27º Domingo del Tiempo Ordinario (8 octubre)
06 OCTUBRE 2023 | POR JORGE HERNÁNDEZ
Este fin de semana
continuamos con viñas,
de la paciencia de Dios
que ve con frustración
que sus sueños
son masacrados,
pero no se rinde
y buscará gente
dispuesta a seguir
haciendo presentes
en nuestra
historia cotidiana
su Reino,
y se abre a
otras personas
y nos invita
a “ensanchar
el espacio
de nuestra
tienda”
(Is 54,2-49)
Es el estilo
de esta
sinodalidad
que nos
envuelve.
Del evangelio según
san Mateo 21,33-43:
«Arrendará la viña
a otros labradores».
La
mayor tragedia que
le puede pasar al cristianismo hoy
es que matemos a los profetas,
aquellas personas que
nos recuerdan constantemente
cual es el proyecto de Dios:
el Reino de Dios y su justicia.
No podemos matar
aquellos y aquellas
que nos recuerdan
con su vida y sus palabras
qué es lo importante
del cristianismo,
o, aunque no sean cristianos
defienden esos mismos valores
que ayudan a construir
una sociedad más justa,
equitativa.
La
llamada, la interpelación es para ti,
es para el proyecto personal de vida,
para un proyecto comunitario.
El salario es, como decía Pablo,
estar siempre alegres
y llenos de esperanza,
porque el sueño de Dios es posible
en medio de nosotras y nosotros.
¿Qué llamada,
que es lo que resuena en mi
después de la escucha de Jesús,
qué ha resonado dentro de mí,
que petición nace después
de este rato de oración?
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«ORAR CON LA IGLESIA»
Domingo 27º del Tiempo Ordinario.
Santa Pelagia de
Antioquía, virgen y mártir.
08 de octubre de 2023.
Con la parábola de la viña y los
labradores perversos en el Evangelio de hoy, Jesús presenta la Historia de la
Salvación: cómo el pueblo de Israel, la viña que no dio sus frutos, rechazando
a los profetas y, por último, asesinando al hijo del dueño de la viña, el mismo
que será crucificado. A partir de ahí,
el reino de los cielos será quitado a la casa de Israel y se le dará a un
pueblo que produzca sus frutos, la Iglesia.
Pero muchas veces no damos tampoco los cristianos los frutos de buenas
obras que el Señor espera de nosotros y estamos como devastados por los
enemigos de la fe. Con el salmo pidamos:
«Señor, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve».
- Isaías 5,1-7: La viña del Señor del universo es la casa de Israel.
- Salmo 79: R./ La viña del Señor es la casa de Israel.
- Filipenses 4,6-9: Poned esto por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros.
Del Evangelio de san
Mateo 21,33-43.
“Arrendará
la viña a otros labradores”.
- “Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una
cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos
labradores y se marchó de viaje. Llegado
el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los
frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados,
apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña,
¿qué hará con aquellos labradores?. Por
eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo
que produzca sus frutos”.
COMENTARIO
Obstinados en nosotros mismos, en nuestra ley, en nuestros
ritos, somos incapaces de ver, de acoger, de compartir, de llevar adelante el
plan de Dios. Pensando solo en nosotros
mismos y en arrimar el agua a nuestro molino, hemos acaparado, nos hemos
apropiado de las cualidades que Dios nos ha dado para ponerlas al servicio de
los demás y hemos acallado las voces de los profetas que denuncian tal
situación de injusticia. Agotados los
recursos, el Señor de la viña se arriesga a descubrir la última carta de que
dispone. Opta por recurrir al amor: “Voy
a enviar a mi Hijo”. ¿Reaccionaremos
ante tal muestra de cariño?
ORACIÓN
Padre de paciencia infinita, que me cuidas cada día para que
crezca en humanidad, y así mi vida pueda dar los frutos de tus cuidados; haz
que me atreva a creer en tu benevolencia, que no me apropie de las cualidades
que me has dado para el servicio de la comunidad, que no maltrate a mis
prójimos ni quiera acallar las voces de los que me hablan en tu nombre. Que por tu bondad mi vida fructifique en
misericordia, en paciencia, en bondad, en frutos de santidad. Que por tu bondad mi vida
fructifique en la santidad.
Lunes de la 27º del Tiempo Ordinario.
