Bautismo del Señor
El Bautismo está cargado de símbolos
para expresar y sentir la mirada
complaciente del Dios
que nos vuelve a decir
como a Jesús:
“eres mi hijo, eres mi hija”,
eres de mí familia,
una familia de iguales
donde el carisma nos recuerda
que todas y todos somos
sacerdotes, profetas y reyes;
donde el óleo nos avisa
que aceptar el Reino
es una lucha permanente;
donde el cirio nos empuja
a ser luz en nuestra realidad,
y el agua… uff el agua tantas cosas…
puede que hoy te sirva
para experimentar al “Dios Madre
que rompe aguas” y dice tu nombre,
y tu nombre es alegría
para la familia Iglesia,
la familia HOAC…
para el mundo obrero…
Un abrazo, felices Reyes
y un año nuevo genial.
Un gran abrazo
para todas y todos…
Del evangelio según
san Marcos 1,7-11:
«Tú eres mi Hijo amado,
mi predilecto».
El
Bautismo es el acontecimiento
que irradia toda la vida de Jesús
y el nuestro está íntimamente
vinculado al de él.
En los evangelios son relatos
cargados de fuerza histórica.
«Pero yo me pregunto,
con algo de duda,
y les pregunto ustedes:
¿Cada uno de nosotros/as
recuerda la fecha
de su bautismo?».
Hoy, más que nunca,
cuando la gente busca sentido a lo que ocurre,
cuando la gente busca sentido a la vida,
o se busca espiritualidades
que llenen de sentido
la incertidumbre y el desconcierto…
tenemos una gran responsabilidad la Iglesia:
dejarnos guiar por el Espíritu,
colocarnos en oración permanente,
evitar que las fórmulas de siempre
nos impidan abrirnos a lo nuevo
y ofrecer ese Espíritu
como propuesta de liberación.
Y visibilizar nuestra fraternidad
en gestos que digan que
es posible otra humanidad.
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«ORAR CON LA IGLESIA»
BAUTISMO
DEL SEÑOR (Ciclo ‘B’)
1ª Semana del Tiempo
Ordinario
Del 07 al 13 de enero de 2024.
Bautismo
del Señor.
San Raimundo de Peñafort, religioso presbítero.
Domingo, 07 de enero de 2024.
Fiesta del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo, en el que maravillosamente
es proclamado como Hijo amado de Dios, las aguas son santificadas, el hombre es
purificado y se alegra toda la tierra (elog. del Martirologio Romano).
El profeta Isaías anunció la venida de un Mesías que implantaría
la justicia en toda la tierra, pero no con la fuerza, sino con la humildad y el
servicio. Esta justicia y esta paz
anunciada se cumplen en Jesucristo, el Hijo amado y predilecto de Dios que
sigue un camino de humildad y entrega total.
El primer acontecimiento de la vida pública de Jesús que ilumina quién
es él realmente es el del bautismo en el río Jordán por Juan el Bautista. Es ahora cuando va a manifestarse la luz que
los magos de oriente habían encontrado en el portal de Belén. Jesús es el Hijo amado que mediante el
bautismo nos hace hijos de adopción a través del Espíritu Santo.
- Isaías 42,1-4.6-7. Mirad
a mi siervo, en quien me complazco.
- Salmo 28. R/. El Señor
bendice a su pueblo con la paz.
- Hechos 10,34-38. Ungido
por Dios con la fuerza del Espíritu Santo.
Del Evangelio de san
Marcos 1,7-11.
“Tú eres mi Hijo amado, mi preferido”.
Juan proclamaba: -“Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo”. Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia Él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: -“Tú eres mi Hijo amado, mi preferido”.
COMENTARIO
En el bautismo se nos manifiesta que Jesús es el Mesías prometido y esperado. Jesús, al bautizarse en el Jordán es presentado por Dios Padre: -"Este es mi Hijo, el amado y predilecto". No es siervo, sino Hijo. Se pone junto a los pecadores, no porque Él lo sea, sino por solidaridad con ellos. Vino a destruir el pecado, pero no a los pecadores. En el bautismo cristiano el Espíritu Santo viene sobre quien se bautiza; el bautizado es proclamado hijo amado de Dios y el bautizado/a es enviado por Dios para solidarizarse con el prójimo y entregarse por amor.
