Me ha parecido muy interesante, porque expresa sentimientos y aspiraciones en estos tiempos "líquidos" que nos ha tocado vivir.
Un abrazo.
Paco González.
El seguimiento de Jesús
Vivimos en un mundo que ha perdido las seguridades, y, en ocasiones, las esperanzas. Los asesinos de esperanzas tienen siempre la pistola a punto. Sus balas son medias verdades, mentiras, calumnias, hipocresías, sonrisas perversas, promesas y más promesas que nunca cumplirán.
La existencia es tan efímera, volátil, frágil, insegura, que no acabamos de centrarnos (en el sentido sicológico del término). El pensamiento líquido (Bauman) se ha impuesto: pocas cosas firmes existen, ni siquiera el amor como fuente inagotable de paz y serenidad. Hasta él está tocado; en estos tiempos enfermizos donde la ternura al no cotizar en bolsa se convierte en un producto, otro, desechable. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué conservar del pasado -siempre hay algo positivo- que no nos convierta en fundamentalistas de un orden inexistente? ¿Cómo combinar modernidad y valores de siempre? ¿El concepto libertad sigue siendo válido o hay que profundizar en su auténtica dimensión?
Complicado equilibrio, aunque imprescindible, necesario. ¿Y si pensamos algo más en quienes nos rodean que en nosotros mismos? ¿Se resentirá nuestra egolatría? ¿Nos sentiremos débiles, fracasados, asustados, como quieren que nos sintamos los buitres que manejan la economía mundial y nacional? El pertenecernos los unos a los otros inspira temor y silencio; ha pasado a ser uno de los grandes temas tabúes de nuestra sociedad (Phillips y Taylor). Me parece que mirar la realidad con otros ojos es el único camino de liberación personal y colectiva. Egoísmo e individualismo lo justo para ir tirando. Generosidad la que necesiten aquellos que tienen muy poco. Son los olvidados del sistema en lo económico, pero también en el cariño, en la cercanía. Si cambiamos el principio del economicismo:
Primero Yo, Segundo Yo, Tercero Yo, lo que sobre, si queda algo, para los otros; por el principio:
-primero puedo ser yo con mis pensamientos, sentimientos, cualidades y defectos en su sitio, descubriendo que la vida es más vida cuando la compartimos con otros seres humanos, (aún más si no tienen a nadie o están siendo ignorados por quienes aman) habremos dado un salto hacia una sociedad que valora la ética profunda. Escribió Séneca: “ Nadie tiene una vida feliz si lo vuelca todo en sus fines personales. Vive para los demás, si quieres vivir para ti”.
Señor, contigo nos sentimos fuertes para luchar por un mundo diferente en que el ser humano, y no el dinero, sea el centro de cualquier acción. Lo cual non nos impide cansarnos. Estamos cansados de ver a tu Iglesia oficial, salvo al Papa, dando un falso testimonio de tu Mensaje. Cansados de tantos pastores mediocres, de tantas tradiciones que no provocan la fe comprometida de tus seguidores, cansados de tantas injusticias.
Pero aquí estamos, convocados por Ti, por tus palabras. Queremos seguirte por encima de nuestras propias contradicciones. “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados…” Seguirte por la fuerza de tu Mensaje: “Porque tuve hambre y me distéis de comer, tuve sed y me distéis de beber, fui forastero y me acogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y fuisteis a verme” (Mt 25,37-39)
Un abrazo.
Paco González.
El seguimiento de Jesús
Vivimos en un mundo que ha perdido las seguridades, y, en ocasiones, las esperanzas. Los asesinos de esperanzas tienen siempre la pistola a punto. Sus balas son medias verdades, mentiras, calumnias, hipocresías, sonrisas perversas, promesas y más promesas que nunca cumplirán.
La existencia es tan efímera, volátil, frágil, insegura, que no acabamos de centrarnos (en el sentido sicológico del término). El pensamiento líquido (Bauman) se ha impuesto: pocas cosas firmes existen, ni siquiera el amor como fuente inagotable de paz y serenidad. Hasta él está tocado; en estos tiempos enfermizos donde la ternura al no cotizar en bolsa se convierte en un producto, otro, desechable. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué conservar del pasado -siempre hay algo positivo- que no nos convierta en fundamentalistas de un orden inexistente? ¿Cómo combinar modernidad y valores de siempre? ¿El concepto libertad sigue siendo válido o hay que profundizar en su auténtica dimensión?
Complicado equilibrio, aunque imprescindible, necesario. ¿Y si pensamos algo más en quienes nos rodean que en nosotros mismos? ¿Se resentirá nuestra egolatría? ¿Nos sentiremos débiles, fracasados, asustados, como quieren que nos sintamos los buitres que manejan la economía mundial y nacional? El pertenecernos los unos a los otros inspira temor y silencio; ha pasado a ser uno de los grandes temas tabúes de nuestra sociedad (Phillips y Taylor). Me parece que mirar la realidad con otros ojos es el único camino de liberación personal y colectiva. Egoísmo e individualismo lo justo para ir tirando. Generosidad la que necesiten aquellos que tienen muy poco. Son los olvidados del sistema en lo económico, pero también en el cariño, en la cercanía. Si cambiamos el principio del economicismo:
Primero Yo, Segundo Yo, Tercero Yo, lo que sobre, si queda algo, para los otros; por el principio:
-primero puedo ser yo con mis pensamientos, sentimientos, cualidades y defectos en su sitio, descubriendo que la vida es más vida cuando la compartimos con otros seres humanos, (aún más si no tienen a nadie o están siendo ignorados por quienes aman) habremos dado un salto hacia una sociedad que valora la ética profunda. Escribió Séneca: “ Nadie tiene una vida feliz si lo vuelca todo en sus fines personales. Vive para los demás, si quieres vivir para ti”.
Señor, contigo nos sentimos fuertes para luchar por un mundo diferente en que el ser humano, y no el dinero, sea el centro de cualquier acción. Lo cual non nos impide cansarnos. Estamos cansados de ver a tu Iglesia oficial, salvo al Papa, dando un falso testimonio de tu Mensaje. Cansados de tantos pastores mediocres, de tantas tradiciones que no provocan la fe comprometida de tus seguidores, cansados de tantas injusticias.
Pero aquí estamos, convocados por Ti, por tus palabras. Queremos seguirte por encima de nuestras propias contradicciones. “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados…” Seguirte por la fuerza de tu Mensaje: “Porque tuve hambre y me distéis de comer, tuve sed y me distéis de beber, fui forastero y me acogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y fuisteis a verme” (Mt 25,37-39)
José Chamizo de la Rubia (Los Barrios, 1949), es sacerdote y Defensor del Pueblo Andaluz desde 1996 hasta mayo de 2013. Su labor en contra la drogodependencia, la marginación y la pobreza en el Campo de Gibraltar le hizo crear y dirigir durante años asociaciones y colectivos de lucha contra la droga.