33º Domingo TO • 14 noviembre 2021
Desde esa realidad
oramos esta semana.
Un abrazo en Cristo obrero.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
El último informe Foessa de 2019, así como el Informe Análisis y Perspectivas, de Cáritas, en este año, ponen de manifiesto situaciones
vitales y cifras que, por esperadas, no dejan de conmovernos las entrañas:
Solo el 41,9% de los hogares disfrutan de una situación en la
que no sufren ningún rasgo indicativo de la exclusión.
El espacio de la exclusión en su conjunto afecta a casi 4
millones de hogares. Cerca de 11
millones de personas se encuentran en el espacio de la exclusión y ven
afectadas sus condiciones de vida y, con ello, su capacidad para participar en
la sociedad.
En la exclusión severa se sitúa a un grupo, que por primera vez
supera los 6 millones de personas.
Más de 3 millones de personas siguen sin trabajo hoy.
Esta es la realidad sangrante de nuestro mundo más cercano.
San Marcos 13,24-32.
«Mis palabras no pasarán».
Mi
proyecto de vida
es la expresión de ese
sueño compartido
del que formo parte.
¿Qué prácticas
de esperanza,
de comunión,
de fraternidad,
puedo ir viviendo,
o necesito
que crezcan
en mi vida?.
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«ORAR CON LA IGLESIA»
33ª Semana del
Tiempo Ordinario (Ciclo
‘B’)
Del 14 al 20 de noviembre de 2021.
Domingo 33º del Tiempo Ordinario.
JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES.
San José Pignatelli, Restaurador de los Jesuitas.
14 de noviembre de 2021.
Cercano ya el fin del año litúrgico, el tema fundamental de este
domingo es la segunda venida del Hijo del hombre, con gran poder y majestad al
fin de los tiempos. Volverá para reunir
a sus elegidos de todo el mundo y salvarlos de la gran tribulación de los
últimos días (Ev.). Ya el profeta Daniel
anunció la resurrección de los muertos, unos para vida perpetua, otros para
ignominia perpetua (1 lect.). Hoy hay,
pues, una llamada a vivir responsablemente nuestra vida cristiana, ya que no
sabemos ni el día ni la hora en que volverá el Señor. Mientras tanto hemos de confiar en él, llenos
de esperanza: «Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu
presencia, de alegría perpetua a tu derecha» (sal. resp.).
- Dan 12,1-3. Entonces
se salvará tu pueblo.
- Salmo 15. R/.
Protégeme, Dios mío, que me
refugio en Ti.
- Heb 10,11-14.18.
Con una sola ofrenda ha
perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados.
Del Evangelio de san
Marcos 13,24-32.
“Reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos”.
Dijo Jesús: -"En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán".
COMENTARIO
Las imágenes empleadas en el Evangelio para manifestarnos la "venida del Hijo del Hombre", describen las grandes intervenciones de Dios. Se subrayada, el triunfo definitivo del Hijo del Hombre que implica el triunfo de todos los que le han permanecido fieles en la tribulación. La certeza de "la venida del Hijo del Hombre", se basa en la palabra infalible de Jesús. Es un hecho sobre el que no cabe hacer previsiones y cálculos, pero que en cierto modo está siempre cercano y exige una actitud de vigilancia constante y responsable.
ORACIÓN
Señor vivimos en un mundo lleno de sufrimiento y tribulación; transfórmalo con tu venida en reino de paz y la felicidad. Fortalece nuestra fe en tu venida; y garantízanos que la justicia y la paz se impondrán al sufrimiento y al dolor. Que por tu misericordia participemos, Cristo Jesús, de tu triunfo. Que la angustia del parto de un mundo nuevo nos haga vivir en fidelidad a la palabra de Cristo, que es palabra de vida y salvación. Amén.
Lunes de la 33ª Semana T. Ordinario.
San Alberto
Magno, obispo y doctor de la Iglesia.
15 de noviembre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 18,35-43.
“¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra ve”.
