13º Domingo TO • 27 junio 2021
Queridos hermanos y hermanas:
Deberíamos ser capaces de creer
que la fe puede seguir curando hoy,
puede seguir dando vida,
seguir levantando a quienes caen,
porque les invita a confiar
en el amor de Dios que sostiene
nuestra existencia.
Es la fe en el amor
digno de crédito
la que nos permite
reconocer
la dignidad herida
de cada persona y,
pese a los obstáculos
que este mundo
sigue poniendo,
la que nos empuja
a implicar nuestra vida
en la tarea compartida
de posibilitar
la vida digna de
toda persona.
Hasta mañana en el altar.
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
San Marcos 5,21-43:
«Tu fe te ha salvado».
Mi
proyecto de vida
solo se sostiene
en la fe que me habita,
y que el Espíritu me empuja
a traducir en actitudes y gestos
de sanación de las personas,
de la creación,
de las relaciones
sociales.
Para ello,
la oración me suscita
caminos, compromisos,
pasos que me llevan
en dirección de la Vida.
¿Cuáles?
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«ORAR CON LA IGLESIA»
13ª Semana del
Tiempo Ordinario (Ciclo
‘B’)
Del 27 de junio al 03 de julio de 2021.
Domingo 13º del Tiempo Ordinario
San Cirilo de
Alejandría, Obispo y Doctor de la Iglesia.
27 de junio de 2021.
La 1 lect. de hoy nos dice que «Dios creó al hombre
incorruptible y lo hizo a imagen de su propio ser; más por envidia del diablo
entró la muerte en el mundo». El Hijo de
Dios se hizo hombre para vencer al pecado y a la muerte, cuando murió en la
cruz y resucitó. Ya en su vida pública,
anunció esta victoria cuando resucitaba a los muertos, como es el caso del Ev.
de hoy, la resurrección de un jefe de la sinagoga, al que pidió únicamente que
tuviera fe. Pidamos al Señor vivir
siempre en el esplendor de la verdad, el esplendor de la fe, por la que
venzamos las tinieblas del error, el pecado y la muerte (cf. 1.ª orac.).
- Sab 1,13-15;
2,23-24. Por envidia del diablo entró
la muerte en el mundo.
- Salmo 29. R/.
Te ensalzaré, Señor, porque
me has librado.
- 2 Cor 8,7.9.13-15. Vuestra
abundancia remedia la carencia de los hermanos pobres.
Del Evangelio de san
Marcos 5,21-43.
“Contigo hablo, niña, levántate”
Se acercó Jairo un jefe de la sinagoga, a Jesús, y se echó a sus pies, rogándole con insistencia: -“Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva”. Entonces llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: -“Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?”. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: -"No temas; basta que tengas fe". Entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y dijo: -"Contigo hablo, niña, levántate". La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar.
COMENTARIO
La hija de Jairo es muestra de lo más abandonado, marginado y débil; es símbolo de nuestra humanidad débil y mortal. Jesús tiende la mano a la niña que ha muerto. Y, con su mano amistosa, le comunica la vida. Porque al contacto con Jesús, brota la vida. Jesús dice: -"La niña no está muerta, está dormida"; lo mismo dijo también de Lázaro, muerto. Jesús mira más allá de nuestras evidencias. La niña simplemente duerme; es decir, puede despertar. Es la mirada de Jesús que te trae vida nueva a ti y a la humanidad. Basta que tengas fe.
ORACIÓN
Jesús, vida nuestra Tú, que despertaste del sueño de la muerte a la hija de Jairo escucha la voz de los que lloran la muerte y consuélalos en la tribulación. Haz que toda la humanidad, se una en defensa de la vida de todos los seres humanos, especialmente de los más pequeños y humildes, de los marginados y explotados. Señor Jesús: Reviva en la verdadera fe nuestra vida comunitaria con el compromiso por la defensa y la promoción de la Vida; que te sepamos imitar acogiendo, defendiendo y promoviendo la vida, sobre todo la de nuestros hermanos necesitados u oprimidos. Hijo: Contigo hablo, levántate, no temas; basta que tengas fe.
Lunes de la 13ª Semana T. Ordinario
San Irineo, obispo y mártir.
28
de junio de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 8,18-22.
“Sígueme”
Se le acercó un letrado a Jesús y le dijo: -"Maestro, te seguiré a donde vayas". Jesús le respondió: -"Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Otro, que era discípulo, le dijo: -"Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: -"Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos".
COMENTARIO
Lo que Jesús pide es una disposición decidida y firme para liberarse de toda clase de ataduras o esclavitudes materiales para llegar a un estilo de vida libre, con una personalidad enriquecida sin dependencia de nada. El gran atractivo del Evangelio consiste en su exigencia de amor. Las renuncias que se piden no son pura renuncia ni represión, sino presupuesto ventajoso. Seguirle equivale a no poseer nada, carecer de lo que no les falta a las aves del cielo ni a las bestias del campo. Si Dios lo pide, Él llenará el vacío dejado por quien lo deja todo para seguirle.
