctimas
de las injusticias
de este mundo…
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TIEMPO
DE ADVIENTO Y NAVIDAD (Ciclo ‘B’)
Del 24 al 30 de diciembre de 2023.
Domingo, 4º Semana
de Adviento.
Santa
Tarsila, virgen.
24 de diciembre de 2023.
Es
Dios quien toma la iniciativa, y a esto respondemos cantando con el Salmo su
misericordia eterna. El nacimiento de
Jesús es el fruto de un encuentro único de Dios con nuestra humanidad a través
de María. A Jesús solo Dios nos lo podía
dar. Y así Dios se hace hombre en la
humanidad más pobre para intervenir como creador, de modo que María pueda
concebir un hijo sin haber conocido a ningún hombre. En María hay un vacío puro y generoso que
Dios puede llenar con su presencia, de manera que la Palabra de Dios se pueda
hacer carne. Por eso María es tan
importante para nosotros, pues a ella podemos mirar y en ella nos podemos
mirar.
- 2ª Samuel
7,1-5.8b-12.14a.16. El reino de David se mantendrá siempre firme
ante el Señor.
- Salmo 88. R./ Cantaré eternamente tus misericordias,
Señor.
- Romanos 16,25-27. El misterio mantenido en secreto durante
siglos eternos
ha sido manifestado ahora.
Del Evangelio según san Lucas 1,26-38.
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”.
El ángel, Gabriel enviado por Dios, le dijo a María: -"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús. El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios". María contestó: -"Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".
COMENTARIO
La primera palabra de parte de Dios a los hombres-mujeres, cuando el Salvador se acerca al mundo, es una invitación a la alegría. Es lo que escucha María: -“Alégrate”. La presencia de Dios es siempre portadora de alegría y de paz; de ahí la invitación del ángel: -“Tranquilízate”. -“El Señor está contigo”, fórmula con la que se asegura la ayuda permanente de Dios para que lleve a cabo una misión humanamente imposible. La encarnación es fruto de la fuerza del Espíritu y de la disponibilidad de María.
ORACIÓN
Dios de la Vida, Creador del Universo, que nos has concedido el espacio y el tiempo para vivir y desarrollar la Vida, para ser felices y hacer felices a los demás; al recordar la Encarnación de Jesucristo tu Hijo en las entrañas de la Virgen María, te pedimos que sepamos escuchar tu mensaje de alegría y de paz y que siempre estemos dispuestos a cumplir tu voluntad. Que la fuerza de tu Espíritu y nuestra disponibilidad hagan que Cristo el Señor nazca en nuestro corazón. Amén.
TIEMPO DE NAVIDAD (Ciclo ‘B’)
Octava de Navidad: Nochebuena y Navidad
25 de diciembre de 2023 (Lunes).
NOCHEBUENA
En la lectura de Isaías se anuncia el nacimiento de un niño que se
presenta como signo de luz y paz en medio de la oscuridad de la violencia y de
la guerra. Es el contraste entre la paz
impuesta por Augusto y la paz que traerá este niño nacido pobre en Belén. Esta paz de Dios no viene impuesta por
ejércitos, sino que es anunciada por los ángeles, los mensajeros celestes, que
anuncian el nacimiento a gente pobre y humilde. Esta gloria divina que produce este canto de
alabanza celestial es el germen de la verdadera paz. Nos unimos a este canto celestial deseando
«una vida sobria, justa y piadosa». Jesús
es nuestra paz y la fuente de nuestra alegría. Él es nuestra esperanza.
Del Evangelio según
san Lucas 2,1-14.
“Hoy os ha nacido
un Salvador”.
Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio… También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».
COMENTARIO
La liturgia de esta noche nos
presenta las coordenadas histórico-teológicas del nacimiento de Jesús y el
cumplimiento de las promesas. Un triple anuncio: El profeta Isaías anuncia el
nacimiento de un niño que es consejero y príncipe de la paz. La noticia suscita un cántico de alegría (Is
9,1-3.5-6).
El ángel del Señor anuncia a los pastores el nacimiento del Salvador y
un coro angélico canta: "Gloria a Dios en el cielo..." (Lc
2,1-14). Pablo
anuncia y explica el significado de la manifestación de la gracia de Dios y
exhorta a los cristianos a hacer el bien (Tit 2,11-14).
ORACIÓN
En esta noche santa te queremos dar
gracias por tanto amor. Gracias por
nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias
por las personas que trabajan con nosotros.
Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el Nacimiento de
tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros
corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle
gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas. Hoy al contemplar el pesebre
recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y
comodidad. Te pedimos por ellas para que
la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.
NAVIDAD
Este
gran himno inspirado que nos presenta el Evangelio nos habla del verdadero
origen de Jesús. Él es la manifestación
del reinado de Dios que llega a los confines de la tierra. Es el «Verbo», la palabra de Dios que actúa,
que salva. De él proviene todo y por eso
él es la verdadera tienda del encuentro que acampó entre nosotros, es el templo
de Dios en nuestro mundo. Y podemos entrar
en este templo para conocernos mejor. Somos
hijos a través del Hijo que se ha hecho uno de nosotros, de nuestra carne. Jesús es así nuestro hermano mayor que está
desde siempre junto al Padre y nos tiene junto a él en su designio de amor.
