3er Domingo de Pascua (18 abril)
Queridas hermanas y hermanos:
El mensaje de Pascua no consiste solo
en afirmar que Jesús es el Viviente,
que ha vencido a la muerte.
Además de eso,
los relatos
de las apariciones
dejan muy claro
que Jesús Resucitado
es el mismo Crucificado.
Por eso, precisamente,
después de la Resurrección
es cuando aparece y se muestra
más humano que nunca.
Sentarnos a la mesa
fraterna de la Eucaristía
a la que el resucitado invita
nos hace conscientes
de la dimensión comunitaria
como algo central en
el seguimiento del Señor.
Se descubre al Resucitado
cuando le buscamos junto
a otros y otras hermanas,
cuando vamos haciendo
camino de seguimiento juntos
hacia el sueño de la fraternidad.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz
Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
San
Lucas 24,35-48:
«Vosotros sois
testigos de esto».
Mi
proyecto personal de vida
no es un proyecto individual,
sino comunitario.
Me realizo en comunidad,
en equipo, en Iglesia,
en fraternidad humana
con todos.
La Eucaristía
es alimento
de esa vida
y misión
comunitarias.
¿Cómo crecer
en la vivencia
eucarística?
¿Cómo acrecentar
y mejorar
mi participación
en su celebración?
¿Cómo hacer
que mi vida
sea continuidad
de lo que celebro?
A la luz del Evangelio,
que releo,
concreto un plan
y un compromiso
para avanzar.
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TERCERA SEMANA DE PASCUA (Ciclo ‘B’)
Del 18 al 24 de abril de 2021.
Domingo Tercero de Pascua
San Perfecto,
presbítero y mártir
18 de abril de 2021.
Estaba escrito que el Mesías tenía que padecer, siendo así
víctima de propiciación por nuestros pecados y por los del mundo entero. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos y
en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los
pueblos (cf. Ev., 1 y 2 lects.). Esta es
la razón de nuestro ser cristianos, miembros de la Iglesia: existimos para
evangelizar, una vez convertidos de nuestros pecados. También es la fuente de nuestra alegría y
esperanza de participar un día del gozo de la resurrección (cf. orac. sobre las
ofrendas y orac. después de la comunión).
Y desde que resucitó, Cristo se nos revela a través de los signos: El
partir el pan, la eucaristía; las llagas de sus manos y sus pies, nuestros
hermanos más pobres y necesitados.
- Hch 3, 13-15. 17-19. Matasteis
al autor de la vida,
pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
- Sal 4. R/. Haz
brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.
- 1 Jn 2,1-5a. Él es
víctima de propiciación por nuestros pecados y también
por los del mundo entero.
Del Evangelio de san
Lucas 24,35-48.
“Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará
de entre los muertos al tercer día”
Contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: -"Paz a vosotros". Llenos de miedo por la sorpresa creían ver un fantasma. Él les dijo –“¿Por qué os alarmáis? ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: Soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo”. Dicho esto, les mostró las manos y los pies.
COMENTARIO
Cristo resucitado no es un fantasma. Hay hombres que proclaman la Resurrección porque son testigos de que la Pascua ha traído el perdón de los pecados, reconciliación de comunidades, liberación de miedos; comparten bienes con los necesitados, se regeneran drogadictos, se curan viejas heridas de rencores y odios, sanan personas en la esperanza y el amor. En nombre de Jesús resucitado se logran estos frutos, porque en su nombre somos perdonados.
ORACIÓN
...No te olvides que el día es demasiado corto para estar triste o para ser egoísta... Anímate a reír. Anímate a amar y ser amado. Anímate a pensar que tu vida es valiosa. Porque Cristo ha resucitado tu vida no está llamada a marchitarse en un día, sino a florecer. "Asegura" tu vida con gestos de entrega y conocerás el verdadero amor. Jesús hoy y siempre, primavera de la vida no es un fantasma sino un sol que nos descubre que "No hay mayor amor que dar la vida por los amigos". ¿Te animas a seguirlo?
Lunes de la 3ª Semana de Pascua
San Expedito, mártir
19 de abril de 2021.
Del Evangelio de san
Juan 6,22-29.
que perdura para la vida eterna”
Las gentes al encontrar a Jesús, le preguntaron: -"Maestro, ¿cuándo has venido aquí?". Jesús les contestó: -"Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a Éste lo ha sellado el Padre, Dios". Le preguntaron: -“Y ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”. Respondió Jesús: -“La obra que Dios quiere es ésta: Que creáis en el que Él ha Enviado”.