ORACIÓN
Sobre ti Señor Jesús se abrieron los cielos, para comunicarnos que eres el Predilecto, el Hijo muy amado. ¡Gloria a ti, Señor! Venido para bautizar no sólo con el agua sino con fuego y Espíritu Santo. Por tu poder resurgimos a una nueva vida, nos vemos liberados del pecado para convertirnos en hijos/as de Dios. Por tu poder es predicado el Evangelio del amor para la gloria de Dios. Concédeme Señor vivir la fe y la fuerza recibida en el sacramento del bautismo.
Lunes
1ª Semana T. Ordinario
San Apolinar de Hierápolis, obispo.
08 de enero de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 1,14-20.
“Convertíos y creed la Buena Noticia”.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: -“Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia”. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: -“Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
COMENTARIO
Jesús, la Palabra hecha carne, manifiesta que es necesario abrir los ojos, convertir el corazón, dejarse iluminar por la luz de la fe, para dar acogida a la Buena Noticia. Es necesario dejar las redes, como hicieron los primeros llamados por Jesús, y cruzar a la “otra orilla”. El anuncio del Reino se ha hecho realidad en Jesús. Él es: Enmanuel, el “Dios con nosotros”, la Buena Noticia que se nos anuncia como evangelio hoy. Escucha desde dentro esta palabra de Jesús: Conviértete, cree la Buena noticia; síguele a Jesús.
ORACIÓN
Señor Jesús, haznos dóciles, acogedores de tus planes, abiertos a lo imprevisible, cercanos a tu corazón. Me reafirmo en mi opción clara por ti. QUIERO SEGUIRTE, me comprometo por tu Reino de justicia, de verdad, de amor. Dame valor para dejar mis redes de lazos económicos, de seguridades, de comodidad, para que pueda pasar a la orilla de la entrega y la generosidad, a la orilla de la fe. Señor Jesús: quiero seguirte. Ayúdame. Amén.
Martes 1ª Semana T. Ordinario.
San Eulogio de Córdoba, presbítero y mártir.
09 de enero de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 1,21-28.
“Enseñaba con autoridad”.
Jesús en Cafarnaúm, el sábado fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: -“¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?. ¿Has venido a acabar con nosotros?. Sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús lo increpó: -“Cállate y sal de él”. El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: -“¿Qué es esto? Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen”.
COMENTARIO
Jesús no enseñaba unas lecciones para aprender de memoria, sino que enseña un modo de vivir, una Buena noticia que libera, cura, sana, salva. La “autoridad” de Jesús está asentada en que Él es la Palabra de Dios hecha carne. Por eso se le admira y se acepta a Jesús. Hoy día, ante la profunda crisis de autoridad existente en todos los ámbitos de la sociedad, es preciso volver los ojos a Jesús, el Señor, que sigue ofreciendo, con la misma autoridad de entonces, su Evangelio de paz y salvación.
ORACIÓN
Haz Padre que quienes creemos en tu Hijo sepamos anunciar, con firmeza y amor, a los hombres-mujeres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzanos la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud en toda nuestra existencia, y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir la civilización de la verdad y del amor, en alabanza y gloria del Dios creador y amante de la vida. Señor que la Palabra del Evangelio suene con autoridad en mi vida. Amén.
Miércoles 1ª Semana
T. Ordinario.
San Melquíades, papa.
10 de enero de 2024.
Del Evangelio de
san Marcos 1,29-39.
“Curó a muchos enfermos
de diversos males”.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
COMENTARIO
Según el evangelista Marcos, Jesús no quiere que la gente le busque por los prodigios que hace; ni que le busquen guiados ciegamente por el atractivo de su poder sobre las fuerzas del mal. Su misión es proclamar la Buena Noticia del Reino y se esfuerza en ofrecer un mensaje de esperanza y una palabra de consuelo afirmando en todo momento y en todas partes, que Dios es un Padre bueno que perdona y salva por el amor que nos tiene, y del que no se volverá atrás ni ante la muerte en cruz.
ORACIÓN
Padre, ayúdanos a no olvidar que el Evangelio tiene que ver con la causa de la vida; con los pobres a quienes se hace difícil vivir; los ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia de hombres; las mujeres víctimas de la violencia inhumana. Que el Evangelio tiene que ver con la salvación y que el Evangelio pasa por el camino de la fe y el compromiso; no por el espectáculo o el interés egoísta. Señor que sepa vivir abrazado al Evangelio.
Jueves 1ª Semana T. Ordinario.
San Higinio, papa.
11 de enero de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 1,40-45.
“La lepra se le quitó, y quedó limpio”.
Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: -“Si quieres, puedes limpiarme”. Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: -“Quiero: queda limpio”. La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: -“No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés”. Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones.
