Domingo de Resurrección • 17 de abril
¡¡Feliz y Gozosa Pascua de Resurrección!!
Tras lo aparente,
la vida irrumpe
con fuerza.
La esperanza
se arraiga en
la existencia.
Jesús está vivo
y nos sigue mostrando
cómo vivir y amar.
Acompañando la precariedad,
construyendo juntas
la comunidad de iguales
que creó Jesús, o desde
el testimonio de vida.
Tantos signos
de vida y comunión,
de otro mundo posible,
del Reino,
por los que
alabar a Dios
cada día,
y sentirnos
concernidos
en la tarea de
la fraternidad.
Me hago consciente
de esos signos que,
también, existen
en mi propia vida
y en la de quienes
me rodean.
¡¡Feliz y Gozosa Pascua de Resurrección!!
Del evangelio según
san Juan 20,1-9:
«Vio y creyó».
Es Pascua. Es el triunfo de la Vida, del Amor,
de la Fraternidad y la Comunión.
Es el cumplimiento de la más honda esperanza.
Es el tiempo de la certeza de que la Vida
es más fuerte que la muerte,
y de que Dios quiere la vida para todos;
la vida resucitada que nos gana Jesucristo.
Me
planteo cómo crecer
en la experiencia vital
de la Resurrección,
de modo que mi vida
sea transparencia
de esa presencia
del Resucitado
que necesitan
vivir y sentir
mis hermanas
y hermanos.
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«ORAR CON LA IGLESIA»
PASCUA
DE RESURRECCIÓN (Ciclo ‘C’)
OCTAVA
DE PASCUA
Del 17 al 23 de abril de 2022.
Domingo de Pascua de Resurrección.
Santa Catalina Tekawitha, virgen.
Patrona
de la Naturaleza y la Ecología.
17
de abril de 2022.
Este es el día en que actuó el Señor, la solemnidad de las
solemnidades y nuestra Pascua: La Resurrección de nuestro Salvador Jesucristo
según la carne (elog. del Martirologio Romano).
Creemos que Cristo ha resucitado de entre los muertos porque
aceptamos el testimonio de los apóstoles, que vieron el sepulcro vacío y
creyeron; que comieron y bebieron con Él, después de su resurrección;
testimonio que se nos transmite por la Iglesia a lo largo de los siglos (cf.
Ev. y 1 lect.). Ocurrió el primer día de
la semana que a partir de entonces es el día del Señor Resucitado, la piedra
que desecharon los arquitectos, que es ahora la piedra angular de la Iglesia
(cf. sal. resp.). Por la fe y el bautismo
hemos resucitado con Cristo, el verdadero Cordero que quitó el pecado del
mundo, que muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida
(Pf.). Por eso debemos buscar siempre
los bienes del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios (2 lect.).
- Hch 10,34a.37-43. Hemos
comido y bebido con él después de su resurrección
de entre los muertos.
- Salmo 117. R/. Este es
el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
- Col 3,1-4. Buscad
los bienes de allá arriba, donde está Cristo.
- Secuencia. Ofrezcan los cristianos.
Del Evangelio de san
Juan 20,1-9.
“Él había de resucitar de entre los muertos”
María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: -“Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Llegó el otro discípulo y Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la Escritura: Que Él había de resucitar de entre los muertos.
COMENTARIO
El camino que recorrieron los discípulos es el camino de la fe: Desde la inseguridad, la duda y la perplejidad, a la firmeza y proclamación de la fe: "Cristo ha resucitado". La fe en el resucitado ha de ser la fuerza que nos hace vivir la "vida nueva" de Cristo. Creer en Cristo resucitado es creer que Jesús camina con nosotros, los creyentes. Es colaborar en las tareas de la Comunidad cristiana. Es caminar por el mundo convencidos de que hemos sido llamados a vivir plenamente una vida nueva. El día de Pascua nos dice Jesús, ¡levántate, sal de tu sepulcro, vive, camina, como un hijo de Dios! ¡Aleluya!
ORACIÓN
Gracias Padre porque eres el autor
de la vida; gracias porque Cristo ha resucitado y vive entre nosotros. ¡Aleluya!. Ahora recordamos sus gestos
de amor y su entrega, recordamos que Él nos enseñó a vivir como personas y a
proclamar que Tú nos regalas la vida. Celebramos
su resurrección y esperamos por tu misericordia que un día podamos compartir su
vida nueva. Permítenos expresar nuestra
alegría diciéndote: ¡Gloria!, ¡Aleluya!.
¡¡Feliz pascua de resurrección!!
Lunes de la Octava de Pascua.
San Perfecto, presbítero y mártir.
18
de abril de 2022.
Del Evangelio de san
Mateo 28,8-15.
“Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: -"Alegraos". Ellas se acercaron, se postraron ante Él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: -"No tengáis miedo: Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán".
COMENTARIO
Primero fueron las mujeres. Después vinieron Pedro, Juan y los demás apóstoles. Y cuántas otras personas, a lo largo de la historia de la Iglesia, han dado testimonio de Cristo Jesús en la comunidad cristiana, en la familia, en la escuela, en los hospitales, en las misiones… Y ahora, nosotros recibimos el encargo de anunciar a Cristo Resucitado, único salvador de la humanidad. Nuestro testimonio será creíble si está convertido en vida. Porque la Resurrección de Jesús no es sólo noticia para creer, es una fuerza de vida que el Resucitado nos comunica a cada uno de nosotros.
ORACIÓN
Cantemos al Señor de tierra y cielo que ha vencido a la muerte en duro duelo. Cantemos a Jesús resucitado y a la lucha y a la fiesta nos invita. Cantemos a Jesús que es el más fuerte, que al amor no le puede ni la muerte. Cantemos y dancemos de alegría que ya pasó la noche y es de día. Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén. Aleluya.
Martes de la Octava de Pascua.
San Expedito, mártir.
San León IX, papa.
19
de abril de 2022.
Del Evangelio de san
Juan 20,11-18.
“He visto al Señor y ha dicho esto”.
Fuera,
junto al sepulcro, estaba María, llorando.
Da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: -"Mujer, ¿por qué
lloras?, ¿a quién buscas?". Ella,
tomándolo por el hortelano, le contesta: -"Señor, si tú te lo has llevado,
dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré". Jesús le dice: -"¡María!". Ella se vuelve y le dice: -"¡Rabboni!",
que significa: "¡Maestro!". Jesús
le dice: -"Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: -"Subo
al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro". María Magdalena fue y anunció a los
discípulos: -"He visto al Señor y ha dicho esto".
COMENTARIO
En
las diversas apariciones del Señor sus discípulos no le reconocen fácilmente: Unos
lo confunden con un caminante, otros con un fantasma y Magdalena con el
hortelano. El Resucitado no es
“experimentable” como antes: Está en una existencia nueva. Los que se encuentran con Él quedan llenos de
alegría y su vida cambia por completo. Magdalena
le reconoce cuando Jesús pronuncia su nombre: “María”. Es la experiencia personal de la fe. Ojalá que también nosotros, ante el
acontecimiento de la Pascua, tengamos un encuentro en la fe con Cristo y seamos
testigos creíbles de su resurrección.
ORACIÓN
Gracias Cristo Jesús porque has resucitado para nuestra salvación. Gracias porque seguimos conociendo tu voz. Porque te reconocemos al partir el pan. Gracias porque Tu presencia sigue dando ternura, compañía, humanidad; gracias porque nos das la vida del Espíritu. Que Tu resurrección Señor encienda una nueva luz en nuestras vidas; una confianza inaudita en Cristo; un amor incondicional a todo ser humano. Que Tu resurrección encienda la esperanza cierta de que un día resucitaremos contigo. Amén.
Miércoles de la Octava de Pascua.
Santa Inés de Montepulciano, virgen.
20
de abril de 2022.
Del Evangelio de san
Lucas 24,13-35.
“Lo reconocieron al partir el pan”
Dos discípulos de Jesús iban andando a Emaús; comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Ya cerca de la aldea donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: -"Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída". Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero Él desapareció. Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y contaron cómo lo habían reconocido al partir el pan.
COMENTARIO
Los discípulos de Emaús, no reconocen al caminante que se les junta. Siempre es difícil reconocer al Resucitado. Se ha desmoronado su fe. No creen en la resurrección. Pero ha sucedido algo decisivo: El Señor Jesús les ha salido al encuentro. Cristo Jesús sigue haciéndose presente a las generaciones siguientes. Y está presente en nuestras vidas en los tres grandes momentos en que los discípulos de Emaús le encontraron: En la fracción del pan, en la proclamación de su Palabra y en la Comunidad. Pidamos fe para decirle: Quédate con nosotros… y para reconocerle al partir el pan.
ORACIÓN
Señor, también yo marcho hoy por la vida como los discípulos de Emaús: Creyendo que en la vida todo es negro. Yo, y otros muchos como yo, nos decimos que esto no tiene salida, que no hay quién lo arregle, que nos hemos hecho demasiadas ilusiones, y la realidad es muy distinta… Señor creemos que nos has abandonado y nos vamos, cabizbajos, de retirada: "Porque ya no hay nada que hacer, porque ya todo está perdido…". Señor, sal hoy al camino y pasea conmigo levanta mi esperanza quédate a comer y calienta mi corazón, hazme sentir el fuego de tu presencia, parte el pan que me llene de la luz de tu resurrección.
