2º Domingo de Adviento (6 diciembre 2020)
03 DICIEMBRE 2020 | POR FERNANDO C. DÍAZ
Queridas hermanas y hermanos:
¿Dónde está mi hermano?
¿Dónde está mi hermana?
La pregunta de Dios
se dirige
a mí personalmente,
a nosotros
como comunidad,
como Iglesia.
¿Cómo hago de mi vida
una vida de cuidado
por mi hermano o
por mi hermana?
¿Quién ha podido
necesitar sentir
mi fraternidad
esta semana y
no la ha encontrado?
Feliz adviento.
Hasta mañana en el altar.
¡A cuidarse para cuidar!
Fernando Carlos Díaz
Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
«En el desierto preparadle un camino al Señor» es el mensaje
común de Isaías y Juan Bautista. Dios
viene a salvarnos y tenemos que ir quitando de nuestra vida todo lo que
obstaculice esa venida que esperamos (1 lect. y Ev.), que nos traerá «un cielo
nuevo y una tierra nueva» (segunda lectura).
El desierto significa el distanciamiento que hemos de tomar respecto de
las cosas de este mundo, si queremos percibir y vivir el mensaje salvador de
Dios (cf. 1.ª orac. y orac. después de la comunión). En estos días debemos tratar de convertirnos
más al Señor para revivir en la Navidad el misterio del Hijo de Dios que se
hizo hombre para que nosotros seamos hijos de Dios.
San
Marcos 1,1-8.-
«Preparad el camino al Señor».
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TIEMPO
DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’) 2ª Semana de Adviento
Del 06 de diciembre al 12 de diciembre de 2020.
Domingo, 2ª Semana de Adviento.
06 de diciembre de 2020.
«En el desierto preparadle un camino al Señor» es el mensaje
común de Isaías y Juan Bautista. Dios
viene a salvarnos y tenemos que ir quitando de nuestra vida todo lo que
obstaculice esa venida que esperamos (1 lect. y Ev.), que nos traerá «un cielo
nuevo y una tierra nueva» (segunda lectura).
El desierto significa el distanciamiento que hemos de tomar respecto de
las cosas de este mundo, si queremos percibir y vivir el mensaje salvador de
Dios (cf. 1.ª orac. y orac. después de la comunión). En estos días debemos tratar de convertirnos
más al Señor para revivir en la Navidad el misterio del Hijo de Dios que se
hizo hombre para que nosotros seamos hijos de Dios.
Del Evangelio según
san Marcos 1,1-8.-
“Allanad los senderos del
Señor”.
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de
Dios. Una voz grita en el desierto: -"Preparad
el camino del Señor, allanad sus senderos". Juan predicaba que se convirtieran y se
bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén,
confesaba sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Y proclamaba: -"Detrás de mí viene el
que puede más que yo. Yo os he bautizado
con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo".
COMENTARIO
Juan pregona un bautismo de conversión, de cambio
de vida. Preparad el camino al Señor. A Dios sólo se le acoge preparando el camino
de Jesús el Mesías. La preparación consiste en la igualación y equiparación
definitiva de las relaciones entre los hombres-mujeres, que han de pasar de la
desigualdad a la igualdad, de la injusticia a la justicia, expresadas
simbólicamente en la nivelación de los terrenos. No lo olvidemos: no hay acceso a Dios Padre
sin búsqueda, concreta y conflictiva, del Reino de fraternidad.
ORACIÓN
Preparemos los caminos ya se acerca el Salvador y
salgamos, peregrinos, al encuentro del Señor.
Ven, Señor, a libertarnos, ven, tu pueblo a redimir; purifica nuestras
vidas y no tardes en venir. Consolaos y
alegraos, desterrados de Sión, que ya viene, ya está cerca, Él es nuestra
salvación. Te esperamos anhelantes ya
sabemos que vendrás; deseamos ver tu rostro y que vengas a reinar. Preparemos los caminos ya se acerca el
Salvador.
SAN AMBROSIO, obispo y doctor de la Iglesia,
2ª Semana de Adviento.
Lunes,
07 de diciembre de 2020.
Del Evangelio de san
Lucas 5,17-26.-
“Hoy hemos visto cosas admirables”.
Unos hombres
traían en una camilla a un paralítico subieron a la azotea y lo descolgaron
delante de Jesús. Él, viendo la fe que
tenían, dijo: -"Hombre, tus pecados están perdonados". Los escribas y los fariseos se pusieron a
pensar: --“¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?”. Jesús, les replicó: -Para que veáis que el
Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al
paralítico-: -“A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”. Él, levantándose al punto, tomó la camilla y
se marchó a su casa dando gloria a Dios.
