2º Domingo del Tiempo Ordinario (15 enero)
Queridas y queridos hermanos:
Volvemos al tiempo ordinario,
tiempo de guardar lo vivido
en Adviento y Navidad,
para que la esperanza
vaya creciendo y dando fruto
de misericordia y justicia.
Volvemos,
como los magos,
por otro camino.
El que nos ayuda a descubrir
la novedad de lo cotidiano,
y nos impulsa a pedir al Señor
que siga renovando nuestra vida,
que siga cambiando nuestro corazón,
y que siga infundiéndonos su Espíritu.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
Del evangelio según san Juan 1,29-34.
«Este es el Cordero de
Dios,
que quita el pecado del mundo».
El seguimiento de Jesús nos lleva
a tender puentes donde otros no lo hacen,
a derribar muros, que sustentan
las estructuras de pecado;
a tejer fraternidad mostrando
otro modo de trabajar de vivir,
de ejercer la autoridad, el servicio,
sobre todo a quienes, por amor de Dios,
han de ocupar el centro de la Iglesia,
de nuestra vida comunitaria,
y de la vida social:
las personas empobrecidas.
Mi
proyecto de vida
quiere ser, precisamente,
el de una vida testimonial
del amor de Dios,
en la escucha
de los empobrecidos,
en la escucha del Espíritu.
Me fijo en las instituciones
en las que mi vida está
implicada de alguna manera,
o en las que debería estarlo,
y me planteo cómo colaborar
con mi compromiso
y mi participación,
para que estén al servicio
de las necesidades
de las personas.
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contactos:
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2ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘A’)
Del 15 al 21 de enero de 2023.
- Isaías 49,3.5-6: Te hago luz de las naciones para que seas mi salvación.
- Salmo 39: R./ Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cristo es la luz de las naciones que ha
venido a rescatarnos de la oscuridad de nuestros pecados (1 Lect). Y lo va a hacer desde la obediencia a la
voluntad de Dios en todo, hasta la ofrenda de su vida en la cruz (Sal resp). Ese debe ser siempre nuestro propósito que
pedimos en el Padrenuestro: «Hágase tu voluntad». Él es el Cordero que quita el pecado del
mundo a quien invocamos en el rito de la comunión pidiéndole que tenga piedad
de nosotros y nos dé su paz. Él es el
Hijo de Dios que nos ha bautizado con el Espíritu Santo (Ev).
Al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: -"Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: ‘Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo’ Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel". Y Juan dio testimonio diciendo: -“Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios".
COMENTARIO
Las cosas no son malas porque Dios ha querido que "sean pecado", sino al revés: Precisamente porque son malas y destruyen nuestra felicidad son pecado que Dios trata de quitar de nuestro corazón. Pecar es renunciar a ser humanos; es matar la esperanza; es dar muerte a la vida, a la paz, a la gracia. Pecar es contaminar la vida, hacer un mundo injusto e inhumano, destruir la armonía y la fraternidad. San Juan nos presenta a Jesús como "el Cordero que quita el pecado del mundo". De esta manera nos está anunciando que Dios está de nuestro lado frente al mal.
ORACIÓN
Tú Jesús eres el que en obediencia a Dios nos alcanzas la Salvación. Gracias porque infinito es tu perdón, quédate con nosotros Señor, danos tu bendición. Tú que quitas el pecado del mundo restaurarnos en tu amor, danos el don de la paz y de la gracia de Dios. Que tu misericordia Señor sea nuestra fuerza, y tu gracia nuestra Salvación. Libres del pecado haz que confesemos que Tú eres el Hijo de Dios. Libres del pecado haz que nuestros pensamientos, palabras y acciones sigan el camino de tus mandatos. Gracias porque infinito es tu perdón, quédate con nosotros Señor, danos tu bendición.
Unos le preguntaron a Jesús: -“Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?”. Jesús les contestó: -“¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos?. Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos”.
