para cuidar a las personas
Manifiesto de ITD para el Primero de Mayo 2024
El 1 de mayo de 2024, conmemoramos el Día Internacional de los trabajadores y las trabajadoras y la festividad de san José Obrero. En este día, queremos poner la mirada en la necesidad de cultivar el cuidado en el mundo laboral para mejorar la realidad de las personas.
En nuestra sociedad no es fácil la conciliación de la vida personal y laboral, armonizar las necesidades personales y familiares con el trabajo. Algunos empleos conllevan exigencias de tiempo y dedicación que dan lugar a conflictos personales, familiares y sociales. El tiempo que invertimos en el trabajo supone entre el 40-50% de nuestro día, solo teniendo en cuenta una jornada laboral de 8 horas diarias más el desplazamiento que se debe hacer para llegar al trabajo. En muchas ocasiones, este porcentaje puede verse incrementado porque no se cumple con la desconexión digital, que hace que se interrumpa nuestro descanso, provocando estrés y preocupaciones.
La carencia de un buen cuidado del trabajo tiene como consecuencia el estrés, la ansiedad y la depresión, problemas cada vez más comunes que afectan a gran parte de la población. La salud laboral no sólo implica evitar los accidentes o las enfermedades que puedan afectar al ser humano en el ámbito del trabajo, sino también garantizar el bienestar de las personas al desarrollar su profesión. Por tanto, abarca la estabilidad psicológica y emocional de las personas trabajadoras.
Queremos recordar las palabras del papa Francisco, en el mensaje en la Cumbre Mundial del Trabajo de la OIT (2021):
Desde la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) reclamamos un mayor compromiso en favorecer el cuidado de las personas trabajadoras, promoviendo políticas que permitan una conciliación real. En este sentido, apostamos decididamente por qué el diálogo social avance en la reducción del tiempo de trabajo. Reclamamos también, que la salud laboral sea un derecho fundamental para todas las personas y sea prioritario en cualquier entorno. Hay un gran número de trabajadores y trabajadoras que sufren condiciones laborales precarias que ponen en peligro su bienestar físico y mental. Es hora de alzar la voz y reivindicar que la salud de las personas no se vea comprometida en aras del beneficio económico.
la precariedad y mejorar la salud de
las personas trabajadoras
Ante el Primero de Mayo, Día de los trabajadores y trabajadoras y festividad de san José Obrero, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) defiende en su manifiesto, la reducción del tiempo de trabajo como expresión del cuidado de las relaciones laborales.
Las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) han querido llamar la atención sobre las consecuencias en la salud de las condiciones de trabajo, con especial atención al impacto de la siniestralidad laboral, las dificultades para conciliar la vida personal y familiar y la cada vez más difusa barrera entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio.
La falta de cuidado del trabajo tiene consecuencias en el bienestar de las personas y en la cohesión social que se traducen en altos índices de estrés, ansiedad y depresión entre la población. “La salud laboral no sólo implica evitar los accidentes o las enfermedades que puedan afectar al ser humano en el ámbito del trabajo, sino también garantizar el bienestar de las personas al desarrollar su profesión”, advierte la iniciativa eclesial en su manifiesto Cuidamos el trabajo para cuidar a las personas, que recuerda que el tiempo de trabajo supone entre el 40 y el 50% en la vida diaria de las personas con una jornada laboral de ocho horas al día, sin contar los desplazamientos, porcentaje que en muchas ocasiones se extiende por el incumplimiento de la desconexión digital.
Siguiendo al papa Francisco que, en su mensaje en la Cumbre Mundial del Trabajo de la OIT de 2021, reclamó que el trabajo, como relación que es debe contemplar también “la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado”, por lo que además de reconocer la importancia del trabajo de cuidados, llamó a extender, el cuidado, en primer lugar, a los trabajadores.
Además de reconocer la importancia de las tareas de cuidado, como reveló la pandemia y parece haber caído en el olvido, Francisco llama a promover el trabajo que cuida de la dignidad humana, la creación y la propia vida de las personas trabajadoras.
“Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente”, advirtió el pontífice entonces, quien insistió en que “un trabajo que cuida contribuye a la restauración de la plena dignidad humana, contribuirá a asegurar un futuro sostenible a las generaciones futuras”.
