Natividad del Señor
22 DICIEMBRE 2023 | POR JORGE HERNÁNDEZ
Navidad, la gran fiesta
del Hijo de Dios,
que ha aparecido
en nuestra carne:
la fiesta en que el cielo
se abaja hasta la tierra
con una inefable gracia
y benevolencia
es también el día
en que la cristiandad
y la humanidad,
ante el pesebre,
contemplando
«la benignidad y humanidad
de Dios nuestro Salvador»,
adquieren conciencia íntima
de la estrecha unión que Dios
ha establecido entre ellas
(OC de Rovirosa III pág. 528).
Del evangelio según
san Juan 1,1-18:
«La Palabra se hizo carne
y habitó
entre nosotros y nosotras».
Y
su vulnerabilidad
era tan grande
en aquel momento
como lo es ahora,
entre luces espectaculares, cenas,
compras, papá noeles, reyes,
escaparates que nos secuestran
el tiempo, villancicos…
sigue siendo vulnerable,
no reclama la atención,
no pide nada;
solo espera que de nuestra contemplación
arda su fuego en nuestras entrañas,
«sintamos con Él»
la pasión por la humanidad concreta
que se nos encomienda
y aprendamos que la encarnación
también tiene que ser nuestra pasión.
Lo más difícil en este tiempo
es tener un espacio
para la contemplación;
pero «liberemos» tiempo
para contemplar el belén,
busquemos un lugar
entre sus figuras
y sintamos el aroma del ambiente,
los sonidos y dejémonos invadir
por su sencillez y volvamos a leer,
despacio, este prólogo
de Juan.
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«ORAR CON LA IGLESIA»
TIEMPO
DE NAVIDAD (Ciclo ‘B’) Octava (1ª Semana)
Del 25 al 30 de diciembre de 2023.
TIEMPO DE NAVIDAD (Ciclo ‘B’)
NATIVIDAD DEL SEÑOR
25 de diciembre de 2023 (Lunes).
Este
gran himno inspirado que nos presenta el Evangelio nos habla del verdadero
origen de Jesús. Él es la manifestación
del reinado de Dios que llega a los confines de la tierra. Es el «Verbo», la palabra de Dios que actúa,
que salva. De él proviene todo y por eso
él es la verdadera tienda del encuentro que acampó entre nosotros, es el templo
de Dios en nuestro mundo. Y podemos entrar
en este templo para conocernos mejor. Somos
hijos a través del Hijo que se ha hecho uno de nosotros, de nuestra carne. Jesús es así nuestro hermano mayor que está
desde siempre junto al Padre y nos tiene junto a él en su designio de amor.
Del Evangelio según
san Juan 1,1-18.
“La Palabra se
hizo carne y acampó entre nosotros”.
En principio ya existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. En la Palabra había vida, y la vida era la
luz de los hombres. Vino a su casa, y
los suyos no la recibieron. Pero a
cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su
nombre. Éstos no han nacido de sangre,
ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre
nosotros.
COMENTARIO
El Salvador nace en Belén. Y la Palabra de Dios nos invita a vivir con
gozo este acontecimiento. El Salvador de
la humanidad será, simplemente, un niño, hijo de la joven María y del
carpintero José. Pero será el Hijo de
Dios que traerá consigo la paz para los hombres de buena voluntad. El evangelista san Juan afirma que quienes le
reciben son hijos de Dios. Hoy podemos
cantar con razón: Gloria a Dios en las alturas porque hay más paz en muchos
corazones.
ORACIÓN
Te diré mi amor, rey mío, con una
mirada suave, te lo diré contemplando tu cuerpo nacido entre pajas, te lo diré
adorando tu carne; te lo diré con mis besos, te lo diré con el amor de tu Madre
y con la fe más profunda de que soy capaz: bendito seas porque has venido en
esta carne; bendito seas. Bendito seas
por venir a poner paz en tanta guerra, calor donde hay tanto frío, bendito seas
por venir a plantar el cielo en la tierra.
Bendito seas niño Dios por venir a salvarme bendito seas mi redentor. Por
tu nacimiento Jesús: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR,
Octava de Navidad (2º Día).
26 de diciembre de
2023
(Martes).
Fiesta
de san Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el
primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de
su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en
Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que
veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado
mientras oraba por los perseguidores (elog.
del Martirologio Romano).
Del Evangelio según san Mateo 10,17-22.
“No seréis vosotros los que habléis, sino el
Espíritu de vuestro Padre”.
