1er. Domingo de Cuaresma (1 marzo 2020)
Queridas hermanas y hermanos:
Comenzamos el tiempo de Cuaresma
y el papa Francisco en su Mensaje
para este año, nos insiste:
«El Señor nos vuelve
a conceder este año
un tiempo propicio
para prepararnos
a celebrar con
el corazón renovado
el gran Misterio de la muerte
y resurrección de Jesús,
fundamento de la vida cristiana
personal y comunitaria.
Debemos volver
continuamente
a este Misterio,
con la mente y
con el corazón.
De hecho, este Misterio
no deja de crecer en nosotros
en la medida en que
nos dejamos involucrar
por su dinamismo
espiritual y lo abrazamos,
respondiendo de modo
libre y generoso».
El reconocimiento
de nuestra indigencia,
de nuestros límites,
de nuestro pecado,
es un reconocimiento
de cuánto nos hemos alejado
de nuestro hogar,
de nuestra fuente original,
de la raíz verdadera
de nuestro ser,
del amor de Dios.
Es un reconocimiento de que
no es igual huir egoístamente
de la casa paterna
–como el hijo pródigo–,
que abandonar la seguridad
de lo conocido para
ponernos en camino
–con toda la ausencia
de certezas y seguridades
que ello conlleva–
tras la llamada de Dios
a salir de nuestra tierra
(Gn 12,1-4).
Como dice nuestro
Consiliario General:
«Que esta Cuaresma sea
para toda la HOAC
un salir tras
la llamada de Dios
al encuentro con
los crucificados
del mundo obrero,
para caminar juntos
hacia la Vida».
Que nos ayude
el Orar en
el mundo obrero
que os enviamos.
Buena semana
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria
Comenzamos el tiempo de Cuaresma
y el papa Francisco en su Mensaje
para este año, nos insiste:
«El Señor nos vuelve
a conceder este año
un tiempo propicio
para prepararnos
a celebrar con
el corazón renovado
el gran Misterio de la muerte
y resurrección de Jesús,
fundamento de la vida cristiana
personal y comunitaria.
Debemos volver
continuamente
a este Misterio,
con la mente y
con el corazón.
De hecho, este Misterio
no deja de crecer en nosotros
en la medida en que
nos dejamos involucrar
por su dinamismo
espiritual y lo abrazamos,
respondiendo de modo
libre y generoso».
El reconocimiento
de nuestra indigencia,
de nuestros límites,
de nuestro pecado,
es un reconocimiento
de cuánto nos hemos alejado
de nuestro hogar,
de nuestra fuente original,
de la raíz verdadera
de nuestro ser,
del amor de Dios.
Es un reconocimiento de que
no es igual huir egoístamente
de la casa paterna
–como el hijo pródigo–,
que abandonar la seguridad
de lo conocido para
ponernos en camino
–con toda la ausencia
de certezas y seguridades
que ello conlleva–
tras la llamada de Dios
a salir de nuestra tierra
(Gn 12,1-4).
Como dice nuestro
Consiliario General:
«Que esta Cuaresma sea
para toda la HOAC
un salir tras
la llamada de Dios
al encuentro con
los crucificados
del mundo obrero,
para caminar juntos
hacia la Vida».
Que nos ayude
el Orar en
el mundo obrero
que os enviamos.
Buena semana
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria
San
Mateo 4,1-11.-
«Jesús ayuna durante
cuarenta días y es tentado».
«Jesús ayuna durante
cuarenta días y es tentado».
A la luz de este Evangelio,
me hago consciente del
camino recorrido en el amor,
pero también del que aún
me queda por recorrer
para ser perfecto,
como nuestro
Padre celestial
es perfecto.
Mi oración se hace
compromiso,
pasos vitales
en ese proceso
de santidad.
Concreto alguno en
mi proyecto de vida.
me hago consciente del
camino recorrido en el amor,
pero también del que aún
me queda por recorrer
para ser perfecto,
como nuestro
Padre celestial
es perfecto.
Mi oración se hace
compromiso,
pasos vitales
en ese proceso
de santidad.
Concreto alguno en
mi proyecto de vida.
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