COMENTARIO
Jesús
reconcilia al hombre con Dios: trae la salvación de Dios a la tierra. El milagro que hace Jesús es solamente el
signo de que la salvación de Dios ha llegado a nosotros. Cristo viene como fuente de vida y redención. Por eso, en este Adviento, debemos retirarnos
hacia nuestro desierto y reconocer que necesitamos de salvación. Si así lo hacemos nos sucederá como al
paralítico, que salta de alegría y da gracias a Dios, porque veremos cosas
admirables en nosotros mismos.
ORACIÓN
Reconozco
Señor que tú eres el Cristo el hijo de Dios el que me puede perdonar los
pecados. Perdóname Señor, pon tu paz en
mi alma, ampárame en el sueño y guárdame en tu gracia. Gracias por el día que se acaba, por el día
que empieza por el paso de las horas, por tu amor que no pasa, gracias por lo
que me quieres, gracias por ser de nuestra familia y vivir en nuestra casa. Gracias Señor por tanta gente buena que has
puesto en mi jornada. Gracias por la fe
de los que me acompañan. Gracias Señor,
buenas noches, un abrazo, hasta mañana.
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
2ª Semana de Adviento.
Martes,
08 de
diciembre de 2020.
Solemnidad
de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, que, realmente
llena de gracia y bendita entre las mujeres en previsión del Nacimiento y de la
Muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su
Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de
Dios. En este mismo día fue definida el
año 1854 por el papa Pío IX como verdad dogmática recibida por antigua
tradición (elog. del Martirologio Romano).
Celebramos
hoy que la Virgen María fue concebida sin mancha de pecado original, en
previsión de la muerte de Jesucristo y para prepararle una digna morada (cf.
1.ª orac.). En María Inmaculada se
cumple la promesa de Dios: «Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu
descendencia y su descendencia» (1 lect.).
Ella, primer miembro de la Iglesia, elegida en la persona de Cristo
-antes de crear el mundo- para ser santa e intachable por el amor, es la llena
de gracia desde el primer instante de su ser natural (cf. 2 lect. y Ev.). Que por su intercesión el Señor nos guarde
limpios de todo pecado (cf. orac. sobre las ofrendas).
Del Evangelio de san Lucas 1,26-38.-
“Alégrate, llena
de gracia, el Señor está contigo”.
El ángel
Gabriel dijo a María: -"Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo". -"No temas, porque
has encontrado gracia ante Dios. Concebirás
en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Y María dijo al ángel: -"¿Cómo será eso,
pues no conozco a varón?". El ángel
le contestó: -"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo
te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de
Dios. María contestó: -"Aquí está
la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".
COMENTARIO
María era
inmaculada desde el primer instante, no hubo en ella pecado, fue como un
enclave de luz en este mundo... El
Evangelio lo dijo más sencillamente: -“Llena de gracia”. Sólo a Dios pudo ocurrírsele llamar a María,
llena de gracia. Sólo a Dios que ve
hondo y ama tanto. Proclamemos todos la
grandeza del Señor. El poderoso ha hecho
obras grandes en ella. María nos supera,
es grande, paraíso, bien sin mal, memoria de Dios, maravilla absoluta. Para vivir esta fiesta hoy reza: -“Dios te
salve María…”
ORACIÓN
Virgen María en pecado no caíste como los otros
cayeron, que siempre la mano os dieron con que preservada fuiste. Y yo cien mil veces caído os suplico que me
deis la vuestra, y me levantéis porque no quede perdido. Y por vuestra concepción que fueren tan gran
pureza, conserva en mí la limpieza del alma y del corazón, para que de esta
manera suba con vos a gozar del que sólo puede dar vida y gloria verdadera. Amen. “Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo”.
2ª Semana de Adviento.
Miércoles, 09 de diciembre de
2020.
Del Evangelio de san Mateo 11,28-30.-
“Venid a mí todos los que estáis
cansados”.
Tomó
Jesús la palabra y dijo: -“Venid a mí todos los
que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
COMENTARIO
Hoy Jesús
nos dice algo a primera vista difícil de entender: para encontrar alivio en los
agobios y cruces de la condición humana, hay que aceptar su "yugo". El "yugo de Cristo" es vivir para
los demás por amor. Es moldear los
sentimientos de nuestro corazón según los sentimientos de Jesús, humilde y
bondadoso de corazón. El "yugo de
Cristo" nos trae la paz y la libertad, fruto del amor.
ORACIÓN
Ven, Señor
Jesús, te necesitamos, haznos sentir tu presencia, refuerza nuestra fe. Tú conoces mejor que nadie nuestra debilidad
y nuestros miedos. Ven, y ayúdanos a
descubrirte vivo. Sabemos que te haces
presente en el pobre, que te dejas reconocer en las personas que sufren, en
quienes viven sin cariño, en cada víctima de cualquier injusticia. Señor, ¡ábrenos los ojos de la fe! ¡Ven, Señor Jesús, y siembra tu esperanza. Amén.
2ª Semana de Adviento.
Jueves,
10 de diciembre de 2020.