Jueves de la Octava de Pascua.
San Anselmo de Canterbury,
obispo y doctor de la Iglesia.
21
de abril de 2022.
Del Evangelio de san
Lucas 24,35-48.
“Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará
de entre los muertos al tercer día”.
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: -"Paz a vosotros". Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: -"¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo". Dicho esto, les mostró las manos y los pies.
COMENTARIO
También nosotros podemos reconocer a Cristo en la fracción del pan eucarístico, en la Palabra bíblica y en la comunidad reunida. A nosotros que tantas veces andamos desconcertados el Señor se nos hace compañero de camino. Aunque no lo reconozcamos fácilmente. En más de una ocasión nos tendrá que decir: “¿por qué te alarmas? ¿por qué surgen dudas en tu interior?”. También nosotros necesitamos una catequesis especial que se nos abra el entendimiento, para captar el camino mesiánico de Jesús.
ORACIÓN
Quédate Señor, por favor, hoy quédate, que el camino es largo y ya se hace tarde. Quédate, para que desaparezcan las dudas que hay en mi interior. Quédate por favor que con tu palabra el corazón arde. Quédate, para que pueda palparte, para que me dé cuenta que no eres un fantasma. Por favor, hoy quédate, para que tenga la dicha de ver tus manos y tus pies. Quédate, por favor, para que escuche de tus labios paz. Hoy quédate a comer. Quédate para que vuelva a la comunidad y allí mi vida recupere la esperanza. Amén.
Viernes de la Octava de Pascua.
Santos
Cayo y Sotero, Papas y Mártires.
22
de abril de 2022.
Del Evangelio de san
Juan 21,1-14.
“Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado”.
Estaba
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús. Jesús les dice: -"Muchachos,
¿tenéis pescado?". Ellos
contestaron: -"No". Él les
dice: -"Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis". La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla,
por la multitud de peces. Y aquel
discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: -"Es el Señor". Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que
estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca
remolcando la red con los peces. Ninguno
de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que
era el Señor.
COMENTARIO
Jesús
se aparece a siete de sus apóstoles, que, invitados por Pedro, han vuelto a su
ocupación anterior, la de pescadores. Noche
de trabajo infructuoso: Pero con Jesús, pesca milagrosa. Nosotros también podemos tener fracasos en
nuestro trabajo, decepciones en nuestro camino. Podemos aprender la lección: Cuando no está
Jesús, quedamos vacíos. Con Él todo es
plenitud. Ese es el Cristo en quien
creemos y a quien seguimos: El Resucitado que nos invita a no perder nunca la
esperanza ni dejarnos llevar del desaliento. Nuestras fuerzas serán escasas, pero en su
nombre, con la fuerza del Señor, podemos mucho.
ORACIÓN
Señor Jesús, con tu resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, la alegría y la esperanza firme. Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles; fortalece también nuestro espíritu vacilante para que creamos en tu palabra; para que vivamos con la esperanza de que un día un gozáremos, resucitados, de la presencia del Padre. Concédenos reconocer a Jesús en esta vida y confesar que Cristo es el Señor por los siglos de los siglos. Amén.
Sábado de la Octava de Pascua.
San Jorge, mártir. Patrono de Inglaterra.
San Adalberto de Praga, obispo y
mártir.
23
de abril de 2022.
Del Evangelio de san
Marcos 16,9-15.
“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”.
Jesús, resucitado se apareció primero a María Magdalena. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro, a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: -“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”.
COMENTARIO
Los apóstoles no están muy dispuestos a creer la gran noticia de la resurrección de Jesús. Parece como si el evangelista quisiera subrayar esta incredulidad. También nosotros, en alguna etapa de nuestra vida, sintamos dificultades en nuestra propia fe. A todos nos puede pasar lo que a los apóstoles, que tuvieron que recorrer un camino de maduración desde la incredulidad del principio hasta la convicción que luego mostraron ante el Sanedrín. Ojalá tuviéramos la valentía de Pedro y Juan, y diéramos en todo momento testimonio vivencial de Cristo. Ojalá pudiéramos decir: “No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído”.
ORACIÓN
Señor Jesús, ¡cuántas veces estamos
de vuelta de todo! ¡tantas veces estamos desengañados y tristes!. Ayúdanos a creer en tu resurrección, a
descubrirte en el camino de la vida, en la lectura de tu Palabra y en la
celebración de la Eucaristía, donde te ofreces a nosotros como alimento
cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti,
Señor, un deseo ardiente de encontrarte también en los hermanos y hermanas. Danos la valentía de aquellas mujeres, su
fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a
pesar de las dificultades, interiores o exteriores, sepamos creer, confiar y no
nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento.