3er Domingo de Cuaresma (24 marzo)
El ser cristiano «de verdad» exige siempre una conversión, que tiene que hacer individualmente cada hombre que viene a este mundo. ¡Este sí que es un acto puramente personal e intransferible! ¡Como que es el acto supremo de la libertad! (Rovirosa, OC, T.I, 168).
Nos
hacemos conscientes de que somos,
un poco o un mucho, esa higuera
incapaz de dar fruto
a pesar de los esfuerzos:
un poco o un mucho, esa higuera
incapaz de dar fruto
a pesar de los esfuerzos:
A pesar
del amor de Dios
en nuestra vida,
de nuestros equipos,
de los medios de formación,
de la vida de comunión,
del quehacer comunitario,
del cuidado de unos por otros
en las responsabilidades,
de la fe compartida,
de la misión que somos…
en nuestra vida,
de nuestros equipos,
de los medios de formación,
de la vida de comunión,
del quehacer comunitario,
del cuidado de unos por otros
en las responsabilidades,
de la fe compartida,
de la misión que somos…
de Dios en nuestra vida…
San
Lucas 13,1-9:
«Si no os convertís,
todos pereceréis de
la misma manera».
«Si no os convertís,
todos pereceréis de
la misma manera».
Para mi proyecto de vida:
Pide al Señor el don de la
conversión.
Y responde al don concretando
pasos de conversión
en tu proyecto de vida.
en tu proyecto de vida.