COMENTARIO
El episodio evangélico de hoy, está lleno de ternura y también de audacia. En esta escena vemos que solamente a Dios se le puede decir: “si quieres, puedes limpiarme”, y solamente Dios puede responder: “quiero, queda limpio”. Ante la humilde y confiada petición del “impuro”, se acerca y le comunica la pureza y la paz. Nosotros hemos de pensar si estamos en el mundo de la contagiosa enfermedad del pecado o del amor comunicativo de Jesús. El amor cristiano, amor a Dios y a los hombres-mujeres, es comunicativo.
ORACIÓN
A veces, Señor, en los momentos difíciles de la vida, pienso que lo he perdido todo, y que naufragó en este mar tempestuoso que es la existencia. Y sin embargo, todo cambia, cuando te acercas a mi vida, y me dices: quiero, queda limpio. Contigo, Jesús, la vida tiene sabor a esperanza, a paz, a perdón. Préstanos tus ojos para mirar amanecida la luz y anunciada la paz. Así, hasta descubrir en ellos escondida la sonrisa de Dios, su rostro amigo, su mano salvadora.
Viernes
1ª Semana T. Ordinario.
San Arcadio, mártir.
12 de enero de 2024.
Del Evangelio de
san Marcos 2,1-12.
“El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados”.
Llegaron cuatro a la casa en que estaba Jesús llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: -“Hijo, tus pecados quedan perdonados”. Y añadió: -“Para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...”. Le dijo al paralítico: -“Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”. Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: -”Nunca hemos visto una cosa igual”.
COMENTARIO
Jesús en un primer momento en vez de curar al paralítico le perdona sus pecados en atención a la fe que aquella gente expresa. Jesús no es un “curandero”. En esta ocasión, cura al paralítico para que no haya dudas de que “el poder de Dios se ha hecho presente”. Solamente Dios puede perdonar pecados y Jesús los perdona porque tiene el poder de Dios. Jesús ha venido a salvar. El perdón, alcanzado por la fe en el Señor, es el camino de la salvación. Todo lo demás (como la curación de la enfermedad), se da por añadidura.
ORACIÓN
Señor dime también hoy a mi: Tus pecados están perdonados; levántate… para que estrene el gozo de vivir, abra mis labios para alabarte, abra mis brazos para acoger a quien necesite de mí. Fortalece mi fe, mi capacidad de comprensión y de afecto. Señor dime también hoy a mi: Tus pecados están perdonados; levántate para que jamás pierda tu esplendor y la dignidad de saber que estoy creado a tu imagen. Infúndeme coraje en las dificultades, apoyo en la debilidad y gozo en el perdón. Amén.
Sábado
1ª Semana T. Ordinario.
San Hilario de Poitiers, obispo y doctor de la Iglesia.
13 de enero de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 2,13-17.
“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.
Jesús, al pasar, vio a Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -“Sígueme”. Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: -“¡De modo que come con publicanos y pecadores!”. Jesús lo oyó y les dijo: -“No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
COMENTARIO
El poder de perdonar los pecados se hace realidad cuando el pecador acepta a Jesús con buena voluntad. Así ocurrió con Mateo (en el Evangelio de hoy) y con los primeros discípulos. Aunque Jesús fuera criticado por compartir la mesa con los pecadores (que era como compartir la vida ante los ojos del mismo Dios), no dejó de hacerlo porque también era la señal de la cercanía del Reino, ya que Él había venido a salvar lo que estaba perdido.
ORACIÓN
Confío en ti Señor, porque me llenas de paz. Se que nunca fallará tu gran amor ni tu perdón. Tú me haces feliz. En Ti hallo siempre confianza y amistad. En Ti hallo gozo y amistad, a pesar de que sé que soy pecador. Tú me haces sentir tu bondad, tu fidelidad. Que sepa sacar un poco de alegría a la vida y pueda compartirla luego con todos. Que sepa hacer fiesta porque siendo pecador/a me ofreces salvación. Jesús, quiero decirte que me alegra mucho tu manera de ser. Gracias.
LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN
1.
Hago silencio, exterior e interior.
Estoy
en la presencia del Señor:
Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.
2.
Petición:
«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».
3.
Palabra de Dios:
Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia. Me fijo bien en todos los detalles.
4.
Ante la Palabra
leída:
Ø ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).
Ø ¿Qué me dice a mí personalmente? (Meditación).
Ø Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).
Ø ¡Quiero identificarme contigo, Señor!. ¿Qué hacer?.
(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).
5.
Oración:
Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta
al texto evangélico. Al final puede
añadirse la siguiente:
«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado. Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».