«Las diez plagas sobre Egipto»
Normalmente, esta intervención de Dios cómo otras tanta de la Biblia, especialmente en el A.T. nos muestra el poder de Dios, siendo capaz de producir mucho dolor y muerte, pero no más que el que los egipcios y el faraón como cabeza visible de Egipto estaba ocasionando a su pueblo.
Son muchos los textos del A.T. en que se ven las muchas crueldades que Dios provocaba en los enemigos de su Pueblo, como también, son muchos sus silencios ante las atrocidades que su pueblo y otros de la tierra provocan en sus congéneres por multitud de causa de manera inconcebible.
En la actualidad estas causas que ciertamente son rechazables, son utilizadas por no creyentes para atacar a las religiones, en especial a las cristianas, ya por personas doctas o no, lo cual demuestra el grado de desconocimiento que tenemos sobre Dios y sobre si esos hechos son ciertos o son señalados por personas o religiones, yo mismo cuando se producen las tragedias que desangran los pueblos y las personas, me pregunto ¿Señor porque callas ante tantas muertes? Naturalmente no recibo respuesta, no puedo comprenderlo, pero Dios no puede ser responsable de ello, como podemos ver, por ejemplo: las matanzas que los israelitas han realizados de los distintos pueblos por los que pasaron, desde su llegada a la “Tierra prometida”, y en la Biblia tenemos constancia de la multitud de pueblos que masacrados desde que entraron en Jericó. Cómo también la multitud de víctimas que provocaron los cristianos durante las “cruzadas y la inquisición”, o “las guerras santas” de los radicales musulmanes. Dios fue al que todas esas barbaridades se le adjudicaron y se le adjudican para su causa.
Una de esas matanzas que se le adjudica a Dios y muy conocida por todos fue las diez plagas de Egipto, las cuales se producen en un contexto hipotético de lucha entre el Dios de los judíos y los dioses egipcios, debido a las injusticias que recibían el pueblo judío por parte de los egipcios. Dos poderes, el del Dios de Abrahán de Isaac y de Jacob, contra los dioses egipcios.
Son muchos los textos del A.T. en que se ven las muchas crueldades que Dios provocaba en los enemigos de su Pueblo, como también, son muchos sus silencios ante las atrocidades que su pueblo y otros de la tierra provocan en sus congéneres por multitud de causa de manera inconcebible.
En la actualidad estas causas que ciertamente son rechazables, son utilizadas por no creyentes para atacar a las religiones, en especial a las cristianas, ya por personas doctas o no, lo cual demuestra el grado de desconocimiento que tenemos sobre Dios y sobre si esos hechos son ciertos o son señalados por personas o religiones, yo mismo cuando se producen las tragedias que desangran los pueblos y las personas, me pregunto ¿Señor porque callas ante tantas muertes? Naturalmente no recibo respuesta, no puedo comprenderlo, pero Dios no puede ser responsable de ello, como podemos ver, por ejemplo: las matanzas que los israelitas han realizados de los distintos pueblos por los que pasaron, desde su llegada a la “Tierra prometida”, y en la Biblia tenemos constancia de la multitud de pueblos que masacrados desde que entraron en Jericó. Cómo también la multitud de víctimas que provocaron los cristianos durante las “cruzadas y la inquisición”, o “las guerras santas” de los radicales musulmanes. Dios fue al que todas esas barbaridades se le adjudicaron y se le adjudican para su causa.
Una de esas matanzas que se le adjudica a Dios y muy conocida por todos fue las diez plagas de Egipto, las cuales se producen en un contexto hipotético de lucha entre el Dios de los judíos y los dioses egipcios, debido a las injusticias que recibían el pueblo judío por parte de los egipcios. Dos poderes, el del Dios de Abrahán de Isaac y de Jacob, contra los dioses egipcios.
Esta lucha tiene un preámbulo en el que se presentan los enviados de Yahveh, Moisés y Aarón le dijeron al faraón: ‘Mi Dios te ordena que dejes salir a los judíos de Egipto’, ante la negativa del faraón, Moisés arrojó al suelo su callado y al caer este al suelo se convirtió en una serpiente, dos de los sacerdotes del faraón arrojaron también sus bastones, los cuales, para satisfacción del faraón se convirtieron en dos serpientes, más la serpiente del bastón de Moisés se comió a las dos serpientes de los sacerdotes, estas dos recientes representan a los dos reinos egipcios, el del alto Nilo, y el del bajo Nilo, con lo cual Yahveh el Dios hebreo había vencido a los dioses de Egipto.
Naturalmente, como ya sabemos el faraón egipcio no aceptó dejar en libertad al pueblo judío, con lo que, entra en juego de nuevo Yahveh en la lucha contra los dioses egipcios enviando una serie de plagas a Egipto, más en concreto a los egipcios, porque ninguna de ellas afectó al pueblo judío:
¿Podemos decir que Dios, Yahveh es un Dios cruel, o está poniendo en evidencia a los falsos dioses que había en Egipto?
José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza‑marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».