COMENTARIO
La novedad de todo el Evangelio es: Jesús. Con Él empieza todo. En Él se cumple y supera la Antigua Alianza. Con Él todo acaba y todo empieza. La novedad es tal que no consiste en parches o remiendos a la Antigua Alianza. La nueva forma de vida es imitarle a Él. Y esto no consiste en ritos o prácticas. El cristianismo es una vida. Con Jesús ha llegado la plenitud de los tiempos y todo lo creado ha de ser medido y valorado en relación con Él. Con Él podemos vivir la alegría del tiempo presente con la esperanza del futuro.
ORACIÓN
Jesús: En estos tiempos, por todas partes lo viejo cruje y, sin iniciativas verdaderamente creadoras, se llega a exaltar un pasado cuyas deficiencias cercanas al contrasentido son causa de la crisis del presente. En estos tiempos, por reacción, algunos se aferran a lo que todavía permanece, aunque sólo sean ruinas, e intentan revivir lo que antes era vivificante y ahora no puede ser sino engaño piadoso. Jesús: Que hoy viva la novedad absoluta del Evangelio, que me anuncia: que soy Hijo de Dios; que me espera la Salvación; que el prójimo es mi hermano… y que a estas verdades no les ponga parches sino la alegría de tu Reino. Amén.
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado y los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: -“Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”. Él les respondió: -“¿No habéis leído nunca lo que hizo David cuando entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros?”. Y añadió: -“El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado”.
COMENTARIO
El Evangelio nos relata un enfrentamiento dialéctico sobre la primacía del hombre o de las instituciones humanas. La respuesta de Jesús resume toda una antropología: El hombre-mujer es el supremo valor al que se debe subordinar una institución tan sagrada como el sábado. En lo social: Ningún trabajo, ni cultura del ocio deben atrofiar en el hombre-mujer su dimensión religiosa. En lo moral: El hombre-mujer es el principal valor que hay que salvar. En lo pedagógico: Sin una jerarquía de valores, surge la desorientación y el vacío que nos lleva a la evasión.
ORACIÓN
Cristo Jesús Tú que eres Señor del Sábado y del descanso y nos traes un mensaje liberador: Haz que, donde impera el legalismo, yo sepa poner humanidad. Donde impera la fuerza sepa poner misericordia. Donde impera solo la productividad yo ponga calidad humana. Donde impera la tristeza ponga la alegría de tu Reino. Donde imperan las prisas ponga comunicación y convivencia. Donde impera el materialismo sepa traslucir fe y Espíritu. Que así sea.
Entró Jesús en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: -“Levántate y ponte ahí en medio”. Y a los fariseos les preguntó: -“¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?. Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: -“Extiende el brazo”. Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
COMENTARIO
La ley del amor está en vigor siempre y nunca admite un “cerrado por descanso”. No es desprecio de la ley sino interpretación de la ley desde el espíritu del amor. Los fariseos han tipificado la casuística de un legalismo puro y frío: La ley lo primero. Otros se sitúan en el polo opuesto con una moral de situación al margen de toda ley moral venida de fuera: Subjetivismo puro. La ley del amor predicada por Jesús sitúa la Ley en el marco del espíritu que va más allá de las exigencias de la letra, y sin prescindir de ella coloca a la persona como primer valor.
ORACIÓN
Danos Señor a los tuyos, esa capacidad de conmoción que Tú tuviste, ante los problemas de las personas que encontramos en el camino de la vida. Haznos sentir la felicidad de saber dar la vida por otros, en la moneda de los pequeños detalles. Danos la fuerza para ser capaces de borrar nuestro egoísmo, para hacer de nuestra vida una ofrenda de servicio a los otros. No permitas Señor mi obstinación ante el sufrimiento ajeno, ni que pervierta el Evangelio con una falsa religiosidad. Amén.
Jueves 2ª Semana T. OrdinarioSantos Mario, Marta, Audifax y Abaco, mártires.19 de enero de 2023.
“Los espíritus inmundos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios»,
pero Jesús les prohibía que lo
diesen a conocer”.