COMENTARIO
Quien le crea, a Jesús, quien acepte que Él es, el que les da el pan que perdura hasta la vida eterna, quien le acoja como el enviado de Dios, se encontrará sobradamente saciado. Jesús trae la Palabra salvadora de Dios que es el único alimento que puede saciar definitivamente el corazón del hombre. Jesús les ofrece “el pan de vida”, que es su propio cuerpo, y el camino de la fe para llegar a saciar la verdadera hambre que los hombres padecen: La Salvación.
ORACIÓN
Abre nuestro corazón, ilumina nuestra inteligencia y aviva nuestro amor, Señor para que recibamos tu reino como el niño recibe el pan de su padre. Que crea con fe viva que Tú eres el Enviado de Dios que Tú eres el que nos das la vida nueva, la vida eterna, la salvación. Que crea Señor que en Ti está el alimento que perdura para siempre. Que comprenda Señor que, lo que Dios quiere de mi es que tenga fe en Cristo Jesús. Señor que sepa trabajar no sólo por el alimento que perece sino por lo por el alimento que perdura para la vida eterna. Que crea Señor que en Ti está el alimento que perdura para siempre.
Martes de la 3ª Semana de Pascua
Santa Inés de Montepulciano, religiosa y
virgen.
20 de abril de 2021.
Del Evangelio de san
Juan 6,30-35.
“No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del
cielo”
Dijo
la gente a Jesús: -“¿Y qué signo vemos que haces Tú, para que creamos en Ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el
desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo”. Jesús les replicó: -"Os aseguro que no
fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el
verdadero pan del cielo. Porque el pan
de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo". Entonces le dijeron: -"Señor, danos
siempre de este pan". Jesús les
contestó: -"Yo soy el pan de la vida. El que viene a Mí no pasará hambre, y el que
cree en Mí nunca pasará sed".
COMENTARIO
Los
judíos piden a Jesús que les proporcione el pan que necesitan para sus vidas,
al igual que lo hizo Moisés con su pueblo.
El Señor continúa intentando llevarles por el camino de la fe. Por eso afirma claramente que “Él es el pan
bajado del cielo que sacia el hambre de los hombres-mujeres”. Pero no es un pan que se recibe como alimento
corporal sino un pan que se acepta por el camino de la fe. Es cierto, hoy como ayer, que quien cree en
Jesús no pasará hambre, quedará saciado.
ORACIÓN
Bendito seas Padre por tanta bondad gratuitamente ofrecida a tu pueblo. Que tu Iglesia alimente con tu palabra y con el pan de la eucaristía a todos los hambrientos del mundo. Que a todos, Señor les demos el pan del amor. Porque Tú nos lo regaladas. Porque tu Hijo ha venido a multiplicar para todos los hombres-mujeres el pan que alegra el corazón del ser humano. Danos también hoy el pan de la vida, el pan que sacia nuestras ansias de eternidad. Ven Señor en nuestra ayuda, danos tu pan de vida. Ven Señor en nuestra ayuda, danos tu pan de vida.
Miércoles de la 3ª Semana de Pascua
San Anselmo de Canterbury,
obispo y doctor de la Iglesia
21 de
abril de 2021.
Del Evangelio de san
Juan 6,35-40.
“Esta es la voluntad del Padre: que todo
el que ve al Hijo tenga vida eterna”
Dijo Jesús: -"Yo soy el pan de la vida. El que viene a Mí no pasará hambre, pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a Mí, y al que venga a Mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: Que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día".
COMENTARIO
Jesús afirma que el hombre-mujer de buena voluntad y que deposita su fe en Él como el Hijo de Dios, no será alejado del Reino ni echado fuera de su ámbito. La voluntad del Padre es que todos los hombres-mujeres lleguen a la salvación. Y Jesús se compromete a resucitar y dar vida perenne a todo el que le acepte con fe puesto que ésa es la voluntad del Padre que le envió como Salvador de todos. Jesús es el pan de vida para todo el que crea en Él, ya que encarna el amor misericordioso de Padre.
ORACIÓN
Tu Señor te has quedado con nosotros siempre cercano en un poco de pan. Yo te alabo Señor y te bendigo siempre, por tu cercanía, por vivir entre nosotros, por la Eucaristía. ¿Qué sería de nosotros sin Tu presencia en el sacramento? Tú nos prometes la vida para ser vivida, nos ofreces tu camino, para ser recorrido nos gritas tu verdad, para ser proclamada. Mil veces gracias Señor porque Tú eres el pan de vida eterna, porque Tú eres la resurrección y la vida. Mil veces gracias señor porque Tú eres el pan de vida eterna.
