«Laicos por vocación, llamados a la misión»
El próximo domingo 19 de mayo, solemnidad de Pentecostés, la Iglesia celebra el día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. El lema elegido para la celebración de este año es «Laicos por vocación, llamados a la misión».
“Queremos que resuene con fuerza esa llamada que la Iglesia ha recibido, como asamblea de convocados, pueblo de Dios unido en la misión, a vivir su vocación, que tiene como horizonte la misión. Y de un modo propio y peculiar, destacamos la vocación laical, que se ejercita en la caridad política, en el anuncio del Evangelio en el corazón del mundo”, según señalan los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida en su mensaje.
«El laicado vive su vocación encarnado en el mundo, es decir, en los ámbitos de la familia, del trabajo, de la educación, del cuidado de la casa común y, de una manera particular, en la vida pública. Y también se desarrolla en el interior de la vida de la Iglesia, ayudando en al liturgia, en la catequesis, en los grupos parroquiales», apuntan los prelados.
Eucaristía y encuentro
Ese día, los movimientos de la Acción Católica Española, al que pertenece la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), celebran a las 10:30 horas la Eucaristía en la Basílica-Santuario de la Gran Promesa de Valladolid, que será retransmitida en TV2. Posteriormente, habrá una comida compartida.
El encuentro permitirá reflexionar y celebrar juntos la importancia que para la vida cristiana tiene el sentirse enviados en los ambientes, donde hace falta comunicar la esperanza de Jesucristo resucitado, que acompaña la vida y la tarea de la militancia cristiana en las periferias. A ser testigos y a dar testimonio con el compromiso personal y comunitario en todas esas realidades donde hay que llevar un mensaje de humanización, de que otra realidad y otra sociedad es posible.
Mensaje de los obispos
La Jornada de este año, explican los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, invita a todos los bautizados a proclamar el Evangelio, a la misión que Jesús encomendó, «que se lleva a cabo con la fuerza del Espíritu Santo”.
Los prelados subrayan en su mensaje que «el envío a la misión procede del Padre, que tanto nos ha ama-do que ha enviado a su único Hijo para que alcancemos la salvación, por su muerte y resurrección. Y es Jesús resucitado el que ha entregado a su Iglesia, a cada uno de nosotros, el Espíritu Santo, que es el alma de la evangelización. Por tanto, es fundamental que descubramos, como miembros del Pueblo de Dios, que tenemos una misión que no es iniciativa nuestra, sino de Dios, que la sostiene y permitirá que perdure por los siglos de los siglos».
En este sentido, el escrito recuerda la celebración del Encuentro sobre el Primer Anuncio, el pasado mes de febrero y la preparación para un Congreso sobre las Vocaciones, que tendrá lugar en Madrid, en febrero de 2025. Con estas dos iniciativas, en el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar de este año 2024, «queremos que resuene con fuerza esa llamada que la Iglesia ha recibido, como asamblea de convocados, pueblo de Dios unido en la misión, a vivir su vocación, que tiene como horizonte la misión. Y de un modo propio y peculiar, destacamos la vocación laical, que se ejercita en la caridad política, en el anuncio del Evangelio en el corazón del mundo».
Por todo ello, insisten en que «los laicos, desde el bautismo, han recibido una vocación, que los hace sentirse corresponsables en la vida y misión de la Iglesia». «Nuestra primera y fundamental consagración – añaden- hunde sus raíces en nuestro bautismo. A nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizado laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar».
Para los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida se trata de que «el laico sea laico» por vocación, en todos los ámbitos de la vida. «El laicado vive su vocación encarnado en el mundo, es decir, en los ámbitos de la familia, del trabajo, de la educación, del cuidado de la casa común y, de una manera particular, en la vida pública». Y también se desarrolla en el interior de la vida de la Iglesia, ayudando en al liturgia, en la catequesis, en los grupos parroquiales».
Finalmente, desde la Comisión agradecen el servicio de todos y cada uno de los laicos «comprometidos en la misión evangelizadora de la Iglesia»