4º Domingo de Cuaresma • 27 marzo
Realmente somos,
como dice el Papa,
un ejército
de perdonados,
por ese Dios
siempre dispuesto
a perdonar y olvidar.
Para poder acoger su perdón,
haz presente a aquellos
que esperan el tuyo,
y a aquellos a quienes
debes pedirles perdón.
Recuerda los momentos
en que se ha roto
la comunión,
en casa,
entre los vecinos o
compañeros de trabajo,
en el equipo,
en la asociación
o el barrio,
en el sindicato o
en tu parroquia…
¿Hacia quienes
te has de encaminar
para restaurar
la fraternidad
y empezar
de nuevo?
San Lucas 15,1-3.11-32:
«Este hermano tuyo
estaba muerto y ha revivido».
Pido
al Señor
el don de acoger
la reconciliación
que reconstruye tu vida,
y me pone de nuevo
de vuelta a casa
del Padre,
a la tarea de
la fraternidad.
https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2022/03/4o-Domingo-Cuaresma-2022.pdf
Compártelo en redes y entre tus contactos:
«ORAR CON LA IGLESIA»
TIEMPO
DE CUARESMA (Ciclo ‘C’)
Cuarta Semana de Cuaresma
Del 27 de marzo al 02 de abril de 2022.
Domingo Cuarto de Cuaresma «Laetare».
San Ruperto de Salzburgo, abad y obispo.
27 de marzo de 2022.
Hoy es un día de alegría ante la proximidad de las
fiestas pascuales (cf. ant. de entrada y 1ª. orac.). En la Cuaresma tomamos conciencia de que
somos pecadores. Y, como el hijo
pródigo, hemos emprendido el itinerario penitencial para volver a la casa del
Padre. Un camino que es siempre una
llamada a abrir nuestro corazón a los demás, perdonándolos y evitando cualquier
actitud de superioridad o soberbia. Así
entramos en los sentimientos de Dios, que hoy nos dice: «Era preciso alegrarse,
porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos
encontrado» (Ev.). Un camino en el que vamos
renovando la gracia bautismal y, peregrinos en un camino oscuro, vamos
recuperando el esplendor de la fe, aprendiendo a amar a Dios con todo el
corazón (cf. orac. después de la comunión)
- Jos 5,9a.10-12. El pueblo de Dios celebra la Pascua, después de entrar en la tierra prometida.
- Salmo
33. R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
- 2ª Cor
5,17-21. Dios, por medio de Cristo, nos reconcilió consigo.
Del Evangelio de san
Lucas 15,1-3.11-32.
"Este hermano tuyo estaba muerto y
ha revivido"
-"Un hombre tenía dos hijos, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró. Cuando lo había gastado todo, recapacitando se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo mayor estaba en el campo; al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y preguntó qué pasaba. Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud. Él se indignó y se negaba a entrar. El padre le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: Deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado".
COMENTARIO
El centro del relato no es el comportamiento de los dos hijos; el centro de la parábola está en la actitud que mantiene el Padre en toda la historia. Lo decisivo no es qué cosas se atrevieron a hacer o decir los hijos, sino qué hizo y dijo el Padre. La parábola no comienza diciendo que "unos hijos tenían un Padre", sino que "un Padre tenía dos hijos". Y es el Padre el que sufre más por la pérdida del hijo que por la pérdida de los bienes que le reparte. Un Padre así bien merece tomarnos en serio el ser hijos y sentirnos hijos en la casa. Tú permanece en casa, gusta del banquete y disfruta en la fiesta organizada por el Padre.
ORACIÓN
Hoy Señor, quiero ponerme en camino y recibir tu misericordia. Señor, te pido como el hijo pródigo que me acojas en tu casa, que me recibas como Padre. Sí, dame un beso y un abrazo y cambia mi corazón de piedra que me haga vivir como hijo y como hermano. Hoy Señor, que sepa como Tú acoger al hermano y hacer fiesta por él. Desde tu interior dile a Dios: ‘Señor, acógeme como Padre, dame un beso y un abrazo, porque eres misericordioso’.
Lunes 4ª Semana de Cuaresma.
San Castor de Tarso, mártir.
28 de marzo de 2022.
La Cuaresma: Acoger la vida.
Del Evangelio de san
Juan 4,43-54.
“Anda, tu hijo está curado”.
Un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Fue a verle a Jesús y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: -"Como no veáis signos y prodigios, no creéis". El funcionario insiste: -"Señor, baja antes de que se muera mi niño". Jesús le contesta: -"Anda, tu hijo está curado". El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Y creyó él con toda su familia.
COMENTARIO
Al acercarnos a los días de la Pasión, es bueno contemplar a Jesús como fuente de vida. Unas veces la devuelve a quien la había perdido; otras, la acrecienta en los enfermos debilitados por la enfermedad. Él es siempre el poseedor de la vida. Un día nos dará a todos la vida eterna. Tratemos de pasar de la muerte a la vida; del pecado a la gracia, del odio al amor; porque, en definitiva, como el Señor nos ha revelado, "sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, si amamos a los hermanos". Demos este paso desde la fe.
ORACIÓN
Te alabo Padre por el don de la vida que me has dado. Haz que quienes creemos en tu Hijo sepamos anunciar con firmeza y amor el Evangelio de la vida. Danos la gracia de acoger a Cristo, don de vida eterna, como don siempre nuevo, y concédenos la alegría de celebrarlo con gratitud. Reconozco Señor que Tú eres amigo de la vida y quiero acogerte con valentía y fe, para construir, la civilización de la verdad y del amor, para construir tu reino de vida y de santidad que venza a la cultura de la muerte. Te alabo Padre por el don de la vida.
Martes 4ª Semana de Cuaresma.
San Eustasio de Nápoles, obispo.
29 de marzo de 2022.
La Cuaresma: Recordar el agua vivificante y curante.
Del Evangelio de san
Juan 5,1-16.
“Al momento
aquel hombre quedó sano”
Estaba
en la piscina de Betesda un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo le dice: -"¿Quieres
quedar sano?". Él le contestó: -"Señor,
no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para
cuando llego yo, otro se me ha adelantado". Jesús le dice: -"Levántate, toma tu
camilla y echa a andar". Y al
momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado y los judíos le dijeron:
-“Es sábado, y no se puede llevar la camilla”.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: -"Mira, has
quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor".
COMENTARIO
El
evangelio nos habla del agua y también los libros sagrados acuden muchas veces
al simbolismo del agua para significar la fuerza transformadora y fecundante
que tiene la presencia de Dios. Por
encima del mito del agua de Betesda, que sanaba al primero que se sumergía en
ella, aparece Cristo, que sana con su palabra. Las aguas del Bautismo sanan y dan la vida;
pero su eficacia se debe a la palabra de Cristo. Jesucristo es quien toma la iniciativa, quien
se acerca a nosotros, quien nos habla y salva. Nuestra postura debe ser la de dejarnos sanar
y, luego, no pecar más para que no nos suceda algo peor.
ORACIÓN
Padre amado y Dios del cielo, Tú nos conoces y nos amas aunque somos pecadores. En el nombre de Jesucristo te pido que levantes los ánimos de todos los afligidos, que recojas al caído, que levantes al enfermo, que sanes los quebrantados de corazón, que des fortaleza a todos los esfuerzos de paz y justicia. Te agradezco las aguas bautismales que nos sanan y nos hacen partícipes de tu vida. Amén. Señor quiero escuchar tu voz que me dice: “Levántate. Echa a andar. No peques más”.
Miércoles 4ª Semana de Cuaresma.
San Juan Clímaco, abad.
30 de marzo de 2022.
La Cuaresma: Escuchar al Hijo y creer en el Padre es obtener la
luz y la vida.
Del Evangelio de san
Juan 5,17-30.
así también el Hijo da vida a los que quiere”.
Dijo Jesús a los judíos: -"Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo". Los judíos tenían más ganas de matarlo: Porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús les dijo: -“Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere”. Os lo aseguro: -“Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida”.
COMENTARIO
El Señor es la Vida. Vida que comunica a todo el que cree en Él. Vida que será gloriosa para los que han obrado el bien. Ese poder vivificante lo tiene el Señor por ser el Hijo de Dios que vive en unidad de acción con el Padre. En los deseos de vida que todos tenemos, busquemos, cada vez más, a Cristo y creamos en Él. Él nos lo ha asegurado: Si escuchamos su voz, poseeremos la vida eterna. A nosotros nos toca: decir sí a la vida, acogerla en Cristo hasta que la alcancemos plenamente en la resurrección.