ORACIÓN
Tengo que elegir; o seguir a Jesús o quedarme en las cosas; en las personas, en los ídolos. Hoy Señor quiero decirte: -“Te seguiré”. Porque hoy elijo ser libre, vivir la alegría y la esperanza, la igualdad y la fraternidad que encuentro en Ti. Te seguiré Señor, porque hoy elijo servir y no dominar. Te seguiré porque solo en Ti hay vida eterna. Ni el dinero ni el orgullo ni la violencia conducen a la vida. Te seguiré Señor, pero no me dejes de tu mano, porque sin Ti me perdería. Te seguiré Señor.
San Pedro y San Pablo.
Martes de la 13ª Semana T. Ordinario
29 de
junio de 2021.
Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue
el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y
por ello fue llamado Pedro. Pablo,
apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a
Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del
emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición,
crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal,
y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense. En este día, su triunfo es celebrado por todo
el mundo con honor y veneración (elog. del Martirologio Romano).
Los apóstoles Pedro y Pablo fueron fundamento de nuestra fe
cristiana (cf. 1.ª orac.). Simón Pedro
fue el primero en confesar la fe, cuando, por la revelación del Padre,
reconoció a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. A raíz de ello, Jesús le dijo: «Tú eres
Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Así, Pedro —y su sucesor como obispo de Roma,
el papa— es la máxima autoridad espiritual de la Iglesia. Pablo fue el maestro insigne que interpretó
la fe y la extendió, como el primer gran misionero, entre los pueblos
gentiles. Sus cartas son la gran
catequesis sobre el misterio de Cristo y su Iglesia. Ambos murieron mártires en Roma por su condición
de cristianos y apóstoles.
Del Evangelio de san
Mateo 16,13-19.
“Tú eres Pedro, y te daré las llaves
del reino de los cielos”.
Jesús preguntó a sus discípulos: -"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Simón Pedro tomó la palabra y dijo: -"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús le respondió: -"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: -“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.
COMENTARIO
¿Quién es Jesús? Pedro, en nombre de los discípulos, reconoce que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. A esta confesión de Pedro Jesús responde con una palabra de felicitación y un encargo muy especial de cara a la Iglesia. Declara dichoso a Pedro, no por sus méritos sino porque el Padre le ha revelado el misterio de reconocerle como Mesías e Hijo de Dios. Le confía la misión de ser la roca sobre la que asentará su Iglesia reunida en torno a sus discípulos. El cambio de nombre describe plásticamente la tarea que Jesús le encomienda: Ser roca firme para que la Iglesia no sucumba ante las dificultades.
ORACIÓN
Creo en la Iglesia Cuerpo de Cristo, la Iglesia que es una y universal, con manchas y arrugas fundada en la roca apostólica sobre Pedro y anunciada a los gentiles por Pablo. Creo en la Iglesia puente de gracia, santa y pecadora, divina y humana. Creo en la Iglesia testigo de Jesús resucitado, amada por Jesús. Creo en la Iglesia peregrina en la tierra con defectos y errores. Creo en la Iglesia triunfante en los santos. Creo en la Iglesia que engendra a la vida de la gracia da la fuerza del Espíritu, perdona los pecados da el alimento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Señor creo en la Iglesia.
Miércoles de la 13ª Semana T. Ordinario
San Marcial de Limoges,
obispo
30 de junio de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 8,28-34.
“¿Has venido aquí a atormentar a los
demonios antes de tiempo?”.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron al encuentro de Jesús; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: -"¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?". Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: -"Si nos echas, mándanos a la piara". Jesús les dijo: -"Id". Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua.
COMENTARIO
Para llegar a Dios es preciso liberarse del mal. Desearíamos un mundo más justo, pacífico, fraternal… Lo difícil no son los deseos sino la lucha contra el mal que nos hace injustos o agresivos. Jesús viene en ayuda de nuestra debilidad porque Él se demuestra superior a todas las fuerzas del mal.
ORACIÓN
Señor que sepa relativizar las cosas porque: Los que tienen más éxito, tal vez se lo hayan merecido. Los que me contradicen, tal vez me abren los ojos. Los que tiene más dinero que yo tal vez, sean muy honrados. Los que me han dicho una palabra amable, tal vez lo hayan hecho con sentimiento y desinterés. Los que me han hecho un favor, tal vez lo han hecho de mil amores. Los que "pasan" de lo que a mi me importa, tal vez me llaman a buscar lo verdaderamente importante. Los que no viven en mí misma dirección, tal vez buscan lo mismo por otros caminos. Los que no me lo ponen fácil, tal vez me obligan a renovar el esfuerzo y la ilusión día a día. Señor que sepa luchar contra el mal respetando y queriendo a las personas.
Jueves de la 13ª Semana T.
Ordinario
San Junípero Serra, OFM, Presbítero
01 de julio de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 9,1-8.
“La gente alababa a Dios, que da a los
hombres tal potestad”.