Del
Evangelio de san Mateo 11,11-15.-
“No ha nacido uno
más grande que Juan el Bautista”.
Dijo Jesús a la gente: -"Os aseguro que no
ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño
en el reino de los cielos es más grande que él.
Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia
contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta
que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis
admitirlo. El que tenga oídos que
escuche".
COMENTARIO
Todas las promesas se han realizado en
Jesucristo. El Adviento nos prepara para
recibir a Jesús que hace realidad las promesas de Dios al pueblo de Israel. Y es un nuevo profeta, Juan Bautista, quien
prepara el camino al Señor. La acción de
Dios estará orientada a liberar al hombre de su esclavitud de pecado, a
conseguir que florezca la justicia y la paz para los más necesitados, a ofrecer
"la fuente de agua que hace brotar vida eterna. El Adviento ha de empujarnos a preparar la
venida de Jesús para que su presencia cambie y haga fértiles nuestras vidas.
ORACIÓN
Por los hombres sedientos de justicia y dignidad,
te pedimos: haznos unos apasionados de la justicia y del amor. Por los pueblos aplastados por la opresión,
te pedimos: difunde en nuestros corazones la violencia de la verdad. Por los profetas que liberan el combate de la
esperanza te pedimos: aumenta cada día en ellos la fe. Por los que queremos escuchar tu palabra te
pedimos: danos oídos de fe. Por los
hombres aplastados por el peso de la miseria, ven Jesús dulce y humilde de
corazón. Por los hombres desanimados por
el peso de la ley, ven Mesías de los sencillos.
Por los hombres alejados de Dios por despecho y hastío, ven Jesús rostro
del Padre. Por tu bondad ‘Ven Señor
Jesús’.
2ª Semana de Adviento.
Viernes, 11 de diciembre de 2020.
Del
Evangelio de san Mateo 11,16-19.-
“No escuchan ni a
Juan ni al Hijo del hombre”.
Dijo Jesús a la gente: -"¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza,
que gritan a otros: ‘Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado
lamentaciones, y no habéis llorado’. Porque
vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Tiene un demonio’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y
dicen: ‘Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero los hechos dan razón a la sabiduría de
Dios".
COMENTARIO
Las gentes no sintonizan con los mensajes que
Jesús les ofrece. Sin embargo, Jesús
cada día nos hace una invitación a vivir la alegría o superar la tristeza, y
vivir la salvación. El gran
acontecimiento de la vida de Jesús es que murió y resucitó, haciendo firme su
mensaje de salvación. El Adviento debe
ayudarnos a comprender que tenemos que sintonizar con Jesús. Pidamos que el Señor nos ayude a vivir un
Adviento "cristiano".
ORACIÓN
Preparar el Adviento es acoger a Jesús que viene,
es caminar, acoger la luz que se nos ofrece en las personas y acontecimientos
de la vida; es ser buena noticia es sobre todo confiar. Preparar el Adviento es saber que llegas
Señor, saber que vienes, es tener una disposición en el corazón para decir sí a
tus proyectos, es ver lo positivo de la vida; es interpretar los
acontecimientos de cada día desde la sabiduría de la fe. No permita Señor que ande buscando los lados
oscuros de cada cosa haz que sepa ver y colaborar con todo el bien que hay a mi
alrededor. Preparar el Adviento es
acoger a Jesús que viene.
2ª Semana de Adviento.
Sábado,
12 de diciembre de
2020.
Del
Evangelio de san Mateo 17,10-13.-
“Elías
ya ha venido y no lo reconocieron”.
Los discípulos preguntaron a Jesús: -"¿Por
qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?". Él les contestó: -"Elías vendrá y lo
renovará todo. Pero os digo que Elías ya
ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a
manos de ellos". Entonces
entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.
COMENTARIO
Era creencia popular que volvería el profeta
Elías a preparar el camino del Mesías. Aparece
Juan que presenta las mismas características del profeta Elías. Pero la gente no conoció al bautista como el
nuevo Elías y tampoco descubrió en Jesús al Mesías prometido. Si el Bautista murió en el cumplimiento de su
misión, a Jesús no le espera una suerte distinta, pues el martirio forma parte
del ministerio profético. Pidamos al
Señor en este Adviento que nos ayude a recibirle como Salvador.
ORACIÓN
Dios bondadoso que la venida de tu hijo ahuyente
las tinieblas del pecado y nos manifieste como hijos de la luz. Cuando vengas Señor que sepamos reconocerte
como el Salvador y que sepamos tratarte como lo que eres: el Hijo de Dios. Que nuestros antojos no oscurezcan nuestra
mirada de fe. Cuando vengas Señor
amanecerá en nuestros corazones el resplandor de tu gloria. Cuando vengas Señor concédenos un favor que
sepamos acogerte con alma limpia y corazón generoso. Amén.