Dijo Jesús a sus apóstoles: -“No os fieis de la
gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os
harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio
ante ellos y ante los gentiles. Cuando
os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su
momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que
habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
COMENTARIO
En el evangelio hemos leído palabras que nos
hablan de entregar, acusar, odiar, perseguir. Parece que este porvenir, que Cristo predice a
sus seguidores, suena mal al lado de los villancicos, que nos hablan de paz y
de alegría. La fidelidad a Cristo, una
fidelidad constante, puede traernos esas consecuencias. Así le ocurrió a san Esteban, el primer creyente que murió mártir por declarar que Jesucristo era
Dios. Tenemos que estar dispuestos a
aceptarlas y saber que el Espíritu Santo nos asistirá de un modo especial y que
"el que persevere hasta el final, se salvará". Saber esto es también un motivo de fiesta y
de alegría.
ORACIÓN
Señor Jesucristo, nacido en Belén, que concediste
a tu primer mártir Esteban seguir tu ejemplo. Concédenos que, como él, sepamos perdonar a
nuestros enemigos, y rogar por los que nos maltratan. Tú, glorioso mártir San Esteban que por proclamar tu amor a Cristo en la tierra te fuiste a
acompañarlo a Él en el cielo. Haz que seamos muchos, muchísimos los que con
nuestras palabras y buenas obras nos declaremos amigos y seguidores de Jesús en
esta vida y seamos sus compañeros en el gozo eterno del Paraíso. Amén.
San
Juan, Apóstol y Evangelista.
Octava de Navidad (3er. Día).
27 de diciembre de 2023 (Miércoles).
Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista, hijo de Zebedeo, que
junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y
de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como
madre. En su evangelio y en otros
escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo
encarnado y anunciando lo que vio (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Juan 20,1a.2-8.
“El otro discípulo corría
más que Pedro; se adelantó y llegó
primero al sepulcro”.
El primer día de la semana, María
Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a
quien tanto quería Jesús, y les dijo: -"Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo han puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro
discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y,
asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y
entró en el sepulcro: Entonces entró también el otro discípulo, el que había
llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
COMENTARIO
Juan nos ayuda a profundizar en el
misterio de la Navidad y a la vez relaciona estrechamente a ese Niño recién
nacido con el Cristo que nos salva a través de su entrega pascual y su
resurrección. Juan condensa la teología
del Nacimiento de Cristo: La Palabra que era Dios, se ha hecho hombre… y, el
amor de Dios se nos ha manifestado para que tengamos comunión de vida con Él, y
la alegría sea plena. Juan es testigo
presencial de la muerte de Cristo, es también testigo del sepulcro vacío. Leer este pasaje en plena celebración
navideña nos ayuda a entender todo el misterio de Cristo. Navidad no es sólo la entrañable escena del
Niño, que nace adorado por pastores y magos.
Ese Niño es el que con su muerte pascual nos conseguirá la salvación y
la vida. La Navidad, cuando se
profundiza, nos lleva hasta la pascua.
ORACIÓN
Jesucristo testificado como Hijo de
Dios por Juan evangelista te adoramos y te bendecimos, porque Tú eres el Hijo
del hombre; te glorificamos porque Tú eres el Hijo de Dios nacido de María la
virgen. Que tu nacimiento nos lleve a la
Pascua eterna, a la resurrección. Que tu
nacimiento nos dé fuerza para encontrar la alegría y la paz más allá de la
muerte. Que te veamos como hombre y como
Dios y que viéndote creamos en Ti. Que
tu nacimiento sea en mí germen de vida nueva y resurrección. Que tu
nacimiento sea en mí germen de vida nueva y resurrección.
Los
Santos Inocentes, mártires,
Octava de Navidad (4º Día).
28 de diciembre de 2023 (Jueves).
Fiesta de los Santos Inocentes, mártires, niños que fueron
ejecutados en Belén de Judea por el impío rey Herodes, para que pereciera con
ellos el niño Jesús, a quien habían adorado los Magos. Fueron honrados como mártires desde los
primeros siglos de la Iglesia, primicia de todos los que habían de derramar su
sangre por Dios y el Cordero (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Mateo 2,13-18.
“Herodes mandó matar a todos los niños en Belén”.
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en
cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus
alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta
Jeremías: -"Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel
que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven".
COMENTARIO
Hoy la Navidad se tiñe de rojo. Al testimonio de Esteban y de Juan, hoy se
añade el de los niños inocentes de Belén.
Es la oposición de las tinieblas contra la luz, de la maldad contra el
bien. El amor de Dios se ha manifestado
en la Navidad. Pero el mal existe, y el
desamor de los hombres-mujeres ocasiona a lo largo de la historia escenas como
ésta y peores. El sacrificio de estos
niños inocentes y las lágrimas de sus madres se convierten en símbolo de tantas
personas que han sido injustamente tratadas por la maldad humana y han sufrido
y siguen sufriendo sin ninguna culpa. Como
los niños de Belén, también nosotros debemos dar testimonio de Dios con las
obras y la vida, más que con palabras bonitas.
