A través de este medio de comunicación queremos manifestar nuestro desacuerdo con las actuaciones que el Obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zonorza Boy, está acometiendo en esta Diócesis. Nos referimos concretamente a los trabajadores del Obispado despedidos sin una clara justificación, ya que en caso que las hubiera, ¿no estamos llamados los cristianos a la corrección fraterna? El despido de trabajadores en la ciudad de Cádiz, con más del 40% de paro, es condenarlos a la pobreza y a la marginación ante la falta de perspectiva de volver a encontrar un nuevo puesto de trabajo.
Estamos en desacuerdo con el trato negativo que se está dando al resto de personal contratado por ese Obispado, personas que callan por temor a ser los siguientes en ser despedidos.
También estamos en desacuerdo con el cese del Director de Cáritas Diocesana, nombrado por el Obispo Diocesano hace apenas un año, persona trabajadora y entregada a proyectos en favor de los pobres de esta ciudad, cuya discrepancia principal ha sido negarse a desviar dinero de Cáritas para otras necesidades del obispado.
La nave de la Diócesis de Cádiz y Ceuta está escorada por estas actuaciones y algunas más; y por el bien de los pobres, de los creyentes y de los no creyentes, pedimos al Obispo que enderece esta nave y ponga rumbo fijo a los Evangelios, a la Doctrina Social de la Iglesia y a las enseñanzas del Papa Francisco, tan preocupado en estos momentos por la marcha de la Iglesia y de los pobres.
En nombre del Equipo Rovirosa HOAC Cádiz
Inma Louzado Ramírez
Avda. Constitución nº 22 – 6º A
11100 San Fernando (Cádiz)
12 de agosto de 2014
From: fgalvarez44@hotmail.com
To: cartas@diariodecadiz.com
Subject: CARTA AL DIRECTOR.FRANCISCO GONZÁLEZ.
Date: Fri, 12 Sep 2014 16:18:18 +0000
Estimados Sr/Sra:
Tengo el gusto de enviarle la carta
adjunta, rogándole su publicación en la sección "Cartas al Director"
de ese diario porque aporta una opinión distinta a las numerosas misivas que
les vienen enviando en relación con el problema planteado tras el cese del
director de Cáritas.
Me he visto en conciencia obligado a
escribirla y enviarla a "Diario de Cádiz" porque no se puede
consentir que se haga "leña del árbol caído", sin tener en cuenta la
dignidad y el respeto que merece la persona que se viene criticando
sistemáticamente; además, sin entrar la totalidad de l@s firmantes en las
causas reales que han provocado el cese de Juan Luis Torrejón Vargas. Con ello, sin embargo, no prejuzgo la opción
de "Diario de Cádiz" a publicar lo que se le solicita.
Como podrá comprobar por su lectura, está
escrita desde la corrección, basándome en hechos y argumentos que procuran
dibujar una realidad del conflicto diocesano en general, por una persona que se
preocupa por la Iglesia diocesana y la problemática social. En estos momentos soy presidente diocesano en
funciones de la HOAC- Hermandad Obrera de Acción Católica-, pero no he querido
que la responsabilidad que ostento en estos momentos aparezca junto a mi
nombre, como en otras ocasiones, porque vamos a iniciar el proceso de elección
del nuevo president@ y no considero justo hipotecar sus opciones. Pero sí apoyan la carta otras militantes de la
HOAC y tres grupos cristianos, que me quieren acompañar públicamente en esta
descubierta, todos sorprendidos por lo que está ocurriendo al no tener un punto
final el caudal desenfrenado de opiniones negativas por parte de los que las
promueven.
Les quedaré muy agradecido por la
publicación.
Francisco González Álvarez,
DNI 45042649R.
Paseo Príncipe de Asturias, bloque 1-3º C.
11012.
CÁDIZ.
856 07 67 05 y 636 23 27 90.