Jueves de la 3ª Semana de Pascua
Santos Cayo y Sotero Papas y Mártires
22 de abril de 2021.
Del Evangelio de san
Juan 6,44-51.
“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”
Dijo Jesús: -"Nadie puede venir a Mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a Mí. Os lo aseguro: El que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: Éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre-mujer coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo".
COMENTARIO
Jesús, el Señor, está con nosotros: Es pan de vida para nosotros; si creemos en su Palabra sentiremos su fuerza y protección en medio de dificultades y contrariedades. Si nos dejamos guiar por el Espíritu de Dios, aceptaremos con alegría que Jesús es “el pan bajado del cielo” y le recibiremos con gozo porque Jesús, el Señor, nos acompaña en nuestro caminar y nos da fuerza y confianza para alcanzar la meta a la que estamos destinados: El Padre. El pan sacramental que comemos restaura nuestra convivencia fraternal y la ilusión hasta que lleguemos a la casa del Padre.
ORACIÓN
Jesucristo, Tú lleno de Dios te has convertido en pan para nosotros. Haz que vivamos de tu Espíritu los que comulgamos en tu carne. Que la muerte no venga a agotar la vida que Tú prometes por los siglos de los siglos. Gracias por regalarte para la vida del mundo; gracias porque comer del pan que Tú nos das es vivir para siempre. Gracias porque un día nos darás la resurrección. Gracias porque comer del pan que Tú nos das es vivir para siempre.
Viernes de la 3ª Semana de Pascua
San Jorge, mártir
23
de abril de 2021.
Del Evangelio de san
Juan 6,52-59.
“Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida”
Disputaban
los judíos entre sí: -"¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?". Jesús les dijo: -"Os aseguro que si no
coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros. El que come mi carne y bebe mi
sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es
verdadera bebida. El que come mi carne y
bebe mi sangre habita en Mí y yo en él. El
Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me
come vivirá por Mí”.
COMENTARIO
Cuando
celebramos la Eucaristía, la Cena del Señor, nos reunimos alrededor de una
misma mesa para compartir fraternidad, amistad, la fiesta de nuestra liberación
y la alegría de fiesta con Jesús y entre nosotros. Si la fuente de nuestra existencia está lejos
de Cristo; si estamos alejados de la fraternidad; si la esperanza no gira
alrededor de las palabras de Jesús, no podemos comprender las palabras del
Señor cuando dice: “Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna”.
ORACIÓN
Bendito seas Señor, pues nuestra eucaristía anuncia ya la mesa que Tú has preparado para la eternidad en tu Reino. Bendito seas Dios nuestro que amas la vida. Bendito por el pan partido que pones en nuestras manos. Bendito por el pan de la eucaristía que es la carne de tu Hijo para la salvación del mundo. Bendito por el pan celestial que nos recuerda nuestra fraternidad. Bendito porque en la sangre de tu Hijo tenemos vida eterna. Bendito porque podemos alimentarnos con la carne de Cristo. Bendito seas Señor por el pan de la eucaristía que es la carne de tu Hijo.
Sábado de la 3ª Semana de Pascua
San Fidel de Sigmaringen, presbítero y
mártir,
24
de abril de 2021.
Del Evangelio de san
Juan 6,60-69.
“¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”
Muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: -"Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?". Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: -“El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen”. Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: -"Por eso os he dicho que nadie puede venir a Mí, si el Padre no se lo concede". Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él.
COMENTARIO
Es necesario interiorizar el signo del Pan y trasladar su significado a la realidad de Jesús entregado como alimento de vida eterna. Sólo quien cree alcanza a comprender, y para creer es necesario dejarse atraer por el Padre. El nuevo Pan es el mismo Jesús entregado por amor. Acercarse a Él con fe y tomarlo es recibir al mismo Jesús que ha bajado del cielo para darnos su misma vida. Al que no comprende sus palabras, ni las acepta desde la fe se le escapa el misterio profundo, y se va vacío y decepcionado.
ORACIÓN
Quiero Señor aceptarte a Ti aceptado tus palabras; aceptarte como alimento de mi vida. Quiero aceptar que: “Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”. ¿A quién acudiremos Señor si sabemos que Tú eres el santo el consagrado por Dios el Hijo de Dios que nos ofrece la vida eterna? Concédeme vivir desde dentro, desde el Espíritu, desde la fe, desde Ti Señor. Bendito seas Padre por hacernos partícipes del cuerpo y de la sangre de Cristo en su muerte y en su vida. "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”.