El desafío de la revolución digital
a la Iglesia
Por Jesús Martínez Gordo
Como ya es sabido, a partir de las primeras semanas del
confinamiento decretado en marzo de 2020 a causa de la pandemia del COVID-19,
cuando no fue posible ofrecer asistencia pastoral o espiritual alguna de
manera presencial, se pudo comprobar que había que iniciarse en el empleo de
algunos recursos digitales con el fin de seguir relacionados. Aquella situación evidenció la necesidad de
que la Iglesia se sumara definitivamente a la revolución digital en marcha. Próximos a una nueva Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales (29 de mayo), y siguiendo el consejo del papa
Francisco en su mensaje para este año de “escuchar con los oídos del
corazón”, dispongámonos a acoger y analizar todo lo que ha traído consigo
semejante desafío, para aprovechar su potencialidad en la necesaria
recreación del mensaje evangélico desde una legítima pluralidad.