Del Evangelio según
san Juan 1,1-18.
“La Palabra se
hizo carne y acampó entre nosotros”.
En principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.
COMENTARIO
El Salvador nace en Belén. Y la Palabra de Dios nos invita a vivir con gozo este acontecimiento. El Salvador de la humanidad será, simplemente, un niño, hijo de la joven María y del carpintero José. Pero será el Hijo de Dios que traerá consigo la paz para los hombres de buena voluntad. El evangelista san Juan afirma que quienes le reciben son hijos de Dios. Hoy podemos cantar con razón: Gloria a Dios en las alturas porque hay más paz en muchos corazones.
ORACIÓN
Te diré mi amor, rey mío, con una mirada suave, te lo diré contemplando tu cuerpo nacido entre pajas, te lo diré adorando tu carne; te lo diré con mis besos, te lo diré con el amor de tu Madre y con la fe más profunda de que soy capaz: bendito seas porque has venido en esta carne; bendito seas. Bendito seas por venir a poner paz en tanta guerra, calor donde hay tanto frío, bendito seas por venir a plantar el cielo en la tierra. Bendito seas niño Dios por venir a salvarme bendito seas mi redentor. Por tu nacimiento Jesús: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR,
Octava de Navidad (2º Día).
26 de diciembre de
2023
(Martes).
Fiesta
de san Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el
primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de
su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en
Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que
veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado
mientras oraba por los perseguidores (elog.
del Martirologio Romano).
Del Evangelio según san Mateo 10,17-22.
“No seréis vosotros los que habléis, sino el
Espíritu de vuestro Padre”.
Dijo Jesús a sus apóstoles: -“No os fieis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
COMENTARIO
En el evangelio hemos leído palabras que nos hablan de entregar, acusar, odiar, perseguir. Parece que este porvenir, que Cristo predice a sus seguidores, suena mal al lado de los villancicos, que nos hablan de paz y de alegría. La fidelidad a Cristo, una fidelidad constante, puede traernos esas consecuencias. Así le ocurrió a san Esteban, el primer creyente que murió mártir por declarar que Jesucristo era Dios. Tenemos que estar dispuestos a aceptarlas y saber que el Espíritu Santo nos asistirá de un modo especial y que "el que persevere hasta el final, se salvará". Saber esto es también un motivo de fiesta y de alegría.
ORACIÓN
Señor Jesucristo, nacido en Belén, que concediste a tu primer mártir Esteban seguir tu ejemplo. Concédenos que, como él, sepamos perdonar a nuestros enemigos, y rogar por los que nos maltratan. Tú, glorioso mártir San Esteban que por proclamar tu amor a Cristo en la tierra te fuiste a acompañarlo a Él en el cielo. Haz que seamos muchos, muchísimos los que con nuestras palabras y buenas obras nos declaremos amigos y seguidores de Jesús en esta vida y seamos sus compañeros en el gozo eterno del Paraíso. Amén.
San
Juan, Apóstol y Evangelista.
Octava de Navidad (3er. Día).
27 de diciembre de 2023 (Miércoles).
Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista, hijo de Zebedeo, que
junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y
de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como
madre. En su evangelio y en otros
escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo
encarnado y anunciando lo que vio (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Juan 20,1a.2-8.
“El otro discípulo corría
más que Pedro; se adelantó y llegó
primero al sepulcro”.
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: -"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
COMENTARIO
Juan nos ayuda a profundizar en el misterio de la Navidad y a la vez relaciona estrechamente a ese Niño recién nacido con el Cristo que nos salva a través de su entrega pascual y su resurrección. Juan condensa la teología del Nacimiento de Cristo: La Palabra que era Dios, se ha hecho hombre… y, el amor de Dios se nos ha manifestado para que tengamos comunión de vida con Él, y la alegría sea plena. Juan es testigo presencial de la muerte de Cristo, es también testigo del sepulcro vacío. Leer este pasaje en plena celebración navideña nos ayuda a entender todo el misterio de Cristo. Navidad no es sólo la entrañable escena del Niño, que nace adorado por pastores y magos. Ese Niño es el que con su muerte pascual nos conseguirá la salvación y la vida. La Navidad, cuando se profundiza, nos lleva hasta la pascua.
ORACIÓN
Jesucristo testificado como Hijo de Dios por Juan evangelista te adoramos y te bendecimos, porque Tú eres el Hijo del hombre; te glorificamos porque Tú eres el Hijo de Dios nacido de María la virgen. Que tu nacimiento nos lleve a la Pascua eterna, a la resurrección. Que tu nacimiento nos dé fuerza para encontrar la alegría y la paz más allá de la muerte. Que te veamos como hombre y como Dios y que viéndote creamos en Ti. Que tu nacimiento sea en mí germen de vida nueva y resurrección. Que tu nacimiento sea en mí germen de vida nueva y resurrección.
Los
Santos Inocentes, mártires,
Octava de Navidad (4º Día).
28 de diciembre de 2023 (Jueves).
Fiesta de los Santos Inocentes, mártires, niños que fueron
ejecutados en Belén de Judea por el impío rey Herodes, para que pereciera con
ellos el niño Jesús, a quien habían adorado los Magos. Fueron honrados como mártires desde los
primeros siglos de la Iglesia, primicia de todos los que habían de derramar su
sangre por Dios y el Cordero (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Mateo 2,13-18.
“Herodes mandó matar a todos los niños en Belén”.
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: -"Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven".
COMENTARIO
Hoy la Navidad se tiñe de rojo. Al testimonio de Esteban y de Juan, hoy se añade el de los niños inocentes de Belén. Es la oposición de las tinieblas contra la luz, de la maldad contra el bien. El amor de Dios se ha manifestado en la Navidad. Pero el mal existe, y el desamor de los hombres-mujeres ocasiona a lo largo de la historia escenas como ésta y peores. El sacrificio de estos niños inocentes y las lágrimas de sus madres se convierten en símbolo de tantas personas que han sido injustamente tratadas por la maldad humana y han sufrido y siguen sufriendo sin ninguna culpa. Como los niños de Belén, también nosotros debemos dar testimonio de Dios con las obras y la vida, más que con palabras bonitas.
ORACIÓN
Señor no más sangre inocente, no más sufrimiento de los inocentes, no más muertes inocentes. No permitas Señor que sigamos haciéndonos los distraídos ante tanto sufrimiento de gente inocente. Abre nuestros corazones para ver tu rostro en el rostro de tantos niños, de tantos inocentes… Escucha Señor el grito de tantas víctimas inocentes, víctimas de la injusticia, del egoísmo, de la soberbia. Que tanto sufrimiento inocente lo sepamos escuchar Señor, y que tú lo transformes en sufrimiento redentor porque eres el redentor nacido en esta carne mortal. No permitas Señor que sigamos haciéndonos los distraídos ante tanto sufrimiento de gente inocente.
Octava
de Navidad (5º Día).
Santo Tomás Becket, obispo y mártir,
Del Evangelio de san
Lucas 2,22-35.
“Luz
para alumbrar a las naciones”.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres; Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: -"Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel".
COMENTARIO
Simeón dice que Jesús producirá efectos diferentes: Luz para unos y ceguera para otros. Será un signo desigual. De su aceptación o rechazo nacerán dos maneras de entender la vida, dos comportamientos diferentes. No optar por Él equivale a negarle; y seguirle es aceptarle con todas las consecuencias. Simeón contemplando al Niño interpreta el pasado, el presente y el futuro. Ese Niño es signo de contradicción, pero es siempre es luz para los hombres-mujeres.
ORACIÓN
Tu Señor, enciende una luz nueva en el mundo para guiar a todos los pueblos. Guíanos Señor, abre nuestros ojos, para que podamos caminar en la claridad de tu hijo Jesucristo. Virgen madre que conoces los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno, y que las tinieblas del pecado no prevalezcan sobre la luz. Que podamos presentarnos ante Ti purificados y limpios y que tu luz salvadora ilumine todas nuestras vidas. Que mis ojos Señor iluminados por la fe vean a tu Salvador.
Octava de Navidad (6º Día).
Santa Judit,
30 de diciembre de 2023 (Sábado).
Del Evangelio de san Lucas 2,36-40.
“Hablaba del niño a todos los que aguardaban la
liberación de Jerusalén”.
Ana era una mujer muy anciana; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando los padres de Jesús cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
COMENTARIO
La alegría que le produjo a Ana reconocer al Salvador en brazos de Simeón, le hizo prorrumpir en una fervorosa acción de gracias y hablar de Jesucristo "a todos los que esperaban la liberación de Israel". Nuestro gozo de encontrarnos con Cristo debe producir en nosotros esos mismos sentimientos: agradecimiento a Dios y comunicar a otros nuestra fe. El mundo necesita de hombres y mujeres que anuncien la llegada del Reino de Dios.
ORACIÓN
Señor Jesús, visita mi casa, mi familia: Tú que eres el Salvador; habla con cada uno de nosotros; fortalécenos en tu amor, danos tu alegría y tu esperanza, ayúdanos a ser fíeles sirviendo a Dios cada día. Que tu nacimiento nos ilusione de nuevo y nos renueve, que nos levante la mirada más allá de nosotros mismos; que nos haga ver lo bueno que hay en los demás; que nos dé perspectiva de futuro siempre abierto por el corazón del Padre Dios.
LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN
1.
Hago silencio, exterior e interior.
Estoy
en la presencia del Señor:
Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.
2.
Petición:
«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».
3.
Palabra de Dios:
Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia. Me fijo bien en todos los detalles.
4.
Ante la Palabra
leída:
Ø ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).
Ø ¿Qué me dice a mí personalmente? (Meditación).
Ø Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).
Ø ¡Quiero identificarme contigo, Señor!. ¿Qué hacer?.
(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).
5.
Oración:
Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta
al texto evangélico. Al final puede
añadirse la siguiente:
«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado. Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».