ORACIÓN
Señor no más sangre inocente, no más sufrimiento
de los inocentes, no más muertes inocentes. No permitas Señor que sigamos haciéndonos los
distraídos ante tanto sufrimiento de gente inocente. Abre nuestros corazones para ver tu rostro en
el rostro de tantos niños, de tantos inocentes…
Escucha Señor el grito de tantas víctimas inocentes, víctimas de la
injusticia, del egoísmo, de la soberbia.
Que tanto sufrimiento inocente lo sepamos escuchar Señor, y que tú lo transformes
en sufrimiento redentor porque eres el redentor nacido en esta carne mortal. No permitas Señor que sigamos haciéndonos los
distraídos ante tanto sufrimiento de gente inocente.
Octava
de Navidad (5º Día).
Santo Tomás Becket, obispo y mártir,
29 de
diciembre de 2023 (Viernes).
Del Evangelio de san
Lucas 2,22-35.
“Luz
para alumbrar a las naciones”.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres;
Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: -"Ahora, Señor, según
tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a
quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y
gloria de tu pueblo Israel".
COMENTARIO
Simeón dice que Jesús producirá efectos
diferentes: Luz para unos y ceguera para otros.
Será un signo desigual. De su
aceptación o rechazo nacerán dos maneras de entender la vida, dos
comportamientos diferentes. No optar por
Él equivale a negarle; y seguirle es aceptarle con todas las
consecuencias. Simeón contemplando al
Niño interpreta el pasado, el presente y el futuro. Ese Niño es signo de contradicción, pero es
siempre es luz para los hombres-mujeres.
ORACIÓN
Tu Señor, enciende una luz nueva en el mundo para
guiar a todos los pueblos. Guíanos
Señor, abre nuestros ojos, para que podamos caminar en la claridad de tu hijo
Jesucristo. Virgen madre que conoces los
sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo ayuda a tus hijos en
las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno, y que las tinieblas del
pecado no prevalezcan sobre la luz. Que
podamos presentarnos ante Ti purificados y limpios y que tu luz salvadora
ilumine todas nuestras vidas. Que mis ojos Señor iluminados por la fe vean a tu
Salvador.
Octava de Navidad (6º Día).
Santa
Judit
30 de diciembre de 2023 (Sábado).
Del Evangelio de san Lucas 2,36-40.
“Hablaba del niño a todos los que aguardaban la
liberación de Jerusalén”.
Ana era una mujer muy anciana; no se apartaba del
templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a
Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando los padres de Jesús cumplieron todo
lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de
Nazaret. El niño iba creciendo y
robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
COMENTARIO
La alegría que le produjo a Ana reconocer al
Salvador en brazos de Simeón, le hizo prorrumpir en una fervorosa acción de
gracias y hablar de Jesucristo "a todos los que esperaban la liberación de
Israel". Nuestro gozo de
encontrarnos con Cristo debe producir en nosotros esos mismos sentimientos:
agradecimiento a Dios y comunicar a otros nuestra fe. El mundo necesita de hombres y mujeres que
anuncien la llegada del Reino de Dios.
ORACIÓN
Señor Jesús, visita mi casa, mi familia: Tú que
eres el Salvador; habla con cada uno de nosotros; fortalécenos en tu amor,
danos tu alegría y tu esperanza, ayúdanos a ser fíeles sirviendo a Dios cada
día. Que tu nacimiento nos ilusione de
nuevo y nos renueve, que nos levante la mirada más allá de nosotros mismos; que
nos haga ver lo bueno que hay en los demás; que nos dé perspectiva de futuro
siempre abierto por el corazón del Padre Dios.
LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN
1.
Hago silencio, exterior e interior.
Estoy
en la presencia del Señor:
Contemplo
a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.
2.
Petición:
«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la
fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en
tu claridad. Por Jesucristo, tu Hijo,
nuestro Señor».
3.
Palabra de Dios:
Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en
comunión con toda la Iglesia. Me fijo
bien en todos los detalles.
4.
Ante la Palabra
leída:
Ø ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).
Ø ¿Qué me dice a mí personalmente? (Meditación).
Ø Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).
Ø ¡Quiero identificarme contigo, Señor!. ¿Qué hacer?.
(Contemplación,
iluminación de mi vida concreta).
5.
Oración:
Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta
al texto evangélico. Al final puede
añadirse la siguiente:
«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de
oración; y por la luz y la fuerza que me has dado. Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo
siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».