Le presentaron a Jesús un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: -"¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados". Algunos de los escribas se dijeron: -"Éste blasfema". Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: -"¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: -"Tus pecados están perdonados", o decir: -"Levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: -"Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa". Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
COMENTARIO
El evangelio nos muestra el poder que Jesús tiene y ejerce sobre la conciencia abrumada por el pecado. Este modo de actuar demuestra que Jesús tiene poder sobre todo mal, ya sea mal físico o moral. Y eso es signo de que el Reino de Dios ha llegado a nosotros. Si el perdonar los pecados es un poder divino, Jesús afirma que tiene ese poder y lo demuestra curando la enfermedad de aquel paralítico. De este modo, Jesús libera al hombre total: Cuerpo y alma. Porque ha venido a salvar al hombre-mujer y no a condenarlo. El perdón de los pecados que le concede Jesús al paralítico, nos llena de esperanza ya que hoy, en el sacramento de la confesión, da a los hombres y mujeres tal potestad.
ORACIÓN
Alegría para la Iglesia es Señor, tu palabra de perdón. Alegría para los hombres y mujeres conocer que hoy pueden ser perdonado sus pecados. Él por medio de su gracia nos libera del pecado, nos levanta de la parálisis y hace que nuestros labios se llenen de alabanza, porque hoy ha dado ese poder a los hombres. Acrecienta Señor mi fe en Ti, que me concedes el perdón de los pecados por medio del sacramento de la confesión. Gracias Señor por tus sacerdotes, que en tu nombre, por el ministerio de la Iglesia, me conceden el perdón de los pecados.
Viernes de la 13ª Semana T.
Ordinario
San Otón de Bamberg, obispo
02 de julio de 2021.
Del Evangelio de san
Mateo 9,9-13.
“No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no
sacrificio”.
Vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -"Sígueme". Él se levantó y lo siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: -"¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús lo oyó y dijo: -"No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa ‘misericordia quiero y no sacrificios’: Que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
COMENTARIO
Jesús establece un principio que es norma válida para todos los tiempos: Misericordia con la debilidad. Nadie queda excluido de su amor. Jesús condena el pecado pero ama al pecador: Es un principio básico en la acción cristiana. Jesús vio en Mateo a un enfermo y le llamó. Mateo celebró la llamada con un banquete. Jesús entró en la vida de aquél hombre y la transformó. De pecador a apóstol. Cambió su vida y la manera de entender la vida. Su negocio consistió desde entonces en anunciar a los demás su propio hallazgo. Fue un testigo de Jesús.
ORACIÓN
Señor, es hora de ser tu Testigo. Es hora de construir todos juntos la Civilización del amor. De salir a las plazas y ciudades como hermanos. De hacer del mundo un arco iris de unidad y de color. Es hora de anunciar la vida desde la vida hecha fiesta. De proclamar al mundo de los hombres tu salvación. De proclamar que el mundo sabe a Redención. De gritar al mundo que el pecado ha sido vencido, que hay perdón. Es hora de vivir en la luz. Seré tu testigo Señor.
Santo Tomás, apóstol
Sábado de la 13ª Semana T. Ordinario
03 de
julio de 2021.
Fiesta de santo Tomás, apóstol, quien, al anunciarle los otros discípulos
que Jesús había resucitado, no lo creyó, pero cuando Jesús le mostró su costado
traspasado por la lanza y le dijo que pusiera su mano en él, exclamó: «Señor
mío y Dios mío». Y con esta fe que
experimentó es tradición que llevó la palabra del Evangelio a los pueblos de la
India (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Juan 20,24-29.
“¡Señor mío y Dios mío!”
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: -"Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: -“Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo”. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: -"Paz a vosotros". Luego dijo a Tomás: -"Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente". Contestó Tomás: -"¡Señor mío y Dios mío!". Jesús le dijo: -¿ “Porque me has visto has creído?”. Dichosos los que crean sin haber visto.
COMENTARIO
Tomás exige pruebas evidentes para creer. Toda una paradoja. Tomás, modelo de incredulidad y de fe. Es la suya la confesión más adecuada de la fe:
-"Señor mío y Dios mío". La fe
no es una "seguridad", la posesión tranquila de una verdad, sino la
aceptación de un hecho –la resurrección de Cristo-, aunque no estemos libres de
dudas. Creer es ser capaces de tener
dudas. La fe es un salto en el vacío,
fiados en Alguien. Alguien que nos dice:
-"¡Dichosos los que, sin ver, creen!". Alguien que nos hace exclamar: -"Yo sé
muy bien de quién me he fiado".
ORACIÓN
Espero en ti Señor Jesús: Dame un corazón valiente y animoso para confesarte Señor mío y Dios mío; para que por encima de mis intereses, prime siempre la implantación de tu Reino. Hoy no te pido pruebas para creer; te pido, el deseo de crecer en fe en la comunidad y con la comunidad. Yo sé que si te sigo y me fío de la comunidad los obstáculos del camino caerán como hojas de otoño. Que no me separe de la comunidad para vivir la fe; que sepa convivir.