De ahí que ITD, integrada por Cáritas, CONFER, HOAC, JEC, JOC y Justicia y Paz, llame a “un mayor compromiso en favorecer el cuidado de las personas trabajadoras, promoviendo políticas que permitan una conciliación real”, apoyando el diálogo social para lograr la reducción del tiempo de trabajo.
También demanda que “la salud laboral sea un derecho fundamental para todas las personas y sea prioritario en cualquier entorno”, consciente de que “hay un gran número de trabajadores y trabajadoras que sufren condiciones laborales precarias que ponen en peligro su bienestar físico y mental”. “Es hora de alzar la voz y reivindicar que la salud de las personas no se vea comprometida en aras del beneficio económico”, sostiene ITD.
SITUACIONES DEL MUNDO DEL TRABAJO
Datos sobre empleo (EPA 4T2023 y Avances de accidentes de Trabajo 2023, según el Ministerio de Trabajo y Economía Social)
- El 11,76% de la población activa no tiene trabajo, unas 2.830.000 personas.
- La población activa femenina soporta una tasa de desempleo tres décimas más altas que la masculina, 13,36% por 10,30%.
- Los hogares con todos sus miembros en paro se sitúan en 932.000
- La tasa de temporalidad es del 16,5%.
- El peso del empleo parcial se sitúa en el 13,5% de la población ocupada.
- 721 personas trabajadoras murieron en su empleo en 2023, mientras que 4.706 personas sufrieron siniestros de carácter grave y 659.480 leves.
“como expresión del cuidado de
las relaciones laborales”
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente defiende trabajar menos para “paliar la precariedad y mejorar la salud de las personas trabajadoras”, según expresa en su manifiesto del Primero de Mayo
Si este lunes era la pastoral del trabajo de la Conferencia Episcopal Española la que subrayaba su compromiso “por la defensa de la vida en el trabajo”, por “acompañar a las víctimas” de la siniestralidad laboral y denunciar “la pérdida de salud y de vidas” en el mundo laboral; hoy es la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) la que llama la atención sobre los riesgos psicosociales y las dificultades para conciliar la vida personal y laboral por la extensión del tiempo de trabajo.
En el manifiesto del Primero de Mayo, Cuidamos el trabajo para cuidar a las personas, publicado este martes, ITD sitúa como eje fundamental de su planteamiento la promoción de la cultura del cuidado en el mundo del trabajo. En este sentido, reclama tres cuestiones “para mejorar la realidad de las personas”: políticas que permitan una conciliación real; la reducción del tiempo de trabajo, a través del diálogo social; y el derecho fundamental a la seguridad y salud en el trabajo para todas las personas y en cualquier entorno.
El tiempo y los riesgos psicosociales
La iniciativa eclesial centra su mirada, en este día clave del mundo del trabajo, en las dificultades de conciliación y de armonizar el tiempo que necesitamos para atender las necesidades personales y laborales. “Algunos empleos conllevan exigencias de tiempo y dedicación que dan lugar a conflictos personales, familiares y sociales”, dicen en el manifiesto, asegurando que cada vez más es el tiempo que se dedica al trabajo –que incluyen el desplazamiento y la conexión digital permanente– “tiene como consecuencia el estrés, la ansiedad y la depresión, problemas cada vez más comunes que afectan a gran parte de la población”, aseveran.
El “buen cuidado del trabajo”, el derecho efectivo a la seguridad y salud laboral que tienen las personas trabajadoras, implica evitar la siniestralidad y las enfermedades laboral, pero también garantizar “la estabilidad psicológica y emocional” de los trabajadores y las trabajadoras.
El trabajo es una relación de cuidado que prioriza a las personas
La importancia de favorecer la cultura del cuidado en el mundo del trabajo, siendo las personas trabajadoras la prioridad, tiene su origen en el mensaje que realizó el papa Francisco en la Cumbre Mundial del Trabajo de la OIT, del año 2021.
ITD recuerda que el Papa señaló que “si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado. Aquí no nos referimos solo al trabajo de cuidados (…) va más allá, debe ser una dimensión de todo trabajo. Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente. Por el contrario, un trabajo que cuida, contribuye a la restauración de la plena dignidad humana, contribuirá a asegurar un futuro sostenible a las generaciones futuras. Y en esta dimensión del cuidado entran, en primer lugar, los trabajadores”.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC,