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sábado, 29 de mayo de 2021

MUERE UN GUARDIA CIVIL ATROPELLADO POR UNOS NARCOS EN UN CONTROL A LA ENTRADA DE JEREZ (A381). Los hechos sucedieron en la madrugada del 28-29 de mayo de 2021.

Muere un guardia civil atropellado por unos narcos en un control a la entrada de Jerez.

● El agente, Agustín Cárdenas, tenía 52 años, vivía en Cuartillos (Jerez), era viudo y tenía una hija y tres nietos.

● Los traficantes, de 22 y 17 años, han sido detenidos tras estrellarse frontalmente contra otro vehículo.


El narcotráfico volvió a teñir de luto la provincia de Cádiz en una madrugada aciaga. Un control de la Guardia Civil, dos niñatos hasta arriba de cocaína y un agente de 52 años mortalmente atropellado, destrozado mientras no hacía otra cosa que cumplir con su trabajo. Son los efectos de la expansión del negocio del tráfico de estupefacientes a todos los puntos de la provincia, la frontera Sur de Europa, donde entra mucho hachís pero, también, cocaína por el puerto de Algeciras y heroína proveniente de los países del Este.

Los hechos sucedieron en la entrada a Jerez desde la A-381. Allí agentes de la Benemérita habían instalado un control de seguridad ciudadana cuando un Renault Megane, conducido por un joven de 22 años y en el que viajaba como copiloto un menor de 17 años, que huía de la Guardia Civil a más de 180 kilómetros por hora ha embestido a los guardias matando en el acto a Agustín Cárdenas, que era viudo, tenía una hija y tres nietos. Tras el atropello mortal los traficantes se han estrellado frontalmente con otro vehículo, cuyos tres ocupantes (dos mujeres y un hombre que volvían del hospital jerezano) han resultado heridos leves, si bien la tragedia podría haber sido mucho peor a tener en cuenta de la velocidad a la que circulaba el Megane.

Agustín Cárdenas vio venir al vehículo pero, según ha podido saber este medio, no pudo esquivarlo. Se echó hacia atrás pero fue alcanzado. El choque fue brutal. Mortal de necesidad. Las imágenes, según testigos oculares, dantescas.

Tras matar al agente el vehículo con los narcos siguió su avance, dirigiéndose a un segundo control en el que había otra pareja de la Guardia Civil y dos agentes de la Policía Local de Jerez. En este caso todos ellos tuvieron tiempo para lanzarse a la cuneta y ponerse a salvo del recorrido criminal del vehículo.
 

Una vez que el coche se ha detenido los agentes han podido arrestar a los ocupantes del coche. El conductor dio positivo en la prueba de cocaína. Ambos se encuentran ya en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, el mismo cuerpo que esta mañana llora la pérdida de uno de sus hombres.

Agustín Cárdenas vivía en Cuartillos y prestaba servicio en el grupo de Jerez. A sus 52 años seguía trabajando con la misma profesionalidad de siempre hasta que le han arrebatado la vida de una manera cruel.

La capilla ardiente con los restos mortales del agente se ha instalado en Jerez de la Frontera y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, ha anunciado su presencia en las exéquias. Tampoco se descarta que el ministro de Interior, que fuera diputado por la Provincia de Cádiz, Fernando Grande-Marlaska, acompañe a Gámez en el difícil trance que supone despedir a un agente caído en acto de servicio.




Desde estas líneas transmitimos
nuestras condolencias a familiares,
allegados y compañeros/as.






Por un trabajo para la Vida

Para los cristianos, seguidores de Jesucristo, para la Iglesia, la dignidad, la salud y la vida de cualquier trabajador/a vale más que todo el oro del mundo. El valor del trabajo no reside en su rentabilidad económica, ni siquiera en el producto o servicio que genera; radica en la persona que lo realiza, imagen e hija de Dios, que quiere que el trabajo sea para la vida, y no al contrario. Por eso, también forma parte de nuestra tarea evangelizadora el velar y luchar por esa vida, por esa dignidad. Les rogamos hagan extensible a todos/as las personas que forman parte de su comunidad/institución que en las celebraciones litúrgicas pidamos al Padre por el alma de estos trabajadores muertos en el campo del trabajo.




EL TRABAJO ES PARA LA VIDA
¡NI UNA MUERTE MÁS!


«...Y que los obreros muertos en el campo de honor
del trabajo y de la lucha, descansen en paz».


    SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
    (30 de mayo de 2021), por Antonio Troya Magallanes




    SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
    (30 de mayo de 2021)




    Introducción: La maravilla que es la Persona de Jesús.

    Hemos sido bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esto quiere decir que somos hijos de Padre del cielo, hermanos de su Hijo único, Jesucristo y unidos todos entre sí, y unidos a la vez con Jesucristo y con el Padre con el mismo Espíritu con el que ellos son uno en la santa Trinidad: el Espíritu Santo. Casi estamos a la altura de Dios, ¿qué más se puede pedir? La generosidad de Dios con nosotros es increíble. Increíble, pero real. Pero, ¿valoramos nosotros, los bautizados, lo que ha significado para nosotros recibir este sacramento?.


    1. La generosidad de Dios para con el hombre.

    Dios tiene desde toda la eternidad un único Hijo, que es la Segunda Persona de la Trinidad Santa. Pero, al crear al hombre, ha querido hacerlo semejante a ese Hijo y darle parte en su herencia. El hombre renunció a ese don desobedeciendo la orden de Dios, pero Dios quiso restaurar su dignidad enviando a su Hijo al mundo para que, tomando un cuerpo semejante al nuestro, pudiera reparar en nuestro nombre la injuria que le habíamos hecho despreciando su orden. El Hijo único de Dios existe desde siempre, ha tomado parte activa en la obra de la creación del mundo y ha iluminado con su luz a todo hijo nacido de mujer. En el tiempo ha tomado una humanidad semejante a la nuestra, ha pagado con ella por nuestros pecados sufriendo pasión y muerte; y, resucitando, nos ha devuelto la herencia para la que habíamos sido creados. Una vez vuelto a cielo, lugar único idóneo para su estancia ordinaria ha enviado sobre nosotros al Espíritu Santo, para que el mismo que lo hace una cosa con el Padre hiciera de todos los hombres una sola y unida comunidad en la que no estarán ausentes ni el Hijo ni el Padre, formando todos con ellos un solo cuerpo: «Para que todos sean uno, como tú, Padre en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros» (Jn 17,21).


    2. Nuestra respuesta al don de Dios.

    Deberíamos ahora pensar a qué nos apremia a nosotros ser hijos del Padre, hermanos del Hijo y templo del Espíritu Santo. Si somos hijos tenemos que poner toda nuestra vida –y nuestra muerte– en manos del Padre del cielo; vivir totalmente confiados en su protección y liberándonos de las angustias de esta vida pensar y desear el encuentro con Él cuando salgamos de ella. Si somos hermanos del Hijo hemos de tenerlo siempre por ejemplo y modelo de vida, y desear intensamente ser coparticipes de su herencia con la que gozaremos de la Santa Trinidad en los cielos. Si somos templo del Espíritu Santo hemos de preservarnos de todo pecado y de cualquier mancha, y vivir atentos a sus insinuaciones, porque ellas nos marcan la voluntad de Dios y nos guían por el camino de la santidad. Así el templo de Dios que es nuestro cuerpo estará siempre preparado a albergar al Divino Huésped. Y, cuando pasemos de este mundo nos encontraremos asidos a Jesucristo, el Hijo encarnado, como miembros de su cuerpo; con Él daremos honor y alabanza al Dios Trino y estaremos unidos a las tres Divinas Personas con el aglutinante del Espíritu Santo que es el Espíritu de la Trinidad y entonces será también el nuestro.


    Conclusión: Adelantemos el tiempo de Dios.

    Todo esto lo podemos ya comenzar a vivir en este mundo, sobre todo en la celebración de la Eucaristía: aquí nos sentimos bajo la protección del Padre que nos da a su Hijo único; nos hacemos una misma cosa con el Hijo, cuyo cuerpo comulgamos; y no vemos llenos del Espíritu Santo, que derrama abundantemente en cada uno de nosotros el Hijo Resucitado, que no pasa por nuestros cuerpos sin dejar una efusión de Espíritu, como la dejó en el mundo cuando nos dejó para volver al Padre.



    Antonio Troya Magallanes, nace en San Fernando (Cádiz), el 28 de diciembre del año 1927, un cura al que a muchos nos ha alegrado conocer y a los que a muchos nos ha dejado una gran huella de humanidad. Fiel defensor del Concilio Vaticano II, su labor pastoral y su compromiso evangélico y social chocó con una sociedad autoritaria y caciquil.


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    Antonio Troya Magallanes, su perfil como sacerdote a través de sus homilías:
    https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6299157.pdf

    Antonio Troya Magallanes, nombrado “hijo adoptivo de Puerto Real”:
    https://www.puertorealhoy.es/antonio-troya-maruja-mey-seran-nombrados-nuevos-hijos-adoptivos-puerto-real

    Antonio Troya Magallanes, perfil sacerdotal (Pág. 23), por JAHG:
    http://www.obispadocadizyceuta.es/wp-content/uploads/2003/07/BOO2541-Julio-Agosto-2003.pdf