El Jesús histórico a partir
de los cuatro Evangelios.
“La función de los cuatros Evangelios tiene como fin comunicar, transmitir la tradición apostólica, pues, fueron escritos por quienes conocieron personalmente a Jesús, o tuvieron contacto directo con ellos.
En la actualidad se distinguen cuatro representaciones de Jesús:
“El Jesús Real”: Es el Jesús de toda su vida, antes y durante su ministerio, es el Jesús de todo lo que pensó, lo que hizo y dijo.
“El Jesús de la historia”: Es el Jesús que se reconstruyó desde los datos bíblicos. Este Jesús es el realmente existente, pero recupera solo algunos datos del Jesús real.
“El Jesús teológico”: Es el Jesús definido en los dogmas cristológicos y en la teología a lo largo de la historia del cristianismo.
“El Jesús de la fe”: Es el Jesús encontrado, vivido y confesado en las prácticas de la fe de los cristianos y de las iglesias de hoy.
En el actual Jesús histórico se dan tres etapas:
Una primera etapa pre crítica con innumerables vidas de Jesús con tendencia idealista e imaginativa.
Una segunda etapa ultra crítica que niega la posibilidad de conocer al Jesús histórico y de este Jesús, sólo sabemos que existió, pero nada más.
Una tercera etapa donde se afirma que es posible conocer al Jesús histórico si se utilizan correctamente la exégesis científica moderna. Aquí se utilizan criterios de credibilidad al Jesús histórico. También se da el criterio de dificultad histórica. Textos de Jesús incómodos para la iglesia primitiva, que nunca lo habría ella inventado (el texto de la mujer sorprendida en adulterio)…
El Jesús dogmático ya fue definido por los concilios de Nicea, año 325 d.C. por el de Constantinopla, año 381 d.C. El de Éfeso 431, d.C. El de Calcedonia año 451 d.C. Indispensables estos concilios dada la fragmentación de las herejías que amenazaban la unidad de la iglesia de entonces.
Pero no olvidemos el contexto político y teológico de esos concilios, una realidad histórica promovida por el poder político del Imperio Romano que buscaba la unidad de la iglesia en beneficio de la unidad del Imperio. Fue en este contexto cuando nació la cristiandad, un modelo de iglesia basado en la relación Iglesia-poder.
En estos cuatro primeros cuatro concilios del que surgió el Credo de la Iglesia Católica, así como posteriormente el Catecismo y la teología. Algunos Padres de la Iglesia llegaron a comparar estos cuatro Concilio con los cuatro Evangelio, incluso algunos historiadores veían que estos concilios sustituyeron a los Evangelios. De ahí, la necesidad de superar este problema a partir de la interpretación de los cuatro Evangelios, a partir del Jesús histórico y del Jesús de la fe.
En el Credo de nuestra fe decimos: “que Jesús se encarnó en María, la Virgen, y se hizo hombre, que por nuestra causa crucificado y muerto, que fue resucitado…”. Pero desaparece el grueso de los cuatro Evangelios: su ministerio en Galilea, su predicación del Reino de Dios, sus parábolas y milagros, sus discursos proféticos, las enseñanzas a los discípulos, el Sermón de la montaña,… y consecuentemente el Catecismo y la teología se construye desde el Credo niceno-constantinopolitano. Más triste aún, y es que el Jesús de la historia no da contenido y forma al Jesús de la fe. Son cómo dos cristos diferentes que se ignoran entre sí….” (Pablo Richard, licenciado en Sagradas Escrituras por el Instituto Pontificio de Roma. Revista la espiga, año 2003)
En la actualidad se distinguen cuatro representaciones de Jesús:
“El Jesús Real”: Es el Jesús de toda su vida, antes y durante su ministerio, es el Jesús de todo lo que pensó, lo que hizo y dijo.
“El Jesús de la historia”: Es el Jesús que se reconstruyó desde los datos bíblicos. Este Jesús es el realmente existente, pero recupera solo algunos datos del Jesús real.
“El Jesús teológico”: Es el Jesús definido en los dogmas cristológicos y en la teología a lo largo de la historia del cristianismo.
“El Jesús de la fe”: Es el Jesús encontrado, vivido y confesado en las prácticas de la fe de los cristianos y de las iglesias de hoy.
En el actual Jesús histórico se dan tres etapas:
Una primera etapa pre crítica con innumerables vidas de Jesús con tendencia idealista e imaginativa.
Una segunda etapa ultra crítica que niega la posibilidad de conocer al Jesús histórico y de este Jesús, sólo sabemos que existió, pero nada más.
Una tercera etapa donde se afirma que es posible conocer al Jesús histórico si se utilizan correctamente la exégesis científica moderna. Aquí se utilizan criterios de credibilidad al Jesús histórico. También se da el criterio de dificultad histórica. Textos de Jesús incómodos para la iglesia primitiva, que nunca lo habría ella inventado (el texto de la mujer sorprendida en adulterio)…
El Jesús dogmático ya fue definido por los concilios de Nicea, año 325 d.C. por el de Constantinopla, año 381 d.C. El de Éfeso 431, d.C. El de Calcedonia año 451 d.C. Indispensables estos concilios dada la fragmentación de las herejías que amenazaban la unidad de la iglesia de entonces.
Pero no olvidemos el contexto político y teológico de esos concilios, una realidad histórica promovida por el poder político del Imperio Romano que buscaba la unidad de la iglesia en beneficio de la unidad del Imperio. Fue en este contexto cuando nació la cristiandad, un modelo de iglesia basado en la relación Iglesia-poder.
En estos cuatro primeros cuatro concilios del que surgió el Credo de la Iglesia Católica, así como posteriormente el Catecismo y la teología. Algunos Padres de la Iglesia llegaron a comparar estos cuatro Concilio con los cuatro Evangelio, incluso algunos historiadores veían que estos concilios sustituyeron a los Evangelios. De ahí, la necesidad de superar este problema a partir de la interpretación de los cuatro Evangelios, a partir del Jesús histórico y del Jesús de la fe.
En el Credo de nuestra fe decimos: “que Jesús se encarnó en María, la Virgen, y se hizo hombre, que por nuestra causa crucificado y muerto, que fue resucitado…”. Pero desaparece el grueso de los cuatro Evangelios: su ministerio en Galilea, su predicación del Reino de Dios, sus parábolas y milagros, sus discursos proféticos, las enseñanzas a los discípulos, el Sermón de la montaña,… y consecuentemente el Catecismo y la teología se construye desde el Credo niceno-constantinopolitano. Más triste aún, y es que el Jesús de la historia no da contenido y forma al Jesús de la fe. Son cómo dos cristos diferentes que se ignoran entre sí….” (Pablo Richard, licenciado en Sagradas Escrituras por el Instituto Pontificio de Roma. Revista la espiga, año 2003)
Fuentes consultadas:
El Jesús histórico y los cuatro evangelios.
Memoria, credo y canon para una reforma de la Iglesia
Pablo RICHARD
https://servicioskoinonia.org/relat/343.htm
José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».