La zarza ardiente. Éxodo Cap. 3º.
Moisés que se había desviado del camino para ver mejor la maravilla de la Zarza ardiendo es, como una llamada que recibe Moisés a apartarse de su camino, a mirar las cosas de Dios, no las suyas, vagamos por el mundo solo mirándonos a nosotros mismos, lo que nos gusta, lo que queremos y las formas en que lo hemos de conseguir.
Al apartar Dios a Moisés de su camino pretendía hacerle ver que la verdadera mirada con la que tiene que ver lo que le acontece y lo que Dios quiere de Moisés, igual que nos sucede a nosotros que en muchas ocasiones estamos tan concentrado en nuestras tareas habituales: el trabajo, los estudios, la familia, los sueños, etc. Que no vemos la obra de Dios en nosotros, que es lo que quiere de nosotros, no escuchamos lo que nos dice, y no es posible ver lo que Dios quiere de nosotros si no nos apartamos de lo cotidiano que tanto nos absorbe.
Es cómo si Dios nos agarrarse del brazo diciéndonos: “párate, mírame y escúchame, tiene tantas cosas en la cabeza que no tienes tiempo para mí que soy tu creador, no te pido que deje de hacer lo que haces y lo que quieres, solo te pido que las hagas como yo te pido, pues yo te quiero y sé que es lo mejor para ti".
“Una oportunidad para poder abrir, no sólo nuestros oídos, sino nuestra mente y nuestro corazón. Para poder escuchar aquellas voces que reclaman nuestra atención o las que nos pasan desapercibidas y ahogadas, e incluso ser capaces de sentir el atronador silencio de la Tierra que clama por ser atendida. Además el símbolo de la Zarza ardiendo, quiere remitirnos a una frase concreta del Éxodo (3,1-12) “He oído su clamor… conozco su sufrimiento… ¡ven ahora! Te enviaré… Estaré contigo... Una revelación de la presencia de Dios Padre y Creador, que atiende las plegarias de su pueblo y al que acompaña en el camino de su peregrinar. La zarza nos conecta con el símbolo del fuego; un elemento de esperanza, de vida, de redención…” (Antonio Garrido. Movimiento Laudato si. “Escucha la voz de la tierra" . Revista Noticias Obreras n° 1653. Septiembre 2022).
Al apartar Dios a Moisés de su camino pretendía hacerle ver que la verdadera mirada con la que tiene que ver lo que le acontece y lo que Dios quiere de Moisés, igual que nos sucede a nosotros que en muchas ocasiones estamos tan concentrado en nuestras tareas habituales: el trabajo, los estudios, la familia, los sueños, etc. Que no vemos la obra de Dios en nosotros, que es lo que quiere de nosotros, no escuchamos lo que nos dice, y no es posible ver lo que Dios quiere de nosotros si no nos apartamos de lo cotidiano que tanto nos absorbe.
Es cómo si Dios nos agarrarse del brazo diciéndonos: “párate, mírame y escúchame, tiene tantas cosas en la cabeza que no tienes tiempo para mí que soy tu creador, no te pido que deje de hacer lo que haces y lo que quieres, solo te pido que las hagas como yo te pido, pues yo te quiero y sé que es lo mejor para ti".
José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».