![[hoac.gif]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi57eIBFXzs_BDh8WyxtvXfUtu7I86gHamk2H0f4g2lVr8AcOBjpmR57o9XJPYG9BwetumaoIsfIXLnPvNe-He4JJTV6I5VIJnH7_dY6neu0mctStpki4aWpXrJHLbVBI_-9P7j9YgSQY3y/s1600/hoac.gif)
«así lo vemos»
Quieren que los trabajadores y los más pobres paguemos la abultada factura de la crisis creada por especuladores y avariciosos sin escrúpulos.
El plan de ajuste de Zapatero -que Rajoy venía pidiendo desde hace tiempo aunque se desmarque de él en algunos puntos-, viene impuesto por la lógica económica que gobierna la sociedad, eso que se ha dado en llamar «los mercados».
Pero desde el humanismo cristiano, resultan medidas del todo injustas, puesto que obligan a los más débiles a cargar sobre sus hombros nuevos sacrificios y dejan sin castigo a los ladrones de guante blanco, las grandes fortunas improductivas, las empresas antisociales…
La economía debe estar al servicio del hombre, el crecimiento económico no puede ser el objetivo sino el desarrollo integral y la cohesión social, las ansias de poder han de dejar paso al servicio a los más desfavorecidos.
Es el camino para construir una sociedad más humana, es el nuevo rumbo que Dios nos propone y la conversión personal y comunitaria que Jesús espera de nosotros.
El plan de ajuste de Zapatero -que Rajoy venía pidiendo desde hace tiempo aunque se desmarque de él en algunos puntos-, viene impuesto por la lógica económica que gobierna la sociedad, eso que se ha dado en llamar «los mercados».
Pero desde el humanismo cristiano, resultan medidas del todo injustas, puesto que obligan a los más débiles a cargar sobre sus hombros nuevos sacrificios y dejan sin castigo a los ladrones de guante blanco, las grandes fortunas improductivas, las empresas antisociales…
La economía debe estar al servicio del hombre, el crecimiento económico no puede ser el objetivo sino el desarrollo integral y la cohesión social, las ansias de poder han de dejar paso al servicio a los más desfavorecidos.
Es el camino para construir una sociedad más humana, es el nuevo rumbo que Dios nos propone y la conversión personal y comunitaria que Jesús espera de nosotros.
