«Los obreros en el mundo comunista».
Hemos vistos a lo largo de la historia reciente la percepción que, del comunismo, el marxismo, el laicismo y el ateísmo por parte de la Iglesia se convierte en una lucha sin tregua contra estos, por parte de los que tenían una percepción dictatorial ultra conservadora del poder. Partido Popular, VOX, también de buena parte de la Iglesia jerárquica que tratan de convertir a la izquierda en los principales culpables de los muchos males que sufre España y de que la izquierda culpabiliza a la propia Iglesia de que va contra la modernidad, por lo que se encuentra atrapada en la Edad Media sin dar respuestas acorde con los signos de los tiempos.
Como así pretendió el Papa Juan XXIII cuando presentó el Concilio Vaticano II: “Abrir la Iglesia a la modernidad”. Estos acontecimientos quedan pues, en las consecuencias tan negativas que provocaron con el capitalismo, el materialismo dialéctico y en la lucha de clase, pero no se valora lo de positivo que trajo a través de sus militantes su solidaridad, su unidad como clase, su aporte a la acción social hacia los excluidos y que, en muchos casos entregaron sus vidas por sus compañeros los obreros, especialmente los más vulnerables, entre los cuales se encontraban muchos cristianos que también lo hacen, pero existe una diferencia bastante importante, los cristianos saben que por su sacrificio recibirán como recompensa la vida eterna. Mientras que los comunistas, los ateos al no ser creyentes en Dios no alcanzarán recompensa alguna. La medida de la heroicidad de estos últimos es bastante más alta, dado que lo hacen sin esperar nada a cambio. Por supuesto que, esto no resta mérito ni heroicidad a los cristianos, pero es necesario tener en cuenta a estos obreros sacrificados que no pertenecen a la Iglesia.
Por otro lado, la crítica de la Iglesia no se realiza desde las causas de porqué el comunismo alcanzó tanta fuerza y atrajo a tantos militantes obreros a sus filas, no fue únicamente la manipulación de las mentes a estos por el sistema comunista. Antes que esto, fue la raíz, las causas que se fueron sucediendo desde muchos años, siglos, las incesantes ajusticias que los pobres, los obreros fueron sufriendo por todos los sistemas de opresión hacia ellos, desde las monarquías absolutistas, el feudalismo, las burguesías económicas, que fue convirtiendo a las personas en siervos, vasallos, esclavos o asalariados sin derechos, y que casi nunca la Iglesia los atendió, más allá que desde el asistencialismo o desde algunos Santos que vivieron sus vidas por y para los pobres, pero por lo general la Iglesia como estructura se situaba junto a los causantes de las injusticias y condenando a los miserables, a los humildes, mejor dicho a los humillados. Es clarificador lo que el papa Pio X, dijo sobre el comunismo en la encíclica Divini Redemptoris 58:
“El comunismo es intrínsecamente perverso y no se puede admitir que colaboren con él, en ningún terreno…”.
“Decía G. Rovirosa sobre lo que dijo el papa: “¿Significa esto que todo el comunismo es falso?". No todo lo que atañe al comunismo es falso y el mismo papa lo señala en la encíclica. Además, “colaborar” no es lo mismo que “comprender"… comprender en el comunismo requiere percibir sus fuerzas y debilidades y su tendón de Aquiles es precisamente el ateísmo, los estudiosos del Marxismo ven su ateísmo como consecuencia lógica del análisis científico de la realidad. Rovirosa lo ve al revés. Ve el ateísmo como fuente y origen de las alineaciones descritas en el Marxismo, no como consecuencia… Rovirosa encuentra qué el antídoto del comunismo y del capitalismo… no puede ser otro que el cristianismo vivido por auténticos cristianos…”. (Guillermo Rovirosa. ”El obrero en el mundo comunista”. V. 3, pág. 338.)
Como así pretendió el Papa Juan XXIII cuando presentó el Concilio Vaticano II: “Abrir la Iglesia a la modernidad”. Estos acontecimientos quedan pues, en las consecuencias tan negativas que provocaron con el capitalismo, el materialismo dialéctico y en la lucha de clase, pero no se valora lo de positivo que trajo a través de sus militantes su solidaridad, su unidad como clase, su aporte a la acción social hacia los excluidos y que, en muchos casos entregaron sus vidas por sus compañeros los obreros, especialmente los más vulnerables, entre los cuales se encontraban muchos cristianos que también lo hacen, pero existe una diferencia bastante importante, los cristianos saben que por su sacrificio recibirán como recompensa la vida eterna. Mientras que los comunistas, los ateos al no ser creyentes en Dios no alcanzarán recompensa alguna. La medida de la heroicidad de estos últimos es bastante más alta, dado que lo hacen sin esperar nada a cambio. Por supuesto que, esto no resta mérito ni heroicidad a los cristianos, pero es necesario tener en cuenta a estos obreros sacrificados que no pertenecen a la Iglesia.
Por otro lado, la crítica de la Iglesia no se realiza desde las causas de porqué el comunismo alcanzó tanta fuerza y atrajo a tantos militantes obreros a sus filas, no fue únicamente la manipulación de las mentes a estos por el sistema comunista. Antes que esto, fue la raíz, las causas que se fueron sucediendo desde muchos años, siglos, las incesantes ajusticias que los pobres, los obreros fueron sufriendo por todos los sistemas de opresión hacia ellos, desde las monarquías absolutistas, el feudalismo, las burguesías económicas, que fue convirtiendo a las personas en siervos, vasallos, esclavos o asalariados sin derechos, y que casi nunca la Iglesia los atendió, más allá que desde el asistencialismo o desde algunos Santos que vivieron sus vidas por y para los pobres, pero por lo general la Iglesia como estructura se situaba junto a los causantes de las injusticias y condenando a los miserables, a los humildes, mejor dicho a los humillados. Es clarificador lo que el papa Pio X, dijo sobre el comunismo en la encíclica Divini Redemptoris 58:
“Decía G. Rovirosa sobre lo que dijo el papa: “¿Significa esto que todo el comunismo es falso?". No todo lo que atañe al comunismo es falso y el mismo papa lo señala en la encíclica. Además, “colaborar” no es lo mismo que “comprender"… comprender en el comunismo requiere percibir sus fuerzas y debilidades y su tendón de Aquiles es precisamente el ateísmo, los estudiosos del Marxismo ven su ateísmo como consecuencia lógica del análisis científico de la realidad. Rovirosa lo ve al revés. Ve el ateísmo como fuente y origen de las alineaciones descritas en el Marxismo, no como consecuencia… Rovirosa encuentra qué el antídoto del comunismo y del capitalismo… no puede ser otro que el cristianismo vivido por auténticos cristianos…”. (Guillermo Rovirosa. ”El obrero en el mundo comunista”. V. 3, pág. 338.)
José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza‑marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».