12 de septiembre de 2014
En solidaridad con Juan Luis Torrejón
El cese de del director de Cáritas por el obispo
diocesano y la publicación en “Diario de Cádiz” de un artículo en el que se
informaba de la carta de aquél dirigida a sus colaboradores y la réplica del
delegado episcopal de la institución, ha motivado que aparezcan en la sección de cartas al director
del Diario una serie de misivas apoyando la decisión del Don Rafael Zornoza, a
la vez que, en la mayoría de ellas, se hace leña del árbol caído, en concreto,
de Juan Luis Torrejón. De forma
sistemática se le califica de soberbio, de falta de lealtad al obispo y de no
seguir criterios evangélicos, tal como se explicita en Mateo 18,15-17, cuando a
un hermano se le coge en falta en el seno de la comunidad. No puedo entender que para manifestar la
lealtad al obispo y defender su labor haya que sospechar de la ética y de las
motivaciones cristianas del director destituido.
Por otra parte, en algunas de las cartas se vierten
argumentos sobre lo que es la Iglesia propios de tiempos anteriores al Concilio
Vaticano II: ante una Iglesia constituida por hermanos fraternos se concibe al
laico como súbdito y se presenta el consejo evangélico de la corrección
fraterna como el derecho de una parte, ignorando curiosamente los verdaderos
motivos del cese de la otra. Todos estos
argumentos y otros de las mismas características van dirigidos a Torrejón por
su “osadía” de disentir en una institución que sigue al mayor disidente de la
Historia: Jesús de Nazaret.
Por experiencia propia sé que el descontento de
sacerdotes, trabajadores y trabajadoras por la actitud y toma de decisiones del
equipo económico es un hecho. Hay
críticas internas y ha habido dimisiones y despidos de trabajadores. Pero nadie habla por la habitual obediencia en
el seno de la Iglesia, el respeto que les merece la persona del obispo o el
temor a las medidas drásticas y autoritarias de los responsables económicos del
Obispado. Puedo decir, además, que no se
han tenido en cuenta los consejos normativos
de Mateo 18,15-17, pues en un asunto concreto como los despidos de
trabajadores se ha mediado y, al final, han ido a la calle, a pesar de haber
recurrido por carta y personalmente al obispo diocesano.
Escribo esta carta en conciencia, movido por el
conocimiento que tengo de Juan Luis Torrejón, del que he sido maestro y vecino
en el modesto “Buen Pastor” isleño. Es una buena persona que eligió por su
vocación cristiana trabajar en su parroquia y en Cáritas, en favor de los
pobres, y me consta que su actuación ha sido consecuencia del dictado de su
conciencia y de la fidelidad que un día determinó debía ser su compromiso en la
Iglesia, por lo que algo de razón tendrá. Por tanto, paremos ya de tanta polémica y
busquemos en nuestra Diócesis cauces de diálogo y participación que permitan
entendernos en bien de la comunidad eclesial.
Francisco
González Álvarez.
Apoyan: Antonia Guardado y Conchi Vallejo,
militantes
de la HOAC;
Grupo Cristiano de Reflexión y Acción,
EPPO y
Comité “Óscar Romero”.
16 de
septiembre de 2014
Buenos días, compañeros de
la HOAC:
El día 12 de septiembre
envié esta carta al director de "Diario de Cádiz" y ayer os comuniqué
que hoy salía publicada. Os reenvío la
justificación que daba al periódico para que tengáis una idea de que no ha sido
mi decisión una ocasión para criticar a la Iglesia.
Durante días se ha venido
criticando sin piedad al director de Cáritas cesado, vertiendo juicios
descabellados y argumentos preconciliares a fin de justificar no sólo al obispo
diocesano, que, bueno, cada cual es libre de escribir lo que crea oportuno, sino
también a un equipo económico que está haciendo mucho daño a la Iglesia
diocesana, en la persona de los voluntarios, trabajadores y sacerdotes.
Dos razones me han motivado
a escribir la carta: 1) Conozco a Juan Luis y sé de su buena voluntad y
capacidad de trabajo... 2) El que calla
otorga: no se puede permitir que en un periódico se dé una imagen medieval y
retrógrada de la Iglesia. ¿Por qué unos
van a tener todo el derecho a decir lo que les venga en gana, en una avalancha
de cartas inducidas por el ecónomo y otros, presionados por un defectuoso
concepto de la comunión hemos de callar traicionando a un hermano conocido -sería
mi caso-, sin dar siquiera razón de la eclesialidad de comunión y justicia
aprendida en la HOAC?
Un abrazo en Jesús Obrero,
Paco González.