San Juan
Leonardi, presbítero y fundador.
San Dionisio de París obispo, y compañeros, mártires.
09 de octubre de 2023.
Del Evangelio de san
Lucas 10,25-37.
“¿Quién es mi prójimo?”.
Un letrado le preguntó a Jesús: -"Maestro,
¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?". Él le dijo: -"¿Qué está escrito en la
Ley?, ¿qué lees en ella?". El
letrado contestó: -"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo". Él le dijo: -"Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida". Pero el letrado, queriendo aparecer como
justo, preguntó a Jesús: -"¿Y quién es mi prójimo?". Jesús le dijo: -"El que practica la
misericordia”.
COMENTARIO
¿Qué tengo que hacer?. Fue la pregunta sincera de un hombre de buena
voluntad. La respuesta contempla el
Evangelio como plenitud de la revelación, y la ley del amor como resumen del
Evangelio. La prueba de autenticidad
contra toda falsificación teórica del amor son las obras. Hoy se centra la conducta moral más en
actitudes que en actos aislados. Ser
buen discípulo del Evangelio no consiste en hacer cosas, sino en un sí rotundo
dado a Dios las veinticuatro horas del día. Concebir la religión como una lista de
preceptos y prohibiciones es falsificar su contenido. La enseñanza impartida bajo el símil del buen
samaritano contrapone la conducta de los que cumplen la ley del amor frente a
los que se desentienden de ella. Hoy al
recordar la ley del amor y la parábola del buen samaritano pide a Dios: “Dame,
Señor, ojos para ver, corazón para amar, fortaleza para perseverar”.
ORACIÓN
Señor dame entrañas de misericordia, entrañas de
buen samaritano, para salir de mis cosas y descubrir al necesitado, para ayudar
al que sufre, para socorrer al hambriento, para comprender al que falla. Que hoy comprenda Señor que lo que tengo que
hacer es vivir con una actitud misericordiosa; que tengo que tener cariño y
ternura y manos que sepan dar y corazón que sepa ponerse en movimiento para
compartir. Que sepa descubrir al
necesitado que vive cerca de mí y que sin dar un rodeo me acerque más a su
vida. Señor dame entrañas de misericordia.
Martes de la 27ª Semana T. Ordinario.
Santo Tomás de
Villanueva, obispo, religioso.
10 de octubre de 2023.
Del Evangelio de san
Lucas 10,38-42.
“Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor”.
Entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió
en su casa. Ésta tenía una hermana
llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta se multiplicaba para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró y dijo: -“Señor, ¿no te importa que mi hermana me
haya dejado sola con el servicio?. Dile
que me eche una mano”. Pero el Señor le
contestó: -“Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una
es necesaria. María ha escogido la parte
mejor, y no se la quitarán”.
COMENTARIO
Siempre andamos con prisas, no llegamos a los sitios, y nos
falta tiempo para hacer y hacer; las 24 horas del día se nos quedan cortas. El Señor nos dice hoy que es necesario dejar
un tiempo para la escucha de la Palabra de Dios. Para “sentarnos” junto a Él. Nos creamos muchas necesidades pero olvidamos
que para vivir la plenitud humana es necesario: “Escuchar y hablar con el
Señor” como hacía María. Es necesario
prestar atención a la escucha de la Palabra de Dios. Él nos plenificará.
ORACIÓN
Señor, sabes que deseo darme del todo a tus planes, pero tengo
que elegir entre mis egoísmos y Tú. Tengo
que elegir entre mis actividades y escucharte a Ti. Que sepa prescindir de cosas y no olvidarme
que el hacer y hacer me crea inquietud y nerviosismo. Hazme ir más despacio, Señor. Que sepa armonizar escucha y servicio. Que encuentre tiempo para el retiro, la
oración, el sosiego, la paz; tiempo para sentarme a tus pies y aprender a ser
discípulo. Que así sea.
Miércoles de la 27ª Semana T. Ordinario.
Santa María
Soledad (Manuela) Torres Acosta, virgen,
San Juan XXIII, papa.
11 de octubre de 2023.
Del Evangelio de san
Lucas 11,1-4.
“Señor, enséñanos a orar”.
Una
vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: -“Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus
discípulos”. Él les dijo: -“Cuando
oréis, decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos cada día
nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación’”.