ORACIÓN
Dios, Padre nuestro, gracias por tu palabra vivificante. En Ti está la fuente de la vida; sopla en tu pueblo caminante un nuevo aliento de vida. Acoge nuestras dudas y nuestros interrogantes, y hazlos fecundos. Manifiéstanos tu presencia llena de afecto cuando el camino es duro y vacilamos. Condúcenos a la plenitud de la vida. Señor, haznos escuchar las palabras de tu Hijo Jesús para pasar de la muerte a la vida; para glorificar tu nombre y proclamar tu misericordia. Dios, Padre nuestro, gracias por tu palabra vivificante.
Jueves 4ª Semana de Cuaresma.
San Benjamín, diácono y mártir.
31 de marzo de 2022.
La Cuaresma: Arrepentirse de los pecados.
Del Evangelio de san
Juan 5,31-47.
“Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza”.
Dijo Jesús a los judíos: -"Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Juan ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: Las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: Que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí.
COMENTARIO
Los judíos que habían creído al Bautista, se niegan a creer en Jesucristo, de quien el Bautista había dado testimonio. A pesar de su amor a las Escrituras sagradas no se dan cuenta de que ellas hablan de Cristo y tampoco admiten las obras que hace el Señor. Por todo ello, no tienen excusas para su falta de fe. Tampoco la tienen hoy los que habiendo oído hablar de Jesucristo, no se molestan en reflexionar sobre la verdad y en pedir la fe. Pidamos que nosotros no caigamos en la terquedad de los que cierran sus ojos para no ver.
ORACIÓN
Quiero en silencio Señor oír tu testimonio de anuncio salvador, y como fruto del silencio vivir la oración. Se que el fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. Por eso te pido hoy la luz de la fe que da brillo a la mirada. Te pido la fe que comienza donde termina el orgullo. Te pido la fe que es la fuerza de la vida. Que al menos crea en tus obras Señor. Amén.
Viernes 4ª Semana de Cuaresma.
San Hugo de Grenoble, obispo.
01 de abril de 2022.
La Cuaresma: Elegir el camino: el del justo perseguido o el de
los perseguidores.
Del Evangelio de san
Juan 7,1-2.10.25-30
“Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora”.
Después que sus parientes se marcharon a la fiesta de las tiendas, entonces subió Jesús también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos dijeron: -"¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene". Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.
COMENTARIO
Una conducta equilibrada y justa siempre choca con el comportamiento alborotado e injusto de muchas personas. Los impíos no pueden admitir como buena la conducta del justo y le combaten duramente haciéndole la guerra. Por eso es muy difícil mantenerse en una actitud inquebrantablemente justa. Pero Dios está ahí. Aunque no se le vea, en la dureza de la prueba. Dios protege a quien camina por sendas rectas para defenderle de las trampas y obstáculos que le pongan los enemigos.
ORACIÓN
No dejes Señor que me inquiete por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Ayúdame a querer lo que Tú quieres. Te ofrezco en medio de las dificultades e inquietudes mi alma sencilla con el deseo de aceptar los designios de tu Providencia. Quiero confiar plenamente en Ti Señor porque Tú me quieres. Quiero agarrarme a tu mano, estar fuertemente cogido en momentos de inquietud y de alegría. Señor quiero vivir en Ti. Quiero confiar plenamente en ti Señor porque Tú me quieres.
Sábado 4ª Semana de Cuaresma.
San Francisco de Paula, eremita fundador.
02 de abril de 2022.
La Cuaresma: ¿Qué decimos de Jesús?
Del Evangelio de san
Juan 7,40-53.
“¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?”.
Algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: -"Éste es de verdad el profeta". Otros decían: -"Éste es el Mesías". Pero otros decían: -"¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?". Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
COMENTARIO
Este evangelio nos ha ofrecido las distintas posturas que adoptaron ante Cristo sus contemporáneos. Unos le aceptan y defienden al contemplar sus signos, sus obras y palabras. Otros permanecen en la duda. Otros, finalmente, le rechazan del todo. Son los que, como los fariseos, tenían prejuicios de raza, creyendo que de Galilea no podía salir nada bueno y, sobre todo, los que se creían sabios y no admitían que nadie les diese a ellos lecciones de conducta. El orgullo impide siempre recibir la revelación y descubrir en Jesús al Salvador.
ORACIÓN
Conviértenos Señor. Devuélvenos la mirada confiada de los niños,
la transparencia que habla de lo que abunda en el alma. No permitas que cerremos los ojos a la
verdad, por orgullo, comodidad o falsas seguridades. No dejes que los prejuicios de raza, color o
religión me impidan ver tus caminos, tu presencia viva. Será
tan difícil Señor que me dé cuenta de que Tú eres mi Salvador.