Un ciego al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello; y le explicaron: -“Pasa Jesús Nazareno”. Entonces gritó: -"¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: -"¡Hijo de David, ten compasión de mí!". Jesús se paró, mandó que se lo trajeran y le preguntó: -"¿Qué quieres que haga por ti?". Él dijo: -"Señor, que vea otra vez". Jesús le contestó: -"Recobra la vista, tu fe te ha curado". En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
COMENTARIO
En el mundo de hoy hay muchos que han roto sus relaciones con “el Dios de su infancia”, sin hacer la oración del ciego y se han quedado vacíos de vida religiosa; otros, en sus dudas o en su búsqueda, han hecho la oración del ciego y viven la nueva experiencia de creer en un Dios cercano que nos llena de paz en nuestras luchas diarias. Quien se atreve a gritar al Señor, como lo hizo el ciego de Jericó, aunque haya abandonado las prácticas religiosas y las creencias que guardaba en su corazón, alcanzará nuevamente la luz de Dios. Hoy se nos ofrece una solución como luz para nuestra ceguera, para nuestras vacilaciones, para nuestras dudas, para nuestras limitaciones. Gritar a Jesús y decirle: ¡Maestro, que vea!
ORACIÓN
Señor, Tú que eres la luz verdadera que alumbra a todo hombre-mujer que vive en tinieblas" ¡ten compasión de mí!". Señor de quien me he alejado por los avatares de la vida, por la desidia de mi conducta, porque me he dejado llevar por la rutina y la comodidad del bienestar: Que vea otra vez con la luz de la fe que Tú eres el Mesías, mi Salvador. Señor que pasas cercano a mi vida en el hermano/a que me tiende una mano y en la luz interior del Espíritu: Ten compasión de mí. Señor, ten compasión de mí, que vea otra vez.
Martes de la 33ª Semana T. Ordinario.
Santa Gertrudis Magna, Virgen, Mística benedictina.
Santa Margarita de Escocia.
16 de noviembre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 19,1-10.
“El Hijo
del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.
Jesús,
al llegar a Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre llamado Zaqueo subido en
una higuera y le dijo: -"Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que
alojarme en tu casa". Zaqueo bajó
muy alegre, se puso en pie, y dijo al Señor: -"Mira, la mitad de mis
bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le
restituiré cuatro veces más". Jesús
le contestó: -"Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo
de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha
venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".
COMENTARIO
El
Señor llena de sosiego y paz a quien abre las puertas de su vida y a quien le
acoge en su casa, como lo hizo Zaqueo. Porque
Jesús ha venido a salvar lo que estaba perdido y a dar paz a quienes carecen de
ella. En medio de nuestros problemas
(personales, ambientales, sociales, familiares) es necesario facilitar el
encuentro con Jesús. Su presencia
ofrecerá luz a nuestras preocupaciones y perdón a nuestros pecados. Jesús se hospeda y se queda en los corazones
y en familias en las que hay amor, fraternidad, paz; aunque haya también
problemas, como los que tenía Zaqueo.
ORACIÓN
Coraje, Señor, dame coraje para buscarte por los caminos de la vida. Coraje, Señor, dame coraje para dar un vuelco a mi vida y restituir a mis hermanos justicia, comprensión. Dame la alegría de poder recibirte en mi casa, dame la alegría de escuchar de tus labios: "Hoy ha sido la salvación de esta casa". Que hoy comprenda Señor que has venido a salvarme, que me buscas porque me amas. Que hoy viva Señor la audacia de la fe. Dame Señor la alegría de poder recibirte en mi casa.
Miércoles de la 33ª
Semana T. Ordinario.
Santa Isabel de Hungría, Viuda, Franciscana.
17 de noviembre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 19,11-28.
“¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?”.
Dijo
Jesús: -"Un hombre llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas
de oro, diciéndoles: Negociad mientras vuelvo.
Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes
había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: Señor, tu onza
ha producido diez. Él le contestó: Muy
bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás
autoridad sobre diez ciudades".
COMENTARIO
Jesús
nos dice que, quien haya trabajado activamente los dones recibidos; quienes
hayan sido diligentes con los regalos de Dios, entrarán a compartir la alegría
del Reino. Pero quienes hayan sido
negligentes y perezosos, quedarán excluidos de la fiesta. El Señor no exige frutos iguales a todos
porque los dones de cada uno tampoco son iguales. Pero sí exige a todos la misma laboriosidad,
la misma atención y el mismo esfuerzo, porque el Reino de Dios no es para los
ociosos, conformistas o perezosos. Que
en la venida del “día del Señor”, le podamos ofrecer, gozosamente, nuestras
manos llenas de buenos frutos.