COMENTARIO
Jesús
nos enseña a llamar a Dios Padre nuestro; así nos reconocemos como hijos. Al decir venga a nosotros tu reino, hágase tu
voluntad pedimos que el Reino se manifieste en toda su plenitud; que hagamos
las cosas según los deseos de Dios. Nuestro
pan: el que llena el estómago, el de la cultura, y el del respeto; y al pedirlo
recordamos que no es mío, sino nuestro. Al
orar nos hacemos conscientes de que tenemos que vivir el perdón cada día
perdonando a quienes nos han ofendido solo así podemos pedir el perdón a Dios. Concluimos nuestra oración pidiendo vernos
libres del mal para vivir la felicidad y bienaventuranza.
ORACIÓN
Padre
que tu reinado de amor, tu soberanía amorosa y salvadora llegue al mundo de los
hombres-mujeres. A veces me pregunto:
¿Por qué no se hace tu voluntad en la tierra, como se hace en el cielo?. ¿Por qué si tu voluntad es que vivamos
felices?. Padre: Hágase tu voluntad en
nuestra vida personal y comunitaria para iniciar en esta vida la salvación y
participar de la vida eterna, para comprender las necesidades de todos los
hombres-mujeres, para participar con generosidad en tus planes, para vivir el
perdón. Mantennos
en la fidelidad del amor. Amén.
Nuestra Señora del
Pilar.
Jueves de la 27ª Semana T.
Ordinario.
12 de
octubre de 2023.
Fiesta de Nuestra Señora del Pilar. Según una venerada tradición, la Santísima
Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible
de su presencia. Esta tradición encontró
su expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó
el papa Clemente XII
(elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Lucas 11,27-28.
“Dichoso el vientre que te llevó”.
En aquel tiempo, mientras Jesús
hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: -“Dichoso
el vientre que te llevó y los pechos que te criaron”. Pero él repuso: -“Mejor, dichosos los que
escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.
COMENTARIO
Jesús da más importancia a la nueva
familia de los hijos de Dios que la maternidad: La familia de los que escuchan
la Palabra de Dios y la guardan. Jesús
no rechaza el amor de su madre, pero sí dice claramente que, tiene aún mayor
mérito porque creyó en la Palabra que Dios le dirigió a través del ángel. Es feliz por ser la Madre del Mesías. Y es todavía más feliz por haber creído en
Dios y haber acogido con fe a su Hijo. En
esta fiesta damos gracias a Dios “por todas las grandes maravillas que ha
realizado en la Virgen”: Concebida sin pecado, intacta en su virginidad,
gloriosa en su descendencia, Madre de Cristo, no contaminada por la corrupción
del sepulcro... triunfante en su Asunción.
Más que la certeza o no de los hechos históricos que puedan estar en el
origen de esta advocación, la fiesta de hoy nos invita a la certeza de la
cercanía y la presencia de la Virgen en nuestras vidas y, por tanto, a la
firmeza de nuestra fe, reflejada en la figura, siempre viva y cercana, de
María.
ORACIÓN
Virgen del Pilar te pido que seas
para mí: “Guía para el camino, columna para la esperanza y luz para la vida”. Te pido madre, fortaleza en la fe, seguridad
en la esperanza y constancia en el amor”, y espero que un día pueda
“contemplarte eternamente en el cielo”. Anímame
con tu presencia como animaste al apóstol Santiago, haz que mi vida se abra a
la vida de Jesús, tu hijo, a su Palabra, a su Reino. Que contigo aprenda a elevar los ojos al
cielo, a sufrir con Cristo, a vivir para Él.
Que tu protección Virgen del Pilar sea la columna que sostenga mi fe. Que tu
protección Virgen del Pilar sea la columna que sostenga mi fe.
Viernes de la 27ª Semana
T. Ordinario.
San Eduardo III, rey, el confesor.
13 de octubre de 2023.
Del Evangelio de san
Lucas 11,15-26.
“Si yo echo los demonios con el dedo de Dios,
entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Habiendo
echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: Si echa los
demonios, es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios. El, leyendo sus pensamientos, les dijo: -“Todo
reino en guerra civil va a la ruina, y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo
mantendrá su reino?. Vosotros decís que
yo hecho los demonios con el poder de Belzebú; y si yo echo los demonios con el
poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan?. Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero si yo echo les demonios con el dedo de
Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros”.