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: -“Tú eres el Hijo de Dios. Pero Él les prohibía severamente que lo diesen a conocer”.
COMENTARIO
Jesús no era un curandero sino el Mesías; no buscaba sensacionalismos sino fe. A Dios no se le conoce a distancia, ni se le encuentra en el sentimentalismo, ni en el sensacionalismo... sino en la intimidad de la fe, allí donde aparece tal cual es. Es imposible descubrir sin fe las maravillas que Dios sigue obrando en el mundo. Fe es creer que Dios me ama y me salva, pero también aceptar que tanto en mi alma como en todas las circunstancias de la vida estoy comprometido con Él.
ORACIÓN
Señor, ponte a la cabecera de todos los enfermos del mundo. De los que han entrado en agonía y van a morir. De los que han perdido toda esperanza de curación. De los que gritan y lloran de dolor. De los que no pueden curarse por falta de dinero. De los que desearían andar y tienen que estar inmóviles. De los que buscan vanamente una postura menos dolorosa. De los que pasan largas noches sin poder dormir. Sobre todo, de los que no creen en una vida mejor. De los que se rebelan y maldicen a Dios. De los que no saben que Tú has sufrido por ellos... A todos danos la gracia de conocer y vivir el misterio de Cristo: Hijo de Dios.
Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges -Los Truenos-; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, que lo entregó.
COMENTARIO
Jesús elige doce hombres con una historia, unas virtudes, unos defectos. Pedro, con una personalidad fuerte que le merece el nombre de “piedra”. Pero también con sus flaquezas, como dejó demostrado. Sólo uno de ellos, Judas, se perdió por no creer en un amor capaz de recuperarle. Jesús llamó “a los que quiso”. ¿Qué aptitud, preparación... presentaban los apóstoles en su haber?. Nada notable. Probablemente no eran ni siquiera piadosos. Lo que Jesús vio fue unos hombres capaces de escuchar, dejarse entusiasmar y ponerse en camino para anunciar a los hombres-mujeres una NUEVA VIDA.
ORACIÓN
Hazme tu compañero Señor para que esté siempre contigo; para que contigo quite los demonios del consumismo enloquecedor. Para que expulse de la vida el estrés agobiante que consume nuestros nervios; para no vivir en la superficialidad que vacía la vida de sentido. Hazme de tus compañeros para que sepa convivir con los demás en la alegría de saberme enriquecido por los hermanos. Dame poder predicar con obras que es posible la convivencia con los diferentes; la fe en una vida nueva... la Salvación en Cristo.
En aquel tiempo volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
COMENTARIO
Puede sorprendernos que no le entendieran sus contemporáneos ni siquiera sus familiares. Pero resulta que, con la perspectiva del tiempo, sería más extraño que no le comprendiéramos ahora. El problema no está tanto en entender o no entender, cuanto en creer o no creer. Donde no hay fe, toda la obra de Cristo parece necesariamente una locura.
ORACIÓN
Sabemos Señor que la “locura” de Dios es más sabia que los hombres-mujeres y la debilidad de Dios más fuerte que los hombres-mujeres. Sabemos, Dios lleno de sabiduría y verdad, que Tú nos hiciste conocer la “locura” de tu amor cuando los hombres han crucificado a Jesús tu Hijo único. Porque sabemos esto te pedimos luz para no juzgar como locura los signos de tu amor. Llénanos de tu Espíritu para que podamos crecer en Cristo y llegar a ser su imagen en el mundo. Amén.
LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN
1.
Hago silencio, exterior e interior.
Estoy
en la presencia del Señor
Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.
2.
Petición:
«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».
3.
Palabra de Dios:
Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia. Me fijo bien en todos los detalles.
4.
Ante la Palabra
leída:
Ø ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).
Ø ¿Qué me dice a mí, personalmente? (Meditación).
Ø Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).
Ø ¡Quiero identificarme contigo, Señor!. ¿Qué hacer?.
(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).
5.
Oración:
Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta
al texto evangélico. Al final puede
añadirse la siguiente:
«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado. Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».