ORACIÓN
Señor que haga fructificar la inteligencia que me has dado para pensar, el corazón que me diste para amar, los bienes materiales que me otorgaste para trabajarlos y disfrutarlos. Pero, sobre todo, que haga fructificar el Espíritu, la Palabra, el Reino, el Amor, el Perdón, la Buena Noticia, el “ser luz”, el “ser sal”... Pídenos cuentas de qué hemos hecho en dos mil años con el Evangelio, con la paz que nos trajiste, con la justicia que pides a nuestras vidas. Señor que haga fructificar tus dones.
Jueves de la 33ª Semana
T. Ordinario.
Dedicación de las basílicas de los
apóstoles San Pedro y San Pablo.
18 de
noviembre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 19,41-44.
“¡Si comprendieras lo que
conduce a la paz!”.
Al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: -"¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: Está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida".
COMENTARIO
ORACIÓN
Señor Jesús ¿Tendrías que llorar también por mí? Concédeme un favor: Que reconozca la oportunidad que me estás ofreciendo de Salvación, para que no tenga que lamentarme de esta oportunidad perdida. Que reconozca los gestos de tu amor, los detalles de tu ternura, los esfuerzos que haces por abrazarme y concederme tu perdón. Que no haga imposible en mi vida tu acción misericordiosa.
Viernes de la 33ª Semana T. Ordinario.
San Máximo de
Cesarea, Mártir.
19 de noviembre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 19,45-48.
“Habéis convertido la casa de
Dios una «cueva de bandidos»”.
Entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: -“Escrito está: Mi casa es casa de oración; pero vosotros la habéis convertido en una cueva de bandidos”. Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
COMENTARIO
Un templo, una Iglesia es un edificio destinado al culto. Recibe una consagración que le convierte en lugar sagrado, santo, destinado al culto y excluido de otros usos profanos. Usarlo para otros fines se llama profanación. El templo de Jerusalén aglutinaba los afanes religiosos convirtiéndose en punto central del encuentro de los creyentes para celebrar allí los actos de culto: Peregrinación anual, servicio religioso, alabanza, lectura de la palabra de Dios... La conversión del templo en plaza de mercado y en oficinas de cambio provocó la indignación de Jesús. La casa del Padre es casa de oración, que es comunicación con el Padre para renovación espiritual de la comunidad de los creyentes.
ORACIÓN
Señor que no convierta tu casa en un mercado, que tu casa sea un lugar de encuentro, un lugar de paz, que tu casa sea para mí el hogar, el lugar de mi libertad y mi descanso, el lugar del diálogo contigo y del encuentro con los hermanos. Tú Señor, haces en nosotros tu morada, construida sobre tu palabra, afianzada en la Eucaristía, consolidada por tu gracia. Dios, nuestra roca, nuestra salvación, conságranos por la fuerza del espíritu: Nosotros seremos el templo elevado en alabanza de tu nombre en este siglo y por los siglos venideros. Amen. Señor que la casa del Padre la respete siempre como lo que es: Casa de oración.
Sábado de la 33ª Semana T. Ordinario.
San Félix de
Valois, fundador de la Orden de
la Santísima Trinidad para la Redención de los Cautivos.
20 de noviembre de 2021.
Del Evangelio de san
Lucas 20,27-40.
“No es Dios de muertos, sino de vivos”.
Jesús les dijo: -"En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos".
COMENTARIO
La vida futura no es simplemente prolongación de la presente, como si se tratara de un paraíso terrenal al estilo del anunciado por Mahoma o del servicio a domicilio por las sectas. La vida después de la resurrección es una vida nueva con un cuerpo distinto del que se puede contemplar aquí ante un espejo. A la muerte sucede, como una herencia, la plenitud de la vida en Dios. Para el no creyente todo se juzga desde esta vida o desde la muerte; para el creyente todo se juzga desde una vida diferente, la vida de Dios. Tú fe no puede ser fe en un Dios de muertos, sino de vivos.
ORACIÓN
Oh Dios esperanza nuestra, abre nuestros ojos y nuestros corazones más allá de las preocupaciones y las limitaciones de lo cotidiano y haznos reconocer en Jesús la fuente de la vida, desde ahora y por todos los siglos. Señor dueño del tiempo y de la historia tu reino no es de este mundo tu reino es un reino de Vida, amor justicia y paz. Dios de los vivientes te damos las gracias porque tú nos llamas a la vida sin fin. Acrecienta mi fe Señor para que crea en la Resurrección; crea con más fuerza en la vida futura, para que crea que Tú eres el Dios de la vida. Acrecienta mi fe Señor para que crea con fe viva en la Resurrección.