COMENTARIO
Jesús
ha realizado un signo, un milagro. Ante
este hecho caben muchas interpretaciones.
Unos admiraron el poder liberador y la misericordia de Dios. Otros lo atribuyeron a complicidad de Cristo
con el demonio. La única explicación
válida es afirmar que otro más fuerte que el demonio, es decir, Jesús mismo, lo
ha vencido. Porque Él echa los demonios
“con el dedo de Dios”, es decir, con su poder y por el Espíritu, por eso ha
llegado al mundo de los hombres-mujeres el reinado y la misericordia liberadora
de Dios. Es la explicación correcta,
dice Jesús. Las distintas explicaciones
ponen en evidencia la aceptación o el rechazo de Jesús que se manifiesta en la
fe o en la increencia.
ORACIÓN
Concédeme
Señor fe para tener una mirada limpia un mirar limpio que vea en las acciones
de Jesús, su misericordia, su salvación y no unos intereses bastardos. Concédeme fe para ver el dedo de Dios que con
su poder me libera del pecado. Préstanos
tus ojos Señor, para interpretar correctamente las obras de Dios, para ver la
señal del amor de Dios en las vidas de los hombres-mujeres. Préstanos tus ojos Señor, para
interpretar correctamente las obras de Dios.
Sábado de la 27ª Semana T. Ordinario.
San Calixto I, papa y mártir.
14 de
octubre de 2023.
Del Evangelio de san
Lucas 11,27-28.
“¡Dichoso el vientre
que te llevó!
Mejor: ¡Dichosos los que
escuchan la Palabra de Dios!”.
En aquel tiempo, mientras Jesús
hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: -"¡Dichoso
el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!". Pero Él repuso: -"Mejor: ¡Dichosos los
que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!".
COMENTARIO
Si María es grande por ser madre,
es mayor por ser fiel y creyente: -“Dichosa tú porque has creído”. El fiel cristiano es un oyente de la Palabra.
Oír no es más que el primer paso. Entre oír y practicar media gran distancia, un
gran esfuerzo. La fe sola no salva, pero
sólo desde la fe se orientan las obras. Ni Abrahán ni María comprendieron al principio
todo el alcance de su fe. La luz de cada
día iluminará nuestro actuar diario. Oír
y actuar es el proceso de quien acepta a Jesús por el bautismo. Cada día se presentarán en nuestra vida
ocasiones para crecer en fe y en fidelidad y te sabrás dichoso por escuchar la
Palabra de Dios y cumplirla. Hoy deja
que resuene en ti ésta palabra de Jesús: -“¡Dichosos los que escuchan la
Palabra de Dios y la cumplen!”.
ORACIÓN
María, porque has creído has sido
dichosa. Has sido feliz porque has
tenido la audacia de confiar en el Señor y entregarle a Él tu voluntad. Señora, quiero tenerte cerca, sentirte a mi
lado, y aceptar como tú el reto de la fe.
Quiero vivir como tú una fe que me haga feliz, porque sea el sentido de
mi vida. Que mi fe aprendiendo de la
tuya sepa escuchar la Palabra de Dios y cumplir su voluntad. Tiéndeme tu mano para que juntos nos
agarremos a Cristo tu Hijo, nuestro salvador. Amén. Señora, quiero tenerte cerca, sentirte a mi lado, y aceptar como tú el
reto de la fe.
LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN
1.
Hago silencio, exterior e interior.
Estoy
en la presencia del Señor:
Contemplo
a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.
2.
Petición:
«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la
fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en
tu claridad. Por Jesucristo, tu Hijo,
nuestro Señor».
3.
Palabra de Dios:
Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión
con toda la Iglesia. Me fijo bien en
todos los detalles.
4.
Ante la Palabra
leída:
Ø ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).
Ø ¿Qué me dice a mí, personalmente? (Meditación).
Ø Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).
Ø ¡Quiero identificarme contigo, Señor!. ¿Qué hacer?.
(Contemplación,
iluminación de mi vida concreta).
5.
Oración:
Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta
al texto evangélico. Al final puede
añadirse la siguiente:
«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de
oración; y por la luz y la fuerza que me has dado. Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo
siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».